Resurrection Fest: el camino al «sold out» es conocer a tu público
La carrera por anunciar bandas para los principales festivales, tanto en nuestro país como fuera de él, tiene su propio calendario. Si bien años atrás el grueso de los carteles se anunciaban a partir de febrero o marzo, la dura pugna por la confianza de los festivaleros y la altísima demanda de las bandas en los meses de junio y julio hacen que en ocasiones las confirmaciones se cierren hasta año y medio antes de la celebración del festival.
El grueso del pescado se suele vender en septiembre y octubre, cuando los agentes de contratación ingleses y americanos participan en ferias y encuentros, además de recibir interminables visitas en sus despachos por parte de promotores de conciertos y festivales ávidos de cerrar el mejor cartel posible para sus eventos. Es cada vez más común que un festival anuncie la fecha de celebración del próximo evento durante el evento en curso, por no hablar de los que incluso confirman una primera tanda de bandas. No obstante, en esa carrera a todo trapo por ser el primero, lo más importante es contar con la confianza del público.
Un 85% de abonos vendidos
El Resurrection Fest de Viveiro, que recientemente aseguró haber vendido el 85% de sus abonos, es uno de los festivales más asentados de nuestro país, con trece ediciones a sus espaldas. Es por ello que cuenta con una base de fans que escogen Resurrection Fest por encima de otras citas por el mero hecho de que tienen precedentes seguros que les ayudan a saber qué tipo de carteles o instalaciones pueden encontrarse. Salvo la controversia de la edición del año pasado, donde un sector de asistentes no comprendía que hacían Scorpions o Kiss encabezando el festival porque se les considera poco menos que ancestros, la cita gallega siempre ha contado con un beneplácito general del público.
En 2019, no obstante, el cartel anunciado es un compendio de todas las bandas que puede desear ver el público del Resurrection Fest. Slipknot es la banda más solicitada de la historia del festival y otros como Parkway Drive, Slayer, Lamb of God o Trivium son bandas hechas a medida del público que acude a Viveiro. Más allá de los grandes nombres históricos conocer a tu público, preguntarle y escucharle es una de las cosas que mejor hace el Resurrection Fest, habitualmente hiperactivo en redes sociales y con un seguimiento muy cercano de lo que se dice en ellas.
No todo son los cabezas de cartel
Aunque este año les ha salido un inesperado grano en forma de cancelación de una importante gira europea de verano que ha afectado a varios festivales, y de cuya celebración dependía una nueva y publicitada confirmación el próximo 1 de enero, el festival supo reaccionar con celeridad y ofrecer un cuarteto de bandas que, si bien no son cabezas de cartel por derecho propio, son azucarillo para los oídos de los asistentes al festival. La inclusión de Gojira, Arch Enemy, Millencolin y Berri Txarrak con su gira de despedida ha sido recibida positivamente y denota que al final no se trata tanto de los nombres gigantescos que se cepillan todo el presupuesto de los festivales, sino saber curar bien la selección de grupos que componen el cartel acorde al público que te visita. Evidentemente, hay años en los cuales la disponibilidad de las bandas o las ofertas de festivales competidores hacen imposible tener el cartel deseado y contra eso poco se puede hacer.
Todo apunta a que el Resu, como se le conoce popularmente, agotará abonos este año y volverá a tener un monumental soldout como el del año 2016, cuando actuaron Iron Maiden en Viveiro. No podemos decir que nos sorprenda: con un cartel como el que tienen entre manos, la decimocuarta edición del festival tiene visos de ser absolutamente histórica.
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