A priori este festival se nos presentaba como una oportunidad única por estos lares. Un festival con cantidad de grupos de renombre, incluyendo a MEGADETH, ANNIHILATOR, CELTIC FROST en su reunión o BLIND GUARDIAN después de tres años desde su última visita parecía suficiente para convertir a Jerez, cuna de Lola Flores, en capital metálica de Europa durante unos días. Por eso, al ver la primera jornada a unos pocos cientos de personas en el recinto durante el show de RUNIC parecía un poco extraño. “Será por el calor, el grueso de gente vendrá después de la jornada laboral”, pensaba yo. Luego no fue así, como habréis podido comprobar en el artículo de mi cabreadísimo (y con razón) compañero Satur Romero. Para que luego se quejen algunos.

Pero
vamos a lo que vamos, que es a hablar del festival, aparte de la escasa afluencia
de personas. Debo reconocer que el parque González Hontoria era una incógnita
para mí, sólo había visto un par de fotos por satélite y lo único que podía
sacar de aquello es que se trataba de un recinto grande y con poca sombra. Di
en el clavo. Pero no sólo eso, sino que además resulta perfecto por sus dimensiones
para organizar un macroconcierto (ja, ja, ja) de estas características. Se trata
de un parque amplísimo, adornado con palmeras (perfectas para orientarse y
quedar con la gente a oscuras: “oye, nos vemos en la segunda palmera de
la izquierda, ¿vale?”) y bancos para sentarse. Para lo que ya no era tan
ideal es para la acampada, y es que, según nos contaron algunos sufridos heavies
que se llevaron la tienda a cuestas, intentar incrustar un clavo en el duro
albero del parque se antojaba algo tan difícil como que Michael Kiske vuelva
hoy por hoy con Helloween. No sé si hubiera sido muy costoso traer algo de arena
para clavar bien las tiendas, pero parece ser que aquello fue una odisea y más
de uno acabó durmiendo al raso.

Un
aspecto que sí debería cuidar la promotora si tiene la vergüenza torera de volver
a organizar este festival el año que viene es el de las pocas sombras. Vale
que hubiera carpas a ambos lados del escenario donde calmar la sed mientras
se veían los grupos, vale que tuvieran la genial idea de instalar un “lavadero”
con microclima (impagable, de verdad, todo un acierto), pero los pobres que
quisieran ver a su grupo favorito
de una a seis de la tarde lo tenían bastante crudo, porque el sol pegaba a plomo.
Sería una buena idea colocar al menos un toldo grande para aquellos pocos cientos
de personas que aún así aguantaron como valientes las actuaciones de PRIMAL
FEAR, BENEDICTUM, RUNIC, SPHINX, SAUROM, GOTTHARD (infame horario el suyo) y
SODOM, entre otros.

Y respecto a los horarios sí que hay que darles un fuerte tirón de orejas a
Rock n Rock, que a pesar de la buena organización en general ha tenido un par
de fallos garrafales. No hablo ya del injusto orden en el cartel de GOTTHARD
y sobre todo de SODOM, sino de los errores de los horarios incluidos en los
programas que repartían a la entrada del festival. El primer día ya se equivocaron
poniendo en la revistita a MOONSPELL antes que a METAL CHURCH, y en el segundo,
fallo imperdonable, tuvieron el despiste de poner a SODOM a las 16:40, cuando
su actuación (y así venía en internet, donde los horarios eran correctos) fue
a las 14:00. Me consta que más de uno se indigno cuando se enteró que Tom Angelripper
& co. ya habían descargado su material, y de qué forma, por lo poco que
vi. Yo fui uno de los damnificados, lo reconozco. Y me cagué en todo,
también. Cosas del directo.

Sigamos repasando las instalaciones del festi, y vamos cerrando el chiringuito.
Los baños, aunque algo alejados del escenario, eran bastantes, a diferencia
de otros festivales como el Atarfe Vega Rock, que a ver si mejoran el año que
viene. Había también grifos para asearse/refrescarse/limpiarse la mugre de la
ropa que estaban bastante bien, y es que quitando la falta de una carpa para
las horas de más sol, el calor pudo combatirse bastante bien gracias
al agüita fresquita. Los precios de la comida y bebida no eran excesivos comparados
con los habituales, y la gente arrasó con los coques y pizzas. Mención especial
merece la nueva especialidad de la casa: pizza de salchichas con mostaza. Un
manjar de gourmets, sí señor. Si es que con hambre entra todo, ¿que no?

El punto más flaco de todo el festival era la ridiculez de puestos de discos
y camisetas. Apenas seis o siete tenderetes había. Sin duda influyó el hecho
de que hubiera dos festivales al mismo tiempo, así que la gente que normalmente
viene del norte a vender sus productos se quedó lógicamente en Gernika. Y creo
yo que hicieron bien, porque tenían más
clientela. Tampoco vimos a los portugueses ni a los mejicanos que nos surten
de cosas guapas cada vez que hay un Atarfe Vega Rock, qué se le va a hacer.
De todas formas los que pudieron, arrasaron con lo que había. Como las camisetas
de mujer de WITHIN TEMPTATION, que se agotaron poco tiempo después de su genial
actuación el segundo día. Entre eso y la enorme fila que había en la caseta
de firmas, ya os podréis imaginar cuál fue uno de los grupos triunfadores.

Como
siempre pasa, lo mejor lo puso los que estaban allí. Todavía me sorprendo cuando
algunos dudan de la seguridad de este tipo de conciertos o del comportamiento
de los que allí van. Señores, el público que va a los conciertos de heavy metal
es en un 90% buena gente, que va a pasárselo bien, a su rollo. Siempre hay alguien
que intenta joder la marrana o alguno que se pasa con la birra/cubatas y derivados,
pero son contadísimas excepciones. Por cierto, ¿cuántas veces salimos en el
telediario? ¡Ni una! ¿Y Benicassim? ¡Todos los puñeteros días! Si al final van
a tener razón los que se quejan de que el heavy es ignorado por los mass media…

Mención especialísma desde aquí para un grupo selecto de personas: la pareja
de canarios (y no sé hasta qué punto lo serían…jejeje) que se tiraron el festival
vestidos de marujas, con sus rulos, bata y todo a lo Freddy Mercury en I want
to break free. Con un par. No puedo olvidarme tampoco de mi tocayo Pablo, quese
tiró los tres días de festi a pleno sol quitando y poniendo la valla para que
los plumillas y fotógrafos de prensa entráramos a tomarnos algo fresquito en
la zona habilitada para nosotros. Eso sí que es tener un trabajo sufrido, macho,
te ganaste las pelas. Y así con cantidad de personas, desde los que babeaban
haciéndose fotos con Veronica Freeman, que salió a darse un baño de multitudes
por mitad de los tenderetes, hasta los que llevaron pancartas para dar el cante.
Un diez para todos, por querer pasárselo bien y contribuir de algún modo a que
haya conciertos buenos de heavy en Andalucía. El resto no tenían un duro, algo
perfectamente comprensible, o no quisieron ir. Satur los ha puesto ya cada uno
en su sitio. Por mi parte, yo me lo pasé de escándalo. Ojalá se repita. Ojalá…
Saludos a todos.