Warbringer: el thrash metal como altavoz social
“Todo esto pasa porque tenemos unos estándares de vida que antes no teníamos” asegura John Kyvell.
Warbringer se formaron en California ahora hace diez años. No se les puede acusar precisamente de ser una banda conformista y poco luchadora. Como la mayoría de bandas de thrash metal que se están pateando los recintos de medio mundo, los inicios fueron humildes, sin grandes mentores. Hoy se han convertido en uno de los principales exponentes del nuevo thrash junto a Evile, Gama Bomb, Angelus Apatrida y otras bandas que han decidido recuperar un género que muchos daban por perdido y aprovecharlo para dar voz a la ira contenida de una sociedad empujada al límite.
“Pienso que el thrash metal es una buena vía para expresar insatisfacción con las cosas” explica John Kevill, vocalista de la banda durante una entrevista telefónica. “El thrash metal sirve para hablar de las cosas que no están bien a nivel social, a nivel político. La ira contenida de la gente común queda muy bien expresada a través del thrash”.
“IV: Empires Collapse”, que es el nuevo disco de los californianos, lidia con esas temáticas. Descontento social en un contexto deprimido y confuso como el actual.
“Es extraño que la gente siga adelante sin rebelarse en el contexto actual” plantea el músico, sopesando la ausencia de una respuesta frontal, definitiva y concreta a los desajustes económicos y sociales. La reciente paralización del gobierno de Estados Unidos a causa de un trámite que impedía elevar el techo de la deuda pública es un ejemplo que surge con facilidad.
“El asunto del gobierno norteamericano y su “suspensión” temporal ha sido uno caso muy revelador: internet ardía, la televisión ardía, los diarios ardían…pero en la vida real, la gente pasaba de todo” explica, antes de plantear su teoría: “Hoy en día toda la información se sirve y sucede a una velocidad que no podemos asimilar. Una sobreestimulación informativa tiene ese efecto. La gente ve tantas cosas, tiene tantas perspectivas, que no sabe realmente de que fiarse, en qué confiar.”
“Los Estados Unidos tienen el gobierno más poderoso de la historia de la humanidad” reflexiona. “Un país puede crecer incluso más que antes gracias a la tecnología, si cabe. Es por eso que me parece ridículo que un gobierno de esa estatura tenga que paralizar un país por un motivo como el del techo de deuda. Me hace perder toda la confianza que me quedaba” se lamenta.
En el disco encontramos a una banda madura, llena de agresión, pero también mucho más técnica y con unos arreglos superiores a los de “War Without End” o “Waking into Nightmares”, sus dos primeros trabajos. En Century Media nacieron como banda y en Century Media se están criando. El auge del thrash no ha hecho más que reafirmar la confianza del sello en la banda y facilitarles la tarea, aunque la banda ha cumplido con creces. Canciones como “The Turning of the Gears” o “Towers of the Serpent” son la perfecta muestra de que la banda está en un buen momento creativo. Y, también, que han tenido tiempo para preparar el disco.
“La anterior gira acabó en Australia en octubre de 2012 y este disco lo comenzamos a componer en enero o febrero de 2013, así que ha habido un poco de margen. Compusimos durante cuatro meses e hicimos algunos shows, pero nada espectacular. Hemos podido trabajar con calma, que ya tocaba” explica Kevill.
Han sido tiempos de cambio, tras la salida del guitarrista Andy Laux y el bajista Andrew Bennett, que han sido sustituidos por Jeff Potts y Benn Bottsman de Mantic Ritual, respectivamente. Pero el reto del cambio ha supuesto una mejora sustancial en lo musical y un cierto refinamiento que se puede palpar en “Empires Collapse”.
“Empires Collapse” está compuesto de canciones individuales” avisa Kevill, “pero cinco de ellas tienen nexos comunes, especialmente en lo que se refiere a los miedos y frustraciones de la gente respecto al mundo moderno.”
“La extrema riqueza y la extrema pobreza, el control que los primeros ejercen sobre los segundos, la relación entre quienes tienen éxito y quienes controlan la sociedad. Todo eso queda representado en la portada del disco” resume. Ésta ha sido obra del diseñador Adrienne Rozzi y es una ruptura total con previas portadas de la banda.
Kevill lee muchos libros, especialmente “mucha historia”, confiesa, pero también admite no saber de donde salen muchas cosas de las que escribe para Warbringer. “Se construyen solas” asume, sonriendo. “No vienen necesariamente de la literatura ni del cine. Quizá se me ocurre un título aleatoriamente y la letra no tiene nada que ver con el título. Una referencia sería la canción “Towers of the Serpent”. Si has visto “Conan el Bárbaro”, verás que ahí aparecen esas torres desde las que se ejerce la influencia y simplemente tenía la idea en mente y decidí hacer un tema sobre ello. Comparé los bancos con esas torres y salió una buena idea”.
Difícilmente verán Warbringer a más de 300 personas en un club para verles, especialmente ante el exceso de oferta actual, pero eso no quiere decir que se les deba tener menos en cuenta. Como bien dice el vocalista “los músicos que se metan a esto para poder tocar ante el mayor número de personas posible están equivocándose de profesión, ciertamente. Me gusta tocar este estilo de música porque es el que me gusta y soy feliz tocando para 300 personas o para 1000. Ya es más gente de la que puedo asimilar como ser humano. Tocamos para públicos de todas las medidas y el número no es lo importante, sino el hecho de que quieran escuchar nuestra música. Warbringer son una gota en el océano de la música del mismo modo que yo como humano soy una gota en el océano de la humanidad. Esto hablando del planeta Tierra. Ni entremos a hablar sobre el Universo. Hago lo que me gusta y eso es lo que importa. No puedo ser más importante en el universo de lo que soy”.
Corren tiempos combativos, aunque a niveles distintos que antaño. Caldo de cultivo para que bandas como Warbringer vomiten su bilis musical y lírica sobre una sociedad falta de revulsivos.
“Todo esto pasa porque tenemos unos estándares de vida que antes no teníamos” asegura. “Aquí estoy yo, con un ordenador repleto de cosas para entretenerme en mi día a día. En tiempos previos habríamos sufrido mucho más, pero hoy tenemos cosas que nos ayudan a diversificar la atención. Hace 30 años, una paralización del gobierno habría sido terrible y habría visto a gente muriéndose de hambre por las calles. Los estándares de vida han cambiado radicalmente”.
¿Y de quién es la culpa?
“No creo que sea la culpa de la gente. Nos sentimos sin poder para nada. Un gobierno es algo tan masivo y monolítico que es imposible luchar contra ello. Hay siete mil millones de personas en la Tierra y todos ellos se sienten incapaces de cambiar las cosas.”
Warbringer actuarán esta noche en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona junto a Iced Earth. En estos días ya han pasado por Madrid y Valencia acompañando a la banda del mítico Jon Schaffer. Barcelona les espera lista para thrashear.
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