Leprous firman con The Congregation el inicio de otra etapa deslumbrante
En constante evolución, jóvenes, creativos como pocos y trabajadores como el que más, Leprous acaban de firmar con The Congregation un cuarto álbum que vuelve a confirmar su incombustibilidad como banda del momento… y llevan siéndolo desde hace años. A escasos días de su alunizaje en Barcelona para, una vez más, descargar su espectacular directo (esta vez entre gigantes como Camel, Meshuggah o Devin Townsend), charlamos con Einar Solberg sobre la actualidad de la banda.
Este año te vamos a ver dos veces en Barcelona, la primera en el Be Prog! My Friend y después en gira propia… ¡Levantáis pasiones por aquí!
En efecto, tenemos una gran recibida en España y la verdad es que el Be Prog tiene un cartel simplemente excepcional. De los mejores eventos de 2015 de momento.
Empecemos por vuestro nuevo álbum. Cuando hablamos sobre Coal recuerdo que me dijiste que habías escrito con tu teclado las partes de guitarra de The Valley, algo que confería un sonido sintético muy particular y que me da la sensación que has querido explorar más en este trabajo… ¿Me equivoco?
«Estás en lo cierto, para The Congregation lo he escrito todo desde mi ordenador. Comencé a finales de 2013 con algunas ideas y hacia mediados de enero del año siguiente me metí de lleno en el proceso compositivo, haciendo más o menos un borrador de canción por semana para poder presentárselo a los demás y trabajarlo en el ensayo. Trabajo mucho mejor cuando tengo fechas límite, así que incluso cuando no estaba inspirado sacaba todo lo que tenía en la cabeza e intentaba ver hacia dónde podía llevar aquello. Al final acabé unos trece borradores, de los cuales descartamos un par, y a partir de ahí lo pulimos todo.
«Pese a que hay un gran componente de grupo, la mayoría de ideas principales para todos los instrumentos ya venían escritas por mí, y yo no sé tocar la guitarra, así que muchas veces salían digitaciones extrañas que por suerte Tor y Øystein supieron resolver gracias a su excelente técnica. Algunas sin embargo resultaron 100% imposibles incluso para ellos, pero siempre se pueden hacer pequeñas alteraciones. Lo creas o no, creo que es una ventaja que lo hagamos así, porque escribir con la guitarra condiciona mucho el tipo de ideas que salen. El teclado es muchísimo más libre, no está sujeto a cómo está afinada cada cuerda, por ejemplo, así que hacer guitarras así minimiza las posibilidades de repetirnos.»
Supongo que precisamente para acompañar esas inusuales líneas de guitarra habéis decidido optar por un sonido tan artificial.
«Sí, eso es. El núcleo de este álbum es muy rítmico y sintético, así que queríamos un sonido de guitarra apretado y directo, algo que creo que he equilibrado con unas voces algo más atmosféricas y menos perfeccionistas, menos «industriales» por decirlo del algún modo.»
En cuanto a duración, en esta ocasión habéis apostado por un minutaje más extenso, sobrepasando la marca de los sesenta minutos, algo que no habíais hecho hasta ahora. ¿Qué os ha llevado a incluir esas once canciones y no descartar alguna más? Comparado con discos anteriores se puede hacer algo largo.
«Es curioso, porque al final ha salido algo totalmente opuesto a nuestra intención inicial… este álbum es el resultado de muchas horas de trabajo duro, lo contrario a Coal, que fue un disco impulsivo y de inspiración espontánea, así que aquí teníamos una cantidad enorme de material con el que estábamos muy contentos. Estuvimos considerando descartar un par más de canciones, pero cuando escuché todas las demos seguidas pensé «bueno, podríamos quitar canciones para hacer el álbum más corto, pero ese sería el único motivo», así que no vi razón de peso para hacerlo estando satisfecho a partes iguales con todas.»
¿Hay algún motivo para que la mayoría de estos temas tengan sólo una palabra como título?
«Nunca he sido fan de los títulos largos, me gusta dejar las cosas a merced de la libre interpretación de cada uno, así que decidí llevarlo al extremo en esta ocasión.»
Tanto los títulos como la extraña portada tienen un halo de misterio, ¿qué concepto general hay detrás de The Congregation?
«Las letras del disco las he escrito junto a Tor, tuvimos una reunión y decidimos qué tema global trataríamos en esta ocasión, el cual acabó estando relacionado con la sociedad y lo que nos rodea, diferenciándolo de las temáticas más personales que veníamos tocando hasta ahora. La congregación hace referencia a aquellos que siguen algo ciegamente, los peligros que esto conlleva y cómo no podemos escapar de las estructuras que nos rodean.»
«Un ejemplo de esto último es cómo por mucho que intentes hacer lo correcto siempre acabas atrapado en la red de todo lo malo de la sociedad moderna: puedes ser vegetariano y a la vez estar llevando ropa producida por empresas que explotan a niños en Asia, o estar utilizando productos que de algún modo remoto han tenido que ver con maltrato a animales, incluso sin que tú lo sepas, así que es muy difícil aislarse de todo eso. Esto vincula con lo anterior que he dicho porque es muy difícil hacer cambios cuando la mayoría de gente simplemente sigue ciegamente y con conformidad estos hilos macabros que conforman nuestro entorno.»
«Lo que ves en la portada es un feto animal siamés que representa la degradación y deformación que gradualmente nos consume por cómo funciona el mundo hoy día. Supongo que es un álbum muy negativo, pero esas son las que me preocupan. Todas las canciones caen bajo ese paraguas, cada una de un modo.»
Para este álbum has desarrollado una nueva técnica vocal rasgada, imagino que eso ha tenido que ver con tener que cantar Contaminate Me cada noche durante la gira de Coal…
«Sí, ese ha sido uno de los factores. En muchos de los conciertos no podía cantar a mi nivel normal por culpa de los rasgados, así que pensé en varias opciones, incluso me planteé eliminarlo, pero tampoco hay tanto de ello en nuestras canciones, así que quería encontrar una forma de conservar ese detalle. A raíz de eso empecé a experimentar mientras conducía el coche, simplemente buscando maneras de darle una vuelta y conseguir que no me hiciese tanto daño, porque sé que hay gente que tiene una técnica mucho menos nociva… y al final di con ello. Tuve que buscar algo bastante distinto, porque antes tenía mucha potencia pero tan sólo duraba tres segundos, necesitaba algo menos explosivo y más penetrante.»
«En un principio pensé que era más débil que mi método anterior, pero probé a grabarlo y vi que al contrario, el volumen era muy superior, así que he matado dos pájaros de un tiro. Cuando empecé a estabilizarla me di cuenta de que se parecía bastante a la de Ihsahn, de modo que me centré en hacer fraseos muy distintos a los que él haría. La primera vez que se lo enseñé me dijo que no pensaba que se pareciese tanto a la suya, pero entones le canté una de sus líneas y tuvo que reconocer que estaba en lo cierto (risas). Supongo que es natural que se parezcan, puesto que su estilo siempre ha encajado muy bien en nuestra música, pero hay gente que me pregunta si directamente lo aprendí de él y no es así. De cara al futuro quiero seguir trabajando en ello para hacerlo cada vez más personal. Creo que tiene un deje a post-black metal y siempre me ha gustado el trabajo vocal de ese tipo de bandas, es mucho más emocional que cualquier otro tipo de voces extremas.»
¿Es por tu nueva técnica que no habéis requerido de la presencia de Ihsahn como invitado en ningún tema?
«Bueno, no funciona así exactamente, simplemente no había ningún punto en el que la canción nos pidiese una línea suya del mismo modo que lo hizo en discos anteriores. De todos modos, sí que canta en el disco, pero haciendo algunas voces limpias muy lejanas en segundo plano en alguna canción. Hizo los algunos coros para The Flood con mi hermana, pero creo que ni siquiera llega al nivel de colaboración.»
Este ha sido vuestro primer álbum sin Tobias a la batería, ¿cómo ha sido la integración de Baard en la banda?
«Para empezar tuvo que hacer muchísimo hueco en su agenda, porque es un tipo muy enérgico que no puede parar de tocar con mil proyectos y nosotros requerimos mucho tiempo. En cuanto a estilo, la mayoría de bandas en las que había estado eran de metal extremo y él siempre ha sido mucho más prog, así que en tan pronto como entró encontró una gran cantidad de espacio para introducir recursos que no podía desarrollar a menudo.»
«Cuando tuvo que grabar me quedé impresionado, nunca había visto a nadie tan centrado durante las sesiones, y el proceso fue muy cómodo. Lo grabó todo en cuatro días, lo cual considero que es una marca excepcional teniendo en cuenta el altísimo nivel técnico del álbum y que era su primera vez grabando con nosotros.»
¿Qué crees que lo diferencia de Tobias, tanto a nivel musical como personal?
«A nivel personal hay una diferencia abismal, porque Tobias siempre había sido muy reservado y tímido, mientras que Baard está en un estado de hiperactividad y extroversión constante, le encanta hablar con todo el mundo. Con la batería pienso que Tobias tenía un estilo mucho más libre, influenciado en gran parte por música noise, jazz y experimental, mientras que Baard viene de géneros mucho más directos y sobrecargados. Creo que eso también se puede ver echando un vistazo al tipo de batería de cada uno, Tobias lleva lo justo y Baard disfruta teniendo cuanto más mejor (risas).»
«Adoro cómo tocan ambos, y creo que fue de extrema importancia buscar a alguien que tuviese un estilo distinto, que se dedicase a darle un giro a la banda y a significar su entrada, que no se limitase a imitar a su predecesor.»
Hablando de cambios de formación, ¿por qué abandonó Rein la banda?
«La vida en una banda profesional no es para todo el mundo, supongo. No es que estemos de gira todo el año, pero requerimos un altísimo nivel de entrega y disponibilidad, y él prefería buscarse un trabajo estable, tener una vida normal. Más o menos lo típico por lo que la gente deja las bandas (risas).»
¿Grabó entonces Martin el bajo para The Congregation?
«No, pese a haber estado casi dos años girando juntos la verdad es que la cosa no cuajó como para seguir adelante con un trabajo de estudio. Tuvimos a un músico de sesión, que es también quien nos acompañará en esta gira, pero de momento no hay planes para incluir a un bajista estable en nuestra formación, queremos tomarnos nuestro tiempo para tomar una decisión.»
Como despedida, me gustaría que nos contases cuál es la lección más valiosa que has aprendido en todas esas sesiones de estudio entre Tall Poppy Syndrome y The Congregation.
«Creo que lo más importante es mantener el equilibrio entre entrar al estudio yendo muy preparado y tener la mente todavía abierta a cambios. Cuando hemos grabado canciones que hemos tocado en vivo previamente una gran cantidad de veces siempre ha costado salirse del molde y ver que quizá podría haber mejorado si se hubiese planteado de otra manera. Por supuesto, hay que machacar los temas para obtener las mejores ejecuciones posibles, pero no hasta el punto de perder la inspiración y la magia por tener demasiado interiorizado tu esquema mental de cada canción. Eso y utilizar tu oído, aunque parezca obvio. Que hayas hecho diez tomas no quiere decir que la décima sea la mejor, siempre hay que revisarlo todo.»
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