En este 2017, se cumple el vigésimo aniversario del debut del artista canadiense. Un gran trabajo que no estuvo exento de problemas durante su grabación en Málaga. Curiosa historia cuanto menos...

En este 2017, se cumple el vigésimo aniversario del debut de Devin Townsend, «Ocean Machine». Como muchos sabéis, en el próximo Be Prog! My Friend, que se celebrará los días 30 de junio y 1 de julio, el artista canadiense interpretará al completo dicho álbum. Un concierto que será muy especial.

Pero la grabación de este trabajo esconde tras de sí una historia que no fue para nada especial.

Acompañado de Daniel Bergstrand, que estaba produciendo el segundo trabajo de STRAPPING YOUNG LAG, «City», y que ya había trabajo con MESHUGGAH, llegaron a Málaga en septiembre de 1996. Townsend había reservado un estudio para dos semanas en el paseo marítimo de la capital de la Costa del Sol, que los describe como «un agujero de mierda», aunque es de conocimiento público que se refiere a los estudios Musibelios.

La mayoría de las canciones preparadas para este trabajo tenían ya 7 años, y el canadiense estaba desesperado para plasmarlo en un álbum, pero el destino le tenía reservado algunas trabas. Todas las tardes, el dueño de los estudios, los expulsaba para que el actor malagueño Antonio Banderas entrara a tocar la guitarra y emborracharse con los amigos.

Cuenta Devin Townsend en una entrevista para TeamRock que «Antonio Banderas toca la guitarra, y era un pueblo pequeño en el que vivían, así que él entraba por la noche con sus amigos y bebían brandy y tocaban estas guitarras acústicas hasta las seis de la mañana. Para un chico de 24 años que se estaba volviendo loco tratando de conseguir este proyecto imposible, sin dinero, me dije: » Vete a la mierda», ¿sabes a qué me refiero ?. Sólo dame mi estudio, ¡tengo que terminar este estúpido disco! Daniel y yo nos volvimos locos tratando de hacer esto».

Para empeorar las cosas, en la segunda semana tuvieron problemas climáticos. Lluvias torrenciales golpeaban el techo de estaño del edificio, haciendo posible imposible conseguir un sonido imposible. Tuvieron que superponer guitarras en los golpeos de batería, al estilo del «Sad But True» de METALLICA.

Pero después de grabar las 13 canciones de «Ocean Machine», siguieron los problemas con los gerentes del estudio, ya que querían cobrar más por el alquiler argumentando unas reparaciones, y amenazaron a Townsend con quedarse con el master de la grabación.

«¡En realidad tenía que robarlo!», confiesa en esta entrevista. «Así que entré por la noche con Daniel, y nos hicimos con las copias del master. Nunca volví a ver al chico … «