Slayer: el deja-vu de Paul Bostaph
Los últimos tres años han sido convulsos para Slayer. En primer lugar, el fallecimiento de Jeff Hannemann y luego la salida de la banda de Dave Lombardo por segunda vez en la historia, en base a discrepancias sobre los negocios de Slayer. Y ahí estaba Paul Bostaph, una vez más. Igual que en 1992, el tipo se encontró con la difícil labor de replicar a Lombardo entre manos.
Los últimos tres años han sido convulsos para Slayer. En primer lugar, el fallecimiento de Jeff Hannemann y luego la salida de la banda de Dave Lombardo por segunda vez en la historia, en base a discrepancias sobre los negocios de Slayer. Y ahí estaba Paul Bostaph, una vez más. Igual que en 1992, el tipo se encontró con la difícil labor de replicar a Lombardo entre manos. Porque Bostaph lo tiene claro, como dice en la entrevista: “si yo fuese un fan entre el público y hubiese un nuevo baterista en Slayer, querría que tocase las partes como Lombardo”.
Bostaph también ha sido baterista de Forbidden, Exodus y Testament entre otros, convirtiéndose así en todo un referente de la batería para el thrash de la Bay Area de San Francisco. Durante la reciente visita de Slayer a Barcelona, nos sentamos con Paul en el camerino de la sala Razzmatazz para hablar de varias cosas.
¿Tuviste la sensación de “eh, esto ha sucedido antes” cuando te llamaron para incorporarte como baterista en Slayer nuevamente?
“Bueno, cuando recibí la llamada y hablé con Tom le dije que no era una llamada que estuviese esperando. Me sorprendió mucho. Cuando llegó el momento de ir y verles de nuevo y ensayar fue algo muy excitante”.
Pese a que has estado tocando con muchas bandas como Testament o Exodus en ese tiempo, volver a Slayer implica tocar en grandes recintos y en grandes giras. No obstante, cuando Dave Lombardo se fue de la banda lo hizo diciendo que los negocios de Slayer no eran limpios y que había problemas en ese sentido. ¿Ibas con pies de plomo en un primer momento con la banda?
“No, para nada.”
¿Qué sentimientos tenías inicialmente?
“Mira, mientras estuve fuera de Slayer seguí en contacto con los miembros de la banda y cuando pasaban por mi ciudad iba a ver los shows, en un clima que considero de amistad. En el estilo de música que nos centra, yo he tocado con muchas pero ninguna está al nivel de Slayer. La manera en que me siento cuando toco con ellos es distinta a con cualquier otra banda. Cuando salgo del escenario estoy literalmente vacío, seco. Y así es como me gusta. Son la única banda que me ha aportado eso. Y eso es todo lo que me preocupaba al entrar en la banda, era todo lo que tenía en la cabeza”.
¿Hablaste con Lombardo a nivel “social” antes de entrar en el grupo de nuevo? Ya sabes, interesándote por la situación y esas cosas.
“No, para nada. En lo que a amistad se refiere, puedo decir que somos conocidos y nos llevamos bien pero no somos amigos que vayan de la mano. Lo que haya pasado entre él y la banda es su historia y lo que pase conmigo y la banda es mi historia. No tiene porque afectar una cosa a la otra”.
Siempre has sido un currante del thrash metal. Has estado en casi todas las bandas excepto Metallica y Megadeth.
“Ni Anthrax!”.
Pero vaya, que eres el tío al que recurren la mayoría de bandas de thrash de la vieja escuela cuando necesitan un batería.
“Eso sí.”
¿Porqué crees que sucede esto? No es algo casual: toda tu carrera se ha basado en ir de una banda de thrash a la otra. ¿Qué le aportas a una banda?
“No se si vienen a mi cuando necesitan a un baterista pero lo cierto es que tanto Exodus como Testament son amigos de toda la vida. A lo largo de toda mi carrera hemos tenido amistad. Cuando necesitaron a un baterista yo estaba disponible y todo surgió solo. Todos vivimos en la Bay Area de San Francisco y todos venimos de una escena determinada gracias a la cual nos fuimos conociendo. La familiaridad y el trato amistoso influye mucho”.
“Para mi lo importante no es lo bueno que seas, aunque también has de serlo. Pero lo más importante es estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. Eso hace que todo funcione. No se si estoy en la sección de marcación rápida del teléfono de alguien pero se que soy considerado un buen baterista dentro del género y eso hace que acudan a mi, como también le sucede a Tempesta, Hoglan u otros. Mira, en el caso de Testament hemos estado todos. No voy a darme una palmadita diciendo que soy tan bueno que la gente me llama, pero si estoy libre y alguien necesita un baterista, me van a llamar. Hay ciertos bateristas del thrash metal que llevan ahí desde el principio y esos son los que van a recibir la primera llamada”.
“El thrash metal es un estilo es un estilo muy endogámico. Todos venimos de la misma escena, de los mismos clubs. Cuando nos conocimos muchos de nosotros no teníamos ni contrato. Metallica, Slayer y Anthrax tenían contrato pero otros como Legacy (que luego fueron Testament) acababan de firmar y de pronto estallaron y todo el mundo supo quienes eran. Mi banda estaba aún teloneando. Si Forbidden abrían para Testament o Exodus, terminabas conociendo a la otra banda y estableciendo una amistad. Este estilo es así. Por eso imagino que hay varios músicos que llevamos ahí desde el principio y recibimos las llamadas para trabajar”.
¿Crees que la del thrash metal fue la última gran revolución real en el heavy metal? Lo que vino después han sido refritos, realmente.
“Hmm…el thrash metal, como revolución, vino a la vez que el glam metal de Los Ángeles y todo vino acompañado de la MTV, que lo magnificó. Cuando la MTV se olvidó de nosotros y llegó el grunge, todo el mundo desconectó del thrash metal. Pero quedaron bandas que seguían en pie haciendo cosas. Lo que devolvió el género a primera línea fue el tributo benéfico para Chuck Billy. Todos los grandes artistas del thrash se unieron de nuevo para ayudar a Chuck y eso fue algo alucinante. Vino gente de todo el mundo. Solo cabían 2.500 personas en el recinto y muchísima gente se quedó fuera”.
“Creo que eso sirvió para hacer relevante el estilo nuevamente. La gente comprobó que el estilo no estaba muerto y,a partir de ahí, otras bandas se re-inspiraron. Las bandas de Gothenburg y otras como Shadows Fall comenzaron a tomar velocidad. No diría que todo lo que ha venido después ha sido una repetición. Creo que las bandas han cogido lo bueno, los riffs, la agresión y han hecho grandes canciones.”
“Entiendo lo que me dices. La New Wave of British Heavy Metal y el thrash metal fueron movimientos únicos, pero el thrash también robó mucho de la New Wave, que a su vez robaba mucho del punk.”
“Cuando la gente tuvo acceso a toda la música del mundo en internet, las cosas cambiaron. En aquella época la gente intercambiaba cintas de cassette con una mezcla de canciones y descubrías música poco a poco. Todo era muy underground y exclusivo a un grupo reducido de gente. Ahora nada es exclusivo porque todo el mundo tiene acceso a absolutamente todo. Eso hace que se pierda parte de la magia de entonces”.
¿Crees que el acceso masivo devalúa la música?
“Lo pienso, hasta cierto punto. La gente sigue interesada en la música pero creo que el acceso masivo le quita el componente especial. No te cuesta el menor esfuerzo llegar a la música. No has de ir a la tienda, no has de esperar a que salga el disco y visitar tu tienda cada semana a ver si ya está. Esa ansiedad por devorar un nuevo disco hace que lo valores más. Y ojo, no voy a echar por tierra internet, creo que es una gran herramienta. También creo que se ha llevado por delante la gracia de todo esto por culpa de la inmediatez. Ahora cualquiera puede hacer un videoclip. Pero antes de MTV nadie sabía como era una banda o como se movían en directo. Ese misterio ha sido ahora robado por internet”.
Ahora vivimos esa anticipación y ansiedad cuando abrimos nuestro nuevo iPhone. El unboxing es algo así como lo que me comentabas antes de ir a la tienda y conseguir el disco.
“Tienes toda la razón del mundo”.
Cuenta la leyenda que Slayer no tenían muy claro si meterte en la banda. ¿Porqué?
“Es correcto. Habían hecho audiciones a muchos músicos y mi nombre estaba en la lista pero me juzgaron por lo que había hecho con Forbidden. El thrash metal de Forbidden era distinto. Entiendo porqué me ignoraron al principio. Pese a tocar en el mismo género creo que lo que escucharon por mi parte en los temas de Forbidden no era suficiente para lo que Slayer tenían en mente.”
“Un buen amigo, John Tempesta, era amigo del técnico de guitarra de Kerry King. El no paraba de decirles ‘tenéis que escuchar a este tío, Paul Bostaph’. Cada vez que no les funcionaba un baterista, Tempesta iba y les decía “escuchad a Bostaph”. Tuvieron a un baterista que se había aprendido las canciones pero había partes en las que erraba continuamente. Siempre en las mismas partes. Al final dijeron ‘o no sabe pillarlo o es vago’. No lo comprendían. Así que probaron a otro baterista y ese fui yo. Fui el último al que llamaron.”
“Tuve doce días para aprenderme nueve canciones. Me dijeron que iba a ser una audición de tres días. El manager me dijo que si no lo hago bien en el primer día no necesito preocuparme de los otros dos días. Yo quería el puesto, como fuese. Me pasé todo el día escuchando y practicando temas de Slayer y los chicos de la banda quedaron satisfechos. Pero si, fui el último al que llamaron. Eso es lo divertido.”
¿De qué manera tuviste que cambiar tu estilo para adaptarlo a Slayer?
“Pues tuve que estudiarme el estilo de Dave para tocar de la manera más cercana a él que fuese posible. No dejé espacio a la interpretación propia. Soy un fan de Slayer y si estuviese entre el público y viese a un nuevo baterista en Slayer, querría que tocase exactamente igual que Dave, sin más”.
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