En un mundo donde el éxito es efímero y las compañías que rodean a los exitosos son meros interesados , es sorprendente que cualquier banda aguante en la cresta de la ola durante tanto tiempo. Es más, es verdaderamente extraño que MAGO DE OZ hayan podido resistir ahí arriba tanto tiempo sin venirse abajo (aunque haya habido conatos de ello en el pasado).

Las presiones del éxito no son siempre un motivo de auto-superación, sino
que a veces son el motor que puede llevar a alguien al infierno más absoluto.
No se cuál será el caso exacto de Txus, batería y líder de MAGO DE OZ, pero
estoy seguro de que no está pasando por un buen momento cuando, recientemente,
ha anunciado que la gira de la banda iba a seguir sin él durante una temporada.
El sabrá los motivos.

Lo que un simple opinador observa desde la barrera es que aguantar ante la
multitud el ritmo de trabajo de una banda exitosa y soportar las críticas constantes
y continuas no debe ser fácil. MAGO DE OZ son una banda que, para bien o para
mal, siempre ha estado situada en tierra de nadie. Algunos heavies de pro los
han denostado por ser fuente de éxitos múltiples y variados y por atreverse
a gritar sus ambiciones en público, mientras que muchos fans casuales de la
música los han evitado por ser er…demasiado metálicos. ¿Paradójico eh?

No se muy bien los motivos que han llevado a Txus Di Fellatio a tomar ésta
decisión de retirarse temporalmente de la carretera. Como él mismo me ha confirmado
en alguna entrevista, Mago de Oz han “sabido lo que sentía Keith Richards” y
han vivido “lo que supone el star-system” y eso puede ser tremendamente destructivo.
Son muchos los rumores, las habladurías y los comentarios sobre lo que rodeaba
a MAGO DE OZ en la época de “Gaia” o “Finisterra”. Ellos mismos se han encargado
de echar leña al fuego (¿alguien recuerda la mítica entrevista de la Heavy
Rock?) y de buscar la polémica como si les fuera la vida en ello. No quiero
decir con esto que las cosas se hayan vuelto en su contra porque, realmente,
no creo que hayan hecho nada mal. Han hecho lo que cualquier estrella del rock
habría hecho cuando recibe millones, cuando cualquiera de sus comentarios provoca
controversia y cuando cualquiera de sus canciones provoca tantas iras como
alegrías. En definitiva, se han dejado cautivar por el poder de la fama en
sus múltiples vertientes.

Ahora es momento de reflexión y de descanso.

El personaje que Txus ha creado es eso: un personaje que hace lo que se supone
que hacen los personajes. Vacila, lanza frases grandilocuentes, muestra en
público sus ambiciones sin ningún miedo a las consecuencias. Quizá todo aquello
que el verdadero Txus no haría. Simplemente se limitaría a tocar la batería,
a intentar mejorar como músico y a escribir aún mejores letras para las canciones
de la banda de sus amores.

Cualquiera que le haya entrevistado en los últimos habrá podido ver un cierto
cambio en la actitud. Antes hablabas con Txus y a ratos, con el personaje.
En los últimos tiempos, sólo hablabas con el personaje (y sino, a alguna que
otra cita durante la promoción de “Gaia II : La Voz Dormida”) me remito. Y
no es que eso sea horrible. Simplemente, el verdadero Txus no ha podido seguir
cargando con el personaje, como el mismo admitía recientemente en un escrito
publicado en otra web de metal española donde intentaba ofrecer las razones
de su baja temporal.

Imagino que los matrimonios fallidos, los escarceos con
las drogas y la locura generalizada de la fama tienen que tener sus consecuencias
en la personalidad de cualquiera. Pero tener que llevar adelante a una especie
de muñeco hinchable que vive dentro de ti, que habla por ti y que no te deja
expresarte de verdad debe ser cansino. Quizá todo sería mejor si el verdadero
Txus, humilde y sincero, volviera a dar la cara. Y que ese tipo vestido de
rosa, que lanza frases poéticas al viento como si fuera una ametralladora,
y que intenta recibir su dosis de notoriedad sea guardado en el baúl de los
recuerdos.

Pero pensándolo bien, quizá ha sido el propio público quien le ha obligado
a crear esa máscara. Las críticas, los comentarios malintencionados, los insultos
en los foros, el acoso y derribo sistemático de alguien por simple envidia
y porque tiene-más-éxito-que-tú es algo que desgasta hasta al más resistente.
Y Txus, el Txus que hay dentro de ese tipo que ha provocado las mayores iras
contra MAGO DE OZ, quizá está desgastado. De todos modos, deberíamos esperar
que no sea nada importante. El Heavy Metal de este país debería estar muy agradecido
a que, por medio de la polémica o de los singles radiofónicos, muchos adolescentes
hayan escuchado por primera vez una guitarra con distorsión. Y a IRON MAIDEN.
Y quizá, como a Txus le gustaría, a RAINBOW. Y como siempre ponía en los libretos
de MAGO:

“We Must Be Over The Rainbow”.

Le ames o le odies, hay que respetar el trabajo de alguien que se ha dejado
los cuernos en la carretera por su pasión. Nadie es perfecto.