Estar 32 años de tu vida al lado de Lemmy Kilmister es motivo suficiente para beatificación por la via urgente.

Estar 32 años de tu vida al lado de Lemmy Kilmister es motivo suficiente para beatificación por la via urgente. Campbell fue quien peor llevó el fallecimiento del líder de Motörhead y, por recomendación médica, ni asistió al funeral que se realizó en Los Ángeles unos días después de su muerte. Pero al final, pese al golpe que ha supuesto su desaparición, los rockeros son rockeros y Mikkey Dee entró como baterista de Scorpions y Phil Campbell se ha montado una banda de rock and roll con sus hijos, Phil Campbell and the Bastard Sons. 

Actuaron recientemente en el Download Festival de Madrid y acaban de firmar con Nuclear Blast para la edición de un trabajo que llegará en los próximos meses. También girará por España con tres fechas en el mes de octubre: el 13 de octubre actuará en el Calella Rock Fest, al día siguiente lo hará en la sala But de Madrid y el día 16 de octubre pasará por la Santana 27 de Bilbao. Mientras tanto, Campbell es historia viva del rock and roll y es un placer poder sentarse a hablar con él, aunque sea brevemente sobre cualquier cosa.

¿En qué momento decidiste que no debías quedarte en casa y debías volver a la carretera después de la muerte de Lemmy?

“Yo y mis hijos, junto a Neil, teníamos una banda montada desde dos años antes de que Lemmy falleciese. Lo hacíamos por diversión. Tocábamos versiones cuando teníamos tiempo libre y nos lo pasábamos bien. Luego Lemmy murió y durante una temporada estuve considerando la idea de no volver a actuar. No me quería poner a girar sin Lemmy. Fue algo que tuve en la cabeza durante unos cuatro meses y fue duro. No sabía exactamente qué hacer con mi vida. Luego me fueron llegando ofertas para trabajar y comencé a pensar que quizá no se había acabado todo. No hace ni doce meses que cambiamos el nombre de la banda, de “Phil Campbell All Starr Band” a “Phil Campbell and the Bastard Sons”.

“Salimos a tocar algunos conciertos, nos pagaba algo de dinero y nos lo pasábamos bien. Y éramos buenos. Hicimos buenos conciertos. Pero cuando pusimos lo de ‘Bastard Sons’ en el nombre, el interés creció y ahora nos pagan más dinero que antes” (risas).

“La gente del Wacken fue la primera interesada en contratar a la banda. No hace ni un año que actuamos en Wacken y por entonces nadie sabía que habíamos cambiado el nombre a la banda, hasta que desplegamos el telón negro con el nombre en el escenario y todo el mundo lo vio. Creo que tocamos solo una canción original allí y lo demás fueron temas de Motörhead. Luego, poco a poco, la cosa fue cogiendo velocidad y comenzaron a escribirnos agentes para llevar la contratación de la banda, todos muy buena gente. Todo ha sido muy positivo desde entonces”.

Un pajarito me ha dicho que tu mujer no estaba muy de acuerdo con eso que la banda hiciese referencia a tus hijos bastardos (risas).

“Pero teníamos el compromiso de casarnos cuando nacieron así que técnicamente son bastardos. Puedes imaginarte el porqué no le hace gracia el nombre (risas). De todos modos le he comprado un anillo de diamantes y se le ha pasado.”

Tocáis rock and roll sin complicaciones. Básicamente lo que has hecho toda tu vida con Motörhead. ¿En algún momento te sentiste poco realizado musicalmente en Motörhead o todas tus inquietudes musicales quedaban cubiertas en la banda?

“Estuve al lado de Lem durante 32 años y cuando entré en la banda el me dijo que confiaba en mi y en mis habilidades musicales, pero que por favor, no llevase pantalones cortos en el escenario jamás (risas). Tuvieron algunos problemas en ese sentido con Brian Robertson, el guitarrista hubo antes que yo, pues salía al escenario con pantalones cortos de color rosa y calentadores y cosas así. Eso era un problema para Motörhead (risas).”

“Motörhead podían ser limitados en algunos sentidos, pero nunca sentí que me faltase algo. La banda era como la vía de un tren. Podíamos tener algún tema acústico, podíamos usar un piano o un coro en un determinado tema y era genial. Todos éramos buenos músicos y queríamos poder mostrarlo en las canciones de la banda. Lemmy y yo éramos fans de los Eagles y de Abba, incluso de Ten Years After. No solo escuchábamos heavy-rock, aunque somos gente del rock. En el bus siempre podías escuchar a los Beatles. La gente no se creía lo que escuchábamos pese a ser miembros de Motörhead. Lo que pasa es que no podíamos alejarnos demasiado de lo que significa la música de Motörhead. Yo lo intenté muchas veces, intenté flexibilizar esos límites, pero Lemmy me decía ‘estás como una cabra, no podemos hacer esta mierda de ópera’ (risas).”

“Ahora estoy preparando un disco en solitario, aunque la banda tiene prioridad. Acabamos de firmar con Nuclear Blast y me siento muy agradecido por ello. Mi disco en solitario está a medio componer y necesita mucho trabajo aún. Primero haré el disco de los Bastards y luego haré el disco en solitario por mi cuenta.”

¿En qué plan musical va a ir tu disco en solitario?

“Habrá pianos, habrá campanas tubulares, habrá baladas…”

Asegúrate de no convertirte en Mike Oldfield. 

“Lo intentaré (risas). Si vende diez copias me da igual, porque hace veinticinco años que lo quiero hacer y necesito sacarlo de mi sistema. El dinero es secundario, porque me pica ese disco y quiero hacerlo de la manera que deseo. Pero no, no voy a girar para promocionarlo (risas).”

Cuando estabas en Motörhead, Lemmy era la cara visible, era quien hacía la mayoría de entrevistas y quien tenía la exposición pública. Ahora tienes que salir al frente y defender a tu propia banda. ¿Prefieres la discreción de antes?

“Bueno, Lemmy hacía mucha mierda, hacía mucho trabajo. El ha sido quien ha mantenido esta banda unida todos estos años. Yo también hacía entrevistas pero te aseguro que no me habría gustado ser Lemmy. Especialmente por su aspecto físico (risas). Lemmy solía llamarme ‘vagina man’, porque me visto como un cretino (‘cunt’ en ingles, que también puede significar ‘coño’).A Lemmy le daba igual como me vistiese mientras tocase bien sobre el escenario. Lemmy no podía ir ni a la vuelta de la esquina sin que la gente le reconociese. Era como ser Michael Jackson. Tenía mucha presión sobre él, pero lo llevaba bien. Les enviaba a tomar por culo y les decía ‘dejadme en paz’ cuando se ponían muy pesados”.

Tu primer contacto con Lemmy fue, precisamente, pidiéndole un autógrafo. 

“Si, cuando tenía doce años y el estaba en Hawkwind. Diez años después estaba haciendo una audición para entrar en Mötorhead”.

Mi primera experiencia con Lemmy fue pedirle una coca cola light. Me miró muy mal.

“Y te puso Jack Daniels en ella, ¿no?”

Se contuvo y me dio una coca-cola normal. 

“Le daba todo igual. Ibas a beber lo que el dijese si o si (risas). Es lo que llevaba haciendo toda su vida. No iba a tener coca-cola light por si alguien le pedía (risas).”

¿Como fue esa primera audición con Motörhead?

“Me tomé tres tipos distintos de anfetamina antes de entrar. Ya conocía a Lemmy de antes, ya habíamos tomado drogas juntos, así que sabía lo que tenía que hacer para estar a la altura.”

La historia dice que el quería solo un guitarrista en aquel momento pero que se fue un momento al pub y al volver vio que Wurzel y tu os compenetrabais tan bien que tuvo que fichar a los dos.

“Eso es lo que él contaba. Lemmy se fue al pub a jugar a las maquinas porque era un adicto y nos dejó solos durante varias horas. Pensábamos que vendría a traernos algo de beber pero no lo hizo, se quedó jugando a las máquinas (risas) así que Wurzel y yo nos entretuvimos tocando juntos. La verdad es que soy el único que queda de la formación de ‘1916’. Los echo a todos mucho de menos. Hay que salir adelante”.

¿Cual es el mayor error que la gente cometía a la hora de juzgar a Lemmy?

“Que era un borracho. Creo que he visto a Lemmy borracho dos veces en mi vida. Y que era un nazi. Basura total. Le gustaba la historia, le gustaba la Segunda Guerra Mundial, le gustaba la belleza de las espadas, las dagas y los uniformes. Eso no le hacía un nazi. Por Dios, si le gustaban las chicas negras más que ninguna otra.”

Has estado en España un montón de veces. ¿Cual es tu mejor recuerdo?

“Dar esta entrevista (risas)”