El circo de las pistolas y las rosas ha seguido dando de que hablar en diez años de silencio absoluto. Ni estruendo de disparos ni espinas afiladas, tan sólo diez años de balas perdidas y rosas mustias regadas por la decepción.

¡Vuelven Guns’N’Roses!, con este eslogan tan falso como funcional nos venden un recopilatorio que parece que correrá una suerte pareja a la que supuso el directo oficial Guns’N’Roses Live Era, que salió al mercado en 1999 con una pegatina que rezaba: The Best Of Guns’N’Roses. En el mundo de las discográficas y la música, y más en concreto en el mundo del metal donde el fanatismo irracional, el coleccionismo compulsivo y la reverencia al ídolo son algunas de sus características básicas, estamos ya muy acostumbrados a que nos vendan humo.

Pero esta vez parece que la promoción cuaja y sin necesidad de material inédito. El disco recopilatorio se ha encaramado en las listas de los EUA e Inglaterra. Si copara los primeros puestos de las listas de todos los países desarrollados y subdesarrollados apenas sería noticia, pero ser Nº 1 en tierras históricas hace que ya podamos hablar de revival, fenómeno inesperado, resurrección y que Axl y Slash vuelvan a colarse en todas las portadas europeas, americanas y niponas.

Mucha gente ha opinado que el éxito de los Guns fue ampliamente sobrevalorado, pero indagando un poco en su escasa pero florida carrera no hay más que rendirse a la evidencia que si llegaron tan alto es, en gran parte, merecido. En la vertiente musical grabaron uno de los mejores discos de la historia del rock: Apetite For Destruction. Sacaron un mini llamado Lies que combina versiones que han pasado a la historia con temas propios que se hicieron un hueco y que, hoy por hoy, ya son clásicos en este negocio. Para terminar de rizar el rizo fueron capaces de sacar al mismo tiempo dos discos: Use Your Illusion I y II que fueron la evidencia del enorme potencial de la banda. Himnos y más himnos bajo una cubierta que es un montaje/extracto del cuadro de Raffaello La escuela de Atenas. Dos discos a la vez, que subieron listas arriba mirando desafiantes y de tú a tú al mismísimo Balck Album de Metallica. Tras ello, gira mundial, excesos, noticias extramusicales y expulsiones que se tradujeron en ¿The Spaguetti Incident?, un disco de versiones punk más orientado a dar voces de: ¡Ei, seguimos vivos! y destinado a explotar el filón comercial que de continuar queriendo mostrar al mundo su excedente de ideas y su (aparente) inagotable calidad.

La historia termina con una situación tan absurda como previsible: Todos los integrantes de Guns son expulsados por su líder Axl Rose que decide encerrarse en si mismo, reagrupar una banda y continuar con el nombre que les dio fama. Los caminos que han seguido los ex miembros no han sido tan brillantes como en su día fueron los restos disgregados y amputados de unos Deep Purple. Aquí no hubo Rainbows, Whitesnakes o carreras en solitario como las de Glenn Hughes. Más bien lo contrario: decepciones, tristeza y descenso a los infiernos.

Duff, el que siempre fue el punkie del grupo grabó algún LP en solitario. El primero tuvo repercusión pues fue el primer gunner en mover ficha, el segundo, si lo llegó a escuchar su vecino del cuarto tercera ya lo puede calificar de éxito.

Gilby Clarke fue el último en llegar y el que más puede estar agradecido de haber pasado momentáneamente por las filas de los Guns, muy pesar de cuando el vuelo ya iba en picado. Que se asocie su nombre al de la mítica banda le ha permitido ir tirando de discos en solitario bajo la flamante pegatina de ex G´N´R y llegando a titular obras como The Hangover (resacón).

Izzy Stradlin también consiguió sacar, muy de uvas a peras, algún CD en solitario con más pena que gloria, si bien es de los que consiguió mejores críticas.

Slash, el que para muchos representaba el alma de la banda pareció que era capaz de dar continuidad a la sonoridad auténtica de la banda con sus Slash Snakepit, pero fue un auténtico “bluff”. Grabar con Michael Jackson y demás personajes del estilo decepcionó a muchos de sus fans y que decir de su colaboración con Marta Sánchez, sepultó a toda la parroquia nacional a base de infartos. Una de las iconas más auténticas del hard rock con la ex Olé Olé. Olé Slash Olé…

Matt Sorum, el que fuera baterista de los Cult volvió a su banda madre no hace mucho para rememorar viejos éxitos con un más que interesante disco, pero parece que su carrera se ha ido a pique pues Astbury ahora le ha dado por jugar a ser Jim Morrison con el resto de los The Doors.

¡Y que decir de Steven Adler!, tras ser el primero en ser expulsado y descender hacia los infiernos y el tártaro donde, dicho sea de paso, se instaló durante unos añitos, revivió con una especie de banda tributo a los Guns, o mejor dicho, al Apetite For Destruction bajo el “ingenioso” nombre de Adlers Apetite.

Y finalmente llegamos a la figura de Axl Rose o lo que es lo mismo: G´N´R. Axl lleva lustros preparando un disco casi ficticio del que todo el mundo ha escuchado su nombre pero no ha oído nada: Chinese Democracy. Retrasos, giras fantasma, detenciones, supuestas regrabaciones del Apetite por parte de la nueva banda, un grupo que, por cierto, posee musicazos que fichan, rompen contratos, son expulsados y en los que sólo resiste el teclista Dizzy Reed… Recientemente han echado Buckethead, un tipo que toca con máscara y con un cubo de festín familiar del Kentucky Fried Chicken en la cabeza.

El último acto lastimoso de Rose ha sido desaparecer del cartel del Rock In Rio portugués a un par de meses de su celebración, pero lo peor de todo es que a estas alturas a nadie le sorprende.

Viendo la escasa repercusión de los Gunners tras su debacle queda claro que al separarse se quedaron sin balas y facturando discos que eran pólvora mojada. Se calcula que los ex han grabado unos 20 discos en solitario. No hace falta ser un adivino para saber que las ventas de todos ellos apenas deben llegar a la mitad de lo que vendió el horrible disco de versiones punk, tan indigesto como los espaguetis de su portada.

Tampoco hace falta ser Michel de Nostradamus para adivinar que si las cosas funcionaban bien juntos no tardarán en reunirse, pero esa decisión es cosa de Axl, un ente peculiar e impredecible como él solo. De momento lo mejor que se les ha ocurrido a la pandilla de rockers es agruparse todos bajo el nombre de Velvet Revolver (el nombre ya lo dice todo de hacia donde apuntan las pistolas). Lo más increíble de la historia es que para Velvet Revolver es que ya han expulsado a Izzy Sradlin y que han vuelto a tropezar con la misma piedra de siempre, seguro que lo habéis adivinado: el cantante. La elección fue Scott Weiland exStone Temple Pilots y ávido consumidor de drogas y sustancias nocivas. De hecho es noticia semana sí, semana también por problemas derivados de tráfico de narcóticos, consumo en público y demás. Y lo mejor de todo, el disco debut de Velvet Revolver está retrasado debido a que Weiland está en una clínica de rehabilitación.

La campaña de publicidad apunta que: “10 años de silencio es mucho tiempo”, pero si este silencio se rompe por un disco con temas ya escuchados tampoco ganamos nada, de hecho ya se hizo ruido en el 99 con ese, dicho sea de paso, excelente directo. Hay curiosidad por oír como suenan los nuevos(?) Guns y los antiguos(?) con Scott Weiland, pero si se analiza la situación es tan surrealista vista desde fuera como coherente vista desde dentro, desde el prisma del fan. ¿Cuantos años más debemos esperar para que salga el Chinese Democracy? ¿Y para el de Velvet Revolver? Preguntas interesantes que pierden todo valor ante la madre de todas: ¿Cuanto tardará Axl en reformar a los auténticos Guns? La respuesta es tan evidente como dolorosa. Evidente porque está claro que ocurrirá cuando se le vacíen los bolsillos, y dolorosa porque viendo la cantidad de años que lleva sin hacer NADA es indicador de que el hombre está muy forrado. Esperaremos sentados sr. Rose.