Nos desplazamos a un céntrico hotel de Madrid para entrevistar a Wolf, quien aparentemente no estaba de muy buen humor ese día. Se estaba liquidando la mayoría de entrevistas en 15 minutos y desganado. Por suerte, cuando llegó el turno de Sergi Ramos el tipo habló hasta la saciedad. Este es el resultado de la charla. 

“Rise of Chaos” es más que un nuevo disco de Accept. Es la consolidación de toda una estrategia aparentemente no planeada por parte del grupo alemán para volver a posicionarse en lo más alto del heavy metal mundial. En una época en la cual las grandes bandas comienzan a flaquear compositivamente (o llevan años haciéndolo) y cuyos espectáculos en directo han perdido fuelle y encanto, Accept se han convertido en la antítesis del grupo heavy cansado y tocando por los euros. Salen ahí, graban discos con buenos temas, se lo creen, actúan con convicción y hacen de nuevo trabajo un acontecimiento a la altura de su legendario nombre. 

Detrás de todo ello están Wolf Hoffmann, el guitarrista y líder de la banda, junto a su esposa Gabi, quien dirige los pasos de la banda desde la sombra hace décadas. No ha importado que hayan contado con otro vocalista (el gran Mark Tornillo) o que hayan cambiado a media banda en los últimos dos años. El nombre pesa lo suficiente y Accept siguen siendo un torbellino en directo. Es todo lo que el público necesita. Mientras “Rise of Chaos” sigue la estela inamovible en lo musical de trabajos como “Blind Rage” o “Blood of the Nations”, sus temas suenan frescos y, sobretodo, necesarios en una época donde el heavy metal se pervierte fusionando otros géneros. 

Nos desplazamos a un céntrico hotel de Madrid para entrevistar a Wolf, quien aparentemente no estaba de muy buen humor ese día. Se estaba liquidando la mayoría de entrevistas en 15 minutos y desganado. Por suerte, cuando llegó el turno de Sergi Ramos el tipo habló hasta la saciedad. Este es el resultado de la charla. 

Editáis discos con una frecuencia inusitada en estos tiempos. Hay nuevo disco de Accept cada dos años.

“Bueno, en esta ocasión ha tardado un poco más…”

Si, bueno, dos años y diez meses, pero habéis tenido el disco en directo por en medio.

“Exacto, esa es mi excusa. También tuve el disco en solitario, así que…”

¿Tenéis un plan a medio plazo con todo esto? Por ejemplo, cuando Iron Maiden se reunieron en el 2000 tenían un plan a diez años vista que fueron ejecutando cuidadosamente: nuevos discos, giras de grandes éxitos, DVD’s en directo, DVD’s de la historia de la banda…

“No, vamos haciéndolo todo paso a paso. Cuando volvimos no teníamos ni idea de si a la gente le seguiríamos gustando. No sabíamos si los fans nos iban a “aceptar”. Cambiar un cantante es un paso muy arriesgado. Después del primer disco teníamos claro que no queríamos esperar demasiado al siguiente disco. Tras eso hicimos ‘Blind Rage’, que llegó al número uno, y una cosa llevó a la otra. No vamos con un plan pre-establecido, realmente”.

¿Fue una sorpresa cuando viste que la nueva formación funcionaba?

“Más que una sorpresa fue un alivio”.

¿Llevó tiempo convencer a los festivales y los promotores de que podía funcionar sin Udo?

“Llevó una gira. Al principio fue el disco lo que lo cambió todo. Cuando anunciamos la vuelta, todo el mundo estaba convencido de que no iba a funcionar y que era una idea terrible. Cuando la gente escuchó el disco, la percepción cambió. Al menos para 2/3 de la gente, porque quedó un reducto de gente que no terminaba de gustarle la idea y dijeron ‘ah, me esperaré a verles en directo, a ver qué tal lo hacen”. Entonces, tras una gira, si que todo el mundo quedó convencido, excepto algunos que decían “bah, esto es algo de una sola gira, no va a durar”. Así que hicimos un segundo disco rápidamente para terminar de convencer a la gente. Creo que ahora se han dado cuenta de que vamos muy en serio. Las dudas se han disipado por completo. O te gustamos ahora o nunca te vamos a gustar”.

Hay muy pocos casos de bandas que hayan cambiado el cantante y hayan seguido funcionando, en cuanto a heavy metal clásico se refiere. No obstante, en tiempos actuales, parece que cuanto más veteranas son las bandas, cuanto más desaparecen otras bandas clásicas, más complacientes y más dócil se vuelve el fan con este tipo de cambios. Prefieren tener a la banda en activo, aunque sea con una formación distinta a la clásica, que no tener a la banda. ¿Crees que es parte de la razón del éxito de esta formación de Accept? Otro ejemplo sería lo de AC/DC con Axl Rose, por ejemplo. En los años 70 u 80 cambiar un bajista o baterista era algo sagrado. Vosotros cambiasteis a un guitarra y un batería hace dos años y a nadie le importó siquiera. 

“Muy buena observación. Nunca había pensado en eso. Recuerdo que en los años 70 y 80 todo era muy sagrado y parecía haber reglas muy definidas sobre lo que puedes y no puedes hacer a la hora de cambiar miembros en la banda. Parece que cuanto más mayor se hace el público, más relajados están con estas cosas. Nuestro público  más clásico tiene 50 y tantos años y son más tolerantes al cambio hoy en día.”

“La gente no puede esperar que las bandas duren para siempre. Es como los matrimonios. No todos duran para siempre. Dos tercios, al menos, se divorcian en un tiempo de dos años. Esa realidad se aplica a las bandas. Cinco personas no van a ser amigas para toda la vida en todos los casos. Porque hayas decidido montar una banda con ciertas personas a los quince años no vas a seguir teniendo la misma relación a los 50 años. Tras un tiempo, la gente se va y vuelve y hay cambios”.

La gente siente a los grupos como algo muy cercano. En los recientes conciertos de Guns N’ Roses me fijaba en como la gente reaccionaba cuando Slash y Axl intercambiaban una mirada o estaban a menos de dos metros de distancia. El público reaccionaba como si tus padres divorciados se hubiesen encontrado en tu boda y se hubiesen saludado civilmente. Casi como diciendo “wow, no se han matado, que orgulloso estoy de ellos”. ¿Crees que la gente se lo toma como algo demasiado personal?

“Si, lo pienso. En muchas ocasiones los fans piensan que saben muchas cosas y no tienen la menor idea. No saben como funcionan los aspectos internos de una banda pero opinan igualmente y tienen su idea sobre quien es el gilipollas y quien es el bueno en cada situación. La realidad es que nadie sabe nada de nada. Proyectan sus propios deseos en cada situación”.

“Para mi, una banda es como una salchicha. Está mucho más buena mientras no sabes que es lo que lleva por dentro. Una vez sabes lo que hay por dentro, no la comes de la misma manera. Cómetela tal y como es y se feliz con ello”.

¿Dirías que siempre fuiste el tio listo de la banda en los 80? Dejaste que otros miembros tuviesen la gloria y la exposición mediática pero silenciosamente tu, junto con tu mujer Gabi, fuisteis tejiendo la marca de Accept y todos sus negocios.

“Fue por pura necesidad. Todo el mundo se fue de la banda en algún momento u otro. En los 90 todo el mundo desapareció y yo me quedé como el único en pie. Tuve que buscarme la vida con otras cosas hasta que un día las cosas cambiaron, Peter Baltes estuvo disponible de nuevo, encontramos a Mark Tornillo como cantante y las cosas fueron poniéndose en orden de nuevo. Mientras, lo más inteligente fue mantenerme al margen del negocio de la banda y dedicarme a otras cosas. En ocasiones sentía que yo era el único que seguía pedaleando para que todo funcionase, casi como la orquesta del Titanic (risas). Yo nunca he dejado la banda, nunca en 40 años. Otros miembros se han ido y han venido.”

¿Vendieron los demás sus derechos de la banda en aquellos tiempos? ¿Posees los derechos de la totalidad de Accept como banda y marca?

“Volvemos a lo de la salchicha. Pero si, así es”. (Risas)

¿Crees que eres la única pieza indispensable en Accept? ¿Puedes hacer lo que quieras con la banda y modificarla como sea necesario?

“Siento que lo soy. Lo demás no es asunto de nadie, tenemos contratos y esas cosas entre nosotros. No voy a mencionar como funciona pero lo importante es que hay cinco miembros que disfrutan de lo que están haciendo. Con Mark llevamos nueve años trabajando y las cosas funcionan por lo que eso es algo a tener en cuenta. El equipo actual de Accept, con el mismo productor, lleva cuatro discos hechos y eso debería probarle a la gente que es un equipo que funciona. Debes ser algún tipo de record mundial para nosotros o algo”.

Los nuevos temas de Accept, en general, funcionan. La gente los ha aceptado. Los corea, los ha hecho suyos, los espera en los conciertos. Eso significa que no tenéis que apoyar a la banda únicamente en los clásicos de siempre ¿Te da una sensación de reafirmación haber conseguido que la gente interiorize las nuevas canciones y las disfrute como otra parte más del repertorio de Accept?

“Si, evidentemente. Puedo ver como alguna de las canciones más clásicas irán desapareciendo del setlist, aunque no me imagino un punto en el que no toquemos ninguna canción clásica. ¿Quien sabe? Quizá es una realidad un día y tocamos más canciones nuevas que antiguas. No hay razón para depender eternamente de las antiguas canciones”.

“Es la mejor situación posible, creo. Que la banda durante una temporada y al volver la gente acepte tus nuevas canciones como si fuesen clásicas. Es lo máximo a lo que puedes aspirar, sinceramente”

¿De qué manera te mantienes al día musicalmente? 

“No escucho nada. Va en serio. No escucho nada de música de otras bandas.”

¿No quieres que tus composiciones se vean contaminadas por otras corrientes musicales o ideas?

“Yo diría ‘influenciadas’, que es una palabra más bonita que ‘contaminadas’.Por otra parte, no tengo el tiempo ni la energía para escuchar otras cosas. En un día como hoy estoy haciendo entrevistas durante horas, luego me voy al aeropuerto y cuando vuelva a casa tengo una lista interminable de cosas que hacer. Todo va sobre Accept. Cuando acaba el día y estoy cansado, lo último que quiero es escuchar MAS metal. Si me quiero relajar, escucho música clásica. Eso siempre ha sido mi pasión. Es tan diferente de lo que hago y tan relajante e inspirador que consigo más ideas de la música clásica que de otras bandas que hacen algo muy similar a lo que yo hago”.