El que fuera batería de AC/DC, fue declarado culpable de los cargos de posesión de drogas y de proferir amenazas de muerte en contra de uno de sus empleados.

Como muchos recordaréis, el pasado 27 de septiembre, Phil Rudd, ex batería de AC/DC, amenazó por teléfono con matar a uno de sus asistentes, según la Fiscalía. Tras la denuncia, la Policía se personó en el domicilio del músico en Matua, en la isla Norte del país, donde halló 0,71 gramos de metanfetamina y 130 gramos de cannabis. Desde aquel día, las informaciones, las declaraciones y los testimonios, han llenado hojas y hojas de noticias.

Sin entrar en más recordatorios de todos los hechos, y siguiendo una cronología resumida, el pasado mes abril, Rudd, de 61 años, admitió la posesión de droga y haber amenazado de muerte a un empleado (con el que estaba bastante enfadado y al que culpó por la poca promoción y las malas ventas de su disco en solitario «Head Job»). A este empleado le pagó finalmente una jugosa indemnización de la que se desconoce la cantidad. Pero así, se quitó de enmedio un cargo importante, y el año pasado se retiraron los cargos de instigación al asesinato presentados contra Rudd por falta de pruebas. Aún así, el juez Thomas Ingram del Tribunal del distrito de Tauranga, rechazó la petición de absolución de Rudd.

Ayer se celebró el juicio y el tribunal de justicia de Nueva Zelanda le ha condenado a ocho meses de arresto domiciliario a Phil Rudd, al ser declarado culpable de los cargos de posesión de drogas y de proferir amenazas de muerte en contra de uno de sus empleados.