Hay toda una nueva escena que no consigue pasar de los clubs de medio aforo. Aupemos de una vez a esas bandas si queremos que lleguen a alguna parte. Nos sigue pareciendo una burrada que Nightwish actúen en el Barclaycard Center de Madrid pero es que llevan veinte años en la brecha y son una de las bandas más espectaculares compositiva y escénicamente que ha dado el heavy metal en los últimos tiempos.

Cuando hace un par de días se anunció la gira de Sabaton junto a Accept por Europa para inicios de 2017, los más clásicos del género se indignaron sobremanera. ¿Como podía ser que la legendaria banda de Wolf Hoffmann telonease a un grupo mucho más nuevo y con menos kilómetros de credibilidad a sus espaldas? En el mundo del heavy metal, más que en otros estilos, existe un código no escrito de respeto «a los clásicos». A nadie le extraña que en el Primavera Sound, por decir algo, alguien coloque de cabezas de cartel a unos «nuevos» como Arcade Fire, Florence and the Machine o Tame Impala. Bandas con una década de historia en el mejor de los casos pero que han revolucionado el panorama musical desde su llegada a la escena. Intenta poner a Ghost de cabezas de cartel de un festival grande. O a los propios Sabaton.

El hecho de perpetuar esta actitud es lo que, en mayor medida, está destruyendo la relevancia del heavy metal a gran escala. Estamos anquilosados. Viejos. Casposos. No hay relevo. Y no lo hay porque no nos da la gana de que lo haya. En este año 2016, Motorhead han desaparecido, y Manowar han anunciado su despedida de los escenarios. Dos cabezas de cartel «permitidos» para un festival de heavy metal que ya no podrán serlo. Y este tipo de bandas no abundan y las que siguen en pie cada vez realizan tours más cortos y más enfocados a maximizar el beneficio económico -lo que implica dejar países como España fuera del circuito en muchas ocasiones.

Va siendo momento de que cambiemos la mentalidad. Sabaton son una excelente opción para que Accept ganen nuevos adeptos. Accept, en pleno renacimiento desde la entrada de Mark Tornillo, no pueden depender de los fans de los 80, quienes tienen que hacer malabares con la hipoteca, los niños y el trabajo para poder asistir a un concierto y comprarse una camiseta. Serían tontos de no buscar sangre nueva cuando, en el peor de los casos, les pueden quedar aun diez o doce años de carrera por delante.

Sabaton se han erigido como una banda capaz de conectar con el sector del heavy metal clásico más joven. Tienen todo lo exigible: buenas canciones, actitud y sentido del espectáculo necesario para convertirse en un ticket codiciado. Si unos cuantos chavales de 19 o 20 años de los que cantan «To Hell and Back» saltando como muelles opta por escuchar «Metal Heart» después del concierto, Accept habrán ganado un nuevo seguidor.

Los fans del heavy metal, especialmente los de cierta edad, se consideran integrales para que el género se mantenga, por su fidelidad, su convencimiento y su lucha por la causa cuando en esto no creía nadie tres o cuatro décadas atrás. Pero el género no se mantiene saliendo a cuatro conciertos de bandas clásicas al año.

Hay toda una nueva escena que no consigue pasar de los clubs de medio aforo. Aupemos de una vez a esas bandas si queremos que lleguen a alguna parte. Nos sigue pareciendo una burrada que Nightwish actúen en el Barclaycard Center de Madrid pero es que llevan veinte años en la brecha y son una de las bandas más espectaculares compositiva y escénicamente que ha dado el heavy metal en los últimos tiempos. Muse estaban tocando en esa clase de recintos en su primera década en activo. Y desde entonces no han parado de crecer.