Son la banda festiva del momento. Russkaja son una exótica mezcla de estilos musicales capaz de poner en pie al público de cualquier festival. Tienen tanto de Volbeat como de The Pogues, todo ello aderezado con el férreo acento ruso de su vocalista y líder Georgij Makazaria. Vendrán a España de gira en septiembre acompañados de Celtibeerian y el año pasado editaron un tremendo disco como es “Peace, Love & Russian Roll”.

Son la banda festiva del momento. Russkaja son una exótica mezcla de estilos musicales capaz de poner en pie al público de cualquier festival. Tienen tanto de Volbeat como de The Pogues, todo ello aderezado con el férreo acento ruso de su vocalista y líder Georgij Makazaria. Vendrán a España de gira en septiembre acompañados de Celtibeerian y el año pasado editaron un tremendo disco como es “Peace, Love & Russian Roll”. Sergi Ramos habla con ellos.

¿Por qué crees que la banda tiene tanto tirón en España?

“Nos encanta todo lo que sea español. En Alemania, cuando algo es extraño se suele decir “esto es un poco español” (risas). Yo he estudiado español en Moscú y me gusta mucho el idioma. Me gusta cantar en español y por eso he compuesto temas como “El Pueblo Unido”. Cuando el año pasado tocamos en Madrid y Barcelona la gente cantó esa canción como si le fuese la vida en ello. Fue un momento magnífico.”

Desde “Russian Voodoo” a “Energia” hubo un cambio cualitativo muy importante. ¿A que fue debido?

“En la época de ‘Russian Voodoo’ la banda tenía demasiados conflictos. Estábamos en muy malas condiciones. Teníamos problemas personales, problemas con la organización del grupo. En el año 2012 comenzamos a cambiar cosas y arrancamos una nueva era. Cambiamos a varios músicos, cambiamos el management, cambiamos la contratación y lo cambiamos todo. Comencé a componer nuevas canciones con nuestro guitarrista, Engel (Angel en español). Cuando grabamos el disco ‘Energia’ empezó la nueva época de Russkaja, la nueva era.”

“Para nosotros es un honor que la gente en España nos reciba con tantas ganas. Y creo que en parte es por los cambios que hemos hecho, que han servido para que la banda renazca. Ahora disfrutamos de estar en la carretera, disfrutamos de estar en el escenario y disfrutamos de la música que hacemos. La gente siente eso cuando estamos ante ellos y se les contagia”.

Bandas como vosotros, Sólstafir y muchas otras aportáis un elemento diferencial y exótico al sonido. ¿Crees que el único camino del metal es el de ir mestizándose y dejar de lado el rollo old-school?

“Solo puedo decir que otras bandas deben trabajar como quieran que nosotros trabajamos como nosotros podemos y como nos gusta. Tocamos la música como la sentimos. Nos gusta la energía del metal pero no del metal clásico. Tenemos el sonido de metal, el sonido de rock y luego todo lo demás. El metal más clásico no es lo primordial en nuestro sonido. La sección de viento, la influencia de la polka, la combinación de una sección rítmica muy compacta como la de las bandas de metal y mi estilo cantando es lo que hace el sonido de Russkaja”.

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Uno de los puntos importantes de la musicalidad de Russkaja es tu pronunciación, especialmente en pasajes más percusivos o, directamente, tus “erres” marcadísimas.

“Tanto cuando hablo inglés como cuando hablo español vas a escuchar el ruso en mi estilo. Es algo que forma parte de mi. Yo crecí con ese lenguaje. Cuando canto o me comunico con el público me sale el ruso. Quizá en entornos más reducidos puedo fingir otro acento más americano y británico y disimularlo, pero cuando estoy ante el público me sale el ruso inevitablemente”.

“El ruso es un lenguaje muy exótico para la gente y creo que eso es útil para marcar la diferencia en Russkaja”.

¿Cuando te mudaste a Austria? Era un momento muy delicado políticamente para Rusia. ¿Porqué tomaste la decisión de marcharte?

“Me mudé a Austria en 1989. Acabé la educación secundaria, tenía 15 años y en ese momento estaba a punto de cumplir los 16 y recibir la llamada del ejército. Mi madre conoció a un hombre austriaco y se fue con él y luego vino a buscarme. Al principio fue terrible dejar a toda mi familia, mi novia y mis amigos en Rusia pero en aquella época, en 1991, comenzaron las acciones militares en Georgia y Chechenia y muchos amigos tuvieron que ir a la guerra. Tuve la suerte de poder evitarlo por poco”.

¿Entraste legalmente en Austria? ¿Eras objetor de conciencia militar y optaste por poner tierra de por medio?

“Me fui de Rusia legalmente, porque mi madre conoció a un hombre de Austria y todo era correcto. Pero algunos pueden decir que soy una especie de desertor, quizá. Conseguí la nacionalidad austriaca y tuve que hacer el servicio militar allí pero claro, Austria no estaba en guerra con nadie.”

El rock duro era conocido en Rusia pero no se vendían productos occidentales, de modo que todo entraba por canales ilegales a base de discos piratas en el mercado negro. ¿Como tenías acceso a la música occidental?

“Yo tenía un amigo que vivía en la planta de arriba, en el mismo edificio y compraba un montón de material pirata prohibido. Tenía un buen sistema de sonido y nos pasábamos el día escuchando música occidental”.

¿Recuerdas el Moscow Peace Festival o ya te habías marchado de Rusia?

“No estaba ya en Rusia cuando sucedió el Moscow Peace Music Festival. Iron Maiden, por eso, era la banda que todo el mundo conocía en Rusia. Si ibas por la calle y te venía un grupo de “bandidos” (los llamábamos ‘metal bandidos’) te solían preguntar el nombre de tres bandas de metal. Si no sabías decírselo te pegaban y robaban. Así que todo el mundo conocía a Iron Maiden, Metallica y Black Sabbath para poder defenderse (risas).”

¿Qué bandas eran las más conocidas en la Rusia de los 80, ademas de esas tres?

“Iron Maiden y Scorpions eran las bandas más grandes en Rusia en los 80. Todo el mundo los conocía pero las bandas no podían venir de gira. Una vez se celebró el Moscow Peace se abrió la posibilidad para muchas bandas. Una pequeña inyección de sistema capitalista (risas)”.

¿Te arrepientes de haber salido de Rusia ahora que han pasado casi tres décadas y el país ha sufrido una transformación?

“Fue la mejor decisión de mi vida. No quise arruinar mi vida por las decisiones políticas de otros. Mi abuelo era de Georgia. Para mi haber luchado contra la gente de allí habría sido muy duro. Era absurdo. Tuve mucha suerte de poder marcharme y empezar una nueva vida en Austria mientras la situación en Rusia se estabilizaba. Ahora voy a Rusia cada par de años y hago negocios con Rusia ocasionalmente y eso es suficiente. Austria es un lugar pequeño y acogedor. No necesito una gran ciudad como Moscú, por ejemplo. Vivo tranquilo aquí”.

¿Qué tenéis planeado para los shows españoles de septiembre?

“No tenemos nada especial planeado, pero planeo prepararme mejor los comentarios hacia el público para hacerlos en español. Tengo que refrescar el idioma un poco. Quizá tocamos más canciones en español.”