Zakk Wylde: «Me gusta estar en contacto con mi yo interior lo más profundo que sea posible».
Zakk Wylde descuelga el teléfono y con voz de viejecita dice "hola, hijo mío, ¿en qué puedo ayudarte?". A partir de ese momento, cualquier reserva que puedas tener sobre hacer esta entrevista se esfuma automáticamente. Wylde es un cachondo y no hay un momento aburrido a lo largo de la media hora que pasamos hablando con uno de los guitarristas más influyentes en el hard rock de las últimas tres décadas.
Zakk Wylde descuelga el teléfono y con voz de viejecita dice «hola, hijo mío, ¿en qué puedo ayudarte?». A partir de ese momento, cualquier reserva que puedas tener sobre hacer esta entrevista se esfuma automáticamente. Wylde es un cachondo y no hay un momento aburrido a lo largo de la media hora que pasamos hablando con uno de los guitarristas más influyentes en el hard rock de las últimas tres décadas.
Zakk está de actualidad por la edición de «Book of Shadows Part II», la segunda entrega de su mítico disco a medio camino entre el country y el soul. Una pieza diferente y llena de contrastes que presentará con una gira por nuestro país en el mes de junio. Sergi Ramos le descuelga el teléfono a la venerable anciana para comentar la actualidad.
¿Cómo ha sido la gira Generation Axe por Estados Unidos? ¿No es incómodo subir a un escenario con tantos grandes guitarristas intentando mostrar quien la tiene más grande?
«La cuestión es que todos la tenemos muy grande así que es increíble que haya suficiente espacio en ese escenario para todos nosotros. Todo bien, ha ido bien. Nos lo hemos pasado bien porque además íbamos todos en el mismo autocar. Después de los conciertos nos sentábamos todos en la parte delantera del bus y hablábamos de las histéricamente graciosas historias que atesoramos sobre el negocio de la música. Puedes imaginar una conversación entre semejante reparto de personajes. Lamentablemente, todas las historias que contamos entre nosotros eran ciertas. Al final terminas riéndote de lo absurdas que son muchas de las cosas que explicamos.»
«En los conciertos me lo he pasado muy bien también. La competición es tremenda y todos hemos hecho grandes conciertos. Espero que lo podamos repetir en Europa, Asia y Sudamérica en los próximos meses».
Por algún motivo no puedo imaginarte junto a Yngwie Malmsteen, sentados en el mismo bus y hablando como abuelas que van de excursión a la montaña.
«Pues puedes imaginártelo, créeme. Nuestras carreras, las historias que tenemos son de pura comedia. Llega un momento en que preguntas «¿pero eso pasó de verdad?» Porque son tan absurdas que parecen inventadas».
¿Es más relajado para ti tocar versiones que tu propio material?
«Bueno, me paso la vida tocando mi propio material con Black Label y ahora estaba grabando ‘Book Of Shadows II». Poder hacer giras como esta o como el Experience Hendrix Tour me permiten estirar las canciones, ser creativo y vivir la música de otra manera. Para mi esto es un regalo. Tener la oportunidad de tocar algo distinto y tocar algunas versiones con improvisaciones, es salir de la rutina».
Me sorprende que escogieses justamente «Whipping Post» de los Allman Brothers para tu parte de esa gira. Lo más obvio habría sido «Jessica» o «Ramblin’ Man» ¿no?
«Es una jam y me permite hacer cosas distintas cada noche. «Whipping Post» es un tema que puede ir hacia donde tu quieras y es uno de mis favoritos de la banda. Las canciones que toco en la gira ‘Generation Axe’ son una muestra de lo que hay en mi colección de discos».
¿Crees que, en parte, eso es lo que está mal en la música de hoy en día? Ya sabes, la falta de improvisación, los temas hechos a medida de los patrones de iluminación y la carencia de creatividad.
«Depende. En el caso de Phish, hay mucha jam y mucho tema que se estira hasta el infinito. Bandas como Disturbed se ciñen al tema. En la música de hoy hay un poco de todo. Con Ozzy nunca hice mucha improvisación. Nunca hicimos una jam de 20 minutos sobre ‘Crazy Train’ (risas). Ambas cosas están bien. En Pride & Glory éramos como la Cream, con temas de cinco minutos que se iban a los quince en directo. Eso es lo que hago en la gira ‘Generation Axe’: las canciones se estiran hasta donde den de si.»
«También me gusta ceñirme a las canciones con Black Label. Depende de cada caso».
¿Has estado veinte años trabajando en ‘Book of Shadows’? ¿Has ido reuniendo ideas a lo largo de este periodo?
«Realmente quería intentar romper el record de ‘Chinese Democracy’. Lo que pasa es que cuando llegué a quince años dije ‘venga va, otros cuatro más por si acaso’ (risas). Quería asegurarme el record. La única otra persona que podría pasar más tiempo que yo preparando un disco es Richard Branson, porque es rico y le da igual (risas). El resto tenemos que ir trabajando y sacando cosas».
En 25 años, cuando saques la tercera parte, no se si eres consciente de que Ozzy seguirá vivo.
(Risas) «Seguirá ahí, como Keith Richards».
Cuando Lemmy murió, por ahí andaba la broma de ‘qué clase de mundo le estamos dejando a Ozzy Osbourne y Keith Richards’.
(Risas) «Exacto».
¿Fue la gira ‘Unblackened’ de Black Label Society lo que te llevo a ponerte en contacto con tu yo interior y hacer esta segunda parte de ‘Book of Shadows’?
«Oh, siempre estoy en contacto con mi yo interior (risas). De la manera más profunda posible (risas). Pero la cuestión es que…mira, lo bueno es que me gusta tanto «Black Dog» como «Going to California» de Led Zeppelin. Y del mismo modo, me gusta tanto «Gimme Shelter» como «Wild Horses». El material más tranquilo y melódico es algo que me gusta.»
«Con Black Label Society hicimos dos años de gira promocionando ‘Catacombs in Black Vatican» y luego hicimos los temas en versión más relajada con «Unblackened». Me apetecía seguir por ese camino un poco. Cuando Neil Young hace ‘Hey Hey My My» con Crazy Horse con toda la distorsión es tan devastador como cuando lo hace el solo con una acústica y una harmónica».
«Al final, el disco lo he hecho porque era el 20 aniversario y quedaba bien editarlo ahora. Pero no he estado veinte años coleccionando canciones. Siempre estoy componiendo. Por ejemplo, mi esposa me pregunta que qué haremos en verano. Y yo le digo que sacaré un disco en junio. Entonces me doy cuenta de que me quedan cinco semanas para hacerlo, de modo que tengo que componer un disco en ese tiempo. Cada mañana me meto en el estudio y saco ideas.»
«A la hora de componer, me lo tomo como cuando a un investigador le dicen que hay indicios de huesos de dinosaurio en un radio de tres millas. Te pones a excavar. Si no encuentras nada hoy, vuelves mañana y sigues excavando. Al final acabas encontrando los huesos antes o después».
¿Necesitas estar en un cierto estado de ánimo para escribir ‘Lay me Down’ o ‘Lost Prayer’? Por ejemplo, en el primer disco tenías «Throwin’ it all away» que te fue inspirada por la muerte de Shannon Hoon de Blind Melon. ¿Coloreas las canciones con experiencias personales?
«Las letras siempre son lo último para mí. La música inspira la melodía y la melodía inspira las letras. A menudo uso cosas que me han pasado o que le han pasado a alguien que conozco. Leer también me ayuda para recabar inspiración, pero siempre viene de distintos sitios.»
En Black Label te puedes esconder tras un muro de distorsión. Aquí no. ¿Cambias de algún modo tu manera de tocar para ser más preciso o purista instrumentalmente?
«Los temas de BLS siempre vienen del riff, como en Led Zeppelin o Black Sabbath. En el material melódico, como este, trabajo de manera distinta. Con Jimi Hendrix tenías cosas como «Purple Haze» y otras como «Little Boy». La misma persona puede dar lugar a ambas cosas, según el momento en que se encuentre. Me gusta tanto, me mueve tanto, tocar un riff poderoso como una canción delicada. Vuelvo al ejemplo de Neil Young y ‘Hey Hey My My’. Funciona de ambas maneras».
¿Cambia mucho el tipo de estudio que has usado para ‘Book of Shadows’? ¿Usas espacios más grandes para tener un toque más ominoso en el sonido?
«Desde ‘Order of the Black’ lo hacemos todo en mi estudio. Toda la música que hago sale de ahí».
«Siempre que voy al estudio voy prácticamente sin nada. El estudio es tierra abonada para la inspiración. Es un lugar donde todo suena mejor y donde puedes crear en paz. Siempre me ha gustado ir al estudio porque es donde puedo hacer realidad lo que hay en mi cabeza».
Ser tu propio jefe ¿te ha hecho ser más cínico con el negocio de la música?
«Con Ozzy tuve una situación muy privilegiada. Soy un gran fan de Black Sabbath y también un gran fan de Randy Rhoads y Jake E Lee. Cuando acabé en su banda, fue un sueño hecho realidad. Trabajar con él siempre ha sido genial y siempre me ha tratado muy bien. He tenido una suerte tremenda de trabajar con él. Y en Black Label Society, donde yo dirijo la banda, intento ser tan buen jefe como lo han sido conmigo. Es una gran fraternidad y todos nos queremos mucho».
La percepción que la gente tiene de Ozzy, especialmente despues de «The Osbournes», es la de una estrella del rock borderline que no está al mando de su carrera. Como amigo ¿te molesta que la idea que le haya quedado al mundo de Ozzy sea esa?
«Um…no. Porque Ozzy es así. Si estás alrededor de Ozzy durante cualquier cantidad de tiempo, acabarás en el suelo llorando de la risa. Se ríe de si mismo antes que de nadie. Hace un tiempo estábamos hablando de cantantes y comparando unos con otros. Y me dice (imitando la voz de Ozzy) «si, es extraño, nunca ha salido nadie que suene como yo». Y me giré y le dije «quizá es por un motivo» (risas).»
¿Está en tu casa escondido después de la pelea con Sharon?
«No se que está haciendo con su vida, pero espero verle el jueves, porque tenemos una rueda de prensa y estaría bien que viniese a su propia rueda de prensa. Sería un detalle!».
Dado que en unos minutos me voy a ver a Axl Rose con AC/DC aprovecho para preguntarte: ¿qué opinión te merece todo este asunto?
«Axl es un buen amigo mío y es uno de los grandes frontmen de todos los tiempos. Te diría que no podrían haber escogido a un mejor vocalista que Axl, porque ama a la banda y es muy fan de Bon Scott. Es una situación en la que todos ganan. Es algo temporal y claro que todo el mundo quiere que Brian mejore y vuelva a la banda. Pero de momento, para poder finalizar la gira, la elección de Axl no podría ser mejor. Lo que se va a ver en esos shows es historia del rock. Es como si David Gilmour se rompiese una mano y Eric Clapton le sustituyese en Pink Floyd. Sería absolutamente histórico y creo que eso es lo que va a ver la gente en esta gira de Axl y AC/DC. La gente dice que los shows están siendo tremendos y no entiendo cual es él problema, especialmente teniendo en cuenta que es algo temporal. La gente debería sentarse y disfrutar de lo que va a ver».
«Si tienes un ticket, podrás decir ‘vi parte de la historia del rock’. Cuando Brian mejore y vuelva, podrás explicarle la historia a tus nietos».
¿Qué clase de show vamos a ver en la gira de «Book of Shadows»?
«Pues lo que está claro es que tocaremos la primera y segunda parte del disco. Una parte acústica y otra eléctrica, como en el disco. Ya lo verás en Junio!».
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