El líder de Soulfly, Cavalera Conspiracy, Killer Be Killed y otros tantos proyectos, ha narrado cómo fue grabar las partes vocales del tema más mítico de una de sus bandas junto al vocalista de Slipknot.

Soulfly se creó en 1997 cuando Max Cavalera decidió abandonar Sepultura, grupo clave tanto en la historia del thrash como del groove y nu metal, para formar con Lúcio Maia AKA Jackson Bandeira a la guitarra, Marcelo Dias al bajo y Roy Mayorga a la batería la por entonces nueva banda que publicó en 1998 su primer y homónimo disco producido por Ross Robinson, el cual ya contó con las colaboraciones de Fred Durst de Limp Bizkit, Chino Moreno de Deftones y Burton C. Bell y Dino Cazares de Fear Factory en el disco, entre otros.

En septiembre del año 2000 Soulfly lanzó ‘Primitive’, el segundo LP en el que también participaron varios artistas de renombre en el metal y rock de finales de los años ’90 y comienzos de los ’00, entre los cuales estaban, entre otros, Tom Araya de Slayer, Chino Moreno otra vez, Sean Lennon (hijo de John Lennon) y Corey Taylor de Slipknot, siendo este último responsable junto a Max del éxito del hit nu metalero «Jumpdafuckup» sobre el cual Cavalera habló en el nuevo número de la revista Metal Hammer UK confesando que hubo ciertos problemas en los primeros días de encuentro de los dos cantantes.

Una colaboración exitosa tras un rapto en coche

Aunque inicialmente hubiese alguna que otra dificultad con la grabación de la canción debido a que Corey se encontraba en Arizona dando un concierto, esto no supuso un problema para Max y su equipo. «Un amigo y yo condujimos hasta el lugar y cuando estaban con la prueba de sonido yo grité: ‘¿¡Hey Corey, qué pasa!? ¡Tenemos que ir al estudio y grabar!'», recuerda Max.

El brasileño afincado en Estados Unidos también confesó entre risas que «prácticamente lo secuestramos» a lo que prosigue comentando que lo montaron en «un coche de mierda en medio del desierto» para llevarlo directo al estudio de grabación para terminar las voces. A pesar de la situación, Corey guarda un buen recuerdo del momento comentando que «¡fue una de las mejores experiencias de mi vida! Fue la primera experiencia real haciendo algo con un compañero… Bueno, ni siquiera un compañero, ¡un héroe! ¡Era el puto Max Cavalera!».