MÁRTIRES DE ESTE SIGLO
El rock en general y el heavy metal en particular cuentan ya con un notable elenco de mártires. Algunos siguen idolatrados y se rinde culto a ellos, otros han caído en el olvido pues resultan anónimos para el gran público, aunque su particular legión de fans continúe avivando la llama de su memoria. La mayoría de esos ídolos caídos cuentan con una oscura leyenda que les acompaña en sus últimas horas; esa incertidumbre que, años después, sigue siendo comidilla de sus acérrimos seguidores y hace seguir el debate sobre si fue borrachera, conspiración del gobierno, suicidio o desamor.
Ayer, día 8 de diciembre Dimebag Darrell pasó a engrosar esa maldita lista negra, pero a diferencia de los otros aquí no habrá hipótesis varias sobre sus últimas horas, ni habrá que echarle las culpas al destino porque un cáncer inesperado se lo llevó, ni maldecir a las sustancias prohibidas o al vómito traidor, ni siquiera a los efectos del alcohol. Nuestro triste protagonista es un mártir del siglo XXI, y como tal, a diferencia de los otros, su muerte no invita ni a la duda, todo el mundo lo vio, y (muy posiblemente) esté grabado y circule en unos días por Internet: Asesinado a sangre fría y de cuatro tiros en la cabeza.
Lo dicho, parece que con el nuevo siglo ha terminado con esa incertidumbre que rodeaba a los héroes caídos del rock, su asesinato podrá ser visto por diferentes cámaras con oportunidad de parar la imagen cuando vuelen sus sesos. Así de frío y claro, tanto como la sangre de su verdugo.
Podríamos dedicarle centenares de líneas a su glorioso pasado con Pantera, a su prometedor futuro con Damageplan o a su brillante infancia como guitarrista virtuoso en la que dejaba a todos con la boca abierta, no hace falta, habrá mil reportajes en revistas y webs (esta incluida); la muerte de Darrell a manos de un enajenado mental no es una muerte cualquiera, sus esperpénticas circunstancias van a traer consecuencias importantes en la industria que, a día de hoy, debería entrarle a uno miedo en el cuerpo, pues señores/as: puede que a partir de hoy cambien muchas cosas.
Para ser sinceros, hoy en día se nos ha hecho ya muy habitual que en los Estados Unidos alguien se líe a tiros o perpetre carnicerías. La repetición sistemática de hechos como los de Columbine hacen que la sociedad quede insensibilizada y no reaccione como debería ante atrocidades de semejante calibre. También es habitual que, de rebote, se quiera culpar de los problemas mentales del “sr. Tarado” a bandas de metal y a su nociva influencia debido a que entre su colección de discos había uno de Slayer o Judas Priest al lado de Madonna y Boney M. Pero esta vez nos ha tocado de cerca, ha sucedido en un show de metal y es evidente que la seguridad en los conciertos quedará en entredicho. Se hace difícil explicar como alguien fue capaz de burlar los controles (si los había) y colara un arma en el recinto. Más raro aún es que dicho sujeto se subiera a las tablas y llegara a tomar al guitarrista por los pelos, evidentemente algo falló y, claro, habrá que enmendar las cosas.
Para tener mayor seguridad en los conciertos habrá que contratar a más gente y eso repercutirá en el precio de las entradas, algo que seguro notarán nuestros bolsillos. Quien ha sido asesinado no era un don nadie, era un primer espada, y seguro que a bandas de calibre similar no estarán dispuestas a correr suerte pareja.
Evidentemente que este suceso es un hecho totalmente aislado y desgraciado dentro de los millones de conciertos de heavy metal que se suceden a lo largo del globo en un año, pero claro, y volvamos a lo de siempre: ¿cuales han sido las ultimas noticias que han aparecido en este país relacionadas con el metal? –las sabemos todos- : Mueren más de 100 personas en el concierto de Great White por culpa de la pirotecnia – Muere la banda madrileña Santuario calcinada en el local de ensayo – Muere de cáncer Johnny Ramone – y como no: Asesinato de Dimebag Darrell a sanre fría… Evidentemente la muerte es el elemento común en toda noticia relacionada con el estilo, algo asociado al heavy metal de por vida, el único factor que hace que dicho estilo salte a los medios de comunicación: la muerte.
Mucho se hablará ahora del verdugo llamado Nathan Gale, el nuevo Mark Chapman (asesino de Lennon) el cual, como todo loco asesino que se precie, será descrito por sus más cercanos como “una persona normal y cariñosa”, como siempre sucede en estos casos. Alguien que ni siquiera merecería ni ser nombrado pero que estará siempre ligado a la historia de Pantera, Damageplan y Darrell. Las muchas respuestas a las preguntas que suscitan los hechos acaecidos reposarán para siempre dos metros bajo tierra. Puede que nunca sepamos que impulsó a semejante tarado a perpetrar esta atrocidad, pero quizá sea mejor que dichas preguntas queden en blanco pues, sea por X o por Y, Dimebag ha perecido sobre el escenario. Un final propio de un santo mártir mezclado con el Gore descerebrado de ficción de principios de este siglo. En definitiva, algo inexplicable.
Cabe también tener un último recuerdo a esos fans que perecieron bajo los disparos y como no, también a las respectivas familias y a la propia banda, y en especial a Vinnie Paul, hermano de Dimebag Darrell quien, recordemos, tras los parches vio como a escasos metros Gale terminaba con la vida de su hermano.
Así siguen las cosas y así seguirán, dominados por una potencia que se escandaliza al ver como cada X tiempo un zumbado armado monta carnicerías, eso sí, recomienda que para que esto no pase te compres un arma y dispares tu antes. Sobretodo recuerda, si disparas evita tener entre tu discografía un disco de Judas Priest o Pantera, si no puede que tengas serios problemas con la justicia…
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