Vihmana: ingenio y mestizaje en la «one-man band» de Nacho Hernández
Pese a algunas excepciones como el genial Arjen Anthony Lucassen con Ayreon, en el mundo del metal no es demasiado habitual ver lo que en inglés se denomina «one-man project», es decir, proyectos en los que una sola persona se dedica a escribir toda la música y más tarde se rodea de músicos de sesión para hacerla realidad en una grabación. Vihmana es una de las pocas excepciones con las que contamos en nuestro país, y el año pasado Nacho Hernández, el mastermind de esta entidad, publicó «Un Ocaso Trascendente», su primer álbum tras haber lanzado anteriormente un EP debut. «La idea de formar un proyecto como Vihmana rondaba mi cabeza desde hace muchísimo tiempo. Tener una banda en la que poder mezclar de manera natural todas aquellas músicas que por entonces me gustaban, en igualdad de condiciones, sin que prevaleciese claramente ningún estilo sobre otro. Realmente era difícil encontrar gente que tuviera estos intereses tan particulares, así que en un primer momento me dediqué a componer, para dejar formadas las canciones en su totalidad. Tiempo después, intenté darle forma junto a unos amigos, pero nos faltaban músicos y no acabó de cuajar, así que decidí seguir investigando por mi cuenta, con la comodidad, el trabajo y la dificultad que supone, pero sin presiones de ningún tipo. Así es como realmente surgió esta “one-man-band”.»
Nos interesamos por su pasado como músico antes de fundar este proyecto, a lo que nos declara: «Antes de Vihmana no había estado en ninguna banda. Cuando salió el primer EP “Templo”, lo compaginé con “laDolorosa”, una banda que monté con Sergio García (uno de aquellos primeros miembros de Vihmana), que era como una mezcla de death metal clásico con stoner, doom y ciertos elementos de la música árabe. Las canciones funcionaban muy bien, dimos algunos conciertos y grabamos un EP que no llegó a ver la luz, porque diversos problemas hicieron que al final lo dejáramos.» Sobre la posibilidad de llevar Vihmana a los escenarios con músicos de apoyo, contesta «Depende de la aceptación que vaya teniendo el disco y mi música en general de aquí en adelante. Sinceramente, es una música difícil de llevar a directo, se necesitan muchos músicos, un gran nivel, ensayos, tiempo… Tal y como está el panorama musical actualmente no se si me merecería la pena, prefiero esperar a un momento más adecuado, pero sí, es muy probable que algún día podamos ver a Vihmana sobre los escenarios.»
Para grabar «Un Ocaso Trascendente», contó con varios músicos de sesión. Encontrar a tanta gente dispuesta a participar en un proyecto así de singular y con el nivel necesario puede parecer difícil, pero él nos asegura lo contrario. «Por suerte, tengo muchos amigos músicos que tocan a un gran nivel. No fue demasiado difícil hacer la selección; además, con algunos de ellos ya había tocado anteriormente. Con Jaime Pascual (bajo) y Pablo Hünerberg (batería) de Tinnitia ya había compartido escenario en un tributo a Type O’Negative en Madrid, Javier Guarino (guitarra española) produjo el disco, Irene Morell (flauta) ya había tocado en “Templo”… Tanto estos como el resto de los artistas invitados son amigos con mucha experiencia, era una apuesta segura.» En cuanto a la dificultad de trabajar con tantas personas distintas para un solo álbum, declara: «Realmente fue todo lo contrario. Fue fácil porque yo compuse todos los instrumentos, sólo tuve que darle las partituras a cada uno y que ellos las interpretasen. En general no hubo demasiados cambios sobre lo escrito, y si los hubo, fue estando todos de acuerdo: no hubo ningún problema. Javier Guarino se encargó de escribir la intro de “al Alba Inhumana” y me gustó tanto desde el primer momento que apenas sufrió variación alguna.»
Este álbum abarca una enorme cantidad de estilos, géneros e influencias. Él mismo nos las enumera: «Son muchas y variadas; a grandes rasgos: el doom metal, el rock gótico y la darkwave, el new age, el rock progresivo, el flamenco, las bandas sonoras y las músicas tradicionales de oriente medio, india, europeas, asíaticas… En general no me cierro a nada. En cuanto a otros proyectos de un solo hombre, no podría decir que me haya inspirado fuertemente porque su enfoque es muy electrónico, pero “Shiva in Exile” del músico alemán Stefan Hertrich es un proyecto que admiro y que recomiendo fervientemente.» Con esta respuesta, es inevitable hacernos otra pregunta: ¿Qué será lo siguiente que querrá explorar con Vihmana? «Todavía es muy pronto para saberlo y siempre hay cosas que pueden surgir en el último momento, pero sí te diría que desde hace tiempo me apetece incluir alguna influencia de la música de Mali, para mí la mejor de las músicas de la África negra.»
También aprovechamos para preguntarle por sus planes más inmediatos, pero tendremos que esperar para poder escuchar un segundo larga duración de este proyecto. «En cuanto a objetivos inmediatos, está la grabación de mi primer videoclip, de la canción “al Alba Inhumana”. Aparte de eso, de momento quiero tomarme un año de descanso y centrarme en mi faceta como compositor para piezas de otros medios, como la publicidad, las aplicaciones web/móviles o lo que vaya surgiendo, pero siempre me vienen ideas que apunto y que reservo para ese futuro tercer disco.» Por último, nos interesamos por la temática lírica de este «Un Ocaso Trascendente». «Presenta dos claras vertientes: el apocalipsis y la esperanza, una esperanza liberadora que surgirá del colapso. Estamos viviendo una época difícil, muy confusa, donde la banalidad y el egoísmo campan a sus anchas amparándose en el beneficio propio; poco a poco nos vamos acercando a una especie de anarquía ética, y la tecnología nos lleva de la mano en este camino, ni siquiera tenemos tiempo para asumirla. Es una reflexión bastante larga, pero pienso que esta situación (de seguir esta dinámica) derivará en algo inasumible, y quizás quedé muy poco para que eso ocurra. Muchos de nuestros grandes males están tan fuertemente instaurados que parece que hubiese que hacer una tremenda limpia y volver a construir desde cero para poder solucionarlos, pero es aquí donde podemos encontrar la esperanza, en renacer de las cenizas para ser más fuertes y estar más equilibrados. Por eso el título del álbum, el concepto de “ocaso” como decadencia y a la vez como puesta de sol, y su consiguiente amanecer “trascendente” que iniciará una nueva era. En el álbum estas dos ideas se encuentran bien identificadas; el ocaso en canciones como “al Alba Inhumana” o “Hasta Nuestra Completa Aniquilación” y la esperanza trascendente en “Caminante del Sueño”, “el Rumbo de Nadie” o incluso la versión de Agricantus, “Amatevi”.»
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