Tobias Sammet llora de emoción con la nueva entrega de Avantasia
En el mundo del heavy metal del año 2016, pocos discos superan la expectación que genera Avantasia. Porque no estamos hablando de discos, estamos hablando de verdaderas obras de arte. Con el tiempo, Edguy se han convertido casi en el hermano pequeño del macroproyecto colaborativo de Tobias Sammet, quien edita en estos discos "Ghostlights" y toma la carretera para un tour que recalará en España a mediados de marzo. Las entradas están casi agotadas en Barcelona y ya han agotado una primera noche en Madrid, además de estar en camino para agotar la segunda.
En el mundo del heavy metal del año 2016, pocos discos superan la expectación que genera Avantasia. Porque no estamos hablando de discos, estamos hablando de verdaderas obras de arte. Con el tiempo, Edguy se han convertido casi en el hermano pequeño del macroproyecto colaborativo de Tobias Sammet, quien edita en estos discos «Ghostlights» y toma la carretera para un tour que recalará en España a mediados de marzo. Las entradas están casi agotadas en Barcelona y ya han agotado una primera noche en Madrid, además de estar en camino para agotar la segunda. Avantasia han dado el gran salto y hablamos con su líder para analizar el éxito de la banda, el nuevo disco y la nueva gira. Sergi Ramos recibe la llamada de Lord Sammet y se prepara para una de esas entrevistas que no hay por dónde coger.
¿Cuándo comenzaste a trabajar en «Ghostlights»?
«Comencé a trabajar en él en septiembre u octubre…en otoño de 2014, vaya. Eso fue cuando comencé a trabajar efectivamente, ya que algunas de las ideas para las canciones llevaban en danza desde meses atrás. Ese fue el momento en el que comencé a hacer arreglos y a trabajar en firme sobre el disco».
«A principios de 2015 comencé a verme con Sasha para los arreglos y comenzamos a darle forma concreta a las ideas que ya tenía».
¿Trabajas de manera separada para cada disco de Avantasia o acumulas ideas que luego vas ubicando en un disco u otro? Es decir ¿tienes una libreta donde pone «Avantasia, proyecto #10»?
«Nunca digo ‘este es el disco número 10 porque se da el caso de que es solo el número 7».
Ya lo sé, pamplinas (risas)
(Risas) «La verdad es que tengo una piscina de ideas, algunas de ellas en un estado muy primitivo e inocente, porque una buena idea es una buena idea. Un buen riff es un buen riff. Una buena armonía es una buena armonía. En ocasiones tienes una buena idea en el momento equivocado y no tienes donde ubicarla. Una vez al año está bien repasar estas ideas y ver que quizá aquello que hiciste cinco años atrás no era tan horrible (risas). De golpe te das cuenta que esa canción tan primitiva podría mejorarse con tal y cual parte y de golpe tienes una canción sobre la mesa con la que no contabas. Eso me pasó en el último disco de Edguy con el tema «The Eternal Wayfarer». El estribillo es una idea que tuve hace años, cuando estaba grabando «The Scarecrow» de Avantasia. Usé la melodía y la armonía, no las letras. En aquel momento pensé ‘esto es una mierda’ y años después dije ‘Dios, esto es tremendo» (risas).»
«Cuando estoy siendo fluido creativamente es mejor para mi hacer algo desde cero que recuperar una idea previa, aunque esa sea muy buena. En el nuevo disco de Avantasia hay ideas que fueron compuestas alrededor de la era de «The Mystery of Time» y creo que lo único que hemos usado de ahí es «The Hunting» y una pequeña parte de «Seduction of Decay» para «Ghostlights». Pero si, «The Haunting» es integramente de la era de «Mystery of Time», excepto en las letras».
Cuando tienes la idea ¿tienes al vocalista en mente? ¿Sabías que «The Haunting» sería un tema ideal para Dee Snider?
«En ocasiones si, lo tengo en mente cuando comienzo a componer la canción. A Michael Kiske siempre lo tengo en mente cuando compongo ‘Eagly Fly Free Part VII» (risas). Eso es algo que está en el ADN de Avantasia: «Reach out for the Light», «Eagle Fly Free», «Future World»…ese tipo de canciones me han inspirado mucho y están en mi subconsciente. Cuando compongo canciones de ese estilo tengo a Kiske en mente».
«Lo mismo me sucede con Bob Catley. Hay canciones que vienen con un vocalista ya asignado, es cierto. La de Dee Snider o «Master of the Pendulum» con Marco Hietala de Nightwish no fueron compuestas con un vocalista concreto en mente. Fue después cuando comencé a pensar en qué voz sería la idónea. Tenía que buscar quien tenía la voz que necesitaba y para eso tuve que comenzar a rebuscar entre mi colección de discos para coger las ideas. Para «The Haunting» necesitaba una voz a lo Broadway, una voz teatral, propia de un actor. Pero en el estribillo quería que sonase con un tono de cuentacuentos dramático. Pensé ¿quién puede cantar esto? Y en algún momento dije ‘Dee Snider sería una buena opción’. Ahora, cuando escucho la canción, pienso que nadie podría haber cantado la canción mejor que Snider. La gente me dice «la hiciste a medida para él» pero es más bien al revés».
Algo parecido te pasó cuando hiciste «The Toy Master» con Alice Cooper.
«Exacto! Eso es lo que sentía en mi subconsciente. Pero cuando le dices a alguien que es un oyente casual de rock que ese tío es el mismo que cantó «We’re Not Gonna Take It» no se esperan algo así. Después de todo, a Snider se le conoce por ese tema, «I Wanna Rock» y «Stay Hungry» y de golpe se convierte en un cantante de rock en una balada épica y teatralizada. No es lo que la gente espera, claro».
Hay una serie de vocalistas más o menos habituales en Avantasia, como son Jorn Lande, Kiske, Catley, etc. ¿Tienes un compromiso con ciertos vocalistas para contar con ellos siempre en tus discos? ¿Decides libremente a quien quieres en cada disco?
«Um… Nunca me he sentido prisionero de las expectativas o de alguna ley no escrita. Para mí es muy natural tener a Bob, a Michael o a Jorn conmigo. No tuve a Jorn en el disco anterior pero esa fue su decisión, no la mía. No podía hacer la gira por problemas de agenda y por eso no salía en el disco. Nunca pienso demasiado en estas cosas y enfoco el disco de manera muy inocente. Bob y Michael llevan ahí desde el principio, como Oliver Hartmann y para mí son fijos en el cosmos de Avantasia. No es algo que haga conscientemente en cada ocasión o algo que forme parte de un compromiso entre las partes. Ellos son miembros de la familia de Avantasia, sin más».
«Prisionero de las expectativas» («Prisoner of Expectations») suena a gran título de canción. Apúntatelo.
(Risas) «Lo haré, sin duda».
Creo que nunca llegué a entender por completo Avantasia hasta que os vi en directo. Siempre me habían gustado los discos pero el verdadero poder y majestuosidad que destilan los directos fue la puntilla definitiva que me hizo comprender el significado de Avantasia. ¿Es ese uno de los motivos por los que lo estás llevando al directo cada vez más? ¿Crees que es la mejor manera de experimentar Avantasia?
«Exacto. Eso es lo que yo no entendía al principio cuando monté Avantasia. No había un plan maestro detrás del proyecto. Lo monté como un pequeño sueño que tenía y que se iba a limitar al estudio de grabación. Pero el componente único de Avantasia se amplifica cuando llevas esas canciones a un escenario. Es algo que nunca ha existido, en ninguna parte del mundo. Es algo único. Claro que existe la Trans-Siberian Orchestra, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra».
«Creo que los directos son los que han hecho que Avantasia destaque y se consolide por delante de todas esas ‘metal operas’ que hay por ahí. Parece que todo el mundo tiene la suya hoy.»
Bueno, pero eso ya pasó a principios de los 2000. Cuando Avantasia tuvo éxito comenzaron a aparecer debajo de las piedras proyectos similares.
«Me di cuenta. Y algunas eran horribles, créeme. AFM Records prácticamente sacaba dos cada mes (risas). Esto es caro de producir y salvo que tengas un cierto nivel de éxito no puedes financiar lo que supone todo esto. No quiero hablar mal de nadie, en serio, porque se que hay otros músicos que tienen la misma visión que yo y quieren llevarla a la realidad. Si alguien quiere hacerlo, que lo haga, lo recomiendo, es genial y llena mucho. Pero lo que las otras bandas no hicieron fue llevarlo a la carretera. No hay nada como esto y la magia que se genera en el escenario es enorme. Es algo muy presente. Eso es lo que hace que la gente se sienta atraída por lo que hacemos».
«Cuando vayamos a Madrid y Barcelona en marzo la gente lo podrá sentir. Vendremos con siete vocalistas u ocho. La mayor versión de Avantasia que he ensamblado jamás para el directo. Serán shows de tres horas o tres horas y media. Un viaje por el cosmos de Avantasia. Tocaremos temas de cada disco. Habrá de todo, todo será grande y lleno de energía. Pero tiene alma. No es algo artificial. Es algo muy sentido y único. Por eso es muy importante para mi tocar en directo con Avantasia, porque quiero acercarle eso a la gente. Y jamás me lo habría planteado hace diez años».
Habéis agotado una noche en Madrid y vais camino de agotar una segunda noche. ¿Fue una buena inversión tocar en Sonisphere no? Ese concierto de una hora le mostró Avantasia a un montón de gente que quizá no se había preocupado de escuchar un solo disco.
«Absolutamente. Esto prueba que cuando tienes algo que decir la gente te escucha. Y la mejor manera de que te escuchen es teniendo un buen espacio horario en un festival de gran tamaño. La gente de ese show tuvo 75 minutos de Avantasia. Lo que para otras bandas es su show completo para nosotros era un entrante, un aperitivo de lo que supone la experiencia completa. La gente verá el show completo cuando vengamos en marzo y podrá comprobar la gran experiencia que es. Tres horas y media en un recinto, solos, sin teloneros ni distracciones. Es la mejor manera».
«Y si, fueron una gran inversión aquellos shows. Bueno, no fue ninguna inversión porque nos pagaron muy bien por ellos (risas). Fue muy bueno tener esa oportunidad. Por otra parte, tocar con Iron Maiden siempre es genial. Son muy buena gente y ya sabes que soy un gran fan.»
«Tener un buen horario, en el momento adecuado con la historia adecuada para explicar es sumamente importante en este estilo de música, donde la honestidad y la calidad importan. La gente capta rápido si tienes algo que decir o si solo vienes a por la pasta».
«Cuando tocamos en Wacken Open air 2014 tuvimos un show en prime time y fue emitido por televisión en Alemania. Ese show tiene la mayor cantidad de visionados que la cadena tuvo ese año en todos los festivales que emitieron. No solo hablo de heavy metal, sino de todos los estilos musicales. Tras esa emisión tuvimos tres discos en las listas alemanas y vendimos muchas copias. Lo que quiero decir es que si haces algo bien y llegas a la gente, la gente va a querer saber más y escuchar más.»
Bueno, lo que le estás dando a la gente es algo que falta cada vez más en el heavy metal: una gran producción, con grandes canciones en un gran escenario. De hecho, me doy cuenta de que todo es grande en Avantasia excepto el vocalista princi
pal.
«EH, espera, Oliver Hartmann es más bajito que yo. Quiero subrayar eso. Doblemente» (Risas)
Un día estaba en la oficina con uno de nuestros colaboradores, Esteban Portero, y estaba sonando «The Scarecrow», la canción. Y cuando acabó dijo algo así como «ni Tobias Sammet se puede creer lo bien que le salió este tema». «Let The Storm Descend Upon You» me produce una sensación similar en las primeras escuchas. ¿De qué trata?
«Es una canción que comenzó tan inocentemente como las otras. Empezó con el estribillo. Soy muy antiguo en ese sentido: el estribillo es la base de mis canciones. Le fui construyendo una gran intro, con el riff, las partes orquestales y demás. Desde el principio noté que tenía cierta épica pero necesitaba aire para respirar y para poder desarrollar todo su dramatismo. Es una canción muy dramática y tiene un inicio muy majestuoso.»
«Es una canción que necesita muchos preliminares. Sascha me dijo que más que una introducción parecía una obertura. Pero no es una, son dos. Cuando piensas que la canción empieza, viene otro previo. Más drama y más tensión (risas). Eso está muy inspirado en Wagner. Richard Wagner siempre hacía eso. Llegaba a un punto en el que hería al oyente porque este estaba ansioso por lograr que el tema estallase de una vez por todas. Y no lo hacía. Entonces esperabas un poco más. Y tampoco estallaba. Y cuando estalla es tremendo. Glorioso. Eso es lo que quería tener en «Let the Storm Descend Upon you». Sascha quería recortar y yo le dije ‘ni de broma’. Nadie espera eso de nosotros. Nosotros no hacemos canciones de tres minutos. A nadie le importa si nos tomamos cinco minutos hasta el primer estribillo. Producimos arte y los fans escuchan el disco, no solo la canción.»
«Incluir a todos los cantantes fue una buena idea también. En esa parte de la historia, el protagonista está siendo parte un ritual que está bastante inspirado en el ritual en el que se ve implicado Cristian Rosenkreutz en ‘The Chymical Wedding’. Ese ritual es algo que quería representar de la manera más exagerada posible en la música. En el ritual se enfrenta a distintos personajes que están a su alrededor en la habitación y a otros que no sabe desde donde le hablan, dudando de si está imaginándolo o si está pasando. No sabe como lidiar con lo que está experimentado. Quería que ese cierto caos e inseguridad se mostrase en la música. Por eso hay tanto follón, por eso hay tantos giros, por eso hay tantas voces, tantos cantantes. Esa era la idea. A partir de cierto punto, tras la intro y el primer verso, me di cuenta de que iba a ser un tema muy largo. Y la canción se compuso sola. Nos llevó en la dirección que ella quería en lugar de viceversa.»
¿Te encuentras en situaciones donde las canciones te superan en el estudio y…?
«¿..y tengo que llorar?»
Exacto, como un bebé.
(Risas) «No, pocas veces lloro en el estudio. En ocasiones lloro cuando me llaman desde la discográfica con sus ideas.»
O cuando recibes los cheques de royalties.
«Por suerte los tiempos en los que lloraba por ese motivo ya no están ahí, pero eventualmente si la gente sigue descargándose mi maldito disco de internet tendré que volver a llorar por mis cheques (risas).»
«Claro que es muy emotivo y la música me da escalofríos todo el tiempo. Generalmente no es porque alguien esté desafinando mucho, por suerte. Estoy muy implicado emocionalmente con todo esto y una buena idea musical puede cambiarme el día, cambiarme el humor. Mira, cuando estás al lado de Jorn Lande en el estudio y abre su voz para empezar a cantar, eso es magia. El es un talento único de este siglo. Es uno entre un billón. Cualquier cosa que hayas oído sobre su reputación es totalmente justificado y probablemente inferior a la realidad (risas).»
«Te diré una cosa: cuando cantó ‘Lucifer’ y volví a mi casa y escuché la grabación, tuve lágrimas en los ojos. No lloré como un bebé, pero me emocionó tremendamente».
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