Steel Panther derriten coños, pero a ti te derriten tu libertad y ni te enteras
Steel Panther no son ajenos a la polémica y la controversia entre aquellos que no captan su parodia de una era pasada. A las habituales voces contrarias a la objetificación de la mujer en sus directos (donde decenas de chicas suben al escenario y bailan con la banda mientras se sacan los pechos y reciben comentarios sexistas del grupo) ahora llega una nueva polémica que la banda ha sabido girar para hacer que juegue a su favor.
Conocidos por su visión ajustada a la realidad del excesivo, machista y grandilocuente hard rock y heavy metal de los años 80, Steel Panther son absolutos maestros a la hora de captar cualquier tic de aquella época y género musical y hacerlos suyos hasta el paroxismo. Para quienes entienden la parodia, sus directos son fuente inagotable de risas e ir y venir de melenas y chistes burdos y zafios.
A fin de cuentas, son cuatro tíos con pelucas y vestidos como si les hubiesen sacado del Sunset Strip en una mala noche de 1988. Evidentemente, para captar la parodia hay que saber como era el hard rock de la época, lo que decían sus letras, el contexto histórico y social en el que se desarrollaba y situarse y documentarse. Mucho pedir en la época de Twitter, Facebook y los juicios rápidos, injustos y sin pruebas.
En este caso, los Panther vuelven a situarse en el ojo del huracán de la manera más estúpida: el pasado mes de julio, la firma danesa TC Electronic tuvo que retirar un efecto de guitarra descargable que había sido creado en colaboración con Satchel, el guitarrista de Steel Panther, y que llevaba por nombre “Pussy Melter” (derretidor de coños). En una banda donde la hipérbole es mandatoria, qué menos.
La descripción del pedal en la web de TC Electronic decía que “cuando trabajamos con el siempre-tan-humilde guitarrista de Steel Panther, nos puso solo una condición: que el pedal estuviese tan húmedo como las chicas de las primeras filas”. El texto continuaba diciendo que “si el glam rock, los solos de guitrra y los avisos de ‘suelo húmedo’ son tu idea de un buen rato, entonces el ‘Pussy Melter’ para Flashback Delay es el TonePrint que estás buscando’.
Numerosas quejas a través de las redes acusaban a TC Electronic de emplear lenguaje sexista para nombrar a sus tonos de guitarra. Una petición online fue puesta en marcha por parte de Jessica Fennelly, músico, para que se consiguiese retirar del mercado el efecto. La cuestión es que finalmente TC Electronic se ha visto obligada a emitir un comunicado disculpándose por haber puesto el efecto en circulación con ese nombre y descripción tan inapropiados.
Ahora, Steel Panther han puesto a la venta un pedal de efectos de guitarra con el mismo nombre y lo están vendiendo ellos mismos. Lo venden especificando que está hecho para “guitarristas de todos los géneros”. El comunicado de prensa emitido por la banda decía que “respetamos y amamos la libertad de expresión de todos los ciudadanos de Estados Unidos y apoyamos el derecho de la gente a expresarse estén donde estén del mundo. Damos la bienvenida a personas de todas las razas, géneros y orientaciones sexuales en nuestros shows, shows que celebran la individualidad de todos a través de la fiesta y el amor por el heavy metal”.
En plena época del movimiento #metoo y de los linchamientos en todas direcciones en las redes sociales, es siempre necesario pararse a analizar, documentarse y emitir opiniones. Que una empresa de electrónica de audio deba retractarse -aunque Steel Panther luego sepan sacar provecho al asunto con una jugada maestra- es una muestra de lo enfermo de opinar que está todo el mundo. No seré yo quien justifique el machismo, la discriminación sexual o el maltrato, pero en ocasiones nos estamos pasando de frenada.
Steel Panther no son un grupo político intentando transmitir unos valores a sus fans: son un grupo musical que intenta revivir una época concreta de la música rock donde lo que se hacía era eso y era lo correcto en aquella época: no se puede reescribir el pasado. No podemos hacer como que el hard rock de la época no era machista, del mismo modo que las letras de algunos artistas rozaban la oda a la pederastia (ahí estaban Winger con su “Seventeen”) o hacían apología deliberada del uso de drogas. Está claro que eso era apto para entonces pero no para ahora, la época de la ultracorrección política.
Lo que está claro es que en un entorno en el que nada puede decirse, venderse o escribirse sin que las redes linchen y hagan juicios sin pruebas ni defensa posible no podemos hablar de una libertad como aquella a la que le cantan Steel Panther. Hoy en día, donde los cojos se ofenden por los chistes de cojos, los cisgénero por vaya usted a saber qué, los veganos porque discrepes de su opción y las feministas caen en el error de censurar al hombre del mismo modo que ellas se han sentido censuradas históricamente, nadie puede escribir, hacer música o tomar decisiones con la autonomía suficiente.
El ruido de los medios y las redes es tan gigantesco que nunca antes, en las democracias desarrolladas, se ha vivido con una libertad de expresión más irrisoria que la actual. Si nosotros mismos nos censuramos hasta el extremo en esa plaza de pueblo gigante que son las redes sociales ¿qué no esperamos que hagan los gobiernos?
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