Dentro de las adicciones y filias de los músicos existe una que me llama la atención, y es la pasión por los chicles de Lars Ulrich, ese señor bajito que toca la batería en Metallica.

Ya de por sí el tío tiene cara de bofetón, el típico que lo ves por la calle y te cae mal, le darías una hostia a mano abierta sin mediar palabra. Podía haberse enganchado al alcohol como Hetfield o a la heroína como su ex amigo Mustaine ,pero no; cayó en las garras del sorbitol. También coqueteó con la cocaína, valga la redundancia, pero eso es algo casi normal en estrellas del “ruock”. Las veces que no está dándole al chicle incluso tiene cara de estar mascando uno o de estar salivando.

Todo este asunto ha dado lugar a múltiples rumores y conjeturas sobre Lars Ulrich y los chicles; hay quien dice que debajo de esa caja Tama hay una colección de chicles pegados o incluso otros apuntan a que el chicle que masca es el mismo desde el Kill ‘Em All. Lo deja en un vasito en la mesilla de noche y lo quiere como a un hijo, ¿os imagináis la dureza que debe tener ese chicle?

Para mascar eso harían falta las mandíbulas de un gran blanco o de un cocodrilo del Nilo para deformar esa deforme masa de goma arábiga. Pero son solo rumores, no lo vayáis contando por ahí, que una mentira contada muchas veces acaba por convertirse en verdad.

¿Y del palillo no vamos a hablar? Entiéndase palillo como mondadientes. Pues sí, merece hacer mención a ese pedazo de madera que lleva en la boca en algunas entrevistas y que enerva a los/las periodistas. Entiendo que para un señor con boina aficionado a las tascas de torreznos y que bebe sol y sombras para desayunar, el llevar mondadientes en la boca es casi parte del atuendo o un símbolo de virilidad rural, pero para el batería de la banda más grande (en cuanto a números) del metal no parece lo más glamouroso. La duda es si lo lleva para hacerse el interesante os es para sacarse los “And Justice Paluegos”.

Lars Ulrich palillo

Por ir cerrando este estúpido artículo de opinión, una cosa os voy a decir: puedes criticar su habilidad como batería desde tu mugriento local, puedes mofarte de su dominio del doble bombo en tu perfil de Facebook… pero se la suda, porque ha conseguido algo que vosotros jamás conseguiréis por mucho empeño que pongáis, y es crear una de las bandas más importantes de la historia de la música con sus recursos técnicos limitados, su chicle y su palillo.

Jevo (Reno Renardo)