Scorpions: “No me gustan las corridas de toros”
Vuelven a España por tercera vez desde su presunta gira de despedida que llenó dos noches el Palacio de Vistalegre de Madrid. Tocaron en el Azkena Rock 2014, en el Rock Fest 2015 y ahora se hacen la gira del 50 Aniversario por nuestro país con paradas en Bilbao (30 de Junio), Córdoba (2 de julio) y Madrid (3 de julio). Scorpions pueden hacer lo que les de la gana: se han ganado el derecho sobradamente. Y mientras sigan viniendo, seguiremos yendo a verles. Pese a las mentiras piadosas.
Vuelven a España por tercera vez desde su presunta gira de despedida que llenó dos noches el Palacio de Vistalegre de Madrid. Tocaron en el Azkena Rock 2014, en el Rock Fest 2015 y ahora se hacen la gira del 50 Aniversario por nuestro país con paradas en Bilbao (30 de Junio), Córdoba (2 de julio) y Madrid (3 de julio). Scorpions pueden hacer lo que les de la gana: se han ganado el derecho sobradamente. Y mientras sigan viniendo, seguiremos yendo a verles. Pese a las mentiras piadosas.
Sergi Ramos entrevista a Rudolf Schenker por teléfono y hablan de todo un poco.
¿Por qué los Scorpions dijeron que se iban y acabaron volviendo?
«Queríamos dejarlo pero la reacción del público en la gira de despedida fue absolutamente inesperada. Tras eso comenzaron a abrirse oportunidades, como la gira del 50 Aniversario. No podíamos dejar pasar ese tren. Muchas cosas coincidieron en el tiempo y volvimos a recuperar la excitación por lo que hacemos.»
«Para muchas bandas el problema es que solo giran, giran y giran sin más motivación que seguir adelante. Es una rutina y eso es lo que los mata. Nosotros tenemos millones de fans en Facebook, de los cuales el 80% tiene entre 16-28 años. Tenemos una nueva generación de gente que puebla las primeras filas de los conciertos. Es algo fantástico, especialmente en una época en la que todo es música digital, electrónica y postiza. Nosotros somos una banda que viene de la época en la que todo se hacía a mano y sentir ese calor del público joven es lo que nos ha inspirado a seguir adelante. Es algo muy poderoso.»
«Tenemos una buena química y disfrutamos de lo que hacemos. Paralelamente la gente no quiere que nos vayamos. Mientras esto se mantenga, nosotros seguiremos adelante. Vamos a seguir de gira hasta finales de año, cerrando con un concierto el 2 de diciembre en Berlín. Tras eso, descansaremos al menos medio año o quizá un año entero. Tras eso comenzaremos a plantearnos el futuro. ¿Un nuevo proyecto? Veremos!».
¿Es ese proyecto un nuevo disco?
«No tengo ni la menor idea. Ahora mismo acabo de volver de México y de Estados Unidos, donde hemos hecho una gira muy exitosa. Hemos mejorado el show un poco y lo hemos llevado un paso más allá. Ahora iremos a España, un país que nos encanta. Hace dos o tres años tocamos dos noches en Madrid y fueron conciertos tremendos. Vamos a hacer grandes shows con un espectáculo de luces y video muy bueno además de todo el poder de Scorpions y las grandes canciones. Ahora también estamos interpretando algunas canciones largamente olvidadas de los ’70 como «Speedy’s Coming» o «Top of the Bill». A la gente le encanta que rescatemos canciones que no hemos tocado en treinta o cuarenta años y eso es lo que, en parte, hacemos en esta gira».
¿Recuperar ideas descartadas, como en «Return to Forever», es la única manera de salir adelante para una banda clásica que quiere mantener su sonido de siempre?
«Creo que estás en lo correcto. Cuando anunciamos la gira de despedida, la idea era lanzar después un disco de bonus tracks con canciones descartadas. Al ir recuperando canciones descartadas de los 70 y 80 fuimos viendo que había muy buen material que no había superado el filtro por entonces pero que, con un poco de trabajo, podía quedar muy bien. Cuando nos pusimos a grabar de nuevo vimos las posibilidades que tenía todo ese material. Eran temas con nuestro sonido más básico y más primitivo, con la esencia de Scorpions. Aquellas composiciones tenían un feeling propio de la época y era la mejor manera de situarnos en el presente con un sabor propio del pasado».
«En los 70 y 80 componía tantísimo material que tengo tres cajas llenas de cintas con material pendiente de examinar. Cuando tengo tiempo, miro esas cajas y encuentro ideas, partes de canciones con posibilidades de ser reutilizadas. Y sino, cuanto menos, me inspira para componer algo hoy en día que posea el sabor de antes.»
«Es como un vegetal del que todo el mundo se olvida hasta que treinta años después un cocinero lo vuelve a poner de moda, destaca sus propiedades saludables y explica que, mezclado con esta y aquella especia sabe especialmente bien. Y además es nutritivo. Hace falta tiempo para examinar esas ideas y buscar la manera de encajarlas, de ahí que nos vayamos a tomar un descanso el año que viene. Quizá aparece alguien como la gente de la MTV cuando nos propusieron lo del «Unplugged» y nos dieron nueva energía. Así es como deberían ser las cosas, no una rutina continua de tocar por tocar hasta que te quedas seco y sin ideas.»
¿Tenéis un contrato vigente con Sony Music o podéis escoger cuando editáis nuevo material con total libertad?
“Nos ofrecieron un nuevo contrato pero nos negamos. No queremos un contrato por el momento porque no queremos cargarnos de presión para componer un nuevo disco. Queremos tener la libertad y la capacidad de hacer las cosas cuando queramos. Eso es mucho mejor que trabajar como en una fábrica. Jugar a lo seguro no es algo que queramos hacer a estas alturas, porque entonces nunca sacas tu verdadero potencial.”
En una carrera tan dilatada ¿cuál ha sido el mejor periodo para Scorpions?
“Los ochenta, sin duda. Estábamos en el momento. Nosotros y todas las bandas con las que giramos, como Iron Maiden, Def Leppard, Bon Jovi y muchas más. Las bandas jóvenes nos miraban como alguien con quien compararse, como la banda a cuyo nivel querían llegar. En los años ochenta estábamos en nuestro mejor momento. Con “World Wide Live” conseguimos el segundo disco en directo más vendido del mundo, tan solo por detrás de “Frampton Comes Alive” de Peter Frampton. Ahora somos el tercero, porque el segundo puesto lo ha ocupado el directo de los Eagles.”
“Estábamos en la cima de la montaña. Tuvimos una segunda juventud en los 90 cuando grabamos “Crazy World”. Fue el disco que se convirtió en banda sonora de una revolución pacífica gracias a “Wind of Change”. Creo que ahora estamos viviendo una tercera juventud, especialmente desde que anunciamos la gira de despedida. El classic rock está de vuelta y nosotros somos parte de ese movimiento. La primera ola, no obstante, fue la más potente. De 1983 a 1985. Participamos en el Rock In Rio, giramos por todos los países posibles…”
“Más adelante, fuimos una de las primeras bandas que tocaron en Rusia con su show completo… Hicimos diez shows en Leningrado: diez shows con las entradas agotadas. Un año después, con motivo del Moscow Peace Festival volvimos allí junto a Bon Jovi, Motley Crue, Skid Row, Ozzy Osbourne y los rusos Gorky Park. En aquellos conciertos nos dimos cuenta de que había un cambio en preparación y por eso tuvimos la idea de la canción “Wind of Change”. Una era estaba llegando a su fin y nosotros estábamos en ese momento de la historia. Mijaíl Gorbachev nos invitó al Kremlin. Fuimos la única banda de la historia que ha tocado en el Kremlin. Para una banda alemana fue impresionante poder construir puentes entre nuestro país y Rusia. Después de dos guerras mundiales, ahí estábamos, formando parte del cambio”.
“Tocamos en muchos sistemas distintos: en Israel, en el Líbano, en Europa, en Sudamérica…pero nosotros no lo notamos. La conexión con los fans del rock es la misma en todos los países, es un lenguaje universal.”
¿Cuál ha sido la influencia de Scorpions en el universo del hard rock?
“Nosotros fuimos más extremos que Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Cuando ‘Virgin Killer’ se editó la gente lo vio como un paso demasiado lejos. Nuestras guitarras tenían que ser más sucias, más rápidas y más distorsionadas que lo que se había hecho hasta entonces. Uli Jon Roth hacía todo tipo de locuras con su guitarra. Teníamos que hacer más locuras que las bandas que habían llegado antes que nosotros. Imagino que es lo mismo que sucede ahora con las bandas actuales. Tienen que hacer más y mejor que los que estábamos antes. Ahora son más brutos y extremos, con la guitarra afinada dos tonos por debajo y todas esas cosas. Cada generación intenta llevar la música a extremos más lejanos. Hay un límite en algún lugar, por eso.”
“En Scorpions había dos tipos de canciones en aquella época: las de Klaus y yo y las del rollo más Hendrix y experimental de Uli. Cuando Uli se fue de la banda me quedé yo solo como compositor y sentí la presión de tener que crear grandes canciones yo solo. Por suerte, entonces entró Matthias Jabs en la banda y creamos el que hoy se conoce como el ‘sonido Scorpions’ clásico. Poco importa que tuviésemos cinco discos previos: el sonido Scorpions que todo el mundo reconoce es el que creamos cuando Matthias entró en la banda. El sonido de “Blackout” es el sonido de Scorpions. Lo realmente complicado era equilibrar los hits radiofónicos como “No One Like You”, orientados al mercado americano, con las canciones más duras como “Dynamite” o “China White”. El espectro de canciones era muy amplio.”
“Con ‘Love at First Sting’ dimos con la fórmula perfecta y tuvimos tres hits atemporales. ‘Still Loving You’, la canción del baby-boom francés, con 1,8 millones de singles vendidos, “Rock you Like a Hurricane”, que fue Top 10 en USA y “Big City Nights”. Ese éxito masivo nos dio la oportunidad de hacer llegar nuestro sonido incluso a más gente a partir de ese punto”.
Este sábado tocáis en una plaza de toros en Cordoba.
“Es nuestra primera vez en Córdoba! Nunca hemos tocado ahí. España siempre nos ha acogido muy bien. Cuando fuimos en 1986 para tocar en el Monsters of Rock de Madrid y Barcelona los fans se volvieron absolutamente locos. Tras eso fuimos en casi cada gira. Tenemos muchas ganas de descubrir Córdoba y de tocar en una plaza de toros, que es un lugar único con una atmósfera especial”.
¿Como ves la fiesta de los toros desde la perspectiva alemana?
“No soy un fan de ello. Lo siento pero no me gusta. Mi padre era muy fan de España. Cuando tenía ocho o nueve años íbamos continuamente a España. Ibamos a Tarragona, Valencia, Alicante, Málaga…y a partir de ahí bajamos a Gibraltar y a Marruecos. Conozco España bastante bien. Me gusta el bistec de toro, sabe muy bien. Pero el tema de las corridas de toros es algo que me supone un problema: amo a los animales y no creo que sea positivo matarlos de esa manera y hacer un espectáculo de ello. Jugar con vidas que Dios ha puesto en este mundo no me parece correcto”.
¿Tienes idea de cuantos discos han vendido Scorpions? ¿Alguna vez habéis hecho una auditoría al respecto para saber la cifra real?
“No. Solo podemos contarlo en base a los discos de oro y platino que tenemos. Por parte de las compañías fuimos recibiendo resúmenes de ventas desde el principio, pero cambiamos de compañía varias veces y siempre hay escapes en las cifras por aquí y por allá. Hace cinco o seis años tuvimos que hacer un recuento aproximado y la cifra pasaba de cien millones de unidades. Imagino que ahora habremos vendido algo más, aunque los discos ya no venden tanto como en los años 80 y 90. Desde mi punto de vista, más de cien millones de discos vendidos está más que correcto. No quiero marearme con el detalle exacto porque es imposible saberlo. Quizá un día la tecnología avanza tanto que nos permite hacer un recuento real, pero de momento estamos ocupados haciendo nueva música y girando por todo el mundo con un gran show multimedia. Tenemos mucho que ofrecer al público”.
¿Soléis cambiar el set-list de un show a otro?
“Es el gran problema de hoy en día: debido al contenido multimedia los shows están muy encorsetados y el repertorio no puede cambiar demasiado. Todo tiene su función y su momento en el show: las luces, las imágenes, nuestros movimientos… y todo tiene que suceder cuando tiene que suceder. No podemos ir cambiando el repertorio sobre la marcha.”
“No queremos repetirnos, sino que queremos ir mejorando y dándole algo distinto a los fans, así que vamos cambiando el setlist según el mercado en que estamos tocando. En América tocamos un set distinto a Europa. Canciones que son populares en Europa no funcionan en Estados Unidos y viceversa. Lo que está claro es que no vamos haciendo el repertorio sobre la marcha. Las cosas ya no son como en los viejos tiempos”.
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