Robert Mills: «Hay que tener los huevos cuadrados para ser promotor».
Historias para no dormir por parte de uno de los promotores más veteranos de la escena. Mayca Cruz se enfrenta a Robert Mills para saber qué hace falta exactamente para ser promotor.
La primera vez que vi a Robert Mills ni por asomo pensé que se trataba de uno de los históricos promotores de la escena rockera de nuestro país. Fue en alguno de tantos conciertos que tuvieron lugar en el Café del Teatre de Lérida, hará algunos años ya, sala donde se concentra gran parte de las propuestas concertiles de este lado de la Cataluña interior. Tampoco entonces imaginé que bajo el bigote canoso y ese bronceado que, asumí, se debía a una vida curtida en el campo de un lugareño entrado en lustros que acudía a escuchar música en vivo, se ocultaba un hercúleo y laborioso empresario que se labró a pulso una reputación de solidez y credibilidad entre los de su gremio, apostando por el trabajo de hormiga en un país y en una época donde lo fácil era recurrir a los grupos de moda televisados y saltar como una pulga ambiciosa de un evento masivo a otro, con bandas de grandes estadios. “España, en los tempranos años setenta, era un erial donde no existía un buen conocimiento del mundo del Rock de base que se cocía fuera de sus fronteras. Yo me encontré con un panorama al que sólo tenía que echar el abono adecuado para que floreciera una escena que apoyara a bandas que ya eran enormes en USA, en Inglaterra pero que aquí, prácticamente, no se conocían ni se podían ir a ver”
Hablamos con un hombre cuyo perfil de promotor en estos 32 años de carrera en España se ha movido entre bandas de rock clásico, hard rock, rock melódico, heavy metal, rock sinfónico, rock sureño, rock gótico, blues e incluso funk y que siente especial devoción por bandas tributo de calado internacional que son consideradas las mejores del mundo por la prensa y por los reservorios de las propias bandas originales. No hay más que echar un vistazo a los históricos de su página oficial para sentir un pelín de vértigo (Accept, Alan Parson Project, Alice Cooper, Asia, Camel, Chuck Berry, Depeche Mode, Dr Feelgood, ELO, Journey, Judas Priest, Megadeath, L.A. Guns, Misfits, Nick Cave, Ronnie James Dio, Stranglers, Saxon, Whitesnake, Yes…entre un sin fin de bandas más)
«Hay gente muy ambiciosa e incapaz en este negocio. El éxito consiste en tener una gran capacidad de trabajo, en ser tenaz y en hacer las cosas bien» Habla con cierta indulgencia, con un acento que resulta difícil de situar. Su nombre anglosajón le delata pero poca gente sabe realmente cómo y porqué este hombre vino a aterrizar a España.
“Nací en Washington. De padre norteamericano y madre chilena. Viví hasta los doce años en Estados Unidos. Cuando mis padres se divorciaron mi madre, cosas de la vida, acabó casándose de nuevo con un inglés. Me llevaron a vivir a Londres justo en la época en que la capital británica era un hervidero de grupos musicales. Había conciertos a diario y yo pasé una adolescencia sumergido en los garitos y clubes, pagando una libra o una libra y media para escuchar bandas de todo tipo. Me curtí en lo musical aunque ya desde niño sentía mucha pasión por el rock” Me intrigaba saber si, como muchos de los que están en este mundo de un modo llamemos colateral, Robert hizo algunos pinitos como músico y si le adorna algún talento artístico oculto “ “Para nada” responde tajante “A mi lo que me gustaba desde pequeñito era mirar los carteles y ver la letra pequeña: quién organizaba esto o aquello, quién conseguía meter a una banda en un local…Mis héroes eran los promotores. Yo había nacido para organizar y promover bolos y en esa dirección decidí encaminar mis pasos. A día de hoy, sigo en contacto y soy amigo de un gran número de promotores europeos y americanos de los años setenta, algunos lógicamente ya retirados. De ellos aprendí mucho” Pone un énfasis enorme en lo decisivo que resultó el apoyo de su madre, padre y padrastro a la hora de tomar las riendas de su vida y hacerse un nombre dentro de los carteles que poco a poco empezaría a colgar en Londres “Si, pero fue exclusivamente un apoyo moral. No te creas que económicamente me ayudaron. La gente puede pensar que tenía unos padres ricos pero eso no era así: yo era una especie de hippie sin un duro cuando empecé. En aquella época la gente no tenía dinero pero podían permitirse ir de conciertos cada semana porque los precios eran muy asequibles. Aquel ritmo de entonces es impensable ahora” Fueron diecisiete años en la capital inglesa pero hubo un momento que su vida dio un giro y decidió venirse a España. “Yo solía venir a la costa mediterránea de vacaciones en los setenta. Ya tenía algunos contactos por aquí y había traído alguna que otra banda. En aquella época había un vacío y los promotores locales sólo traían música italiana. Había muy poco rock y los pocos aficionados que conocían algo del asunto tenían que subirse a Andorra a comprar discos de importación. En el año 83 decidí instalarme definitivamente en España porque la competencia en Londres era fuertísima mientras que aquí apenas sonaban dos nombres. Empecé a traer bandas que nunca antes habían pisado esta tierra así que, si, puede decirse que fui un pionero” Parece que Robert quiere pasar de largo por el hecho de que hubo otro elemento decisivo en su vínculo con nuestro país “Si, también conocí a la que sería la madre de mi hija. El amor siempre tira ¿No crees?”
La primera sociedad en la que participó Robert Mills en España se llamaba Play Sound y pertenecía a Gaby Alegret, cantante de Los Salvajes que también resultó ser su propio cuñado (la entonces mujer de Robert y la ex de Gaby eran hermanas). “Trajimos a Kiss en Octubre de 1983. Era la primera vez que pisaban Barcelona, Madrid y San Sebastian y vinieron desenmascarados. Fue un error de cálculo y económicamente resultó un fracaso” No se explaya demasiado en dar explicaciones y me sorprende el poco bombo que se da, teniendo en cuenta que también fue el primero en traer a España a los Black Sabbath, a penas un mes antes de lo de Kiss. También trajeron a Judas Priest. Desde Londres, antes de venirse a vivir a Barcelona, pactó con Vicente Romero (Mariskal) algunos conciertos para Barón Rojo por Inglaterra. Inmediatamente después de la disolución de la sociedad con Alegret, Robert Mills fundó RM Concerts Promotions que ha sido su firma desde entonces en los carteles que siempre soñó montar.
La entrevista tiene lugar en uno de los camerinos vacíos del Café del Teatre. Un espejo enorme, con múltiples focos redondos bordeándolo como marco, nos devuelve la imagen de la espalda de un hombre que habla recostado en la butaca y por la que asoma una coleta de longitud nada despreciable. Otrora le adornó un abundante cabello negro pero ahora luce una calva brillante y amplia, cosa que se toma con mucho sentido del humor. Esa coleta es el único signo que revela una querencia estética hacia el mundo del que ha vivido todos estos años. Le dije que había visto una foto suya de sus inicios y que me pareció entonces un hombre muy apuesto. Se sonríe “Ah, o sea, ahora ya no. Muy bien, Mayca”
Robert tiene una mirada inquisitiva, dura. A veces es una mirada de rastreador perspicaz. Pero cuando la combina con una sonrisa parece más un niño picarón. No parece consciente de ello. ¿Qué se tiene que tener para ser un buen promotor? le pregunto abruptamente. “Hay que ser inteligente, hay que tenerlos cuadrados y hay que tener un buen colchón financiero. Yo sólo poseo dos de esas cualidades” Parece que quiera que le sondee. “Mucha gente se dedica a esto y fracasa estrepitosamente después de algunos intentos: la inteligencia es esencial para negociar y para que nadie te engañe. Si no eres valiente y arriesgado no tienes nada que hacer en el negocio. El dinero te sirve para no ahogarte y para responder ante los imprevistos y los fracasos, que siempre los hay. Yo no he hecho una fortuna pero me he sabido mantener solvente, atreviéndome con cosas por las que otros no apostarían”¿Por ejemplo? Me decido a preguntar. “Esta noche tocan la Wishbone Ash, una banda legendaria de los setenta que ha sido inspiración de muchos, unos excelentes músicos bregados en la carretera durante casi cuarenta años y que llenaron estadios por todo el mundo. ¿Cuántos que se las dan de rockeros vienen a verles? Para mi es una píldora dura de tragar ver que aquí a penas vienen 100 personas. Aunque ojo, en Madrid pinta muy bien la cosa para mañana. Uno aprende a aceptar estas fluctuaciones. Los fans son gente de cincuenta años, tal vez les resulta difícil rascarse 24 euros del bolsillo cada vez que hay un concierto. Puedes controlarlo todo excepto la taquilla”
El panorama es poco halagüeño en España. “Este es un negocio muy difícil. Hay que acostumbrarse a perder y a pesar de eso seguir apostando. Mis colegas de otros países se quejan porque sólo consiguen meter 500 personas en un bolo de la Wishbone Ash. En Inglaterra 300 personas es un fracaso, en España esa cifra es un éxito” A Mills le preocupa seriamente lo que está ocurriendo en nuestro país con las audiencias porque tan siquiera en Grecia, un lugar cuya crisis es aún mayor, la afluencia de público es tan baja. “Cuando salgo fuera lo paso muy mal. Vuelvo con depresión” ¿Significa eso que el español medio no puede permitirse ir de conciertos? ¿Cuál es tu visión y explicación de lo que sucede? “Por un lado es lo obvio: lo económico tiene un gran peso pero, no nos engañemos, no es solo eso. Si no, un Bob Dylan no llenaría un estadio con entradas a 200 euros. Lo que pasa es que la generación nuestra, los del rock de base que están en la franja de los 40-50-60 años se han apoltronado. Han cambiado el chip. Me sorprende que haya gente que me diga ¿pero todavía escuchas a esos? Pero si eso está pasado de moda” Parece un sesgo cultural – repliqué yo – Siempre he pensado que la música en nuestro país está más decantada hacia el lado del ocio que al de la cultura, si no lleva implícita diversión o novedad, ya no mola tanto. Por otro lado, el rock siempre ha estado considerado un subproducto cultural. Claro que tu pareces tener una vena nostálgica muy marcada en tus elecciones. Lo que traes puede no atraer a los más jóvenes por puro desconocimiento (creo que más que una entrevista nos estábamos enredando en un diálogo de viejos). “Cuesta mucho sacar a un tío de cincuenta años de su casa para ver un tributo de Frank Zappa. Luego hay mucho postureo. Mucha gente que se la da de conocedores pero que a la hora de la verdad no lo son tanto. ¿Cómo ignorar a los auténticos músicos de la banda de Zappa a quienes traje a Barcelona este año con la Band of Utopia? Es triste pero es la realidad. A todo el mundo le gusta Frank Zappa pero nadie vino a ver esta impresionante banda» ¿No forma parte de tu trabajo como promotor hacer algo más de divulgación? Tal vez tengas que hacer una cierta labor educativa, además de colgar carteles, añadir algunas líneas que resuman el calado histórico de esas bandas y artistas. Venga, cuéntanos que tienes en mente para los próximos meses…
«Si viviera en otro país a estas alturas ya sería millonario: Pues mira, ahí están ya cerradas diez fechas con Michael Schenker Temple of Rock, cuatro fechas con UFO y otras cuatro con Y&T, todo esto durante el mes de Noviembre de 2015. Para Octubre traigo a Purpendicular, hoy por hoy el mejor tributo mundial a Deep Purple, con cuatro fechas confirmadas en el norte del país. Dos fechas para Tokio Blade, representantes de la NWOBHM, en Septiembre. Para Julio, tenemos a Manzano, The Dire Straits Experience, Los Winters (Tributo a Johnny Winter) y Chistopher Cross»
Caray, a UFO no pienso perdérmelos.
«Yo no paro nunca, Mayca. No hay nadie en este país que haga más bolos que yo y no me avergüenza decirlo. En estos momentos llevo once conciertos en siete días (Robin Beck, Richie Ramone, Enuff nEnuff, Wishbone Ash). Soy consciente de que hay mucha gente que me quiere y otros muchos que me envidian pero yo solo hago que trabajar y trabajar. Detrás de cada concierto hay mucho curro, mucho sudor y, a veces, muchas lágrimas. Yo haría tantas cosas…»
La envidia es una práctica habitual en este país. ¿Qué te envidian exactamente?
«La gente no se alegra cuando ganas. Es una cosa muy extraña. Y te dan de lado cuando pierdes. Yo me alegro muchísimo cuando veo que a otros promotores les van bien las cosas. Creo que el éxito de uno siempre termina beneficiando a los otros, se genera un clima, una respuesta en el público que favorece el ansia de la gente por ir de conciertos. Todo lo que sea sacar a la gente de casa bien venido sea»
Se me ocurre mencionar la buena perspectiva que está teniendo la inminente segunda edición del Rock Fest Barcelona y la décima del Leyendas “No conozco mucho al promotor del Leyendas pero si a Pierre Sabbag y debo quitarme el sombrero por la labor hecha. Le deseo mucha suerte porque de verdad que tiene un cartel magnífico y ojalá haga un lleno absoluto. Es estupendo ver cómo otros se esfuerzan en la misma dirección”
Tanto Marcos Rubio, como Pierre Sabbag, como Robert Mills, también Gay Mercader o Pino Sagliocco, son promotores veteranos con un prestigio nacional e internacional. Unos con más historia que otros, con éxitos que se pueden cifrar en millones o en miles pero, en todo caso, todos ellos comparten una lucha. Me pregunto si Robert Mills planea su jubilación y si lo de ser promotor a escala nacional es un cargo heredable. «¿Qué qué pasará en el futuro con el panorama del rock? Vamos a disfrutar lo que queda ¿Serán diez años? ¿Cinco? No veo sucesores dignos. Proliferan los pequeños promotores locales, gente joven con ganas pero que al poco se rinden. Y en el otro extremo están las grandes promotoras como Live Nation contra las que es impensable competir. Es muy difícil vivir exclusivamente de esto. No como en otros países donde hasta ser un pipa o un chófer de bus de gira es una profesión. Por otra parte, si no hay bandas noveles pujantes no habrá promotores jóvenes que salgan adelante. Yo tengo una hija pero no la veo interesada en este sector. Tal vez si hubiera tenido un hijo…los chicos parecen más predispuestos a seguir los pasos de su padres que las chicas»
Puede que la dicotomía hombre – mujer siga jugando un papel negativo en el mundillo. Ya que Robert saca a relucir el asunto del género, y lo del «sexo, mujeres y rock&roll» era un tema pendiente que habíamos dejado para una segunda parte de la entrevista, comienza a divagar con desenfado y recreándose la vista “Los tiempos han cambiado tanto… Ya no hay groupies como ocurría antes. Son una raza en extinción. Las mujeres de ahora van de otro rollo y de hecho, hay muchas que se involucran en el negocio, cosa de la cual me alegro. Los músicos ya no ligan en los conciertos como hacían hace veinte años. El mundo ha dado un giro espectacular”
Le pido amablemente a Robert que me explique la diferencia entre un agente, un manager y un promotor ya que somos muchos los que seguimos confusos al respecto. La aclaración bien merece la pena exponerla: «El agente puede estar en la otra punta del mundo, es el que está pegado al teléfono llamando a las ciudades buscando los bolos para tal o cual banda. Contacta con los promotores que somos quienes ponemos la pasta y reservamos la sala, hacemos el cartel, además corremos con los gastos de viaje, el hotel, la cena, pagamos el caché del grupo. Se define un contrato que firmamos ambos. Nuestras ganancias están estipuladas en el contrato como un porcentaje de los beneficios. Si no hay beneficios… – aquí pone cara de circunstancia – El manager es el día a día de la banda, les apoya en gestiones, les representa, viaja con ellos, se encarga del merchandising y de promocionar sus discos. Una banda británica puede por tanto tener un agente en Hamburgo o en Moscú. Hoy por hoy la globalización ha afectado hasta el punto de que ya no hay territorialidad en las negociaciones. El marco del negocio es el mundo entero. Antes, en cambio, todas los agentes estaban centrados en Londres o en Estados Unidos»
Tu tienes una liga de localizaciones bastante concreta (Barcelona, Madrid,, País Vasco, Zaragoza, Santander, amen de algunas pequeñas ciudades más del territorio nacional. Hay salas con las que repites tratos muy a menudo. ¿Por qué Lérida está entre las ciudades, llamemos de pequeño tramo, por las que pareces tener especial inclinación? «Por dos cosas: por que está un hombre como Jaume Sanuy, el promotor local de Ace of Spades, con el que a lo largo de años he consolidado una gran amistad y una confianza absoluta. Es un promotor serio y responsable como pocos en el que delego la organización del bolo local. Por otra parte, está el Café del Teatre, una sala con la que estoy muy a gusto trabajando»
Precisamente, mientras realizábamos la segunda parte de esta entrevista, poco después de finalizarse el concierto de Wishbone Ash, el camerino parecía un hervidero de gente. Ya no había intimidad así que la convertimos en una conversación a varias bandas. Hablamos de las giras de despedidas de grupos como Scorpions o Mötley Crüe, de la avaricia recaudatoria de los mánagers y de la complicidad de sus representados, de que ya no hay bandas de heavy metal a destacar con miembros que no superen los 30 años…. ¿Qué banda de Heavy Metal traerías para complacer a las nuevas generaciones de lectores de una revista como ésta, en la que saldrá tu entrevista? Y aquí Jaume metió baza…»Ostras, vi a unos canadienses llamados Rasted, buenísimos…»
«¿Conoces tu alguna banda de chicos de veinte años que estén arrasando en la escena rockera actual?» ¿The answer?….me apresuro a responder. «The Answer tienen todos más de 30 y llevaban como diez años luchando hasta que se dieron a conocer». La verdad es que esperaba que él tuviera “la respuesta” pero no pilló mi juego de palabras.
¿RM Concerts significa, Rock Music o Robert Mills? «Ambas cosas» No sufriste cuando pusiste el nombre a tu empresa. Parece una coincidencia ventajosa.
Me atreví a sugerirle a Robert que diera un impulso a la imagen algo desfasada de su página web. Parecía sorprendido «¿No te gusta? Hemos corregido un error que estaba dando estas últimas semanas» Tal vez la gente joven espera ver algo más moderno y menos sintético. Seguro que tu Facebook concentra más visitas que la página RM Concerts pero aún así hay que actualizar la imagen de ésta. La imagen parece importante. «La esencia es lo importante ¿Cuándo saldrá todo este rollo que nos hemos echado?» pregunta jocoso y mirando el reloj. Pues no antes de que regrese del Sweden Rock. Entonces Robert Mills se me acercó y abrió los ojos: “Ahí van a tocar unos viejos amigos míos..no te los pierdas. Se llaman Lucifer’s Friend”
Tengo que confesar que me los perdí porque coincidieron con Mötley Crüe pero estoy absolutamente segura de que Robert me había dado un gran consejo. Porque más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y él es un irredento nostálgico que no se resiste a abandonar sus filias con los años 70. De lo cual nos alegramos todavía algunos cuántos.
El hombre de cerca de metro noventa se levantó y me despidió con dos besos y un abrazo. Le estaba esperando una dama llamada Gloria y aún tenía que hacer números.
Nota de la redactora: La entrevista tuvo lugar el 26 de Mayo del 2015
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.