Si después de estos consejos sigues teniendo ganas de emprender este viaje, enhorabuena, amigo lector. Estas a puntos de enfrentarte a la más bonita y más puta de las profesiones, en la que casi seguro fracasarás y la que recibirás a la larga, más frustraciones que alegrías, y habrá más cabreos que celebraciones. Pero si superas eso, y consigues convertirlo en parte de tu vida, quizás algún día, con suerte, te subirás a un escenario delante de 80.000 personas con tu banda favorita. Y ser entonces cuando todo lo que has pasado habrá merecido la pena.

Hace poco leí un artículo de Joan Fontcuberta (un “Fotografo” de verdad, de esos serios, que escriben libros y hasta exponen en Photoespaña) en el que hablaba sobre la muerte de la fotografía, y el nacimiento de algo distinto, a lo que él, en un alarde conceptual sin precedentes, denominaba “postfotografía”. Hablando en plata, lo que venía a decir es que hay tal cantidad de imágenes irrelevantes y sin interés contaminando las redes, que la antigua función de reflejar el mundo que tenía esta disciplina se pierde y hay que tratar de reenfocar el medio fotográfico hacia otras maneras de contar. O lo que es lo mismo, que hay tal cantidad de mierda que es necesario reinventarse para que no nos coma. Salvando las distancias y alejándonos de las pajas mentales conceptuales (al fin y al cabo esto no deja de ser una página de heavys y gente de mal vivir) no podemos sino aplaudir al señor Fontcuberta por abrirnos los ojos a una realidad cada vez más molesta en nuestra quería industria musical. No hay más que ver las tres primeras filas de un concierto para darse cuenta de que la cantidad de gente con cámaras de esas “gordas” (como las llamaba mi señora madre) es tan desmesurada que roza el ridículo.

Alter Bridge, Graspop 2014

Alter Bridge, Graspop 2014

Y ahí es donde entras tu querido lector. Tú que amas el heavy metal sobre todas las cosas y que ya intentaste acercarte al mundo del estrellato con aquel frustrado proyecto de grupo (porque ni siquiera se le podía llamar grupo como tal) y que fracasaste estrepitosamente al intentar imitar a tus ídolos con la guitarra, has descubierto un nuevo camino para entrar en la rueda del rock. Por un avatar del destino, una cámara réflex ha caído en tus manos, un coleguita ha abierto un blog, y te has acreditado para un concierto. Y has decidido que el mundo necesita descubrir ese nuevo talento que permanecía latente y que acaba de salir a la luz con tus bonitas postales. Vas a ser el nuevo gran referente y las bandas se van a pegar por llevarte de gira seguro. Esos quince likes de tus amigos en facebook en tu nueva galería de flashazos infames no pueden estar equivocados ¿Verdad?

Pues espero que me perdones por ser yo, querido lector, el que te haga caer de la nube así, sin paños calientes, pero eso no va a suceder. Y no es que no vaya a pasar ahora o en los próximos meses. Lo más probable es que no suceda jamás. En una industria en la que prácticamente los músicos apenas tienen dinero para pagar facturas no hay lugar para los cientos de nuevos “fotógrafos” que aparecen cada semana. Solamente unos pocos (podríamos contar con los dedos de una mano la gente que vive de la fotografía musical en España) conseguirán hacerse un pequeño hueco y es probable que no estés dispuesto ni preparado para el sacrificio real que supone esta carrera de fondo.

Pero como te conozco, amigo lector, porqué yo ya he estado ahí, se lo que estas pensando. Ahora mismo la palabra gilipollas es la más bonita que se te ocurre para describir mi persona. Porque tú eres el próximo Ross Halfin y el mundo tiene no sólo el derecho sino la obligación de disfrutar de tus grandes obras, y dentro de algunos años todos querremos ser tus amigos y estar en tus fiestas. Porque no tengo ni idea de lo que hablo y contigo todo va a ser diferente, y vas a abrir los ojos de esta industria maltrecha y yo me voy a tener que comer mis palabras.

Permíteme entonces, amigo lector, que te de al menos una serie de pequeños consejos (puedes llamarlos consejos o impertinencias. A gusto del consumidor) para que al menos tu caída y consecuente y estrepitoso fracaso tengan al menos algo de clase y estilo.

TUS FOTOS APESTAN. ASÚMELO.

Esto es un hecho. Sin más. Llevas apenas unos meses con tu cámara y puede vislumbrarse, si se pierde el tiempo necesario, algo de talento. Pero con eso no basta. En este momento tus fotos apestan. Cuanto antes asumas este hecho y antes recibas una buena cura de humildad al respecto, antes empezarás a mejorar y a avanzar en tu carrera. Busca alguien a tu alrededor que sepa de fotos y que sea franco y sincero y te abra los ojos. Y tus amigos de facebook, esos a los que les gusta lo mismo la última foto que has subido que un video de gatos pegándose castañazos no son una opción. Es necesario tomar distancia de nuestro trabajo y darnos cuenta de los errores que cometemos para poder arreglarlos cuanto antes

Estudia y observa los trabajos de gente que trabaja en “primera división”, tanto dentro como fuera de España, y compara tus fotos con las suyas de manera sincera. Ser francos con nosotros mismos es el primer paso para aprender y evolucionar. Admitir que hay mucha gente mejor que nosotros, y ponernos como meta el superarlos, es la primera etapa de tu nueva y frustrante aventura.

Slipknot

“LA TECNICA NO ES IMPORTANTE” ES LA EXCUSA DEL QUE CARECE DE ELLA.

Lo has oído mil veces. Lo importante es el momento captado. La técnica carece de importancia si el momento es bueno. Pues bien, esto, que no es del todo falso, debe ser matizado. La técnica no sólo es importante, sino que es básica. Aprender y perfeccionar la técnica es un buen principio para que dejen de sangrarme los ojos cada vez que veo tus fotos, amigo lector. Una foto fuera de foco no es arte. Es, simple y llanamente, una foto fuera de foco. Y una foto subexpuesta, empastada y llena de ruido, tampoco es arte. Es simplemente, y de nuevo, hablando en plata, una cagada.

Siguiendo con lo que hablábamos antes, si te fijas en los grandes fotógrafos musicales, verás que sus fotos son técnicamente tan buenas (en la mayoría de los casos), que ni siquiera destacan por ello, y es el momento captado (ahora si) el que habla por sí mismo. Para que la historia que contamos llegue a nuestro público sin distorsiones molestas y pueda vibrar en todo su esplendor es necesario pulir esas deficiencias técnicas cuanto antes.

Mi consejo es que, al menos al principio y hasta que domines ciertas pautas, te preocupes de dos cosas en tus primeros conciertos. Enfoca las fotos y consigue una exposición lo más correcta posible. Una vez domines estos aspectos podrás empezar a hacer ARTE. Asi, en mayúsculas. Con dos cojones.

POR FAVOR, SACA ESE TELEOBJETIVO DE MI OREJA.

El primer jefe que tuve en mi vida siempre decía que teniendo dos manos y la EGB se podían conseguir grandes cosas. Pues bien, casi todos los que llegamos a un foso tenemos dos manos, la EGB (o la ESO o lo que sea) y un coeficiente intelectual medio. Eso quiere decir, a parte de que podemos hacer grandes cosas como decía mi jefe, que hemos recibido una serie de pautas de educación básica y modales para comportarnos en público. Y no hablo de mantener la cortesía en el foso como si fuera una especie de lugar mágico con normas propias, sino de utilizar el sentido común como en cualquier otro sitio.

Si cuando vas a Paris y le haces una foto a la Torre Eiffel no le metes la cámara en la oreja al pobre turista Japones que tienes delante porque “queda feo”, tampoco lo hagas en un concierto. Si cuando vas a hacerle una foto a tu novia/novio frente a la estatua de la libertad y hay gente haciendo esa misma foto antes no les empujas ni les da un codazo, y esperas pacientemente, haz lo mismo en el foso. Si cuando ves a alguien haciendo una foto a un paisaje no le metes tu cámara delante para no joder su bonito encuadre porque es desagradable, tampoco lo hagas en los fosos. Si cuando entras en el metro y está lleno te quitas la mochila para dejar más espacio y no molestar, haz lo mismo en el foso. Es tan sencillo como eso.

Mención aparte merecen los concierto en los que ni siquiera hay foso. Hay que respetar al público por encima de todas las cosas. Ten en cuenta que ellos han pagado un dinero que les ha costado trabajo conseguir y que tienen más ilusión que tu. Ve con tiempo, se educado, haz tu trabajo y cuando tengas tu foto, da un paso atrás y deja que la gente disfrute del show.

VOY A QUITARTE ESE OJO DE PEZ, Y A MATARTE A GOLPES CON EL.

Ya hemos aprendido a enfocar, a exponer correctamente y hemos recordado que somos seres humanos educados y no orangutanes en la selva. Tenemos parte del camino hecho. Ahora toca inspirarse. Eso es genial. Buscar referentes que nos ayuden a mejorar nuestro trabajo es básico para crecer. Pero una cosa es inspirarse y dejarse influir y otra muy distinta es plagiar e imitar lo que hacen otros. Por un lado, no aportas nada nuevo y empiezas a ser prescindible (acuérdate de que las “plazas” para vivir de esto son limitadas y hay ostias para conseguirlas) y por otra parte, si imitas a alguien que lo hace mejor que tu, lo más que puedes hacer es quedar en ridículo.

Verás que en cuanto alguien hace algo chulo y novedoso, aparecen hordas de imitadores que además lo hacen mal. El ejemplo del Ojo de pez vale para ilustrar este ejemplo de las modas. Un ojo de Pez es una herramienta más y puede resultar espectacular si se emplea bien. Pero no por usar un ojo de pez, que está de moda, tu foto va a ser buena. Esto mismo puede aplicarse a encuadres, procesados, colores…

Aprende, empápate de todo, inspírate y busca tu propio lenguaje y tu propio camino, y conviértete en imprescindible.

Metallica@SonisphereUK2014_01_2

Metallica, Sonisphere 2014

 

VALE.TIENES TALENTO. AHORA NO LO REGALES.

Vivir de la fotografía musical en el fondo es algo tan mundano como que la fotografía musical es la que paga el ticket de ahorramas cuando vas comprar yogures. Tan sencillo y tan complicado como esto. Eso quiere decir que si sigues regalando tus fotos, vas a poder comprar muy pocos yogures. Sin más.

Y aquí entra de nuevo tu capacidad para ser creativo y romper moldes. Estamos en una época convulsa y la industria y el modelo están cambiando a una velocidad extraordinaria que hace que resulte difícil adaptarse. Pero estás en la obligación, si quieres ser tomado en serio, de monetizar tu actividad y rentabilizar ese equipo tan chulo que te has comprado. Rompete la cabeza y dale una vuelta de tuerca. Es difícil, pero es posible.

Pero ante todo, y por favor, por tu bien, por el bien de la fotografía, de la industria, de las bandas y porque te valoras y valoras tu talento, no regales tu trabajo sin más.

Si después de estos consejos sigues teniendo ganas de emprender este viaje, enhorabuena, amigo lector. Estas a puntos de enfrentarte a la más bonita y más puta de las profesiones, en la que casi seguro fracasarás y la que recibirás a la larga, más frustraciones que alegrías, y habrá más cabreos que celebraciones. Pero si superas eso, y consigues convertirlo en parte de tu vida, quizás algún día, con suerte, te subirás a un escenario delante de 80.000 personas con tu banda favorita. Y ser entonces cuando todo lo que has pasado habrá merecido la pena.

www.javierbragado.com