El mejor disco de 2020
Este ha sido un año para olvidar en la mayoría de aspectos, pero por lo menos los tiempos de confinamiento han otorgado eso que tanto pedían tantas bandas para poder crear de una manera más tranquila, lo que se ha traducido en discos desde verano hasta hoy mismo (y seguirán saliendo en los próximos meses). Que sepamos, ninguno de los artistas que componen esta lista ha tenido un featuring de Rosalía, que preside la foto principal del artículo, pero eso no ha sido necesario para que el equipo de The Metal Circus' Metal Hammer España te traiga de nuevo el que, para cada uno de quienes lo forman, haya sido el mejor disco de 2020.
Sergi Ramos: ‘Human :||: Nature’ (Nightwish)
Si bien su edición quedó totalmente sepultada bajo las noticias de miles y miles de muertos diarios en todo el mundo, Nightwish sacaron uno de los discos del año el pasado mes de abril. El semi-conceptual ‘Human :||: Nature’ demuestra que la banda está plenamente asentada con Floor Jansen como vocalista tras un “Endless Forms Most Beautiful” que ya nos queda lejos. El nuevo trabajo refresca el legado y la leyenda de unos Nightwish que ya llevan un cuarto de siglo en activo y cuya capacidad para sorprender como compositores no decae: ahí está la suite “All the Works of Nature Which Adorn the World” donde Tuomas Holopainen vive su fantasía de compositor de bandas sonoras. Un trabajo exquisito de principio a fin.
Dani Bueno: ‘Power Up’ (AC/DC)
Si bien, a mi parecer, este 2020 a nivel discográfico no ha tenido ningún lanzamiento superlativo cuya repercusión y calidad haya destacado de manera notable por encima del resto, el hecho de que esto suceda ha hecho más difícil la decisión. Heaven Shall Burn, Paradise Lost, Amaranthe, Nightwish, Lamb Of God, Trivium, Bleed From Within, Sepultura, Bring Me The Horizon... resaltaría sus lanzamientos por encima de los demás, pero uno que -por el hype que provocan debido a sus dimensiones y por la sorpresa que genera la pérdida Malcolm Young- ha superado las expectativas para bien es ‘Power Up’ de AC/DC. Los australianos han revolucionado el planeta con este álbum y ha sido muy bien recibido por el público a pesar de que, como todo el mundo ya preveía, han hecho lo de siempre (pero claro, a un nivel extraordinario).
Laura Cano: ‘Vredesvävd’ (Finntroll)
El 2020 ha sido un año lleno de cosas inesperadas. La mayoría, ni siquiera hay que decirlo, han sido nefastas, pero entre tanto caos también ha habido espacio para sorpresas más positivas. Una de ellas es el retorno de Finntroll, que aterrizó con su nuevo ‘Vredesvävd’ en el séptimo aniversario de su último trabajo. Tal como se puede leer en el blog de Henri «Trollhorn» Sorvali (compositor principal), los nórdicos tuvieron su buena sarta de problemas en el estudio (entraron a grabar justo cuando el virus estallaba en Finlandia), pero el resultado hace que toda la espera y los dolores de cabeza hayan valido la pena. ‘Vredesvävd’ condensa todo lo que hizo bueno al Finntroll de sus inicios y lo mezcla con la experiencia de llevar casi 20 años en el sector para conseguir un sonido más profundo, bestial y místico que nunca. Imprescindible para los amantes del buen blackened folk europeo.
Satur Romero: ‘Panther’ (Pain Of Salvation)
Pain Of Salvation tiene la magia de crear discos atemporales. Dentro de unos años ‘Panther’ seguirá sonando fresco y desafiante, y es que la enorme variedad de sonidos y ritmos de sus canciones hace que nunca queden obsoletas. De las modernas “Restless Boy” y “Accelerator”, pasando por la delicadeza de “Wait” y “Species”, hasta las más habituales dentro de su senda de metal progresivo como “Unfuture”, “Keen To A Fault” o el grandioso cierre con “Icon”, la banda de Daniel Gildenlöw se muestra inspirada en cada minuto de otra joya en su carrera. Todo ello sin perder una faceta lírica desgarrada y pasional que les hace tan diferentes entre los de su misma estirpe.
Olga Vidal: ‘What The Dead Men Say’ (Trivium)
El relevo generacional dentro del rock y el metal se encuentra en pleno proceso de adaptación, mientras grandes leyendas como AC/DC y Ozzy Osbourne siguen publicando buenos discos y captando la atención del público. Por otro lado, bandas como Trivium y álbumes como el técnico y excelente ‘What The Dead Men Say’, demuestran que se está cogiendo el relevo dignamente y que, tanto dentro de los géneros más clásicos como de los más modernos, hay mucho potencial que ofrecer.
Canciones que ya son himnos como “The Defiant”, “Catastrophist” o la poderosa pieza que da nombre al disco, son algunas de las pruebas del potencial de una banda que no necesita grandes producciones para ofrecer uno de los directos más imponentes de nuestros tiempos gracias a su talento técnico y compositivo.
Marc Fernández: ‘Curse Of The Crystal Coconut’ (Alestorm)
Nunca me imaginé poniendo un disco de Alestorm como el mejor del año, menos cuándo Gazpacho o Igorr han sacado piezas extraordinariamente artísticas y cautivadoras, ¿pero sabéis qué? 2020 ha sido una mierda. Cuando solo podía salir de casa para ir al super me gustaba escuchar “Treasure Chest Party Quest” a toda ostia para sonreír un poco, cuándo pude volver a salir a correr, lo hice al ritmo de “Call of the Waves”, y me dirigí a mi primera fiesta cuarentena escuchando “Pirate Metal Drinking Crew”. ‘Curse Of The Crystal Coconut’ no es el disco que nos merecíamos, pero si el que necesitábamos. Así que 2020: que te follen con un ancla.
Iria López: ‘Matriphagy’’ (Tallah)
2020 trajo algunas cosas buenas en medio de todo el caos, y una de ellas es ‘Matriphagy’. Tallah ya me habían ganado como fan desde que sólo tenían un EP cuyas canciones se incluyen en este álbum. Pero la sensación al escuchar ‘Matriphagy’ por primera vez entero no me la dio ningún disco así en mucho tiempo. Son una banda fresca y con mucho potencial que sacaron un disco hilado por una historia bastante macabra y musicalmente aplastante, bailando entre el nu metal y el hardcore. Para mí lo más destacado del año, aunque es cierto que ha habido grandes lanzamientos, ninguno me pareció tan impactante como lo fue este.
Toni de Lola: ‘Mestarin Kynsi’ (Oranssi Pazuzu)
En tiempos de búsqueda de la seguridad, la continuidad, lo conocido y cotidiano, Oranssi Pazuzu se desmarcan de la tendencia presentando un disco que avanza,evoluciona y anticipa nuevos caminos. Un trabajo incorformista y arriesgado. Basándose en estructuras conocidas su propuesta es innovadora y apabullante. ‘Mestarin Kynsi’ es un disco no apto para oyentes de salón.
Mikel Yarza: ‘Throes Of Joy In The Jaws Of Defeatism’ (Napalm Death)
Cuando hablamos de una banda con 40 años de trayectoria lo habitual suele ser mirar atrás a sus discos clásicos, a aquellos álbumes angulares que siguen resonando a día de hoy. Sin embargo, el nuevo trabajo de Napalm Death tiene todos los ingredientes para ser el disco del año. Lejos de amilanarse con el paso del tiempo, el cuarteto británico presenta en su decimosexto larga duración un puñado de canciones de fuerza colosal. Riffs sanguinarios, dobles bombos taladradores y robustos blast beats marcan la tónica habitual de un disco que brilla con luz propia en el apartado sonoro.
Aunque los oyentes más conservadores puedan catalogar la propuesta de Barney Greenaway y compañía como “ruido desagradable”, la banda se basa en una singular arquitectura sonora, una visión que va mucho más allá del tradicional uso de los instrumentos en los grupos de metal. La solidez de las doce canciones que forman ‘Throes Of Joy In The Jaws Of Defeatism’ es incontestable y, aunque una propuesta tan visceral no sea del agrado de todos en un año marcado por la pandemia, podría funcionar perfectamente como banda sonora de este caótico 2020.
Marina Salcedo: ‘Splid’ (Kvelertak)
Disco no, ¡discazo! Creo que ‘Splid’ tiene este puesto más que merecido. Pocos, por no decir casi ninguno, de los lanzamientos de este nefasto año me han provocado tanta emoción como este de Kvelertak. Simplemente, todo suena como tiene que sonar. Para mi gusto, los volúmenes de las mezclas son perfectos, de tal manera que todos los instrumentos son inteligibles. ¿Y las canciones? Desde “Rogaland” hasta la impronunciable “Ved Bredden Av Nihil”, todas ellas distintas entre sí y magníficas. Un ejemplo de cómo salirse de la trayectoria prefijada de una banda sin perder ni un ápice de personalidad.
Unai Endemaño: ‘Obsidian’ (Paradise Lost)
El último disco de Paradise Lost merece ser el mejor álbum del año por varios motivos. El primero, por mostrar la mejor cara de una banda que lleva ya más de treinta años de andadura. Un hito en sí mismo, difícil de encontrar en el panorama contemporáneo. El segundo, por la inteligente manera en la que los de Halifax han sabido resumir en nueve temas, casi todos los estilos por los que la banda ha deambulado a lo largo de los años. El tercero, y puede que más importante, por la excelsa colección de temazos que encierra este ‘Obsidian’. Algunos de los mejores cortes que han grabado desde su época gloriosa, se encuentran aquí, como “Ghosts”, “Darker Thoughts” o “Forsaken”. Un material de primera categoría, que puede mirar de tú a tú a incunables como ‘Draconian Times’ o ‘Icon’.
Tamara Ruiz: ‘We Are Chaos’ (Marilyn Manson)
Lejos de ser un álbum caracterizado por albergar composiciones adrenalínicas y macarras como lo fueron en su día sus hits noventeros, ‘We Are Chaos’ deja ver un catálogo de piezas que muestran los lugares más recónditos dela mente del artista. Una decena de temas que cuentan con una producción exquisita, con influencias que oscilan entre el pop setentero y el country moderno, pero sin perder la esencia siniestra tan característica y especial de Marilyn Manson. Por ello, aunque este año ha alojado grandes composiciones, ‘We Are Chaos’ ha de estar a la cabeza.
Melanie Silva: ‘Fracture’ (Bleed From Within)
No solo ‘Fracture’ es el mejor disco del año si no también el mejor de Bleed From Within hasta el momento, con el han demostrado la evolución de la banda y han afianzado su sonido. En definitiva es un disco que vale la pena escuchar ya que se sale del sonido más habitual de metalcore aportándonos armonías muy pegadizas y unas guitarras contundentes que son ya inconfundibles en los escoceses.
Franz S. Heiligen: ‘Quadra’ (Sepultura)
La banda brasileña volvió a los ruedos en este 2020 con un disco que ha sacado al cuarteto de las sombras en las que se encontraba desde hacía años. ‘Quadra’ es un trabajo ecléctico, que mezcla lo mejor de ese thrash death crudo de la época Cavalera con la experimentación de los Sepultura del siglo XXI y reafirma la línea ascendente que empezaron hace tres años con ‘Machine Messiah’. Si alguien pensaba que esta banda estaba acabada, es para mí una gran alegría anunciar que no.
Aritz Sola: ‘Post Human: Survival Horror’ (Bring Me The Horizon)
He de reconocer que he sido cegado por los artistas mainstream y he dejado de lado mi nicho underground. Tras varios años escuchando géneros core, todas con sus estructuras basadas en riffs y breaks casi iguales, ‘Post Human: Survival Horror’ ha sido el que más me ha sorprendido del año. Oliver Sykes y su banda han iniciado una nueva etapa en buscando nuevos ritmos, y precisamente la fusión de géneros que han hecho en este EP (el nu-metal de la mano de Nova Twins en «1x1», el j-metal de «Kingslayer» junto a Babymetal o el rock moderno de Yungblud en «Obey»). Después de esta aportación al metalcore de Bring Me The Horizon, espero que muchas otras bandas experimenten sin miedo y nos deleiten con su frescura.
Rubén Macías: ‘Ordinary Man’ (Ozzy Osbourne)
Dejando a un lado que Ozzy Osbourne sea una leyenda viva del metal y que todo lo que toca se convierte en oro, ‘Ordinary Man’ es un grandísimo disco con varios temas geniales. Pero es al escucharlo en su conjunto cuando el disco alcanza el siguiente nivel, un disco en el que Ozzy nos cuenta la historia de su vida, la dualidad entre ser El Príncipe de las Tinieblas del Metal y ser simplemente eso, un “Ordinary Man”. Temas como “Straight To Hell”, “Scary Little Green Men”, “Take What You Want” pero sobre todo “Ordinary Man” y “Under The Graveyard” hacen de este disco el mejor de 2020.
Ignacio Sánchez-Suárez: ‘Ohms’ (Deftones)
No es porque sea «fan histérica», pero Chino Moreno y sus colegas han conseguido, contra todo pronóstico, ponerme de nuevo los pelos de punta. ¿Tendrá que ver que de nuevo se ha cruzado en el camino Terry Date como ocurriera hace 20 años con ‘White Pony’? Puede… pero lo que no cabe duda es que ‘Ohms’ es un disco sobresaliente repleto de canciones con alma y fuerza, algo que venía echando en falta en sus últimas entregas. Con un discurso in crescendo a lo largo de los diez temas que lo forman, es difícil destacar alguna canción por encima de otra, pero desde el primer single, «Ohms», pasando por «Ceremony» o «The Link Is Dead», Deftones pueden estar más que orgullosos de seguir estando en la cabeza del género con tantos años de carrera.
Titus Ferrer: ‘Underneath’ (Code Orange)
La evolución definitiva del hardcore hiper musculado que el grupo viene gestando desde antes de perder el “kids” por el camino. La forma definitiva de una voz propia creada a partir de influencias, pero hecha única. La industrialización de la música nacida de las tripas. Un fallo en el sistema que se enorgullece de su fealdad. Un disco plagado de glitches que cruzan la línea del efecto para abrazar el concepto.
Code Orange llega con temas que van desde la sierra de disco oxidada a los ecos fantasmales de un sistema operativo obsoleto y abandonado. La somatización de muchos conceptos adheridos al final de los noventa en que los limites no eran una opción. Un disco que podría ser la síntesis perfecta de 2020 como la lacra que supondrá en los libros de historia. ‘Underneath’ no es en absoluto para todo el mundo, pero que todo el mundo debería escuchar por lo menos una vez en la vida.
Miguel Pérez: ‘Alphaville’ (Imperial Triumphant)
Vaya por delante que la apuesta de este trio neoyorkino no es apta para cualquier paladar. La locura sónica que escupen Imperial Triumphant perfectamente podríamos catalogarla como la banda sonora del apocalipsis y daría la razón a aquellos que sostienen que el metal extremo es puro ruido de no ser porque tras este amasijo de notas disonantes y voces guturales se esconde uno de los grupos más personales e interesantes con los que a día de hoy nos podemos encontrar en el saturado panorama metalero. ‘Alphaville’ es otro decidido paso delante de Imperial Triumphant y una muestra de que en pleno 2020 aun se pueden escuchar discos que nos saquen de la monotonía.
Ángel Corral: ‘Gigaton’ (Pearl Jam)
Cuando el confinamiento por la pandemia amenazaba con ser lo normal en la vida diaria, Pearl Jam decidieron lanzar ‘Gigaton’ en el mes de marzo de este fatídico 2020. Fue la banda sonora del aislamiento impuesto para muchos y a la larga se ha convertido en el álbum del año gracias a un puñado de canciones con gran sobrecarga emocional, energía y positivísimo ante la adversidad que es lo que se necesitaba para sobre llevar el enorme peso que teníamos encima. El coronavirus pasará pero temas como “Buckle Up”, “Quick Scape” o el nuevo clásico de la banda “Seven O’Clock” se quedarán con nosotros para siempre. El poder de la música por encima de todo.
Kaisla Virtanen: ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’ (Seether)
Seether es una de las bandas que desde que los conozco me resultaron adictivos y muy familiares, con sonidos muy cercanos los cuales me hacen sentir muy identificada y me provoca una sensación de calma y bienestar. Por ello, no podía perderme su nuevo lanzamiento ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’ en este peculiar año lleno de tragedias y cambios. A pesar de la evolución notable desde sus inicios con ritmos más acelerados, típicos del post-grunge, cada vez más transformados en canciones lentas o más suaves, siguen despertando las mismas sensaciones que hace más de 10 años. Cuando te gusta una banda, da igual los cambios, te gustará siempre. Los ritmos se han transformado, pero no la afinación y por supuesto la inimitable voz de Shaun aportan el toque perfecto que jamás dejará de sorprenderme.
José Antonio Fernández: ‘Power Up’ (AC/DC)
Es más que probable que este disco no aparezca en las más conocidas listas de éxitos, ni siquiera en algunas de las más modestas. Entonces, ¿porqué incluirlo? Es probable que en la próxima gira apenas interpreten dos o tres temas de este trabajo. Seguramente en unos años nos habremos olvidado de él. Pero qué más da. En cuanto empiezan a sonar esas guitarras es imposible no mover la cabeza. Sigue siendo la misma canción de siempre. Mejor dicho: variaciones mínimas sobre una estructura sencillísima. Pero son ellos, los auténticos, los genuinos, los que durante un par de meses nos han hecho estar atentos a cada descarga que liberaban y que por momentos nos han hecho olvidarnos de este año de mierda.
Jesús Martínez: ‘Vredesvävd’ (Finntroll)
Tras una longeva ausencia en lo que a material nuevo se refiere, Finntroll regresan a lo grande con un magnífico álbum que mezcla perfectamente el black con los ambientes folk, con una voz desgarrada de Vreth y una apisonadora batería de Heikki que dotan a este trabajo de la fuerza y melodía únicas. De ‘Vredesvävd’ destacan temas como “Forsen”, “Mask” y “ Ormfolk”.
Sebastian Løm: ‘Titans Of Creation’ (Testament)
Para mí ‘Titans Of Creation’ de Testament es un gran trabajo que muestra a la banda fiel a su esencia, a su estilo auténtico y volcada hacia sus fans con riffs que recuerdan a sus anteriores éxitos. Un must para todos los fanáticos de este género.
Silvia Martínez: ‘Obsidian’ (Paradise Lost)
El mejor lanzamiento del 2020 sin duda para mí ha sido ‘Obsidian’ de Paradise Lost. Sus voces cavernosas aún más marcadas (cosa que me encanta) y los temas con un desenlace más melódico son sus facetas más destacadas (que para los tiempos que corren, no puede venir mejor). Es el disco más “eléctrico” de los británicos desde ‘One Second’.
Juanma García: ‘Between Land And Sky’ (Marrasmieli)
La banda finesa Marrasmieli ya advirtió con su EP la calidad que tenían, pero en este 2020 se han consolidado como la increíble banda que es. Black metal atmosférico de calidad, con unos sonidos atrapantes, brutales melodías y un canto a la naturaleza. No hay duda: ‘Between Land And Sky’ es el gran disco del año y solo queda ver que les depara un futuro que de seguir así, será muy exitoso.
Tim Drake: ‘Youth Of Dissent’ (1000 Mods)
Stoner, metal, punk, hard rock y hasta grunge se encuentran en grandes medidas y pequeñas dosis según sea la canción de este trabajo de 1000 Mods. Este quizá sea el disco consagración a nivel mundial, nivel mainstream de una autentica propuesta que a pesar de ya tener años en el medio musical y contar con grandes discos al son del sonido Stoner, no se le ha dado el justo valor. El torbellino de sonidos y emociones plasmadas en este álbum es digno de mención. Canción tras canción, ‘Youth Of Dissent’ es impresionante y dominante.
Nocnar Tosnophal: ‘Mestarin Kynsi’ (Oranssi Pazuzu)
Oranssi Pazuzu, con ‘Mestarin Kynsi’, han facturado una obra que pudiéra considerarse en cierto modo conceptual, en la que bucean entre la amlgama de diversos estilos que confluyen y conforman a día de hoy el sello personal de la banda, para pergeñar algo que simplemente te golpea en lo mas profundo de tu subconsciente. Un sonido atávico, convulso, agresivo, tenebroso y apocaliptico de un álbum denso e intenso, que se publicaba en el pasado mes de Mayo, en pleno confinamiento, y que presentaron en una retransmisión en directo en las redes, que no solo evidenció la solvencia musical de la banda, si no que además el formato, la iluminación y la puesta en escena son dignos de recordar, e incluso de editar para la posteridad.
Óscar Gil: ‘II’ (H.E.A.T)
Ha sido un año muy parado pero muy movido para H.E.A.T. Con la salida de Erik Grönwall y el retorno de Kenny Leckremo en esta parte final de 2020, pero en la primera mitad de este mismo 2020, H.E.A.T aún con Erik al frente lanzaba este ‘II’ que se ha convertido en una de las grandes alegrias discográficas en un año tan complicado como este. Potencia y melodía a partes iguales con el señor Grönwall dejando un trabajo vocal excelente.
Roberto Romero: ‘La Miel De Las Flores Muertas’ (Desakato)
Un discazo de Desakato de principio a fin con muchos diferentes matices musicales, a parte del punk, donde tenemos un total de 43 minutos de tralla con 11 temas muy cañeros, como nueva religión, que sin duda estarán en los setlist de los directos de la banda. Para mí ‘La Miel De Las Flores Muertas’ es un álbum que está sin duda entre mis preferidos del año 2020 con el que disfrutarlo con varias escuchas sin cansarte de él.
Lolo: ‘Waldvolk’ (XIV Dark Centuries)
Mi disco favorito para este año es ‘Waldvolk’, de XIV Dark Centuries. Desde el año 2011 no publicaban ningún nuevo trabajo y ha sido una sorpresa sumamente grata. Sin ninguna novedad reseñable en cuanto a su estilo, sí que se acerca mucho más a la atmósfera y concepción de su disco ‘Skithingi’ (2006) que al inmediatamente anterior ‘Gzit Dar Faida’ (2011). Autocalificado su estilo como pagan metal, XIV Dark Centuries mezcla partes sinfónicas de cuerda con el más clásico death metal, aunando además voces guturales y coros de voces limpias, con un estilo muy característico que los hace fácilmente reconocibles. Un disco que merece muchísimo la pena, especialmente para todos aquellos que no conozcan todavía al grupo.
María del Carmen Tajuelo: ‘Arcadia’ (Smash Into Pieces)
El quinto álbum de Smash Into Pieces me ha venido trayendo con el hype por las nubes durante todo este año, ya que han ido publicando diferente singles hasta que publicaron ‘Arcadia’ a finales de agosto, y es que cada canción del disco es un single en sí, porque si una canción es buena, la siguiente es aun mejor. Un disco en el que cada canción describe una mini historia que te adentra en el mundo digital de Arcadia. Todo está muy bien hilado, y la imagen distópica que estos chicos han creado me encanta. Sí señor, una obra maestra.
Sergio de la Torre: ‘Splid’ (Kvelertak)
Cuarto disco de una banda que no ha parado de crecer en estos 10 años de carrera. Para este cuarto álbum, Kvelertak cuentan con nuevo cantante (Ivar Nikolaisen), sin duda, una apuesta arriesgada cambiar al frontman de la banda en pleno ascenso hacia la cima del rock duro. Sin embargo, han mantenido sus raíces y en el disco se aprecia un trabajo muy profundo, con temas largos que entremezclan estilos más o menos extremos. Nikolaisen es definitivamente una elección sublime y cada pista de ‘Splid’ lo demuestra.
Txema Garay: ‘Even The Devil Believes’ (Stryper)
La verdad es que elegir un solo álbum se antoja complicado y en esta ocasión que no lo tengo tan obvio, he optado por atribuir esa posición al gran nuevo trabajo elaborado por el gran Michael Sweet y sus secuaces. Stryper han sido capaces de rescatar su mejor versión de los ochenta, gestando un ‘Even The Devil Believes’ de mucha calidad y sobre todo incorporándole una energía tremenda que les ha proporcionado una multitud de buenas críticas. Una gran obra que no debe pasar desapercibida para todos los seguidores de hard rock.
Jano Carbia: ‘Post Human: Survival Horror’ (Bring Me The Horizon)
Si en 2019 por estas fechas era un fiel defensor de la gran obra que era ‘Amo’, Bring Me The Horizon no me ha dejado otra opción que volverlos a incluir como mi disco favorito del año (aunque oficialmente sea un EP de 9 canciones y 32 minutos de duración). Hace unos meses fue “Ludens” la encargada de ponernos en preaviso, con una canción que se lleva por delante todas las etiquetas existentes en el mundo del rock y el metal.
Su sonido coge elementos prestados del trap o la electrónica, para después dejar a todos con la boca abierta con el mejor breakdown de los últimos tiempos. Cuando llegó ‘Post Human: Survival Horror’ en su totalidad no hizo más que confirmar lo que ya sabíamos: pocas bandas están al nivel de los Sheffield dentro del rock/metal apto para las masas. Que tiemble Avenged Sevenfold.
Lluís García: ‘II’ (H.E.A.T.)
Curiosamente H.E.A.T. han vuelto con su nuevo disco, ‘II’, a sus raíces más hard rockeras melódicas, recuperando con él a algunos de sus seguidores que quedaron desencantados con ‘Into The Great Unknown’, un trabajo ligeramente inferior y mucho más experimental. La (mala) noticia es que Erik Grönwall no podrá defender un material como “Dangerous Ground”, “One By One” o la enérgica “Rise” en directo tras su marcha de la banda para dejar el micrófono a manos de Kenny Leckremo, quien recupera así su puesto original como si hubiéramos retrocedido una década atrás en el tiempo. Una mirada al pasado para mirar hacia el futuro de un género en el que tienen reservada una situación privilegiada por méritos própios.
Guilherme Werneck: ‘Ohms’ (Deftones)
En ‘Ohms’, Deftones volvió a trabajar con el productor Terry Dates después de 12 años, al igual que sus primeros cuatro álbumes, y el resultado no podría ser mejor con la combinación perfecta de los sonidos más modernos que la banda ha estado abordando en trabajos recientes y con el rescate de la sonoridad más pesada, más desgarrada, estridente, emotiva y profunda de sus primeras obras. No hay duda de que ‘Ohms’ es uno de los aspectos más destacados de la carrera de la banda.
Esther Prats: ‘Plastic Hearts’ Miley Cyrus
Muchos pensarán que qué hace una artista de pop haciendo un álbum de rock e incluso ni lo considerarán propio del género. Para mí ‘Plastic Hearts’ ha sido uno de los discos del año porque, que una persona tan influyente como Miley Cyrus haya decidido hacer rock, supone más de lo que se ve a simple vista. Supone volver a poner de moda los pantalones de cuero, los pinchos e incluso los olvidados bajistas y baterías del mundo y, dado cómo se encuentra el panorama musical hoy en día, este álbum era más necesario de lo que se creía.
Paula Sánchez: ‘The Dark Delight’ (Dynazty)
Este es el séptimo disco de la banda sueca. Es algo injusto que a Nils Molin se le haya llegado a conocer más por ser segunda voz de Amaranthe que por la calidad de su propio proyecto personal con Dynazty. ‘The Dark Delight’ no defrauda ni lo más mínimo, tenia muy claro que la canción del año sería una de su disco, pero me ha costado bastante decidirme porque este disco salió en pleno mes de abril y me acompañó durante los días mas duros de este maldito año, no hay un solo tema que no me parezca excelente.
Francisco Zambrana: ‘Alive in Melbourne’ (Jinjer)
En circunstancias normales, uno de estos trabajos no se colaría entre la «crème de la crème» de un año. Sin embargo, y visto lo visto en estos doce meses, el mejor disco del 2020 es el que nos recuerda a cuando vivíamos en la «antigua normalidad». Cuando la acústica la definía el local y no los cascos que llevases puestos. Lo mejor de este fatídico año lo marca Jinjer con su primer álbum en directo ‘Alive In Melbourne’. En este frenético espectáculo celebrado el 5 de marzo en Melbourne, el grupo dio todo lo que les quedó de gasolina antes de enfrentarse a la desoladora pandemia, casi previendo lo que venía en camino. Los ucranianos dejaron lo mejor de sí en el escenario y pusieron un punto y seguido en la historia de su música con todo su repertorio al completo.
José Vilabrille: ‘Mandala Of Fear’ (Huntsmen)
‘Mandala Of Fear’ se trata de un ejercicio artístico que trasciende a la denominación de “disco” o “colección de canciones”. Es toda una experiencia sónica de principio a fin donde el encasillamiento a géneros está fuera de lugar. Sin ataduras y con tantas y tan diversas referencias, Huntsmen han conseguido parir un disco para la historia, de lento paladeo y con infinitas capas. No apto para espíritus clásicos.
Jaime Tomé: ‘Bellavista’ (Viva Belgrado)
Este año he disfrutado mucho con Triángulo De Amor Bizarro, Boneflower, Pearl Jam (mejorando bastante lo que habían hecho con ‘Lightning Bolt’), Deftones, Touché Amoré o PEARS además de darle un buen repaso a cosas más duras como Kvelertak, Imperial Triumphant, Oranssi Pazuzu, Respire o Dawnwalker (más recientemente estos últimos) y mucho más material que dejo en la recámara. De todas formas, mi disco de 2020 es, sí o sí, el ‘Bellavista’ de Viva Belgrado. Por tercera vez me han tocado la fibra en el momento preciso. Se han lavado un poco la cara en algunos aspectos, pero la esencia sigue inamovible.
Curiosos además los guiños líricos a la buena etapa de C. Tangana en varios temas, bienvenidos sean. Me mola que esta vez hayan sido más explícitos sin dejar tanto espacio a la retórica. Estoy deseando escuchar ese EP que tienen pendiente y verlos en directo para corear hasta sangrar los himnos «Una Soga», «Cerecita Blues», la medio aflamencada «Un Collar», «Vicios» y «Amapolita Blues». El disco es sobresaliente, pero concretamente los 5 fragmentos citados me parecen inmejorables y los tendré pegados todavía por mucho tiempo.
Carlos Neubert: ‘May Our Chambers Be Full’ (Emma Ruth Rundle & Thou)
Emma Ruth Rundle & Thou, escalofriante y hermoso a la vez, tan diferentes y similares, han hecho una comunión casi perfecta, al punto de regalarnos el disco del año. La suave y etérea oscuridad en los acordes y en la voz de Emma, en yuxtaposición con la brutalidad descarada de terreno empantanado en Thou. Extremos “opuestos” musicales que encajan perfectamente como piezas de rompecabezas. ‘May Our Chambers Be Full’ es simplemente maravilloso.
David Naves: ‘Limbo’ (Gaerea)
A medio camino entre el black, el death y Oporto, desde ‘Unsettling Whispers’ de 2018 parece que haya pasado toda una vida para Gaerea. El crecimiento ha sido exponencial. La respuesta lusa a los polacos Mgła transmite un vigor y una furia que oprime y atenaza resultando por momentos casi incomensurable con su nuevo ‘Limbo’.
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