NEAL MORSE: “La música es mi manera de acercar a la gente a Dios”.
Siempre claro en su inclinación religiosa, Neal Morse sigue siendo una de las mentes maestras del rock progresivo de la era actual. Ya sea con TRANSATLANTIC, con FLYING COLORS o con su carrera en solitario, el prolífico Neal ha conseguido superar la sombra de SPOCK’s BEARD y convertirse en una figura del prog por derecho propio. Su nuevo disco en solitario, “Momentum”, se publica el 10 de septiembre y Morse se cuelga al teléfono con Sergi Ramos para hablar de ello.
Tus discos siempre suenan positivos. ¿De donde sacas la inspiración para componer música positiva en tiempos negativos?
“Lo primero que me hace ser positivo es mi relación con Dios. Eso es lo primero, en ese sentido. Por otra parte, no sabía exactamente hacia donde iba a ir este disco cuando comencé a prepararlo. Comencé a componer y apenas tenía unas pocas ideas. Comencé a levantarme por las mañanas con pequeños fragmentos musicales en mi cabeza, como la progresión de acordes de ‘Weathering Sky’. Recuerdo levantarme por la mañana cantando esa melodía que dice ‘my song is a pen, i’m already writing, I got so much to say’ (canta). Lo más interesante de componer música para mi es no saber hacia donde va. Igual que para ti, cuando la escuchas. Nunca sabes hacia donde va a ir. No sabes que viene después. Cuando compongo es exactamente así. Simplemente sigo la estela.”
“Mi motivación para componer es esa búsqueda de lo desconocido. Tener a gente como Mike Portnoy y Randy George colaborando conmigo también ayuda. Si lo pones todo junto provoca que estés muy inspirado”.
Por lo que se, cuando fuiste al estudio no tenías casi nada. ¿Qué sucede en esos casos? ¿Cómo reaccionas? ¿Te entra el pánico?
“Habitualmente entraría en modo ‘pánico’. Pero recé, me esforcé y las ideas vinieron solas. Sabía que Dios me daría el disco, me daría las canciones, y creo que lo hizo sin duda. Esa fue mi experiencia. No me preocupé demasiado porque confiaba en que sucediera lo que ha sucedido. En el peor de los casos siempre podía grabar una parte del disco y luego grabar lo demás. No es lo ideal porque hay que pagar vuelos a los músicos y Mike Portnoy siempre está muy ocupado y es complicado encontrar oportunidades. Lo hicimos la última semana de enero porque era el único momento que el tenía para hacerlo. Al final lo grabamos todo de una vez y ha quedado muy fresco.”
¿Cuál es la diferencia entre trabajar con Mike Portnoy o trabajar con cualquier otro baterista?
“No solo la manera en que toca, sino lo que pone sobre la mesa. Eso es lo más importante. Aporta mucho más que la batería. Es una mente creativa, su influencia sobre los arreglos es genial. No modifica las progresiones de acordes o las estructuras, pero sus arreglos son muy buenos. En la canción “Smoke and Mirrors” me dijo que la estructura de acordes le recordaba a algo que había hecho en un disco anterior. Nos sentamos y me cantaba lo que el escuchaba y fuimos cambiando partes hasta que no se parecía a mi canción previa. Es más que un simple músico de sesión”.
Imagino que tienes una relación personal amistosa con él tras tantos años. Por tanto, sin profundizar mucho ¿qué opinión tienes sobre lo que le ha sucedido con DREAM THEATER, la banda que capitaneó durante tantos años y que ahora sigue sin él?
“No es mi terreno comentar sobre el asunto, pero todo lo que diré es que conozco a Mike desde hace mucho tiempo y estoy muy feliz de poder trabajar con él”.
¿Está más libre ahora? ¿Cuesta menos conseguir sentarse a trabajar o crear con él?
“La única diferencia que he notado –y creo que es algo que nos ha pasado a ambos- es que se ha vuelto más tranquilo, más relajado. Creo que yo también he llegado a ese punto. Estamos más confiados y trabajamos con mucha más soltura. Acabamos de hacer unas sesiones para un disco navideño que estoy grabando junto a Roine Stolt, Steve Hackett, Portnoy y demás. Y nos lo pasamos realmente bien. El único cambio que he observado ha sido ese, la relajación, en una perspectiva positiva”.
Puedes trabajar prácticamente con cualquiera, al ser un músico respetado en la esfera del prog. ¿Por qué decidiste trabajar con Paul Gilbert en éste disco? ¿Qué buscabas exactamente en él?
“Quería Paul para varios solos en ‘Momentum’, pero estaba muy ocupado y le envié varias pistas, pero la única que pudo hacer fue la de la canción que da título al disco. Me devolvió la canción con un solo que fue una segunda toma. La primera era muy melódica. El solo estaba en medio de varios fragmentos con semi-corcheas y el pensó que debería hacerlo más melódico y tranquilo. De modo que le envié un e-mail y le dije ‘hazlo más excitante’ y me envió el que escuchas, que es una locura. Paul es un enorme músico”.
En el disco también participa Adson Sodre. ¿Compone también contigo?
“No, le envío las pistas simplemente y el me envía los solos de vuelta. Me encantaría colaborar más con la gente, pero siempre hay problemas de agenda, de costear los vuelos y los hoteles y todas esas cosas. Al final lo mejor es enviar pistas por internet y que completen sus partes. Yo tengo un estudio en casa y es lo más práctico. De ese modo no tengo que gastar tantos recursos. Con las partes de cuerda es lo mismo: si tuviera que hacer secciones de cuerda me costaría un montón, pero Chris Carmichael se encarga y me envía esas partes en base a la composición que yo le he enviado y eso acorta y facilita mucho el proceso. Pero si, querría hacer más colaboraciones con la gente.”
¿Chris trabaja con tu música como base y crea las partes de cuerda o eres tu quien ya le envías la partitura y el simplemente ejecuta?
“En el último par de discos, le he enviado las canciones y el ha compuesto y tocado íntegramente las partes de cuerda. Es genial. Dejamos huecos en la música y yo suelo tocar algunas partes orquestales con el teclado, como guía. Luego Chris las sustituye por sus partes reales de orquesta”.
Debes ser muy disciplinado en el estudio cuando tienes discos con tantas partes, tantos colaboradores y tantas cosas. ¿Cómo sueles trabajar? ¿Todo por tu cuenta? ¿Tienes un asistente para todo?
“Tengo un ingeniero que me ayuda mucho, Chris Thompson. El me ayuda con distintas cosas. En el estudio hago muchas de las cosas por mi cuenta. Se como grabar bien y luego hay gente que me ayuda a la hora de conseguir buenos sonidos de guitarra. Habitualmente compongo la música, hago una demo básica y la envío a Mike y Randy para que aporten sus ideas. Habitualmente la idea es que Mike grabe sus baterías primero y con eso ya tenemos los cimientos de la casa. Luego me encierro en soledad a construir mis partes de guitarra y teclados, así como las melodías vocales. Cuando acabamos con eso pasamos a los extras (como lo orquestal). Tras eso mezclamos y masterizamos y listos”.
La joya de la corona esta vez es “World Without End”, de más de treinta minutos de duración. Es un tema muy fluido y lleno de contrastes. ¿De donde ha salido? ¿Era una canción así de larga originalmente o son varias canciones unidas?
“Parece que ya nació siendo un tema épico. Tenía una gran pieza muy larga para la que no tenía título. Cuando Mike, Randy y yo llegamos a ella fuimos alargándola cada vez más y creo que se ha convertido en la canción más larga que hemos grabado”.
En los últimos años has trabajado en muchos proyectos y has ganado un peso que antes aún no tenías en el mundo del prog. Por tanto, el título del disco, “Momentum” ¿refleja lo que está sucediendo en tu carrera profesional actualmente?
“Y tanto. Eso es lo que siento. Creo que el mensaje de Dios es ese: si tienes momentum creado, sigue trabajando, sigue creando, sigue hablando con la gente. No solo musicalmente, sino espiritualmente. La música es mi manera de acercar a la gente a Dios. Estoy muy motivado”
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