Los integrantes de Nirnava han sido denunciados por Spencer Elden, quien reclama ser el bebé de la portada del álbum ‘Nevermind’. Elden alega que la clásica imagen del bebé bajo el agua intentando alcanzar un dólar va en contra de las leyes federales de pornografía infantil y argumenta explotación sexual infantil.

En la queja recibida en los juzgados de Los Angeles, en la que también sale mencionado el fotógrafo Kirk Weddle, así como varias compañías discográficas que tomaron parte en este lanzamiento de Nirvana con dicha portada, el denunciante alega que “su identidad y nombre legal estarán siempre ligados a la explotación sexual de fines comerciales que experimentó durante su minoría de edad y que ha sido distribuida y vendida en todo el mundo desde que era un bebé hasta el día de hoy”.

Una demanda por distribución comercial de pornografía infantil

También se alega que “de forma consciente se produjo, poseyó y comercializó pornografía infantil protagonizada por el demandante, y de forma consciente también recibían un beneficio a cambio de ello. A pesar de su conocimiento, fallaron a la hora de tomar pasos responsables para proteger a Spencer Elden y prevenir la difusión de explotación sexual y tráfico de imágenes”.

Elden también alega que no hubo consentimiento firmado por parte de sus padres que autorizara tal uso de sus fotografías, tomadas en el centro acuático de Pasadena en 1990. Alega también que la banda prometió cubrir sus genitales, algo que nunca llegó a pasar. Busca una indemnización de 150.000 dólares de los 17 demandados o daños inespecíficos a determinar en un tribunal, gastos de los abogados, etc. Sus padres recibieron, de acuerdo a la información conocida, 200 dólares por las fotos, y se estima que el tiempo que tardaron en hacerlas fueron unos 15 segundos.

En 2016, Elden ya comentó su animadversión hacia la banda con las siguientes declaraciones: “todos los relacionados con el álbum tienen muchísimo dinero. Siento que soy el último pedazo de grunge y vivo con mi madre y conduzco un Honda Civic. Es difícil no enfadarse cuando sabes la de dinero que está metido en esto.

Voy a un Partido de baloncesto y pienso que todos allí probablemente vieron mi pene de bebé. Siento que se atacaron mis derechos humanos”. Efectivamente, el disco fue un hit, y vendió más de 30 millones de copias en todo el mundo. Fue certificado platino por vender más de 10 millones de copias solo en las fronteras de Estados Unidos.