Nickelback se encuentra en plena guerra judicial con un cantante tejano debido a los derechos de “Rockstar”.

El artista Kirk Johnston demandó por plagio a Nickelback (Chad Kroeger, Michael Kroeger, Ryan Peake y Daniel Adair) y a los antiguos sellos discográficos de la banda, Roadrunner Records y Warner Chappell Music y a Live Nation Entertainment. El motivo es por los derechos de la canción “Rock Star”, escrita por Johnston en 2001 durante su etapa con la banda Snowblind Revival.

Demanda por plagio

La banda Snowblind Revival creó un master del sencillo y otras 3 canciones originales. Hicieron 15 copias del master y las enviaron a diversos sellos discográficos, entre los que se encuentran Universal Music Group y Warner Music Group, de los cuales Roadrunner Records y Warner Chappell Music son subsidiarios indirectos. Nickelback publicó la canción “Rockstar” en 2005, y Johnston alega que las empresas anteriormente mencionadas habían tenido acceso a su composición original y la reutilizaron para dicho sencillo.

La canción de Nickelback pertenece al álbum ‘All The Right Reasons’ (2005). Johnston alega en su demanda que “una cantidad sustancial de música en ‘Rockstar’ está copiada de la composición original ‘Rock Star’, incluido el tempo, la forma de la canción, la estructura de la melodía, de la armonía y la temática de la letra”.

Nickelback se defiende

Nickelback se defiende alegando que “las canciones no se parecen en absoluto”. Consideran que el artista tejano no acertó en sus especificaciones respecto a las supuestas similitudes entre ambas canciones. Además, justifican que los puntos communes entre ambas letras no infringen ninguna norma, ya que se trata de un tema muy genérico presente en muchas canciones.

La banda también escribió en su defensa en los juzgados que el ámbito musical también es diferente, con su canción siendo mucho más lenta, en distintas tonalidades y con estilos muy diversos. Además, completan con la defensa de que ambas bandas tocan géneros musicales distintos y con melodías que no tienen nada que ver entre sí. Añaden, finalmente, que Johnston no aporta pruebas de los supuestos encuentros con los sellos discográficos mencionados en la demanda.

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