Stryper reniegan de parte de su pasado y suenan más heavys que nunca
Stryper son una de las pocas bandas de los '80 que puede mantener una carrera discográfica digna y la cabeza alta. Y probablemente eran los candidatos menos proclives a ello, dada su imagen chillona y su concepto aún más chillón de incluir el culto a Jesús como parte de su estrategia para conquistar el mundo del metal. Pero ahí están y acaban de editar un nuevo disco titulado "Fallen" que está a la altura de cualquier cosa que grabasen en los años 80.
Stryper son una de las pocas bandas de los ’80 que puede mantener una carrera discográfica digna y la cabeza alta. Y probablemente eran los candidatos menos proclives a ello, dada su imagen chillona y su concepto aún más chillón de incluir el culto a Jesús como parte de su estrategia para conquistar el mundo del metal. Pero ahí están y acaban de editar un nuevo disco titulado «Fallen» que está a la altura de cualquier cosa que grabasen en los años 80. Sergi Ramos dialoga con Michael Sweet telefónicamente y esto es lo que el vocalista le explica.
¿Cuándo comenzasteis a componer y grabar «Fallen»?
«Comencé a componerlo unos doce días antes de que viniese la banda para ensayar el disco así que tenía muy poco tiempo para trabajar en el disco. Mi agenda estaba muy complicada en esas fechas y cuando llegó el momento de hacer el disco tan solo tenía unas pocas semanas para cuadrarlo todo. Comencé a juntar piezas en mi estudio casero y todo eso fue unos nueve o diez días antes de marcharme de viaje para celebrar el quinto aniversario de casados con mi esposa. Volví dos días después y ya vinieron los chicos para comenzar a ensayar. Fue todo muy rápido y todo hizo click como debía hacerlo.»
«Yo estaba rezando para que el disco fuese bueno y, de momento, todos los fans y críticos que han escuchado el disco están encantados con él. Creen que es uno de nuestros mejores trabajos, así que todo salió bien al final, gracias a Dios».
¿Te suele gustar trabajar bajo presión?
«No, la verdad es que no es mi costumbre. Me gusta darme un poco más de tiempo, como hice en el disco de Sweet/Lynch, donde tuve una semana más que en este caso. Pero vaya, que unas pocas semanas suelen ser más que suficientes para tenerlo todo listo y un disco entero bajo el brazo.»
«Personalmente, no me gusta cuando algunas bandas dicen que han estado trabajando en 25 canciones durante dos años y cosas así. Suelo levantar la mirada hacia arriba y pensar ‘wow’. Es el caso de muchas bandas. Lo triste de todo ello es que, si dicen eso, es porque no están tan inspirados como debieran. No tienen la misma pasión. Yo tengo mucha inspiración y mucha pasión por lo que hago. Cuando alguien me llama y me dice ‘¿me compones una canción?’ yo hago ‘boom’ y me planto en el estudio y saco una canción dos horas más tarde. Es como trabajo y la manera en que trabaja mi mente».
¿A quién le sueles mostrar tus composiciones para que te diga si son buenas o si son horribles? ¿Tienes alguien de confianza?
«No se lo enseño a nadie. No le enseño la música a nadie. Compongo, viene el resto de la banda y les enseño las canciones, eso es todo. Si les gusta, mucho mejor».
La banda ha sido bastante constante desde que se reunió. No habéis dejado de editar discos desde 2003 con cierta regularidad. ¿Es un caso de necesidad o de exceso de inspiración?
«Es una cuestión de inspiración. No hacemos música por las ventas, sino porque tenemos pasión por todo esto. Yo tengo una canción en la cabeza cada día. Si no me pudiese expresar, me volvería loco, estoy seguro. Siempre estoy componiendo, silbando ideas musicales y grabándolas en mi iPhone. Cuando tengo que grabar un disco, voy a mi lista de ideas absurdas del iPhone y saco material de ahí. Te sorprenderías de cuantas canciones han salido así: yo cantando una melodía en mi iPhone.»
«No creo que deje de hacer música hasta mi último aliento. Es lo que me gusta y no me imagino mi vida sin ello».
Cuando grabasteis «Against the Law» en 1990 parte de la controversia vino dada por el endurecimiento del sonido de la banda. En algunos temas de «Fallen» sois bastante más heavies que cualquier cosa de aquel disco. ¿Han cambiado los tiempos?
«Esa moneda tiene dos caras. Hay gente a la que realmente le gusta la época de ‘Against the Law’ pero a la mayoría de gente no le gusta nada. Baso esa afirmación en los números, en los comentarios y en las entrevistas. Es nuestro disco menos vendido de todos los tiempos y una de las razones es precisamente la música: cambiamos nuestro sonido completamente. Hay cosas que me siguen gustando del disco y otras que no. No somos Van Halen y ese disco suena para mi como un trabajo de Van Halen. Stryper tenía un tono de guitarra muy único, un aspecto muy único con el negro y amarillo…lanzamos todo eso por la ventana y decidimos hacer algo totalmente distinto que no resonaba en los fans. Perdimos a muchísimos fans con «Against the Law».
«Luego hubo otra cuestión: nuestra actitud. Comenzamos a ir en otro plan, a beber, a dejarnos barba, a ir de tíos duros y a ser algo que no éramos. No creo que eso fuese realista para la gente. Esa es mi opinión de aquel disco y estadísticamente está demostrado que fue nuestro peor disco. De hecho, nuestro sello discográfico nos despidió tras la edición de ese disco. Fue una época interesante para nosotros. No nos supone un problema ahora, veinticinco años después y con buenos discos bajo el brazo, volver a nuestro sonido clásico. Creo que ahora estamos con los pies en el sonido de «To Hell With the Devil» o «Soldiers Under Command». Ese es el mejor sonido de Stryper y estadísticamente el más popular. «To Hell With the Devil» ha vendido cinco millones de copias hasta la fecha. «Against the Law» quizá vendió unos pocos cientos de miles en total».
Pero el sonido de Stryper hoy en día es más heavy que en aquellos discos, ciertamente.
«Se que hoy en día somos más crudos y menos sobreproducidos que por entonces. En los viejos tiempos quizá teníamos cuatro capas de guitarras y hoy en día usamos solo dos, lo cual le da un toque más crudo a la música. Mi voz es más profunda que entonces. Tengo un estilo distinto a la hora de cantar. Afinamos un poco más bajo, pasando de un Low D a Low E, lo que nos da un sonido más grueso, también hay más bajo en la mezcla… Por ejemplo, el sonido del bajo en «Soldiers under Command» es casi inaudible, no se escucha mucho. Hay varias razones por las que sonamos más heavies y eso hace que estemos ganando nuevos fans. La gente a la que no le gustábamos en los viejos tiempos por ser demasiado pulidos o poppy ahora pueden disfrutar de nosotros».
Vi un vídeo hace unas semanas en Facebook, donde sostenías una nota con tu voz durante veinte o treinta segundos, demostrando que aún puedes hacerlo. ¿Recibes muchas criticas online por el uso que das a tu voz hoy en día?
«No fue tanto por las críticas… Hay un selecto grupo de gente ahí fuera que dice que yo ya no puedo gritar como antes. Que ya no tengo la posibilidad. Así que grabé ese vídeo para callarlos».
«He perdido un poco de mi rango a lo largo de los años pero puedo seguir cantando con dignidad sin problema. Creo que mi voz es más profunda hoy en día y eso lo uso para mi beneficio, a decir verdad. Suena más heavy y a la gente le gusta más. Cuando tocamos en esos festivales metaleros, a la gente le gusta mi voz. Solía sonar como una chica y ahora ya no (risas)».
¿Cuantos de los coros de los discos clásicos de Stryper eran resultado del uso de voces naturales y cuantos eran resultado de alteraciones del pitch?
«Te lo creas o no nada de ello era alteración de pitch. Era todo Oz y yo cantando. Si escuchas «To Hell With the Devil», los coros, es todo a base de la voz de Oz Fox y yo. Simplemente acumulábamos y acumulábamos capas de voces, unas por encimas de otras. Cantábamos una parte cuatro veces, con dos voces. Luego lo repetíamos: dieciséis voces. Luego una octava por encima más de lo mismo: treinta y dos voces. Cuando teníamos 48 pistas de voces parábamos y mezclábamos. Era parecido a lo que Queen hacían, un coro angelical de voces en stereo que aumentaba las canciones. Seguimos haciéndolo así, aunque de manera algo diferente. No sumamos tantas voces pero seguimos manteniendo gran parte del proceso.»
¿Como describirías la relación con tu hermano Robert?
«No nos vemos mucho fuera de la banda. El vive a las afueras de Las Vegas y yo vivo a las afueras de Boston. La única vez que nos vemos es cuando Stryper actúan o graban. Lo bueno es que eso es a menudo. Nos vemos cada pocos meses, cada par o tres de meses. También hablamos por teléfono frecuentemente. Nuestra relación es buena, no diría que es mala de ninguna manera. No somos tan cercanos como podríamos llegar a ser si viviésemos en la misma ciudad».
¿Hubo un conflicto en cierto momento? En «Murder by Pride» el no tocaba y fue sustituido por Kenny Aronoff en el estudio.
«Es complicado ser un líder y yo soy el líder de la banda. Tengo que hacer que todo funcione. Las giras, las grabaciones…y a veces tengo que tomar decisiones duras. Es una decisión que no quería tomar pero que tuve que tomar por el bien de la banda. Llamé a Oz, le pregunté por su opinión y acordamos traer a otro baterista para ese disco. Teníamos que ensayar en Las Vegas durante dos semanas y mi esposa estaba muy enferma de cáncer. Cuando llegó el momento de grabar el disco unos meses más tarde, Robert había perdido el CD, no conocía ninguna de las canciones y no había preparado nada. Te hablo de una semana antes de entrar a grabar. Tomé la decisión de traer a un profesional del estudio, capaz de escribir y entender partituras y liquidar las grabaciones en un día o dos. Esa persona era Kenny Aronoff. Había trabajado con el antes y sabía perfectamente lo que podía esperar de él. Y tal cual: vino, tocó las canciones en dos días y listos».
«Si hubiésemos tenido que esperar a Robert habríamos pasado una semana con sus partes de batería, un tiempo y un dinero que no teníamos en ese momento. Fue una decisión dura pero la tomé y me mantengo firme en lo que hice. Robert aprendió una lección: a tomarse las cosas en serio y prepararse bien. Y funcionó: se ha dado caña y ha hecho todo lo que tenía que hacer en los discos que han venido después. Ha hecho un gran trabajo en este disco».
¿Qué planes de gira tenéis con este disco? Qué planes hay para España?
«Nada confirmado por el momento pero estamos hablándolo. Iremos a Europa, iremos a España pero estamos planeándolo. Nos encanta España y hemos estado unas cuantas veces. Una vez lo tengamos confirmado estará anunciado en nuestra web. Con un poco de suerte el año que viene podremos ir».
Los países del sur de Europa tienen un arraigo católico más que obvio. ¿Sentís una gran diferencia en la aceptación de Stryper en esos territorios frente a otros?
«Creo que tienes razón. Hay un sentimiento mucho más pasional con la banda en esos países. No solo con la música, sino con las letras. Hay un alto sentido de la fe y de la religión en muchos de esos países. Lo mismo pasa en países latinoamericanos hispanohablantes, como Puerto Rico. Es muy interesante para mi observar eso. En esos países en particular tenemos muchos fans. Si en Inglaterra tocamos para 1000 personas, en España podemos tocar para 5000 personas y en Puerto Rico podemos tocar para 10.000».
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