El tema de Slayer que más le cuesta tocar a Kerry King
Kerry King revela cuál es el tema de Slayer que más le cuesta tocar en directo por su velocidad y dificultad. Descubre cuál es y su riff favorito de Jeff Hanneman.
A lo largo de su carrera, Slayer ha sido conocida por su velocidad y agresividad en el thrash metal, pero incluso para un guitarrista tan experimentado como Kerry King, hay una canción en particular que destaca por su dificultad. En una reciente entrevista con Metal Hammer, King reveló cuál es el tema de Slayer que más le cuesta tocar debido a su rapidez y complejidad.
“Dittohead”: el tema más rápido de Slayer
Cuando se le preguntó cuál era la canción más difícil de tocar de su repertorio, King eligió “Dittohead”, del álbum Divine Intervention de 1994. “Podría mencionar varias canciones, pero diría que ‘Dittohead’ por la pura velocidad que requiere. Probablemente sea nuestra canción más rápida, y no es algo que me apetezca tocar en directo próximamente”, confesó el guitarrista.
“Dittohead”, que dura apenas dos minutos y medio, es uno de los temas más cortos del álbum, pero su velocidad y complejidad técnica la convierten en un verdadero reto, incluso para King. Según los datos de Setlist.fm, Slayer ha tocado esta canción en directo un total de 438 veces, con la última interpretación en diciembre de 2018.
Su riff favorito de Jeff Hanneman
Además de hablar sobre las canciones más desafiantes de Slayer, King también compartió cuál es su riff favorito de su compañero de banda, el fallecido Jeff Hanneman. King eligió el clásico “Raining Blood”, aunque admitió que fue una decisión difícil. “No es solo un riff en esa canción, es todo un escaparate. Si tuviera que elegir uno, diría el intro, ya que la gente todavía canta esa línea de guitarra”, explicó King.
Hanneman tocó por última vez con Slayer en abril de 2011 durante un concierto del Big 4 en Indio, California, donde interpretó “Angel of Death” y “South of Heaven”. Sin embargo, su última interpretación de “Raining Blood” fue el 21 de octubre de 2010, meses antes de que su estado de salud lo alejara definitivamente de los escenarios. Hanneman falleció en mayo de 2013, dejando un legado imborrable en el mundo del thrash metal.
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