El baterista de Dream Theater, Mike Portnoy, habla de cuál es su mejor recuerdo de España a pocos meses de volver a actuar en Madrid.

Mike Portnoy está de vuelta en Dream Theater, con un concierto confirmado en exclusiva en Madrid el próximo  17 de Noviembre en La Cubierta de Leganés que será la puesta de largo de la formación reunida y clásica de la banda de metal progresivo. Hace unos días pudimos entrevistar al polifacético baterista acerca de la actualidad de la banda y la tan deseada reunión con sus compañeros musicales de toda la vida. Una pieza que podréis leer próximamente en ésta web.

En la entrevista le preguntamos a Mike por su mejor recuerdo de España, tras tantísimas visitas a nuestro país ya sea con Dream Theater, The Winery Dogs, Neal Morse Band, Flying Colours o cualquiera de las bandas con las que ha pasado por nuestra geografía. El caso es que Mike recordó un momento muy concreto de manera casi inmediata: el segundo de sus conciertos en la sala Zeleste (ahora Razzmatazz) el 19 de febrero de 2002.

El mejor recuerdo de Mike Portnoy en España

«Tengo tantos» confesaba el baterista en la entrevista. «Y no es solo Dream Theater. He tenido la fortuna de poder tocar en España con muchas de mis bandas, desde The Winery Dogs hasta Sons of Apollo, pasando por Neal Morse Band. Así que tengo muchos recuerdos con España. Con todas mis bandas. Uno de los que me viene a la mente con Dream Theater fue en Barcelona, febrero de 2002. Tocamos dos noches, y la segunda noche sorprendimos a todos tocando el «Master of Puppets» de Metallica. Y esa fue la primera vez que hicimos eso. Así que cada vez que hacíamos un álbum de covers después de eso, nunca fue una sorpresa, porque la gente conocía esta tradición de cubrir un álbum en la segunda noche en el mismo lugar. Pero esa noche en Barcelona, los fans no tenían ni idea de que eso iba a pasar. Así que abrimos el set con «Battery,» y creo que la gente solo pensó que estábamos haciendo una versión. Pero luego empezamos la segunda canción, «Master of Puppets», y la gente se quedó como diciendo  «oh, mierda, ¿qué está pasando aquí?»

Luego comenzamos la tercera canción, «The Thing That Should Not Be», y la gente pensaba «¿qué demonios está pasando aquí?» Y creo que esa emoción y esa sorpresa fueron tan especiales y únicas porque era la primera vez y solo hay una primera vez. Fue muy divertido».

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