El vocalista no quiere ni llantos ni lamentos. Id guardando el champán para cuando llegue el momento. Así lo desea.

Ozzy Osbourne, de 62 años de edad, que a menudo ha dicho en entrevistas que tiene "la suerte de estar vivo" después de décadas de abuso de drogas y alcohol – quiere que su funeral sea como "una celebración, no un festival melancólico".

En su columna sobre salud que escribe para la revista Sunday Times, Osbourne escribe: "No me importa lo pongan en mi funeral, pueden poner un popurrí de Justin Bieber, Susan Boyle y We Are The Diddymen si le hace feliz – pero lo que quiero seguro es que sea una celebración, no un festival melancólico (sic)”.

"También me gustaría algunas bromas, tal vez sonido de golpes en el interior del ataúd, o un video de mi médico que pide una segunda opinión sobre su diagnóstico de mi muerte ".

"No quiero que se insista en los malos tiempos. No quiero que mi funeral sirva para estar triste. Quiero que sea un momento de decir «gracias»".

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