“Si me apetece usar drogas antes de un show, las uso, pero no suelo usarlas” explica Erik Danielsson por teléfono en plena promoción de “The Wild Hunt”, su disco más reciente. Tan solo con una frase se puede resumir y encapsular a la perfección la filosofía de WATAIN. Una banda absolutamente libre, que hace lo que le da la gana, bajo sus propias condiciones y términos y que hace transpirar esa sensación a través de una música a menudo incontrolable que puede ubicarse bajo el paraguas del Black Metal pero que es mucho más que eso.

“Si me apetece usar drogas antes de un show, las uso, pero no suelo usarlas” explica Erik Danielsson por teléfono en plena promoción de “The Wild Hunt”, su disco más reciente. Tan solo con una frase se puede resumir y encapsular a la perfección la filosofía de WATAIN. Una banda absolutamente libre, que hace lo que le da la gana, bajo sus propias condiciones y términos y que hace transpirar esa sensación a través de una música a menudo incontrolable que puede ubicarse bajo el paraguas del Black Metal pero que es mucho más que eso.

El ascenso de la banda en los últimos años ha sido notorio: sus directos, incendiarios y sanguinarios a partes iguales, le han dado la vuelta a un mundo, el de la música extrema, que se había vuelto una caricatura de si mismo en la última década. Los suecos son una amenaza a lo establecido y así lo dejan claro en cada paso: deben ser los únicos que se toman en serio la filosofía del género. Ir a un concierto de WATAIN es una experiencia desagradable sensorialmente a la par que liberadora. Dan asco, lo saben y han hecho de su presencia estética una expresión más de su libertad personal, en lugar de fundamentar sobre esta la razón de ser de su identidad como banda, algo más común en bandas de postureo como los CRADLE OF FILTH de finales de los 90 o los DIMMU BORGIR de “Puritanical Euphoric Misanthropia”. WATAIN son “the real deal” y con “The Wild Hunt” tienen por delante la labor de probarle al mundo que ganar adeptos no siempre está discutido con mantener la integridad.

Es “The Wild Hunt” el disco que llevará a WATAIN al siguiente nivel?

“Ciertamente, la intención es esa. Pero nosotros no nos damos cuenta desde dentro de la banda. Nosotros seguimos exactamente igual que desde el principio y nos es complicado determinar si “The Wild Hunt” es un disco que será más exitoso o menos exitoso. Vivimos en nuestro pequeño mundo. Joder, de hecho, yo vivo en una casita en medio de la nada. No pienso mucho sobre el éxito o las ventas de discos: pienso en WATAIN.”

“Lo que si que puedo decir es que ‘The Wild Hunt’ es parte de un movimiento muy importante que se está dando en la música y la cultura en general. Pienso que estamos viviendo en tiempos interesantes. No sabría decirte el qué, pero algo importante está a punto de suceder y creo que es algo que se nota en el aire. ¿Qué papel jugaran WATAIN en eso? No lo se.”

Cuando compones canciones para WATAIN ¿tienes ideas preconcebidas en mente? ¿Piensas en un concepto?

“Nunca hemos sido una banda que planee los discos. Tenemos una manera de hacer las cosas muy espontánea y orgánica. No planeamos demasiado las cosas. Cuando tenemos claro que queremos componer, componemos, sacamos la música que tenemos dentro. Nuestro corazón nos lo pide. Pero nunca tenemos ideas preconcebidas. Creo que entendimos desde el principio que este disco iba a ser muy personal y dinámico. Hacer cosas personales hace que te impliques más, emocionalmente, y eso hace que la composición sea más interesante”.

WATAIN están consiguiendo un éxito considerable para ser una banda de black metal puro. Como sabes, en éste género, una vez pasas de un determinado nivel de ventas eres un vendido sin vuelta atrás posible. ¿Te preocupa la percepción de la gente?

“Hum…creo que es bastante simple, realmente. La mayoría de bandas que llegan a nuestro “nivel de éxito” se olvidan de quien son y se olvidan de porqué están haciendo las cosas. La motivación pasa de ser artística a ser convertirse en entertainers, lo cual me parece algo vacío. Lo nuestro tiene unas raíces mucho más profundas, más grandes que los propios miembros de la banda. Esas raíces, esa columna vertebral, hace que nos sea complicado perder nuestra identidad. Hemos trabajo muy duro estos años para entendernos a nosotros mismos y determinar que significa este viaje tan largo y complejo. WATAIN es una banda filosófica. Es una religión. No es una banda que esté ahí para entretenerte, para ofrecerte algo mundano. Por eso somos una excepción a la regla que comentabas sobre el black metal y el éxito”.

“Puedo entender porque el underground es escéptico ante las bandas que se hacen grandes. Es porque estas bandas se vuelven auténticos posers. Pero es que esto es nuestra vida, es todo lo que hacemos. El éxito no nos va a cambiar”.

Si tuvieses que escoger una meta ¿cuál es la meta final de WATAIN? Espiritual, material o metafísica…

“The Wild Hunt” como concepto es una búsqueda de la libertad, de la liberación. No hablo en términos económicos o laborales o sexuales…hablo de libertad en términos espirituales. Ser un espíritu liberado, vaya. Liberado de todos las ataduras que implica ser humano y convertirte en una criatura de la creación. Ese sentido de liberación se puede conseguir dentro de la vida: siendo un espíritu libre, marcándote tus propias legras e ignorando las de la sociedad. Si consigues eso, estarás camino a la liberación. Esa siempre ha sido nuestra meta. Nosotros creamos WATAIN para tener un mundo en el cual pudiéramos ser completamente libres. Es nuestro mundo libre. La meta? Mantener ese mundo intacto, tal y como es.”

Cuando tienes una filosofía de banda tan clara, necesitas compañeros adecuados para poder desarrollarte. ¿Qué papel juega Century Media en el caso de WATAIN? ¿Consensuais portadas o contenidos musicales?

“Cuando entramos al estudio, Century Media nos llamó para decirnos que Lady Gaga quería que fuésemos los teloneros del tour y que debíamos componer un disco techno. Lo intentamos, porque queríamos satisfacer al sello, pero no funcionó y se acabó convirtiendo en un disco de black metal. Estaban decepcionados, pero lo estamos arreglando”.

“En general estamos contentos con Century Media, son muy buenos con nosotros cuando nos vemos y nos saludamos. Por la espalda nos odiamos infinitamente” (Risas).

Bien, después de escuchar lo último de MORBID ANGEL, lo del disco techno de WATAIN tampoco me llegaría a sorprender…

“Nah, ahora hablando en serio. El sello nos ha apoyado mucho y ha trabajado para levantar a WATAIN. Cuanto más éxito tienes, más cuesta mantenerlo y no quiero que esto se convierta en un trabajo. No quiero trabajar, quiero quemarme por ahí, y luego relajarme. Quiero luchar por el arte en el que creo con WATAIN. Century Media ha hecho un buen trabajo en el aspecto de los negocios y eso me satisface: porque no hay nada que pueda importarme menos que eso”.

Eres el personaje principal de la banda, el que siempre ha estado a cargo. ¿Supone trabajo para ti WATAIN? ¿O es tu pequeño paraíso, como decías?

“Lo veo como un trabajo divino, un trabajo religioso. No lo veo como un trabajo de oficina, vaya. Lo veo como algo que necesita trabajo continuo y no siempre ese trabajo es divertido. No somos rock stars. Me gusta trabajar duro con WATAIN porque es por una razón significativa. Me gusta sudar y sangrar por WATAIN. Y si no lo consigo, lo termino consiguiendo igual. Creo que en lo de “ora et labora”, reza y trabaja. Eso es lo que hacemos con WATAIN”.

¿Qué canciones del disco representan mejor vuestra filosofía como banda? ¿”Black Flames March”? ¿”Sleepless Evil?”

“Todas las canciones lidian con el aspecto divino de la banda. No me gusta hablar de conceptos mundanos. Todas las canciones hablan de temas espirituales. Pero si hablamos de temas religiosos, está claro que “Black Flames March” es el mejor ejemplo de lo que pensamos y hacemos.”

“WATAIN está en manos de los dioses, es algo que está permeado por sus deseos en todo momento. Aunque las letras son algo distintas en este caso, seguimos compartiendo lo que es importante para nosotros. Espero que la gente las disfrute: hay muchas cosas importantes tratadas en ellas”.

¿Qué cosas te hacen ponerte a componer como un loco?

“Mi vida es ser un miembro de WATAIN, 24 horas al día. Eso te ofrece una vida muy inspiradora. No debo buscar la inspiración, porque la inspiración llega por naturaleza. Por ejemplo, con “The Wild Hunt” una de las cosas que más nos inspiraban era el enfoque retrospectivo e introspectivo del disco. La propia historia de WATAIN fue lo que inspiró el disco, en el contexto espiritual, no en el biográfico.”

“Los mitos religosos están construidos sobre historias muy simples, pero terminan explicándote cosas que van mucho más allá de esa historia. “The Wild Hunt” es exactamente eso”.

En un momento de crisis moral como el que vivimos actualmente ¿juegan WATAIN un papel de religión alternativa?

“Es una buena observación. La gente necesita agarrarse a algo. El mundo está jodido, porque las cosas cada vez van a peor. Cuando se alejan de Dios se alejan de la espiritualidad y eso hace que el mundo sea un lugar distinto. Pienso que la gente necesita momentos de reflejo espiritual y si WATAIN suponen ese reflejo para personas que lo necesitan, me parece fantástico. Hay gente que no entiende esta banda, que está fascinada por la naturaleza de la misma y eso, en cierta manera, es lo que nos propulsa. Nuestra manera de comunicarnos con nuestro Dios es a través de la música. Como decían los griegos ‘para conocernos a nosotros mismos, hemos de ser capaces de trascender más allá de nosotros mismos’. No quiero sonar arrogante: estamos muy agradecidos por tener tantos fans, pero todo se reduce a nosotros y nuestros dioses. Eso es lo que nos mueve”.

¿Consideras un concierto de WATAIN algo mundano y normal o para ti es una ceremonia, un rito?

“Es una ceremonia, sin duda. Es nuestra manera de soltarnos, de glorificar los conceptos que tratamos y de dar poder a los conceptos sobre los que se basa WATAIN. Pienso que es una celebración de nuestra obra y eso es lo que hacemos cada noche. Fuego, energía salvaje, intensidad, histeria y euforia. Eso es lo que ofrecemos en directo”.

¿En alguna ocasión se ha vuelto en contra de vosotros esa intensidad? ¿Habéis sentido que no podéis controlar al público y que se os está yendo de las manos? Por ejemplo, tenéis mucho fuego en el escenario y es peligroso que alguien suba fuera de sus casillas ahí.

“Toda la finalidad de un show de WATAIN es perder el control. Cada vez. En cada concierto. Cuando pierdes el control las cosas se van de las manos y eso ha sucedido en unas cuantas ocasiones. Le digo a la gente que debe experimentar el show de WATAIN tal y como es. Y eso incluye el peligro, porque cualquier cosa puede suceder. Todo el mundo viene bajo su propia responsabilidad. La mayoría de la gente esta eufórica y no puedes controlarlos. Eso implica que alguien puede resultar herido físicamente y espiritualmente. Es la naturaleza del show. Y así debería ser el rock and roll: no debería ser algo seguro y medido”.

¿Has tenido alguna experiencia extra-corpórea durante los shows? ¿Sientes que eres una persona distinta cuando estás en el escenario?

“¿Nos has visto en directo?”

Si, en un par de ocasiones, la última en la sala Mephisto en el 2011, si no recuerdo mal.

“Soy una persona muy distinta dentro y fuera del escenario. Estoy muy centrado cuando estoy en escena, pero a la vez estoy completamente liberado. Para mí es extraño hablar de esto, incluso me siento un poco incómodo. Hay mucha gente que puede hablar libremente de lo que hace sobre el escenario, pero para mi es algo muy íntimo y privado”.

¿Cuando te metes en ese estado mental juegan las drogas u otras substancias un papel importante dentro del proceso de transformación?

“Uno usa lo que quiera, lo que le apetezca. Si me apetece usar drogas antes de un show, las uso, pero no suelo usarlas. Tan solo necesito a mis hermanos cerca, las ropas que llevo sobre el escenario y otros ingredientes que no puedo especificar. En general, no necesito gran cosa. Soy un tío bastante simple a la hora de enfrentarme al escenario”.

Una de las razones por las cuales uno sabe que WATAIN están cerca es por el olor. Apestáis. Total y absolutamente. 

“Te refieres a cuando usamos sangre y cosas así?”

No, me refiero a la ropa. Huele como si no os hubierais duchado desde que fundasteis la banda.

“Bueno, no reparo mucho en el olor ya. En ocasiones usamos carcasas de animales y sangre y vísceras, y eso no huele demasiado bien. Es un olor muy agresivo y eso es bueno. Pero generalmente solo usamos incienso sobre el escenario.Es nuestra manera de honrar a los Dioses.”

Imagino que estáis preparando la gira: ¿Vais a venir a España en este tour?

“Estamos liado con la contratación ahora, pero sigue siendo pronto para confirmar cosas. Haremos Europa en invierno, pero no tengo ni idea de cuando iremos a España. Tan solo se que iremos seguro durante la gira. España es la parte de Europa donde nos sentimos más cómodos durante la gira. Sabemos que los shows siempre van a ser salvajes. Imagino que debe tener algo con el hecho de la pasión del sur. Los shows allí siempre son mejores”.

Los países del sur de Europa como España, Italia y demás tienen una educación muy cristiana. ¿Venir aquí a tocar con WATAIN es algo así como ir y defecar en el altar de una iglesia?

“Creo que tienes una parte de razón…”