Y lo tienen de verdad. O al menos, eso nos intenta hacer creer su baterista Olaf Zissel, quien nos dice que “honestamente, la banda tiene más años tras ella que delante de ella”. Lo cierto es que, tras treinta y cinco años de carrera, Tankard vuelven a España en Marzo para cuatro conciertos en Sevilla, Madrid, Barcelona y Pamplona.

Y lo tienen de verdad. O al menos, eso nos intenta hacer creer su baterista Olaf Zissel, quien nos dice que “honestamente, la banda tiene más años tras ella que delante de ella”. Lo cierto es que, tras treinta y cinco años de carrera, Tankard vuelven a España en Marzo para cuatro conciertos en Sevilla, Madrid, Barcelona y Pamplona. No creemos que tengan su nuevo disco listo para esas fechas, pues “One Foot in the Grave” está recién saliendo del horno ahora mismo. Pero un concierto de Tankard es una fiesta y no hay que perder la oportunidad de desfasar con ellos una vez más. Sergi Ramos habla con el batería sobre la vida y tal.

Estáis grabando un nuevo disco titulado “One Foot in the Grave”. ¿Tiene algo que ver con el susto que te llevaste hace un par de años cuando tuviste lo que se sospechaba que era un infarto?

“El título es un poco aleatorio pero si te fijas en nuestras edades, creo que todos tenemos más vida detrás de nosotros que delante de nosotros. Así que todos, y por extensión la banda, tenemos un pie en la tumba. Llevamos treinta y cinco años en activo y no creo que tengamos por delante otros treinta y cinco.”

Imagino que “The Final Countdown” ya estaba cogido ¿no?

(Risas) “Ten en cuenta que, con la investidura de Donald Trump, tengo serias dudas de que la humanidad vaya a aguantar mucho tiempo más. Todos tenemos un pie en la tumba”.

Yo estaba viéndolo también mientras esperaba tu llamada.

“Lo divertido es que tal y como ha empezado su discurso, se ha puesto a llover”.

Todo un indicador de lo que se nos viene encima.

“Me temo que en Europa ya no estamos tan seguros como nos pensábamos.”

 

¿Es el thrash metal tan actual como en los ’80 dado el clima político? Parte del espíritu original del thrash metal era el de rebelión en una década muy convulsa políticamente.

“No creo que jamás sea un buen momento para el thrash metal (risas). Yo vengo del pasado, hice esto en los 80 y sigo haciéndolo sencillamente porque no puedo hacer otra cosa. No soy el más indicado para responderte a eso”.

La mayoría de creadores del thrash metal siguen en activo: Sodom, Kreator, Anthrax, Testament, Exodus… ¿como ves, desde Tankard, la nueva ola de bandas como Warbringer, Havok, Gama Bomb, Angelus Apatrida y demás? ¿Los ves como imitación o como digna continuación?

“Cada uno tiene su propio estilo y es obvio que muchos tienen influencias de los años 80. Eso está bien. La escena debe continuar. Las bandas clásicas se irán antes o después y su legado permanecerá.”

La banda siempre ha sido muy querida en España. No obstante, el último par de giras han supuesto un incremento en asistencia a vuestros conciertos. ¿Por qué crees que Tankard son más populares actualmente?

“Porque aún estamos aquí y aún estamos en forma, porque nunca hemos dejado esto para hacer algo más comercial. La gente aprecia eso. Hacemos esto por diversión y no cambiamos nuestro estilo por nada del mundo.”

Incluso Kreator tuvieron su momento de bajón a mediados de los 90.

“Somos demasiado horribles como músicos para hacer un estilo distinto a este (risas)”

¿Te llena Tankard musicalmente o tienes otras inquietudes musicales?

“Obviamente, estuve en otras bandas de thrash antes de pasar a formar parte de Tankard, pero esta banda es la que me gusta, es lo que me gusta tocar. Lo que me gusta escuchar es distinto, porque va cambiando cada día”.

¿Te cansa el metal? Especialmente cuando te pasas dos meses de gira escuchando íntegramente eso.

“Cuando vuelvo de una gira, necesito silencio. Absoluto. Desafortunadamente, vivo cerca del aeropuerto y tengo un montón de ruido cada noche. Sufro el ruido si me quedo en casa y sufro el ruido si estoy con la banda. No tengo escapatoria”.

¿Qué tal está tu salud? Hace año y medio tuviste un amago de infarto que al final no resultó ser tal.

“Parecía un infarto pero, después de tres días en el hospital, no encontraron absolutamente nada. Fue una situación de estrés, demasiado trabajo.”

¿Que síntomas tenías?

“Perdí la fuerza en mi brazo izquierdo y no podía dar tres pasos seguidos sin agarrarme a algo. Cuando fui al hospital, me metieron directo en la unidad de cardiología y me miraron de arriba a abajo. Pero no encontraron nada. Ahora estoy bien”.

¿Tienes otro trabajo entre semana además de lo que haces con Tankard?

“Si, ese es el problema. Tenemos muchísimas ofertas para tocar por todo el mundo pero no podemos hacer mucho más que 30 o 40 conciertos al año. Todos trabajamos además de estar en Tankard. Pero tomamos la decisión hace tiempo de no dejar nuestros trabajos y tratar la banda como un hobby.”

¿Por qué no dejáis vuestros trabajos? ¿No queréis que Tankard se convierta en un trabajo y pierda el encanto?

“Estoy de acuerdo en que podríamos vivir únicamente de la banda, pero tendríamos que hacer unos 150 conciertos al año. Eso es algo que es divertido si tienes veintipocos años, pero no es tan divertido cuando tienes casi 50. Pero ya nos va bien lo que tenemos y la manera en que hacemos las cosas con esta banda.”

¿Como te preparas para un show en directo de Tankard, además de bebiendo cerveza?

“Tenemos una regla estricta según la cual solo comenzamos a beber alcohol dos horas antes del show. Esa regla es la principal. Y funciona. Bebemos mucha cerveza y no queremos acabar bajo la mesa durmiendo antes de tiempo. Así que nada de alcohol hasta al menos dos horas antes del concierto.”

En Alemania hay auténticos animales en lo que a beber cerveza se refiere. ¿Cuál es tu máximo personal? Si es que te acuerdas.

“En una ocasión tomé dieciocho latas antes de un concierto en la República Checa. Después del concierto me tomé cinco latas más. Aún recibo cumplidos de lo bien que toqué aquella noche, pero yo no lo recuerdo. De todos modos, eso era en los viejos tiempos. Hoy en día no puedo hacer eso ya.”

Depende de qué cerveza tomes. La cerveza del Lidl de veinte céntimos es agua pura, por ejemplo.

“Debes saber que la cerveza checa es furiosa.”

¿Cuál es tu marca favorita?

“Mi marca favorita es una pequeña marca alemana llamada Schlappeseppel que nadie conoce en ninguna parte del mundo (risas). Es una cerveza popular en mi área, a nivel local.”

¿No tendría sentido que Tankard tuviese su propia cerveza como hacen muchas otras bandas de heavy metal?

“Por un lado si, pero por otro lado es un problema a la hora de venderlo en el puesto de merchandise, porque entra en conflicto con los clubs en los que tocamos. Si vendemos cerveza en el merch, ellos no venden cerveza en el bar. Siempre tenemos ese problema. Lo hemos intentado algunas veces y tampoco hemos encontrado una cerveza que merezca la pena ponerle nuestro nombre.”

Estaréis en España en marzo con cuatro conciertos.

“Serán nuestros primeros shows del año, porque ahora estamos liados con el nuevo disco y no estamos girando. Empezamos el 2 de marzo en Sevilla, creo. No hemos estado nunca ahí, ni en Pamplona, así que son territorios nuevos para nosotros y nos hace ilusión. En Barcelona y Madrid hemos estado más veces, aunque no recuerdo nada (risas)”.