Ross the Boss: «En Manowar nadie mueve un dedo sin el permiso de una persona»
Ross The Boss es uno de los músicos más integros del heavy metal. Formó Manowar junto a Joey DeMaio y es miembro de los Dictators, una de las grandes bandas del punk neoyorkino. Expulsado de Manowar a finales de los 80 por un DeMaio hambriento de control, Ross (de nombre real Ross Friedman y nacido en 1954) siguió adelante pasando por múltiples proyectos y sin alejarse nunca de la música.
Ross The Boss es uno de los músicos más integros del heavy metal. Formó Manowar junto a Joey DeMaio y es miembro de los Dictators, una de las grandes bandas del punk neoyorkino. Expulsado de Manowar a finales de los 80 por un DeMaio hambriento de control, Ross (de nombre real Ross Friedman y nacido en 1954) siguió adelante pasando por múltiples proyectos y sin alejarse nunca de la música. Ahora está involucrado en una banda llamada Death Dealer, quienes practican un heavy metal americano con toques más actuales en la producción, y donde también militan Sean Peck como vocalista y Stu Marshall como guitarrista.
Aprovechamos la ocasión para hablar con Ross en exclusiva, quien nos atiende a la vez que lleva el mostrador de su tienda de deportes en el barrio de Queens de New York. Hablamos del nuevo disco de Death Dealer, «Halloweed Ground», que se edita el 2 de octubre y de los viejos tiempos de Manowar y de su inexistente relación con Joey.
¿Qué haces en India?
«¿En India?»
Eso dice mi móvil. Que estás en India.
«Ah, ya se lo que pasa. Te llamo desde una de esas tarjetas telefónicas».
Y mi móvil interpreta que estás en India. Pensaba que estarías tocando para algún empresario forrado fan de Manowar.
(Risas) «Lamentablemente no! Estoy en Nueva York, trabajando en mi negocio!».
¿Como te involucraste en Death Dealer?
«Excelente pregunta. Hace tres años y medio que Sean Peck me contactó a través de Facebook y me dijo ‘Ross, me encanta tu estilo tocando, blablabla’. Me explicó que estaba poniendo en marcha un proyecto con un guitarrista australiano llamado Stu Marshall y que quería que yo o KK Downing colaborásemos como segundo guitarra. Me envió algunas canciones para que las examinase y viese que podía aportar. Al día siguiente me llama desde Australia Stu Marshall y me dice ‘comencé a tocar la guitarra gracias a ti, gracias a ‘Hail to England’ y Manowar, eres mi ídolo’. Así que convenció para trabajar con ellos. ¿Me puedes dar cinco minutos Sergi?»
-Ross atiende a unos clientes en su tienda durante unos minutos, nosotros esperamos al otro lado del teléfono-
«Pues eso: Stu me convenció y le dije que adelante. Me enviaron algunas canciones y dije «esto es increíble». Las canciones de ‘War Master’ eran increíbles. Sean Peck tiene una de las mejores voces que he oído en mi vida. Les dije ‘tios, estoy dentro’. Comenzamos a trabajar en finalizar las canciones de ‘War Master’ y editamos ese primer disco juntos».
¿Te suele pasar a menudo? ¿Te suelen hablar por las redes sociales para pedirte colaboraciones y ayuda en proyectos gente que no conoces de nada?
«Mucha gente me llama para hacer solos a sueldo. Necesitas un solo? Si me pagas, lo tienes. Pero no me suelo encontrar con gente que me pide unirme a su banda. No me pasa a menudo».
El sonido es un metal americano moderno con muchas pinceladas de la vieja escuela. ¿Es lo que sueles escuchar estos días? ¿Prefieres el sonido más totalmente «old school» quizá?
«Esto es lo que me gusta. Mucho. Canciones como «The Way of the Gun» me gustan mucho. Compuse algunas cosas en el primer disco, pero muchas más en este. Aquí puedes escuchar mi influencia de verdad.»
¿Lo grabasteis todo a través de internet o habéis estado juntos en el mismo estudio para dar forma al disco?
«Cuando estamos juntos, como cuando hicimos el Metal All Stars Tour, pasamos mucho tiempo componiendo música y categorizándola. Desde casa hacemos sesiones de Skype a cinco partes para componer cosas y dar forma. Death Dealer es una banda donde todos vivimos muy lejos y es la manera de trabajar».
-Ross vuelve a atender a otro cliente-
«En los viejos tiempos tenías que estar en la misma sala componiendo. Internet ha destruido la música pero también ha ofrecido muchas facilidades para hacerla, como en el caso de Death Dealer».
Si no fuese por internet seguramente no habríais editado vuestro último disco.
«Exacto, no habría banda. Pero ni esta ni muchas otras.»
En los viejos tiempos había mucho tiempo que perder en el estudio, porque había dinero. Ahora hay que ir directos a lo importante y perder el menor tiempo posible. ¿Te hace eso cambiar tu manera de componer o trabajar en el estudio?
«En parte si. Has de ir mucho más concentrado. Cuando trabajas, trabajas de manera muy eficiente. En los años 80 había muchas cosas que te distraían: las fiestas, las mujeres, etc. Todo eso te hacía perder mucho tiempo. Prefiero lo de ahora: hacemos mucho trabajo en muy poco tiempo. Somos seres humanos más experimentados y eficientes. En los años 80 te pasabas días en el estudio colocando micrófonos, buscando sonidos adecuados y cosas así. Era tedioso. Cada día las cosas sonaban de manera distinta (risas). Ahora todo es super-rápido en el mundo digital. Tenemos que aprovechar los avances de la tecnología».
Llevas tu propio negocio en New York, que no tiene nada que ver con la música. ¿Es una manera de pagar facturas y tener una cierta estabilidad económica?
«Te estoy hablando desde mi negocio familiar, que está situado en Queens, en New York y lo he tenido durante los últimos diez años. Se llama The Batting Cage y es para gente que juega a baseball, softball, cricket y fútbol. Es una de las tiendas de deportes más grandes de New York y es propiedad de nuestra familia. Grabo aquí por las noches. Puedo tocar muy alto. Tengo 3000 metros cuadrados de mi propiedad en New York City. Y es algo que me gusta».
¿Te ofrece la estabilidad que ya no ofrece el negocio de la música?
» Si. Claro. Gano un dinero estable con el negocio del deporte, pero la música es algo que me gusta y las cosas me van mejor. Soy uno de los pocos que ganan dinero con el negocio de la música hoy en día.»
¿Tiene sentido grabar nueva música para ti? Podrías vivir tocando viejos hits de Manowar en festivales true-metaleros europeos.
«Yo comencé a tocar por amor a la música y por el arte de la creación. No puedo quedarme solo con lo que he hecho con Manowar o los Dictators. Necesito seguir creando. Que, por cierto, los Dictators están en gran forma y vamos a ir a España en noviembre, no se si lo sabías. Los Dictators también graban nueva música y las nuevas canciones son importantes para nosotros. Yo, personalmente, ya estoy harto de los viejos temas de Manowar. Por más que a la gente le encanten y por orgulloso que me sienta de ello, yo quiero hacer nueva música. No puedo vivir toda la vida de aquello. Ser creativo es lo que me da vida. Para que veas: «Halloweed Ground» de Death Dealer es mi disco número 30.»
Eres uno de esos artistas del heavy metal que siguen creyendo de verdad en todo esto, como Udo Dirkschneider o Doro Pesch. Muchos se dedican a otra cosa cuando el dinero desaparece, pero tu te has mantenido fiel a todo esto. ¿Es difícil para ti a veces enfundarte en cuero y decir «hey, soy Ross The Boss»?
«Cada día me levanto y pienso ‘¿qué hago hoy?’. No me tomo descansos ni vacaciones. Cada día me levanto y pienso en música. E incluso cuando estoy en mi negocio, hago cosas que tienen que ver con la música, como esta entrevista o como grabar por las noches. Soy un adicto al trabajo y creo en lo que hago. Obviamente la gente también cree en lo que hago. La música es todo para mi. Nada me llena más que componer una nueva canción, darle vida y publicarla y que guste a la gente».
Hoy en día la música llega a la gente inmediatamente después de que la grabes. En los viejos tiempos había un hueco de 3 o 4 meses hasta que el disco se publicaba. ¿Aprecias esa inmediatez? En cinco minutos la gente te puede decir si es una basura o si es un himno.
«Bueno, en los viejos tiempos grababas analógicamente, luego había que coordinar el lanzamiento, luego el publicista tenía que hacer su trabajo y había 4 o 5 meses de tiempo de preparación antes de la edición del disco. Hoy en día todo es inmediato. Pero por entonces te apoyabas en la radio, que era la responsable de hacer famoso a tu single. Los sellos se gastaban grandes cantidades de dinero en promocionar la música en la radio y comprar a las emisoras con publicidad. Hoy en día es todo muy distinto. Pero vaya, sigue habiendo una cierta cantidad de prácticas poco honestas en todo esto… (Risas)»
Cualquiera que ha trabajado en la industria de la música ha sido estafado de alguna manera. ¿Ha sido tu caso?
«Totalmente. De muchas maneras. Absolutamente. No hay duda de que me han estafado. Me estafan cada día. Spotify no me envía un solo dólar y ellos reproducen mi música. Dicen que le están pagando a mi publisher pero yo no veo un dólar. Esta gente ha ganado miles de millones y yo no he visto ni un solo dólar.»
En Spotify solo encuentras los primeros discos de Manowar, los de tu época. No encuentras nada de lo que vino después. ¿Ves dinero de esos discos?
«Espero que si, pero no tengo la menor idea. Son colecciones generales que compran a los sellos y no se quien reporta a quien. A no ser que seas Bruce Springsteen o Billy Joel, quien puede permitirse que una empresa auditora controle a estas empresas, no puedes saber nada. Es imposible».
Spotify tiene entre sus principales inversores a las multinacionales: Warner, Universal y Sony. Y entre ellos se reparten el pastel.
«Exacto. Es una situación horrible para los músicos. Entiendo porque mucha gente joven no quiere meterse en el negocio de la música: es que no hay dinero en él. Tienes que vender merchandise, hacer meet & greets y tocar en directo para ganar dinero. Pero la música en si misma no da de comer».
¿Crees que hay un exceso de oferta? ¿Demasiadas bandas en la escena?
«Hay muchas bandas malas ahí fuera que editan discos. Cosas que no deberían ni ver la luz. Pero no duran, eso es lo bueno. Las bandas necesitan grandes canciones y grandes directos. Eso no lo tiene cualquiera».
Hablando de los viejos discos de Manowar: muchos estarán de acuerdo en que después de «Kings of Metal» la banda ya nunca fue la misma. ¿Crees que Manowar perdieron parte de su magia después de que fueses despedido / te fueses de la banda?
«Fui despedido. Sin duda. El tema es que lo que hacen ahora es distinto a lo que hacíamos. Esos seis discos que hicimos en seis años no pueden ser mejorados. El listón fue puesto muy alto y nadie puede mejorar eso. Joey y yo éramos un gran equipo compositivo, como el que tengo ahora en Death Dealer. Podíamos conseguir grandes canciones y grabar seis discos en seis años. Por supuesto que cuando yo me marché no podían mantener el nivel: uno de los encargados de la composición ya no estaba en la banda. Es como Lennon y McCartney en el heavy metal. Y si se llevan tanto tiempo entre discos es por algo. Es obvio que hubo un declive después de que yo saliese de la banda».
¿Crees que Joey admitiría que la banda no suena igual sin Ross the Boss?
«Parece que lo admite. Pero no sé. El es quien dice que yo me fui de la banda. El es quien convenció al resto de la banda de que todo sería mejor sin mi. Obviamente todo el mundo ve lo que ha pasado desde entonces.»
¿Tienes relación con él aún? Del concierto especial del Earthshaker ya hace diez años.
«No. La última vez que hablé con él fue el día del Earthshaker».
Y nunca más.
«No. El único con el que hablaba era con Scott Columbus. El tocó con la Ross The Boss Band poco antes de su muerte».
De hecho, ibas a venir con Scott a tocar a España en una pequeña gira en la que sonarían viejos temas de Manowar.
«Si, pero no pudo ser. Podríamos haber hecho muchos shows. Pero no pudo ser».
¿Manowar le vetaron esa gira contigo?
«No, porque él en ese momento ya no era miembro de Manowar. Estaba fuera».
Pero no había sido confirmado oficialmente ¿no?
«Si, si. Se había confirmado ya oficialmente. Nadie hace nada en esa banda sin que uno de ellos de su permiso. Nadie. Scott estaba fuera de Manowar, totalmente».
Cuando piensas en aquellos primeros años ¿era ya Joey así? ¿Era tan controlador?
«No, para nada. Al principio no. Eramos compañeros musicales. Yo comencé la banda, Ronnie James Dio me presentó a Joey y le invité a mi banda y conseguí nuestro primer contrato discográfico y los primeros avances económicos. Todo era 50/50 al principio. Y poco a poco Joey comenzó a hacer de las suyas. Yo vivía en New York City y la actividad de Manowar se centraba en Auburn, en el oeste de New York. El estaba ahí y yo estaba en la ciudad y apenas tocábamos juntos. Ese era el problema. Las cosas pasan, la gente se distancia imagino».
¿Que cambió en Joey tras los primeros seis discos?
«No lo se. No te sabría decir. ¿El dinero? ¿El poder? ¿El control?»
Manowar no son una gran banda en USA.
«No lo son.»
Allí son una banda de clubs como mucho. Pero cuando vuelan a Europa, algo cambia en su mente y se vuelven superestrellas nada más tocar tierra. Cuando tocaste con ellos en el Earthshaker ¿te asombró ver en lo que se habían convertido en Europa?
«Yo sabía que eran una banda grande en Europa pero quedé impresionado por aquel show. Sabía que iba a ser así. Pero en Estados Unidos tuvieron que tocar en clubs en la siguiente gira».
Ronnie James Dio, como decías, os presentó. ¿De qué le conocías? Tu estabas teloneando a Black Sabbath con Shakin’ Street. ¿Se interesaba por sus teloneros? ¿Le conocías de antes?
«Ronnie es el tio más dulce que he conocido en mi vida. Shakin’ Street estaba teloneando a Black Sabbath en 1980 y el era el mejor tipo del mundo. Yo siempre he pensado que soy una buena persona, pero Ronnie me hacía parecer Hitler a su lado (risas). Ronnie era una gran persona y nadie se imagina lo grande que ha sido para el heavy metal. Fue un visionario, una gran persona y sencillamente ayudó a que Manowar se pusiesen en marcha».
¿Qué planes tienes ahora con Death Dealer?
«El disco sale el 2 de octubre y el video está en circulación ya. Tocaremos en el Motorboat de Motorhead el 28 de septiembre y luego haremos algunas fechas en California en enero. Nuestro agente está esperando para ver que hacemos después. Tras eso comenzaremos a cerrar fechas para todo el año que viene. Haremos todo lo que podamos: clubs, festivales y lo que sea.»
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.