En una ocasión me encontré, de manera muy desagradable, con Lars Ulrich en Los Ángeles. Y me dijo “ahh, no quieres trabajar más con nosotros, esto no puede ser” y le dije “mira Lars, no quiero hablar de esto contigo porque no es el momento”. Los agentes prefieren decirle al artista “Pino no quiere trabajar contigo” que decir “me he peleado con él, no nos hemos entendido”.

Pino Sagliocco es un hombre cuya agenda de móvil da vértigo. Promotor de eventos desde que tiene uso de razón, el italiano (Carinaro, 1959) es el hombre de confianza en España para artistas de la talla de Elton John, Madonna, Metallica, The Rolling Stones y muchos más.  Hoy en día es uno de los socios de Live Nation en España, una de las ramas del coloso mundial de la promoción de eventos musicales. Un coloso que cotiza en la bolsa estadounidense y que hace apenas unos años se fusionó con Ticketmaster, el mayor vendedor de entradas de espectáculos a nivel mundial. Una operación que tuvo que ser autorizada por las autoridades estadounidense por el obvio riesgo de monopolización del sector.

En España, Live Nation llega tras digerir al grupo Gamerco. Bajo el paraguas de Gamerco, Sagliocco había estado operando con su firma Troubleshooter S.A. Un movimiento que, sin duda, buscaba finalizar muchos años de rivalidad profesional entre Sagliocco y Gamerco y buscar una unión con la que ganar fuerza en el mercado. Tras la absorción que Live Nation hizo del grupo Gamerco, el italiano pasó a ser socio puro y duro y hoy actúa como “head promoter” de la firma junto a Roberto Grima y Paco Martínez.

Sagliocco es un hombre que, vestido impecablemente, tan pronto se codea con el alcalde de Sant Adrià del Besos como con la estrella latina Juanes como con el televisivo Manel Fuentes o el jefe de Hard Rock Café International, James Buell. Sentados los cinco ante la prensa en una abarrotada sala del Hard Rock Café de Barcelona, ayer presentaban el Hard Rock Rising. Un festival que se celebrará el 24 y 25 de julio en la Platja del Forum de la pequeña localidad barcelonesa. Un enclave estratégico para un festival que recala en Barcelona por primera vez tras multitudinarias citas en Londres con artistas de la talla de Bruce Springsteen o Aerosmith en su cartel. Pero el Hard Rock Rising tiene poco de hard rock (el cartel lo conforman, de momento, Lenny Kravitz, Kings of Leon, el mencionado Juanes, Vetusta Morla y otros artistas que distan mucho de nuestro contenido habitual) así que el motivo por el que estamos aquí es otro: compartir charla y cerveza con Pino. Los artistas, a fin de cuentas, siempre dicen lo mismo: que su nuevo disco es mejor que el anterior y que el público español es el más caliente. ¿Por qué no hablar con la persona que los pone sobre nuestros escenarios?

Tras la rueda de prensa y las declaraciones para medios generalistas, Pino se sienta e inquiere “¿donde saldrá esto?”. Una web de heavy metal le respondo. Parece intrigado. O no. Mientras tanto, los camareros de Hard Rock Café intentan darnos a probar los más variados brebajes. El granizado de mojito está muy bien pero es complicado aguantar el vaso y la grabadora a la vez. No tanto como lo era organizar shows en España a mediados de los años 80.

“España no era como ahora” explica el promotor. “Había falta de infraestructuras, de servicios técnicos y había muchas dificultades. No era fácil hacer conciertos. La pasión hizo que rompiésemos esos retos y consiguiésemos las cosas que conseguimos.”

Pino comenzó a organizar eventos con trece años en Italia (“hacía eventos pequeñitos especialmente con música folk y country, hasta que los eventos fueron creciendo y todo fue más allá” explica). Después de llegar a España se pasó la mayor parte de los años ’80 sentando las bases de su carrera en el mundo del ocio y los espectáculos.

“El rock and roll me llegó desde muy joven. Yo siempre buscaba las nuevas tendencias de la música. No me gustaba hacer cualquier cosa. Por ejemplo, en Barcelona trabajé con eventos a nivel internacional. Mi intención es que aquí llegasen los grupos del momento. Colaboré en la apertura del Studio 54 de Barcelona, el Rockola, la sala 2000 de San Sebastián, el Arena de Valencia, La Luna de Alicante…y yo traía a grupos como Soft Cell, Duran Duran, Spandau Ballet. Grupos del momento, dentro del movimiento new romanthic. Era lo que en aquella época tenía fuerza en la música. Finalmente en el año 1986 di el salto a las grandes ligas, a las grandes bandas de rock, cuando comencé a organizar shows de Queen, Rod Stewart, Metallica, Scorpions, Iron Maiden…y más adelante Rolling Stones, Madonna, Guns N’ Roses y todo lo demás”.

La banda de Freddie Mercury propició su salto a las grandes ligas. Era la gira de “A Kind of Magic”, el año era 1986 y se trataba de la última ocasión en que el mundo vería a Queen en directo. Pero nadie se lo imaginaba en aquel entonces.

“Fue Queen quien me abrió la puerta a todo. Queen fue la producción más compleja y más exigente que se hizo en aquella época, en 1986. Después de haber hecho a Queen, todo lo demás fue muy fácil. Si has hecho a Queen, que era una mega-producción con un alto nivel de exigencia por parte de Freddie Mercury, puedes hacer todo lo demás. Se allanó muchísimo el camino después de aquello. No tuve muchos problemas para convencer a artistas después de eso, porque todo el mundo llamaba a Queen y estos le decían “con Pino todo fue fantástico”. La reputación se forjó a partir de ese momento.”

Desde aquel 1986 han pasado casi treinta años. ¿Sigue España teniendo deficiencias infraestructurales respecto a países como Gran Bretaña o Alemania en cuanto a música en directo se refiere?

“Diría que a muchos niveles sigue habiendo deficiencias infraestructurales, aunque no tantas como en el pasado. Madrid no tiene los locales. Barcelona está más preparada a nivel de infraestructuras. En Madrid tenemos un vacío entre el estadio Vicente Calderón y el Palacio de los Deportes. Como mucho tienes la Plaza de Toros de Las Ventas a medio camino, pero son necesarios más y mejores espacios. Barcelona tiene el Forum, la Platja del Forum, el Estadio Olímpico, el Palau Sant Jordi…tiene mucho más recorrido y posibilidades a la hora de acoger eventos”.

Cada vez es más difícil atraer artistas a España. Además de la escasez de recintos aptos, el 21% de IVA y la contracción económica afectan sobremanera. Algunos hacen sólo una fecha. Otros pasan de largo. Pino lo sabe bien.

“El IVA es, desde luego, algo que tiene que revisarse. Afecta bastante en lo que a la juventud concierne. Un 21% de IVA es prohibitivo en el sector cultural. Entre el IVA, el 10% de la sociedad de autores y el asunto de las infraestructuras…la única manera en que puedes hacer viables los eventos es penalizando al público con unos precios altísimos en las entradas. Eso es algo que no queremos hacer en Hard Rock Rising. Por eso hemos puesto un bono a 96 Euros por los dos días y 61 Euros por cada uno de los días por separado. pero es difícil de sostener: los riesgos son muy altos, los costes son muy altos y solo puedes hacer frente subiendo el precio de las entradas. Mi tristeza es que siempre se tenga que penalizar al fan que quiere ir al concierto y que tiene que rascarse el bolsillo para poder asistir. Parece que el ministerio está planteándose rectificar la medida del IVA y creo que ya es el momento de poner esto como corresponde, al nivel del resto de Europa.”

Los cachés de las bandas se han disparado en los últimos años. Afectados por la debacle en la venta de discos, los artistas, sus mánagers y sus agentes han optado por recuperar ingresos con aquello que no se puede descargar: una actuación de carne y hueso. Pero ¿se han vuelto excesivas las demandas económicas?

“Por supuesto que se han disparado los cachés de las bandas. Creo que las bandas nunca en su vida han visto tanto dinero como están viendo ahora. Es prácticamente imposible. Los discos han pasado a ser un soporte promocional, un souvenir. La discográfica quiere contratos 360º que incluyen management, eventos y demás. Es la única manera de sobrevivir para ellas.”

Y posiblemente la lucha salvaje entre promotores no ayuda a que la competencia y la subasta de precios vaya a menos.

“En 1994, en Londres, hice un discurso que se titulaba “I Have a Dream” y lo que decía era que realmente soñaba con que todos los promotores se uniesen a la hora de proponer condiciones a las bandas. Que se llevase a la banda quien tuviese la mejor capacidad creativa a la hora de producir sus shows, pero que las condiciones económicas fuesen pactadas entre todos. De ese modo podríamos unificar las ofertas y hacerlas más sensatas. Pero si uno paga esto y otro paga lo otro, los artistas ya no tienen límite. La única solución es saber decir que no cuando consideras que algo no vale la pena o que se están pasando de la raya. Pero a un promotor le cuesta decir que no.”

“Siempre hay un promotor que está por debajo y que quiere subir arriba y está dispuesto a sacrificarlo todo para poder decir ‘he producido a este artista’. Como comprenderás, yo hago esto porque quiero ganar dinero y a poder ser, sin penalizar al público. Me gustaría que hubiese un entendimiento de mercado y que no se penalice a quien no se debe. Un artista grande llena a cualquier precio porque, en el fondo, se lo pueden permitir. Pero es en el artista más pequeño donde se penaliza al público, porque se ve obligado a elegir. “Me gustaría ir a este concierto pero no puedo porque me lo he gastado todo en el otro”. Yo aún no he comprendido como se puede llegar a solucionar este problema”.

¿Es especialmente dañina esa lucha de promotores en España respecto a otros países?

“La lucha entre promotores es igual en todas partes. Además, no existe más lucha que la que tu estás dispuesto a llevar a cabo. Pienso que la gente debe entender que estamos en este negocio para ganar dinero y para pagar las nóminas y dar resultados. No estamos por el ego. Desgraciadamente, muchas veces se pierde la dimensión de las cosas.”

El problema va más allá si cabe. El artista fiel, que confiaba únicamente en su promotor a la hora de venir a tocar a un determinado país, está en peligro de extinción.

“Antiguamente, si un artista quería hacer un concierto me llamaba a mi y si venía otro promotor me decía “oye Pino, mira lo que me pagan, a ver como podemos solucionarlo” y me reenviaba el e-mail. La mayoría de las veces el artista tenía claro quien era su interlocutor, su productor en cada zona…y eso se ha acabado hoy en día. Hoy en día, cualquiera que haga una oferta puede llevarse a un artista. No hace falta que seas promotor. Tan solo hace falta una oferta sobre la mesa. Mientras pagues el 100% por adelantado, te llevas al grupo”.

“Sigue habiendo algunos artistas fieles a su promotor, pero los menos. Y si quieren trabajar contigo te dirán ‘mira, iguálame la oferta del otro y trabajo contigo’. Tanto da el currículum: te van a usar para que pagues el mismo dinero. Es lo que hay. La única alternativa es decir que no. Pero eso cuesta, porque hay muchas cosas involucradas: el ego, el volumen de negocio, la reputación… Pero sigo creyendo que si eres creativo y eres único, puedes seguir marcando la diferencia. Aquí tengo mi Hard Rock Rising y mi Barcelona Beach Festival y más cosas que voy a hacer. Si un artista quiere trabajar conmigo que trabaje y si quiere ir con otro, que vaya. Mi ego está más que satisfecho desde hace tiempo.”

Obviamente, trabajar dentro de una gran multinacional como Live Nation es muy distinto a trabajar como promotor a título individual, donde el dinero que se arriesga es el del propio bolsillo. Un show deficitario en una multinacional es simple gasto fiscal. Un número negativo en una cuenta de resultados trimestral. ¿Se pierde la esencia de promotor cuando se exime a este del riesgo económico inherente?

“Te quita la presión de jugar con tu propio dinero. Vives más tranquilo. Pero la pasión de promotor la sigues teniendo dentro y eso es lo que te mueve a hacer cosas. Has de mantener esa pasión. Yo tuve una temporada en la que me alejé del rock and roll y me fui a trabajar con Joaquín Cortés por todo el mundo. Lo disfruté mucho y conocí el mundo entero en esos nueve años. No habría logrado eso de no haber sido por el show de flamenco de Joaquín Cortés. Esa fue posiblemente la cosa más bella y gratificante que tuve en mi vida. Pude conocer Australasia, Asia, Sudamérica y muchos países a los que no habría ido de no haber sido por Cortés.”

“Realmente un promotor pasional lo que quiere es romper barreras. No he sido el tipo de promotor que intenta quitarle grupos a otros promotores. Yo lo tenía todo y lo dejé para irme con Cortés. Siempre me ha preocupado más sentirme vivo y romper barreras. Hacer cosas únicas y meterme en retos”.

Un buen promotor tiene muchos fracasos por cada éxito. Forma parte del juego. ¿Cuál ha sido el mejor y peor momento de Pino?

“El éxito más grande que puedo recordar fue juntar a Freddie Mercury y Montserrat Caballé, fusionar el rock y la ópera, lo cual era una rareza en aquellos años. Y lo mejor: estrenarlo a nivel mundial en una discoteca de Ibiza. Lloré doce horas, por la tensión y el estrés que tuve dentro”.

“El fracaso más grande que he tenido fue el show de Nelson Mandela en Barcelona. Me entristeció mucho tener aquí a una de las grandes leyendas del mundo y que la gente no respondiese y no acudiese. Estuve cuatro días con Nelson Mandela en el Hotel Arts, porque nadie lo recibió siquiera. Era muy triste pensar como una persona como él podía estar en Barcelona y nadie tuviese un interés acorde. El fue un señor. Me lo agradeció mucho. Cuando llegó al Sant Jordi y vio a dos mil personas les agradeció haberse molestado en apoyar su causa. En esos cuatro días en el hotel me sentí muy triste porque creo que esa persona merecía un baño de multitudes. Lo que el hizo por la libertad merecía el cariño de todo el mundo”.

Pino fue instrumental en traer a España a algunas de las grandes bandas de heavy metal de la historia. Aunque en los últimos años haya habido movimientos entre otras empresas del sector, Metallica vinieron durante muchos años bajo los auspicios de Sagliocco.

“Metallica siempre ha sido mi banda y seguirá siéndolo. Los grandes acontecimientos de Metallica en nuestro país los he producido yo. Aún me acuerdo del Estadio del Rayo Vallecano con la lluvia y los relámpagos y la banda actuando. Se me pone la piel de gallina. Recuerdo sus actuaciones en Galicia. Su gran concierto en La Peineta. En una ocasión hubo un desacuerdo con su agente y ya está. En una ocasión me encontré, de manera muy desagradable, con Lars en Los Ángeles. Y me dijo “ahh, no quieres trabajar más con nosotros, esto no puede ser” y le dije “mira Lars, no quiero hablar de esto contigo porque no es el momento”. Los agentes prefieren decirle al artista “Pino no quiere trabajar contigo” que decir “me he peleado con él, no nos hemos entendido”. Pero eso es agua pasada. Sigo queriéndolos y tengo recuerdos imborrables con ellos”.

También fue el responsable de que Guns N’ Roses pasasen por nuestro país cuando eran una locomotora a toda velocidad y llenaban estadios con un chasquear de dedos. Años después Sagliocco intentó traerles al Palau Sant Jordi de Barcelona  y a la Plaza de toros de Las Ventas de Madrid con su nueva formación. Era el año 2001. El concierto terminó cancelado y aún pasarían cinco años más hasta que Axl Rose volviese a poner un pie en España.

“Siempre tuve una buena relación con Guns N’Roses pero creo que aquel momento ya pasó. Hay bandas que han sabido evolucionar bien y bandas que me hacen sentir mal si he de producirlos. No me motivan. Desde luego Guns N’ Roses siguen siendo una gran banda y para mi siguen siendo mitos, pero a nivel personal no me mueven tanto como me movían por entonces. Los sigo queriendo como grupo y con Slash sigo teniendo una relación personal excelente”.

Volvemos a Hard Rock Rising. Un festival con rock, pero nada duro en el sentido tradicional del término.

“Los estilos más duros quizá los incluimos más adelante. No tiene sentido meter a Metallica en Hard Rock Rising. Es mejor hacer un concierto únicamente de ellos. No voy a meter a Metallica con bandas como las que te he dicho. Puedes hacer un cartel transversal con determinadas mandas pero no puedes coger a un metalero y ponerlo en un festival en la playa. No pega ni con cola. El heavy metal y el hard rock es una comunidad, es como una secta. Tienes que respetar su manera de verlo y de vivirlo. No puedes darles carne y pescado juntos porque te tirarán tomates. Si se hace un festival de rock duro, que lo estoy intentando hacer, será de rock duro. Te daré una primicia: estoy luchando para hacer el Download Festival en España. Si eso sucede, hablaremos de nuevo sobre este tema. Estoy en ello”.

Para terminar la charla, le ofrecemos ocho nombres de ocho personas para que nos diga lo primero que le venga a la cabeza sobre cada uno de ellos:

Gay Mercader: “Una gran persona”.

Irving Azoff: “Un gran amigo”.

Axl Rose: “Un gran artista”.

Michael Jackson: “El mejor”

Freddie Mercury: “Above and beyond” (por encima y más allá)

Merck Mercuriadis (se rumorea que Pino tuvo un enfrentamiento con el ex-manager de Guns N’ Roses al hilo del retraso de la banda en su show de 2006 en el Auditorio Juan Carlos I): “Grande” (tras pensarlo varios segundos)

Pasqual Maragall: “Un gran alcalde y un gran visionario”

Mick Jagger: “Único e irrepetible”.