Symphony X son una anomalía dentro del metal progresivo
Han sobrevivido a los 90, al auge y caída del power metal, al auge y caída del metal progresivo...y ahí siguen. Como siempre. Sacando discos cada cuatro años y con una maestría que les separa a años luz de muchos de sus competidores del mismo campo. Con "The Underworld", editado en 2015, han vuelto a hacer un disco que sirve para cimentar su legado y ahora visitarán España para presentarlo a finales de febrero. Sergi Ramos habla con Russell Allen sobre varios temas.
Symphony X son una anomalía dentro del metal progresivo. Han sobrevivido a los 90, al auge y caída del power metal, al auge y caída del metal progresivo…y ahí siguen. Como siempre. Sacando discos cada cuatro años y con una maestría que les separa a años luz de muchos de sus competidores del mismo campo. Con «The Underworld», editado en 2015, han vuelto a hacer un disco que sirve para cimentar su legado y ahora visitarán España para presentarlo a finales de febrero. Sergi Ramos habla con Russell Allen sobre varios temas, desde la Trans-Siberian Orchestra a la apps de iPhone que usa para gestionar su ajetreada vida.
¿Te sorprende que Symphony X sigan funcionando y en pie en pleno año 2016?
«La longevidad en esta era es algo raro y me alegra que Symphony X sea una de las bandas anómalas. Es bueno que la gente se dé cuenta de que hacemos lo posible por dar a los fans lo mejor de nosotros mismos. Si tardamos mucho entre disco y disco es porque queremos hacer lo mejor.»
«Hace cuatro años desde nuestro último disco y gira y tenemos ganas de salir ahí fuera y ver cómo reaccionan los fans. Estamos muy agradecidos de poder estar ahí haciendo música todavía, eso te lo aseguro».
¿Son esos breaks de cuatro años entre discos una artimaña para generar interés por la banda?
«No estaba planeado de esa manera. Los breaks están ahí porque Michael Romeo necesita tiempo para hacer música que siga impulsando a la banda. Creo que el aumento del interés en la banda es un resultado de que tardemos tiempo en editar discos y girar pero nunca es al revés, nunca buscamos eso. Es un «daño colateral». No queremos ser la banda a la que ves cada año, queremos ser la banda que nunca sabes cuando volverás a ver y que debes aprovechar mientras está ahí. Creo que hemos construido algo especial con esta banda y eso tiene algo que ver».
Esos descansos te obligan a buscar otras ocupaciones entre discos y giras. Ahora tienes Adrenaline Mob, la Trans-Siberian Orchestra, etc. ¿Preferirías tener algo más estable con Symphony X y no tener que dedicarte a otros proyectos?
«Claro que preferiría una banda estable que siempre trabajase, porque es más seguro. Tengo una familia que mantener. Pero esos breaks me han dado la posibilidad de trabajar con otras bandas y crearme oportunidades profesionales que de otro modo no habría llegado a tener. La más reciente y la más grande que he tenido en mi vida es la de ser un vocalista solista en la Trans-Siberian Orchestra. De no ser por los descansos de Symphony X no habría podido lograr cosas como esas.»
«Es más agradecido por una parte pero más estresante por la otra, porque me obliga a gestionar varios proyectos a la vez. No es algo a lo que esté muy acostumbrado porque es algo nuevo para mi. Nunca había estado en otra banda hasta Adrenaline Mob. Llevaba 18 años solo siendo el vocalista de Symphony X. Claro que cantaba en discos de otros artistas ocasionalmente pero nunca giraba con ellos. Fue complicado al principio, muy estresante. Tener tiempo para todo, tener tiempo para mi familia… Ahora Adrenaline Mob están en un paron obligado tras el fallecimiento de nuestro amigo AJ Pero y eso me ha dado espacio para centrarme en Symphony X y tener una banda menos de la que preocuparme».
«Disfruto trabajando con otra gente y disfruto del intercambio artístico que tengo con distintos seres humanos. Además, hay gente que no es fan de Symphony X que me escucha en otras bandas y luego se acerca a Symphony X. Creo que somos una banda con un atractivo muy grande más allá del metal pero primero es necesario que la gente se pare a escucharnos para darse cuenta de que le gustamos».
¿Cómo gestionas tener un montón de proyectos a la vez? ¿Qué apps usas o que métodos sigues?
«El iPhone me ha ayudado mucho. También tengo el Apple Watch ahora, que va sincronizado. Todos los recordatorios que necesito los tengo configurados ahí a través de la aplicación de calendario, el iCal. Eso me ayuda mucho a llevarlo todo adelante. Yo tengo un trastorno de déficit de atención diagnosticado por lo que todo es un poquito más difícil para mí. Al principio era muy difícil pero a lo largo del tiempo he aprendido a llevar diversos proyectos a la vez.»
«Todo es aprender a gestionar tu tiempo, que es algo que también me ha costado mucho conseguir. Ahora lo hago todo: desde obras en casa, los proyectos profesionales, la vida familiar… Lo tengo todo bien separado y organizado. Administrar todas tus tareas es una tarea en si misma pero si consigues ser bueno para organizarte tienes ya mucho camino recorrido».
«Ahora estoy metido en un programa de ejercicio físico que me está yendo muy bien y me ha hecho perder un montón de peso. Me ha ayudado a aligerar mi stress y a organizarme mejor. Esa es la clave para mí: los reminders tecnológicos y hacer ejercicio físico para estar con la mente clara y organizarte mejor».
La Trans-Siberian Orchestra es una situación muy distinta a la de Symphony X. Allí llegas y está todo hecho: solo tienes que cantar. ¿Qué situación disfrutas más? ¿Los grandes recintos y la gloria que se asocia o los pequeños clubs con Symphony X?
«Es distinto pero disfruto de ambas cosas. Todo depende del momento. Cuando estás en una gran producción y lo tienes todo hecho te vuelves complaciente e incluso te puedes aburrir. Me gusta ser creativo y hacer cosas. También es cierto que en la Trans-Siberian me dan la libertad de improvisar un poco, hablar con el público, correr por el escenario y demás. Eso está bien. Pero no he de pensar en nada a nivel de negocio, producción y demás. Puedo centrarme solo en mi actuación y en cierta manera eso está bien. Cuando estás en una banda como Symphony X tienes que hacer un buen show y estar encima de todo lo demás: la producción, los técnicos, el merch, etc. Tenemos que supervisar un montón de cosas. Y eso es lo que echo de menos cuando estoy en la Trans-Siberian.»
Hablé con Chris Caffery sobre el show de Wacken hace unos meses. Obviamente, tu conexión emocional con la Trans-Siberian es distinta a la suya, porque él estaba en Savatage y todo va de la mano. No obstante ¿fue un show emotivo para ti también?
«Para mí lo importante fue ver a Jon Oliva sobre el escenario, cantando bien y disfrutando de su momento. Chris es mi amigo, él es quien me metió en la banda. Mi emoción era de orgullo, orgullo por esos chicos y por formar parte de esa experiencia. Poder cantar algunos grandes temas de Savatage junto a Zak Stevens fue algo que atesoro. Lo más emocionante fue ver a los chicos de Savatage ahí arriba, reunidos. Como ellos, yo llevo también muchos años en esto, más de 20 años con Symphony X y entiendo las sensaciones que tienen al poder tocar de nuevo todos juntos. Como colega y como fan del metal me siento muy identificado con lo que ellos estaban sintiendo en ese momento.»
¿Hay algo de verdad en los rumores de una gira por festivales de verano de la Trans-Siberian Orchestra en Europa?
«La verdad es que no tengo ni idea de la agenda, pero no me suena que haya nada por el momento!».
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