Mike Portnoy: «No puedo hablar abiertamente de cualquier tema sin ser despedazado por el público»
No lo vamos a negar, nos encanta charlar con Mike Portnoy, y no hemos perdido la oportunidad de pasar un rato con él... en una de las charlas más abiertas que le hayamos visto en los últimos meses.
No lo vamos a negar, nos encanta charlar con Mike Portnoy. El año pasado tuvimos la ocasión de entrevistarlo dos veces: la primera junto a Neal Morse, de la mano de Esteban Portero, y la segunda con motivo de la gira The Winery Dogs, con Sergi Ramos disparando las preguntas. Este 2014 la primera visita del carismático barbiazul a Barcelona ha sido con Flying Colors (reseña del concierto aquí), y no hemos perdido la oportunidad de pasar un rato con él, esta vez estando los tres presentes, en una de las charlas más sinceras que le hayamos visto en los últimos meses. Pero guardamos los temas espinosos para el final…
Como es evidente, damos inicio hablando sobre «Second Nature», un segundo álbum de Flying Colors que ha dejado perplejos a aquellos que desecharon rápidamente su primera obra. La evolución en cuanto a calidad es más que notoria, y no sólo para nosotros, algo que argumenta rápidamente Mike: «En esta ocasión ya sabíamos qué esperar del material que podía surgir, y había una química de grupo establecida en lugar de la sensación de experimentación que estaba presente en el primer álbum. Estoy de acuerdo en que probablemente sea mejor disco por ello.» En cuanto al título de este trabajo, comenta: «Es curioso porque ese era el nombre original de lo que acabó siendo Transatlantic, así que como imaginarás ese título lleva mucho tiempo en mi bolsillo esperando a ser usado (risas). Lo sugerí para este trabajo porque creo que encaja a la perfección: es nuestro segundo trabajo juntos y a la vez hace referencia a que Flying Colors es una segunda banda para todos nosotros, ya que tenemos otros proyectos centrales.»
La actuación de la banda en Barcelona formó parte de una gira verdaderamente exclusiva, que tan sólo contó con diez fechas alrededor del globo, algo condicionado por las gruesas agendas de estos músicos tan ocupados… «Me habría encantado ofrecer más conciertos, pero es extremadamente difícil coordinar los calendarios de cinco personas que tienen numerosos proyectos entre manos. Después de valorar concienzudamente cuáles eran las fechas óptimas para todos, vimos que tan sólo disponíamos de un marco de dos semanas para realizar la gira, así que nos tuvimos que ajustar a eso, al fin y al cabo es mejor hacer dos semanas que ninguna (risas). Sabiendo esto elegimos entre todos las diez ciudades entre Europa y Estados Unidos que más puertas abrieran a distintos mercados.»
A la pregunta de si la proporción de fechas entre continentes se debe a una mejor respuesta en Europa, responde: «No creo que se trate de que nuestra música funcione mejor en un lugar o en otro, sino de congregar la mayor cantidad de públicos diversos. En Europa todos los países son muy distintos entre sí, y por ello hay un mercado fuertemente diferenciado en cada uno de ellos. Estados Unidos no deja de ser un solo mercado, así que decidimos hacer sólo tres paradas: oeste, centro y este, para al menos cubrir las distintas zonas geográficas y que relativamente todo el mundo tuviese la oportunidad de acudir a una de las actuaciones en un estado cercano.»
Pero, como viene siendo costumbre, esta no va a ser la única visita de Mike a España este año. Durante la primera semana de noviembre, Portnoy volverá a nuestros escenarios, esta vez tras el kit de Bigelf, quienes publicaron «Into the Maelstrom» este mismo año (reseña aquí). «Damon es un gran amigo mío y siempre he creído en Bigelf como proyecto. Los llevé de gira con Dream Theater en su día, antes de abandonar la banda, y creo que hice lo correcto al animarlo a seguir adelante cuando estaba en un mal momento. Había perdido la esperanza en que la banda saliese adelante, pero conseguimos devolvérsela. Me pidió que participase en el nuevo álbum y por supuesto estuve encantado de aceptar. Más tarde me planteó la posibilidad de unirme a la gira, algo que veía difícil por lo apretado de mi agenda, pero finalmente conseguí disponibilidad para dar al menos nueve conciertos con ellos.»
A la banda también se unirá John Wesley, ex-guitarrista y segundo vocalista de Porcupine Tree en directo que casualmente ya vimos teloneando a Flying Colors. «Estoy encantado de que John eche una mano con la gira, va a ser algo muy especial. No sé si él ha estado ensayando con Damon, pero yo no he tenido tiempo para hacerlo… ni lo voy a tener (risas). Pero eso no es problema, ya he tocado con ellos antes, por ejemplo en el Progressive Nation at Sea, y tengo el material preparado. Durante los últimos años se me ha hecho muy natural saltar de banda en banda y gira en gira, así que no es problema para mí lanzarme a la carretera sin haber ensayado con ellos. Pese a todo llevaremos sólo un setlist, así que no habrá grandes cambios entre noche y noche… eso facilita el trabajo.»
Finalizando la rueda en la que hablamos de sus proyectos actuales, la pregunta por el nuevo trabajo de Neal Morse en solitario es obligada, puesto que sabemos que se encontraba trabajando en ello recientemente y que este traerá un cambio significativo, que él mismo nos explica: «Anteriormente los discos de Neal en solitario los escribía él por su cuenta y entonces Randy y yo llegábamos al estudio e interpretábamos nuestras partes, mientras que él se encargaba de todo lo demás. Esta vez contamos con Eric Gillette y Bill Hubauer, quienes formaron parte de la formación que Neal reunió para la gira de “Momentum”, con la que desde el principio vimos que había mucha química, así que decidimos escribir y grabar todos juntos el nuevo trabajo. El resultado es muy interesante, creo que al colaborar plenamente los cinco hemos conseguido darle un giro a la música de Neal.»
Pasamos a hablar de la constante presión y polémica a la que está sometida su persona, especialmente a través de sus redes sociales. Sincerándose con nosotros, Mike declara su frustración ante la constancia de comentarios hirientes: «Siempre he intentado ser un artista que está en contacto directo con sus fans, pero parece que hay mucha gente que se aprovecha de ello, y eso es bastante desalentador. Hay una parte de mí a la que le gustaría cerrar todas mis redes sociales y alejarse de toda esa mierda, pero no sería justo para los seguidores que están ahí mostrando su apoyo constantemente en lugar de generar polémica y comentarios nocivos. Debo centrarme en ese 99% de gente que sí aprecia mi trabajo y el tiempo que les dedico, pero inevitablemente los gilipollas son siempre los que más atención se llevan. Aún así, intento centrarme en lo bueno.»
Curiosamente, justo el día anterior habíamos estado charlando con Devin Townsend, quien nos había dicho que trataba de cuidar a su fanbase en la redes sociales tan bien como pudiera porque sabía que si ofrecía toda su amabilidad, el público lo recordaría así en otro momento, cuando su popularidad decreciese… algo que planteamos a Portnoy y en lo que no podría estar más en desacuerdo por su propia experiencia. «No, no lo harán. Créeme, cuando estuve en mi hora más baja fue cuando más golpes recibí: durante esos seis meses después de abandonar Dream Theater pensaba que la gente mostraría todo su apoyo, y sin embargo fue cuando más me hicieron sangrar. Por eso escribí “You Saved Me” con The Winery Dogs, una canción que habla sobre cómo mi esposa me salvó en mis peores momentos, en esos en los que esperaba que el mundo me echase una mano y sólo recibí una patada en su lugar.»
Muchos podríamos pensar que después de tanto tiempo de ataques constantes, Mike habría aprendido a no dejar que le afecten esos cuchillos. Pero no es así. «Soy humano, me importa demasiado todo lo que sucede a mi alrededor y nunca podré ser inmune a ese tipo de cosas. Sé que hay muchos personajes públicos capaces de pasar de todo olímpicamente, pero yo no puedo ignorar lo que dice la gente. Invierto demasiado tiempo, esfuerzo y emoción en lo que hago, así que… desafortunadamente mi piel no es tan dura como podrías pensar (risas).» Pero como él mismo dice, no está solo en esa posición… «No sé por qué he acabado en esta situación, pero parece que Geoff Tate, Dave Mustaine, Lars Ulrich y yo hemos acabado siendo figuras odiadas continuamente. Y creo que es porque no tenemos pelos en la lengua, hablamos sin tapujos y eso a la gente le molesta.»
Una de las críticas que está recibiendo más a menudo recientemente viene dada por el arrebato adquirido en el último año de tratar con violencia su batería, ya que algunos argumentan que es vergonzoso que alguien que tiene esos tratos económicos con materiales tan caros los desaproveche de ese modo. «¡Es mi material y hago lo que me da la gana con él! Creo que es un concepto muy sencillo. Si ese material fuese de otra persona, desde luego eso sería tremendamente irrespetuoso. Se trata de un elemento del espectáculo: con The Winery Dogs hay una esencia de puro rock n roll, el sentimiento de la vieja escuela de Keith Moon, así que creo que encaja perfectamente con ello. No voy a destruir mi kit en un concierto de Flying Colors (nota: al final del concierto de Flying Colors ese mismo día arrojó repetidas veces el sillín contra la batería).»
¿Pero es Mike Portnoy un bocazas? Aunque la mayoría de gente piense que así es, él no lo ve de este modo cuando le preguntamos si cree que el adjetivo loudmouth se ajusta a su personaje… «No soy un bocazas, simplemente soy honesto. Hace unos meses compartí algunas de mis ideas sobre el nuevo álbum de Pink Floyd, hablando desde mi perspectiva de fan de la banda, igual que cualquier otra persona podría haberlo hecho sobre cualquiera de mi álbumes. Pero claro, de repente ves que algunos medios se dedican a publicar eso como una flamante exclusiva y entonces es cuando llegan los problemas. Me gustaría poder hablar abiertamente de cualquier tema, pero no puedo porque siempre se utiliza en mi contra. Por eso ya no hago declaraciones sobre Dream Theater, y créeme, me gustaría dar respuestas sinceras sobre cualquier asunto relacionado con la banda, pero no puedo hacerlo sin acabar siendo despedazado por el público. Y es una pena que sea así.»
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