MOTORHEAD (9/10)

El cansancio era mucho. Las ganas de llegar a casa, impresionantes. El odio
a cualquier cosa con seis cuerdas brutal. Pero… ¿como te puedes negar a
que Lemmy Kilminster te trepane sónicamente? No way!


A las 2:30 de la madrugada MOTORHEAD hacen suyo el escenario, tras una prueba
de sonido muy agobiante de mas de una hora. Pero valió la pena, porque en
el momento que subieron al escenario, la gente recupero la energía y se lanzó
a cantar los temas mas macarras y básicos jamas concebidos por seres humanos.

“We Are Motorhead” inició el concierto, con un Lemmy de voz mas cazallera
que nunca (no obstante, fuma como un carretero como pude comprobar esa tarde),
y sobre todas las cosas, un Mikkey Dee desbocado que me hizo olvidarme de
cualquier solo de Mike Terrana con solo verle. Cualquier día sufrirá un derrame
cerebral en directo o algo similar. La manera en que golpea su instrumento
es bestial, no se ni como resisten los parches.


Phil Campbell, por su parte, ya parecía recuperado de la reciente muerte
de su madre, y deambulaba arriba y abajo por el escenario dando a entender
que podría estar en cualquier otra parte y disfrutando igual. Es un tio muy
sereno sobre el escenario y básicamente toca mientras pasea por el mismo.

“No Class” fue el segundo tema de la noche, y así mismo sonó “R.A.M.O.N.E.S.”,
el particular homenaje de Lemmy a la banda de New York.

“Civil War” sonó perfecta y posteriormente Lemmy preguntó a la audiencia
si había punks por alli. Era evidente que ibamos a ir de viaje hasta el año
1977, mediante una explosiva y arrastrada versión de “God Save The Queen”
de los SEX PISTOLS.

A lo largo del concierto, una antena de radio cercana fue provocando problemas
con los amplis de la banda (también sucedió con algunos otros grupos del domingo,
caso de STRATOVARIUS). El caso es que, como aquel que dice, mientras Lemmy
presentaba un tema, sonaba Chenoa de fondo, lo cual es bastante cachondo y
“typical spanish”. La banda finalmente se indignó ligeramente con esto y dejaron
en el tintero un par de temas clasicos como fue “Orgasmatron” y “Bomber” (pecado
capital, señor Kilminster).


“Metropolis” fue otro de los grandes momentos de la noche. La cadencia con
la que la banda interpreta un tema tan denso como éste le hace ganar muchos
enteros, y sin duda, mejora la versión de estudio. En algun momento indeterminado
hubo un atronador solo de batería de Mikkey Dee que nos dejó patidifusos,
para mas adelante seguir con un “Killed By Death” de los que hacen historia.
“Ace Of Spades” cerró el concierto regular, aunque Lemmy previamente dijo
“Si gritáis volveremos, ya sabéis como funciona”. Y evidentemente, volvieron
con un “Overkill” impresionante que me puso los pelos de punta.

Al final, la ceremonia clásica: la banda deja sus instrumentos al máximo
volumen para que se acoplen al lado de los amplis y se disponen a hacer la
reverencia ante su público. MOTORHEAD habían venido y se habían comido con
patatas y una buena ración de actitud, a las bandas como STRATOVARIUS. Me
pregunto que opinarían los adolescentes que aplaudían los gallos de Timo Kotipelto
en “Hunting High And Low” de la severa demostración de autoridad metálica
de MOTORHEAD. Probablemente, no podrían opinar. Les volaron los sesos, como
me hicieron a mí. Y es que MOTORHEAD es mucho MOTORHEAD.

Texto y fotos: Sergi Ramos