Tom Keifer: el viacrucis de una voz lesionada
Tom Keifer es reconocido por muchos por ser el vocalista de la gran banda de hard rock ochentera Cinderella, una de las más destacadas de la época junto a Def Leppard, Poison o Skid Row. Hace tiempo que Cinderella no editan discos y ahora ya tampoco giran, pero hubo una época en la que “Night Songs” era lo mejor que le había pasado al hard rock americano en mucho tiempo.
Tom Keifer es reconocido por muchos por ser el vocalista de la gran banda de hard rock ochentera Cinderella, una de las más destacadas de la época junto a Def Leppard, Poison o Skid Row. Hace tiempo que Cinderella no editan discos y ahora ya tampoco giran, pero hubo una época en la que “Night Songs” era lo mejor que le había pasado al hard rock americano en mucho tiempo. Ahora las cosas son distintas: Keifer lleva un par de años promocionando su disco “The Way Life Goes”, el cual le ha costado diez años realizar. Es por ello que nos visitó de gira con una única fecha en Barcelona y aprovechamos para hablar con él sobre su actualidad y sobre todos los problemas que le ha dado su voz y que han hipotecado en cierta medida su carrera. Sergi Ramos se sienta con él en los camerinos de la sala Razzmatazz 2 de la ciudad condal.
¿Como está tu voz hoy en día?
“Está funcionando bastante bien. He tenido mucha suerte de poder superar la parálisis vocal que tuve, porque pensaba que no iba a cantar nunca más, como ya he dicho alguna vez. Trabajé con buenos profesores vocales que me ayudaron a tener una correcta rutina de ejercicios vocales para recordarle a las cuerdas vocales lo que han de hacer en cada determinado momento”.
Los problemas neurológicos, como la parálisis que te afectaba, son difíciles de superar. Si tienes una parálisis y no circula electricidad por un determinado nervio, no hay gran cosa que puedas hacer.
“Exacto. No hay una cura médica para ello. Es una cuestión de intentar re-educar a esa cuerda vocal para que los músculos que hay alrededor compensen su debilidad o incapacidad”.
¿Era el izquierdo no?
“Si, correcto”.
¿Te funciona a medio gas hoy en día?
“Bueno, me hicieron una prueba, una electromiografía, donde te pinchan en un extremo y otro para ver la conducción eléctrica de ese nervio. Tenía un 20% de caída en ese lado, lo cual es mucho en el caso de la voz. Perder un 20% de una cuerda vocal es algo muy notable”.
¿Eres capaz de sentir, cuando cantas, como compensan los otros músculos?
“No realmente. No lo siento. Pero es un proceso mental bastante denso. Tengo que concentrarme mucho para cantar. Tener una debilidad en un lado produce un cambio completo de como funciona la coordinación de las cuerdas vocales, la manera en que funcionan entre ellas. Tengo que centrarme mucho y hacer un buen calentamiento. Si en las primeras canciones del show lo hago bien, puedo estar tranquilo. Pero es algo que puede ir mal muy rápidamente”.
¿Cómo? ¿Te salen gallos?
“Bueno, comienzo a ponerme más nervioso, no encuentro la manera de llegar a notas altas, se me rompe la voz, etc… De vez en cuando me sucede todo eso, especialmente en el rango medio, pero no es lo habitual. De noche en noche hay canciones que son más difíciles que otras, pero en general la voz está funcionando bien. En bastantes noches es mejor que incluso antes de tener el problema”.
Tu último problema fue en 2008 si no recuerdo mal.
“Si, fue cuando tuvimos que cancelar toda la gira de Cinderella. Lo pasé mal. Estaba intentando cantar como fuese y estaba teniendo hemorragias. Me estaban estallando pequeñas venas y capilares continuamente como fruto del esfuerzo y tuve que parar. Me hice daño durante los ensayos y me tuve que operar. He tenido un total de seis cirugías por lo que yo llamo daños colaterales a medida que he ido cantando”.
“Te esfuerzas mucho porque es difícil cantar con este problema. Con el entrenamiento que he recibido hasta ahora puedo defenderme mucho mejor. Pero el problema es ese: una cosa no funciona, intentas compensar con otra y te acabas haciendo daño. Y mentalmente siempre estás asustado porque piensas que no vas a llegar a esa nota y haces algo que no debes y te dañas. Una parte importante de la reeducación es evitar esas compensaciones que te dañan. Pero no es fácil. Es un proceso mental complejo”.
“Es como si eres un atleta que tiene una lesión e intenta compensar para seguir manteniendo su ritmo habitual. Es complicado ir deshaciéndose de todas esas capas de malos hábitos que rodean a tu lesión.”
¿Dirías que has aprendido más de tu propia voz desde tu lesión que en todos los años previos combinados?
“Si. Podría ser doctor vocal (risas). Te lo aseguro. He aprendido mucho y todo afecta a la voz. Los problemas respiratorios, la alimentación, las alergias…yo tengo asma, lo cual no es bueno para un cantante. Estoy contento de poder seguir cantando, de todos modos. Previamente a la lesión ya tenía asma y otras condiciones médicas que no son buenas para un cantante, pero muchos lo sufren y no es un gran problema. Pero si pones una parálisis encima de eso entonces la cosa cambia: un mal día de alergia se vuelve mucho más insoportable de lo habitual”.
Hoy en día podemos ver a muchos vocalistas con problemas sobre el escenario o vocalistas que han tenido que modificar su manera habitual de cantar. Jon Bon Jovi canta de una manera tan nasal que es imposible descifrar lo que dice, Paul Stanley no puede parar de hacer gallos hasta cuando habla… ¿Crees que esos problemas son fruto de una mala educación vocal o de un exceso de giras y trabajo que perjudican sus voces?
“Lo que he aprendido sobre la voz es que, más allá de los problemas que yo tuve a nivel particular, ésta va sufriendo distintos cambios a lo largo de los años. Igual que cuando llegas a la pubertad tu voz se rompe y aparentemente no tienes control sobre ella y aprendes a lidiar con ello, lo mismo sucede cuando maduras. En la voz masculina sucede a diferentes edades. Mi último doctor vocal me explicó que, además de la parálisis, mi voz está pasando por algunos cambios. Cuando cumples los 30 tus cuerdas vocales se vuelven un poco más gruesas y tu voz cambia. A los 40 vuelve a pasar y, sin ser tan extremo como lo que te sucede en la pubertad, hay cambios notables alrededor de los cuales has de aprender a trabajar. Un doctor vocal te ayuda con estas cosas”.
“No puedo hablar por los vocalistas que has mencionado pero si observas a un vocalista que ya no puede hacer lo que hacía es sencillamente porque su voz ha experimentado los cambios propios de la edad. Puedes compensar trabajando con un doctor vocal, pero es normal. Esos cambios suceden. Cuando empiezas a notar esos cambios debes aprender a trabajar alrededor de ello. El problema es que no todos los doctores vocales saben lo que están haciendo. Ron Anderson es un maestro pero no todos saben trabajar adecuadamente”.
¿Crees que, para algunos artistas, el ego les impide ver la realidad? Parece como si quisiesen cantar, a toda costa, de la misma manera que treinta años atrás.
“Es posible. Yo canto las cosas tal como en los discos hoy en día o al menos en mayor parte. Si yo puedo hacerlo con mi parálisis creo que es posible para cualquier cantante aprender a compensar el cambio en sus cuerdas vocales manteniendo la identidad como vocalistas. Y por eso recomiendo a Ron Anderson. Es el único que me ha conseguido ayudar de todos los que he visitado”.
¿Tenías malos hábitos por encima de tu lesión? Excesos de alcohol o tabaco, etc.
“Si, solía beber bastante. No lo hacía cuando tenía concierto, sino en los días de descanso. He sido adicto al tabaco y lo he dejado varias veces a lo largo de los años, aunque he intentado no hacerlo mientras giraba. Cuando volvía de las giras me soltaba el pelo y me volvía un poco más irresponsable. Al volver a girar lo dejaba todo (risas). Siempre he querido estar al 110% en el escenario porque los fans me han proporcionado la vida que tengo. Incluso en los 80, que era la era de la fiesta interminable, siempre controlé que mis vicios no comprometieran mis actuaciones. Es irónico que, siendo el chico bueno de aquella época, terminase teniendo una parálisis”.
“Algunas personas son cantantes con un don natural y no necesitan a ningún entrenador, pese a que su voz vaya cambiando. Mira a Sammy Hagar. Hicimos algunos shows con él el año pasado y su voz es tan buena como en la época de Montrose. Steven Tyler es otro enorme vocalista. Hay algunos que han nacido con la habilidad técnica para cantar a la perfección pase el tiempo que pase”.
Estos días leemos muchos rumores sobre vocalistas que usan grabaciones en directo para poder mantener las apariencias y el sonido. ¿Qué opinión te merece? ¿Está justificado o deberían dejarlo?
“Mi opinión es que a mi no me gustaría hacer eso. Podría haberlo hecho cuando mi voz no funcionaba, porque no funcionaba. Hubo un par de giras en las que canté bastante mal pero nunca pensé en usar grabaciones porque pienso que el rock and roll debe ser real. No soy nadie para juzgar pero yo me sentiría muy mal en el escenario si cantase con grabaciones. No me llenaría”.
Pero los fans se lo comen. Muchos no saben diferenciarlo.
“Cada uno hace lo que le parece correcto. Si tienes problemas con tu voz y quieres cantar con grabaciones y el público no se da cuenta…adelante. Yo, personalmente, no querría hacerlo”.
¿Cuál es el status de Cinderella hoy en día? A nivel de discos de estudio, vuestra problemática con John Kalodner y Sony supuso el final práctico de los discos de estudio de la banda. Tu has editado un disco en solitario muy bueno hace un par de años. ¿Qué depara el futuro para Cinderella?
“No tenemos planes para nada. Desde que edité mi disco en solitario nunca pensé que podría seguir girando con mi banda en solitario tres años después, llegando a Europa y tocando en muchos sitios por mi cuenta. Tenemos más fechas sobre la mesa para el año que viene, incluso. Seguiremos con esto y grabaré un nuevo disco en solitario así que no hay un final a la vista para mi carrera en solitario. Las cosas han ido creciendo y creo que seguiremos alimentando esto.”
¿Es más fácil para ti girar en solitario que trabajar con tus antiguos compañeros de Cinderella?
“Creo que es una cuestión de que Cinderella tuvo una trayectoria muy buena y las cosas evolucionaron de manera que todos nos hemos ido desvinculando. Todos tienen proyectos. La vida tiene cambios. Mi vida fue Cinderella desde que empezamos y luego hubo cambios, cuando el disco que íbamos a hacer quedó retenido por un proceso judicial. Más tarde me puse a trabajar en un disco en solitario que me llevó diez años hacer. En ese proceso de tiempo seguí girando con Cinderella pero cuando tuve este disco en solitario listo y giré para él todo un nuevo mundo de oportunidades se abrió ante mis ojos. Tengo una buena banda y funcionamos bien en directo. Fred está haciendo bandas sonoras para televisión, Jeff está haciendo cosas en solitario… nadie está por la labor de juntar a Cinderella. Quizá tuvimos nuestro momento y ya está. ¿Quien sabe?”
¿Crees que ser echados de Sony se cargó la creatividad de Cinderella como tal?
“No necesariamente. Polygram, nuestro sello, nos echó tras cuatro discos. No creo que debiesen haberlo hecho pero lo hicieron. En aquel momento los sellos echaban a todo el mundo, no importaba cuantos millones hubieses vendido hasta entonces. Adiós a lo viejo y hola a lo nuevo, que era el grunge. No hay un motivo por el que las cosas cambiasen. Es algo con muchas facetas y muy complejo”.
Siempre fuisteis una banda distinta. Os metieron en el saco del glam-metal de los 80 pero nunca fuisteis ese tipo de banda. Lo que hacíais era blues-rock. ¿Crees que ser parte de aquella era os ayudó u os hirió como banda?
“Bueno, nunca miro atrás con arrepentimiento. Lo que nos pasó en los 80 fue alucinante. Estoy orgulloso de la música que hicimos y editar discos en aquella era, que fue muy colorida y exitosa para el género, nos hizo crecer. Conseguimos a muchos fans que nos han acompañado durante los años y ahora me acompañan en mi carrera en solitario. Eso empezó por entonces y no tengo queja de ello. Me siento afortunado de haber aparecido en aquella era porque fue un gran momento en el que editar discos y desarrollar tu banda. Lo malo es que la etiqueta del hair-metal es absurda. En cada década de la música había un look determinado: en los 50, en los 60, en los 70, en los 80… Los 80 fueron la primera década donde la imagen fue algo tan primordial, por el advenimiento de la MTV y todo su poder. En los 60 y 70 no veías a las bandas en TV pero ahora las veías a todas horas.”
“Creo que, además, las bandas eran muy distintas entre si. Poison, Cinderella, Guns N Roses, Def Leppard, Tesla…cada una era muy distinta. Estilos distintos, dentro del hard rock, pero distintos. Resumir toda aquella época con el look que se llevaba por entonces me parece absurdo. Lo bueno es que cada artículo que leo de la banda dice lo mismo: “nunca debieron ser parte de aquella etiqueta”. Pero de algún modo ahí seguimos, identificados con eso”.
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