15 AÑOS SIN COZY POWELL

El pasado 5 de abril de 2013 se cumplían exactamente 15 años de la muerte de uno de los más grandes bateristas de todos los tiempos, Cozy Powell. Desde esta web queremos prestar un sincero homenaje y reconocimiento al que tuvo en su historial bandas como BLACK SABBATH, WHITESNAKE, MICHAEL SCHENKER GROUP o JEFF BECK GROUP, pero que sin duda dio el salto a la fama de la mano de los RAINBOW de Ritchie Blackmore y Ronnie James Dio.

15 AÑOS SIN COZY POWELL

El 5 de abril de 2013 se cumplen exactamente 15 años de la muerte de uno de los más grandes bateristas de todos los tiempos, Cozy Powell. Desde esta web queremos prestar un sincero homenaje y reconocimiento al que tuvo en su historial bandas como BLACK SABBATH, WHITESNAKE, MICHAEL SCHENKER GROUP o JEFF BECK GROUP, pero que sin duda dio el salto a la fama de la mano de los RAINBOW de Ritchie Blackmore y Ronnie James Dio. Precisamente el pasado 4 de abril por la noche se celebraba en la sala Orange Café de Madrid un concierto tributo a mr. Powell, organizado por Yamaha Music Europe Ibérica, que contó con la participación de músicos nacionales como Paco Ventura (MEDINA AZAHARA), José Rubio (NOVA ERA), Fernando Mainer (MÄGO DE OZ), Manuel Escudero (MEDINA AZAHARA) y muchos otros.

Hace justo 15 años, concretamente el 5 de abril de 1998, la fulgurante carrera de Cozy Powell encontraba un triste y prematuro final cuando perdió el control del coche que conducía (un Saab 9000) a 167 km/h en la M4 cerca de Bristol (Inglaterra). Se adujeron como causa del fatal accidente de tráfico el mal tiempo, la elevada velocidad y el hecho de que no llevaba cinturón, así como que hablaba con su novia por el móvil; la investigación oficial concluyó igualmente que el coche tenía un pequeño pinchazo en una rueda, lo cual pudo contribuir obviamente al fatal desenlace que todos conocemos. Se sabe que Cozy volvía del estudio de grabación donde había estado trabajando con el ex FLEETWOOD MAC Peter Green para un nuevo trabajo conjunto que ambos se traían entre manos. Tras de sí dejó un monumental legado musical de al menos 66 álbumes oficiales junto con varias colaboraciones en otros trabajos, con pocas comparaciones en la historia del rock….

La suya fue una carrera fulgurante, innovadora y arriesgada, que se caracterizó por los constantes cambios de banda, en la mayoría de las cuales no permanecía durante más de dos-tres álbumes seguidos; fue un músico inquieto, amante de la experimentación y de la búsqueda constante de nuevos desafíos y nuevos riesgos que correr, al que no le gustaba estancarse o repetirse (cuando se sentía así, dejaba el grupo, sencillamente). No fue de ningún modo un músico identificable con un solo grupo en concreto, sino que supo labrarse un nombre propio e independiente dentro de la escena. La banda en la que estuvo más años fue RAINBOW, donde permaneció de 1975 a 1980 y con los que grabó tres álbumes de estudio y un directo. A la vez no se limitaba a tocar las bases rítmicas, sino que participaba activamente en la composición de muchos temas junto con otros miembros de los muy diversos grupos en cuyas filas estuvo. Sin duda, Cozy Powell fue todo un mito de la batería de hard rock, que ha influido a generaciones enteras y que ha dejado tras de sí una estela imperecedera.

Retrocedamos ahora en el tiempo hasta el 29 de diciembre de 1947, cuando un niño llamado Colin Flooks venía al mundo en la pequeña ciudad de Cirencester, en el condado de Gloucestershire (suroeste de Inglaterra). Empezó a tocar la batería con tan sólo 12 años en la orquestra de la escuela, y a los 15 años ya era capaz de desarrollar impresionantes solos. Su nombre artístico lo tomó del baterista de jazz Cozy Cole, que fue una de las primeras influencias verdaderas de Powell a la hora de lanzarse al mundo de la música. Durante los años 60 Cozy trabajó de oficinista para poderse pagar su primera batería profesional, una Premier, y en poco tiempo encontró su lugar en la banda de pop británica THE SORCERERS, que tocaron abundantemente en la escena de pubs de Alemania durante esa década (siguiendo los pasos de otras bandas de la “british invasion” como THE BEATLES). Hacia 1968 el grupo se estableció en Birmingham, donde Powell conocería a una serie de músicos que le influenciarían enormemente: Robert Plant y John Bonham, de unos nacientes LED ZEPPELIN, Noddy Holder, futuro cantante de SLADE, Dave Pegg (que sería bajista de grupos como FAIRPORT CONVENTION o JETHRO TULL), y también a alguien con quien mantendría una amistad duradera que iba a dar sus frutos en el futuro: Tony Iommi. THE SORCERERS pasarían a llamarse por aquel entonces YOUNGBLOOD, y grabaron una serie de singles en 1968 y 1969. Cozy Powell empezó en esa época su trabajo como músico de sesión, y formó poco tiempo después la banda BIG BERTHA junto a Dave y Dennis Ball. El primer gran acontecimiento musical de su carrera tuvo lugar en el Festival de la Isla de Wight de 1970, donde tocó junto al bluesman blanco Tony Joe White. En ese mismo evento clave de la época hippie se dieron también cita nombres de la magnitud de THE DOORS, THE WHO, JETHRO TULL, Joan Baez, CHICAGO, TEN YEARS AFTER… En ese mismo año Cozy entró a formar parte del prestigioso JEFF BECK GROUP, con quienes permanecería hasta 1972, año de la desaparición de la banda. Su trabajo al lado del maestro de la guitarra experimental Jeff Beck dio por resultado dos álbumes de estudio, “Rough and Ready” (1971) y “The Jeff Beck Group” (1972). Durante los años siguientes, Cozy estuvo en el grupo BEDLAM y colaboró como batería de sesión con muchos otros artistas, y es de reseñar la grabación del single instrumental “Dance with the Devil”, que alcanzó el número 3 de las listas de singles británicas en 1974 (¡hay que ver cómo han cambiado los top 10 desde esos tiempos!), y que constituyó una notable herramienta para muchos baterías noveles. Ese mismo año formaría COZY POWELL’S HAMMER, efímero grupo que incluiría en sus filas al futuro guitarrista de los WHITESNAKE clásicos Bernie Marsden o a Don Airey al teclado (quien tiene en su haber un currículum equivalente en su vastedad y calidad al de Cozy, sólo por citar algunos nombres decir que ha estado en RAINBOW, Ozzy Osbourne, BLACK SABBATH, WHITESNAKE, MICHAEL SCHENKER GROUP, y que ha tocado con Uli Jon Roth o Gary Moore; actualmente es el teclista de DEEP PURPLE). Sin embargo, pese a todo lo que podían prometer, los HAMMER de Cozy Powell duraron muy poco tiempo, y no llegaron a grabar el álbum que habían anunciado (más tarde Cozy reunió el grupo ya en los 90, pero con un personal que esta vez incluiría a Tony Martin o Neil Murray).

Acto seguido, el británico movió ficha de nuevo y pasó a engrosar a finales de 1975 las filas del grupo que había de lanzarlo definitivamente a la primera fila del rock internacional, y con el que encontraría el éxito y la estabilidad que hasta el momento se le habían ido escapando: RAINBOW. Al lado de Ritchie Blackmore y Ronnie James Dio grabó en 1976 “Rising”, una obra maestra del heavy metal neoclásico y del rock de los 70 en general que contiene himnos imperecederos que todos conocemos como “Starstruck”, la introductoria y grandilocuente “Tarot Woman” o la inmortal, épica y magistral “Stargazer”, con esa imponente intro de batería que tan bien grabó Powell en nuestros corazones. Vendría en 1977 el disco en directo “On Stage” (grabado en vivo durante varias fechas de la gira alemana y japonesa de presentación de “Rising”), uno de los más grandes trabajos en su categoría, y que presentaba versiones enormemente extendidas (y un medley de varios temas) de las canciones de sus dos primeros álbumes así como del clásico tardío de Deep Purple “Mistreated”, junto con la entonces inédita “Kill the King”, que vería la luz en su tercer álbum. En este brillante trabajo en directo vemos a Powell hacer gala de sus mejores dotes como percusionista en el escenario, con solos de batería incluidos, como mandaba la tradición de la época. “Long Live Rock’N’Roll” (1978) fue un paso más hacia el éxito a gran escala del grupo, con temas de ensueño como la arabesca “Gates of Babylon”, la pegadiza “L.A. Connection” o la épica “Kill the King”, además del tema que daba título al disco; igualmente marcó el fin de una era para RAINBOW, ya que Dio dejó el grupo poco tiempo después debido a diferencias y competencias de ego con Blackmore. 1979 sería el año del cambio: “Down to Earth” vino con un sonido notablemente más comercial, decantándose claramente por las baladas y el AOR que triunfaba en las listas de éxitos americanas pese a conservar aún retazos neoclásicos del mejor Ritchie Blackmore, como atestigua un tema brillante e injustamente olvidado como es “Lost in Hollywood”. En ese tiempo se reencontró Powell con su antiguo compañero en HAMMER Don Airey, y compartió escenario con Roger Glover (DEEP PURPLE) al bajo o Graham Bonnet (ALCATRAZZ, MSG) a las voces. El 16 de agosto de 1980 marcó el último concierto de Cozy con RAINBOW, cuando actuaron como cabezas de cartel en el primer Monsters of Rock Festival en el castillo de Donnington (al lado de monstruos como SCORPIONS, JUDAS PRIEST, SAXON o RIOT). La salida del batería del grupo parece que fue debida a diferencias musicales con Blackmore, ya que Cozy no estaba del todo de acuerdo con el rumbo cada vez más comercial que estaban tomando las cosas. La cosa es que en 1980 mismo se rumoreó que podría sustituir al fallecido John Bonham en las filas de LED ZEPPELIN, cosa que finalmente nunca sucedió como todos sabemos. Sacó algunos álbumes más como solista, “Over the top” y “And about time too”, y al poco tiempo se convirtió en el batería de MICHAEL SCHENKER GROUP, con quienes grabó “MSG” (1981), toda una obra maestra del mejor heavy rock melódico con temazos indiscutibles como “Attack of the mad axeman”, “On and on”, “Let sleeping dogs lie” o “Looking for love”, y que para el que suscribe es el mejor disco de estudio de la banda del guitarrista teutón y uno de los mejores y más elegantes trabajos del hard rock europeo de los 80. En 1982 vino el disco en directo “One night at Budokan”, otra joya en la carrera de Powell que tristemente sería el fin de su efímera colaboración con Michael Schenker. En ese álbum encontramos un solo de batería de 12 minutos de duración, en el que Powell nos lleva con su inconfundible motor de percusión a través de todo el espectro de su kit, llegando hacia el final a un paroxismo sinfónico triunfante e inolvidable. Pese a su brevedad, cabe no menospreciar su trabajo en la banda de Michael, ya que esos dos discos que hizo con ellos están entre lo más espectacular de toda la discografía de MSG y del mismo Cozy sin duda alguna. La máquina no tenía descanso, sin embargo; a finales del mismo año entró en WHITESNAKE, poco después de que estos grabaran “Saints & Sinners”, para afrontar la difícil tarea de cubrir el puesto de todo un Ian Paice. Con David Coverdale y compañía grabó “Slide it in” en 1984, disco que marcó un cambio de estilo en el sonido del grupo hacia una faceta claramente más comercial que se mostraría por completo en su gran éxito “1987”; pero mucho antes de eso, los días de Cozy en la banda tocarían a su fin (en 1985). No obstante, quedó para el recuerdo la impresionante e histórica actuación que ofrecieron en el Monsters of Rock de 1983, donde compartieron cartel con nombres de la talla de DIO, ZZ TOP, TWISTED SISTER o DIAMOND HEAD.

En 1985 grabó como batería de sesión, su otra gran faceta artística, con nombres de la talla de Robert Plant, Roger Daltrey (THE WHO) o Jon Lord. Fue en 1986 cuando se unió al supergrupo de rock progresivo-sinfónico ELP (EMERSON, LAKE & PALMER), reemplazando obviamente a éste último en el puesto de batería; junto a Keith Emerson y Greg Lake grabaron el álbum “Emerson, Lake & Powell”, trabajo que pasó bastante desapercibido pese al prestigio y renombre de sus integrantes, y que quedó como el único producto de esa unión: desacuerdos varios entre los músicos y el management llevaron a la ruptura. En la segunda mitad de los 80 Powell, de nuevo libre y fiel a su espíritu irreductible, colaboraría con CINDERELLA o hasta Gary Moore en su trabajo de 1989 “After the War”, disco en el que encontramos piezas del calibre de “Blood of Emeralds”, “Dunluce” o la que le da título. Sin embargo, el gran grupo al que Cozy estaría vinculado a finales de la década de los 80 y principios de los 90 sería sin duda BLACK SABBATH, pese a que nunca fue “oficialmente” su batería. A la práctica, sin embargo, es para el servidor el mejor percusionista que esa banda haya jamás tenido (con todos los respetos para Bill Ward y Vinny Appice), y grabó con ellos trabajos esenciales en el resurgir del grupo de sus cenizas (literalmente) que tuvo lugar en esa época. Obviamente la vieja amistad de Powell con Tony Iommi hizo mucho para su entrada en la banda, ya que a esas alturas el diabólico guitarrista de Birmingham era desde hacía bastantes años el único miembro original de BLACK SABBATH y por lo tanto su líder y principal compositor. En 1989 grabaron en un pequeño estudio de las Midlands inglesas (la tierra de Iommi y Powell) el álbum “Headless Cross”, que devolvió al grupo al puesto de honor que parecía haber perdido hacía mucho tiempo (pese a que un humilde servidor tiene en gran estima a trabajos anteriores como “The Eternal Idol” o “Seventh Star”). Pero sin duda “Headless Cross” es algo de otro mundo; desde la monumentalmente rítmica canción que le da título, con ese vídeo filmado en una abadía en ruinas con cruces cercenadas, donde vemos al grupo tocando en plena noche, hasta la misteriosa “Nightwing”, pasando por temazos del calibre de “When Death calls”, “Call of the wild” o “Black Moon”, es un disco que rezuma BLACK SABBATH por los cuatro costados, con magia, oscuridad, épica y riffs endiablados marca de la casa, a lo que cabe añadir dos elementos que definieron toda una época: la pegada y contundencia de las baterías de Cozy y la voz de otro mundo de uno de los mejores y más infravalorados cantantes de heavy metal de toda la historia, Tony Martin. Con esos tres ases juntos, nada malo podía salir, eso está claro; y es que para mí lo que hicieron Iommi, Powell y Martin en BLACK SABBATH fue de lo mejorcito de toda la producción del grupo, y eso es cosa seria. Cabe destacar que en el tema “When Death calls” tocó el solo de guitarra Brian May (QUEEN), gran amigo de Iommi y a partir de entonces también de Cozy, amistad que como veremos daría sus frutos en el futuro. La gira de “Headless Cross” los llevó a tocar en la URSS, siendo uno de los primeros grupos occidentales de rock en cruzar el Telón de Acero; en 1989 tocaron durante 13 noches en el Olympic Hall de Moscú, actuación histórica que fue grabada y ha sido editada más tarde en DVD. En 1990 siguió “Tyr”, trabajo conceptual basado en la mitología nórdica que contiene grandes temas como “Odin’s Court”, “Valhalla” o “The Battle of Tyr”; en ese álbum la formación se completó con el gran bajista Neil Murray (WHITESNAKE, BRIAN MAY BAND). En 1992 Powell sufrió un accidente al caerse de su caballo, con lo que no pudo afrontar la gira prevista para ese año; fue reemplazado en el grupo por Vinny Appice, que grabó el siguiente “Dehumanizer”, álbum que marcó la efímera vuelta de Ronnie James Dio a la banda. Apartado de momento del grupo, Powell siguió colaborando en otros proyectos, como siempre había hecho: en 1993 con Brian May en el disco “Back to the Light”, en 1994 otra vez con el ex-QUEEN en el trabajo en directo “Live at Brixton Academy”… 1995 marcó la vuelta de Cozy a BLACK SABBATH, con quienes sacó “Forbidden”, un disco que no logró recuperar la magia de grabaciones anteriores y que pasó muy desapercibido. Los 90 verían también la colaboración de Powell con músicos como Yngwie Malmsteen en su disco “Facing the animal” (1997), Glenn Tipton (JUDAS PRIEST) en “Baptizm of fire”, trabajo que no vio la luz hasta 2006, cuando el guitarrista de JUDAS sacó a la luz el resultado de esas sesiones en el estudio bajo el nombre de “Edge of the world”, como homenaje póstumo a Powell y John Entwistle (THE WHO), con quienes había trabajado en esa grabación; de nuevo Brian May, y finalmente Peter Green, fueron los últimos músicos con quienes Cozy pudo colaborar, ya que el 5 de abril de 1998 tuvo lugar el fatídico accidente cuyo resultado todos conocemos. Cabe añadir que a título póstumo apareció algo más de su trabajo en 2005, cuando Tony Martin (su antiguo compañero en las filas de SABBATH) sacó al mercado el tema “Raising hell” en el que Powell había colaborado, que podemos encontrar en el álbum “Scream”.

Ya como apunte curioso aparte de su carrera musical, decir que Cozy era un gran fan de las carreras de coches y motocicletas, y que entre 1974 y 1976 llegó a pilotar un Mazda, ganando algunas carreras en Reino Unido bajo el patrocinio de Hitachi.

Ese funesto día de hoy hace 15 años llegó el final de una de las más intensas, prolíficas, productivas e intachables carreras en el mundo del rock, la de Cozy Powell, un batería único, irremplazable, con un estilo personalísimo y que se reconoce al instante… Su vigor, pegada, dinamismo, potencia, contundencia y sentido del ritmo nunca serán olvidados por los amantes del hard rock y el heavy metal más clásicos, estilos en los que centró buena parte de su producción musical, y en los que ha sido uno de los mejores, sino el mejor. Quizá no tan técnico como otros, pero con más energía, carisma y potencia que nadie; era avasallador, una máquina arrolladora, con un tempo perfecto. Todo el mundo del rock lloró su prematura pérdida; no en vano, había sido uno de los baterías más solicitados en los estudios de Gran Bretaña. Le definía un uso estratosférico del doble bombo, y el ser capaz de crear una base rítmica ultrapotente, incansable e imparable. En lo que se refiere al aspecto técnico, decir que era un habitual de la marca Ludwig, especialmente durante los 70 cuando estuvo en RAINBOW, pero que en su etapa ochentera con MSG, WHITESNAKE o BLACK SABBATH se pasó a Yamaha.

Es por todo ello por lo que hoy, 5 de abril de 2013, hemos querido desde esta web prestarle un sincero y profundo homenaje; amigo, estés donde estés, ¡sigue rockeando como sólo tú sabías hacer! Para despedirnos, le doy al play y suena “Nightwing” de BLACK SABBATH, creo que es un modo idóneo de recordar al bueno de Powell, un músico que murió hace 15 años pero cuya fuerza y leyenda son ya inmortales.

Texto: Adrià Lleonart