Leo Jimenez: «A Leo le va genial tener 250.000 likes de esos en Facebook, pero a Juan Daniel Jimenez Gonzalez lo que le importa es que llegado el día 30 tengo que tener pasta para pagar mi piso el mes siguiente.”
Ahora es 2015 y Leo acaba de editar “20 años tras el apocalipsis” y está en modo celebración. Si el trabajo aparece un martes, ese mismo día el tipo coge su coche y comienza a patearse las Españas para realizar firmas de discos en varias Fnac. La primera ciudad, por proximidad, es Madrid. Al día siguiente se planta en Barcelona y tras una agotadora firma en la Fnac del Triangle y varias entrevistas con medios del sector metalúrgico, cogemos a Leo y su asistente de promoción, Sara Moreno de Background Noise, y los llevamos a descubrir uno de esos antros pijos de tapas que tanto abundan en Barcelona: la fabrica Moritz de la Ronda Sant Antoni. A Leo no le gusta demasiado la cerveza, pero se enamora de la Epidor de la casa catalana. Tampoco le gusta mucho la fritanga, pero acabamos liándolo con tapitas aquí, tapitas allá. Y tras dos horas de blabla, blibli sobre la escena, encendemos la grabadora. Todo lo que hemos dicho previamente es prácticamente impublicable, a fin de cuentas.
Corría 1999. El heavy metal comenzaba a dar signos de renacimiento a nivel internacional y España no estaba exenta de ello. Tras unas década bastante dura para el género, parecía que una nueva corriente de bandas aparecía al calor del llamado power metal, a la vez que clásicos como Iron Maiden volvían a su formación más exitosa y llenaban recintos de nuevo en todo el mundo. En nuestro país aparecían los primeros festivales de tono europeo, caso del primer Rock Machina. A la vez, una nueva corriente de bandas subían como la espuma (Mago de Oz alcanzaban el éxito, Tierra Santa despuntaban y otras como Dark Moor o Red Wine cogían impulso). Pero en medio de todo eso estaban Saratoga, un poco en tierra de nadie. Demasiado hard rock para los fans del power metal, sus miembros demasiado veteranos en la escena en comparación con la escena joven que surgía. Y de golpe, la sorpresa: dos músicos muy jóvenes entran en la banda y cambian por completo el esquema de la misma. Saratoga se renuevan, barnizan su sonido, lo hacen mucho más europeo y el éxito llama a sus puertas. En medio del torbellino se encuentra el joven nuevo vocalista de la banda, un chaval de apenas 19 años llamado Juan Daniel Jiménez, al que todos conocen como Leo. Largas melenas, buena planta y un chorro de voz infinito le sitúan rápidamente como la nueva sensación del heavy metal en nuestro país. Eso y la nueva música que están facturando Saratoga en discos como “Vientos de Guerra” o “Agotarás” llevan a la banda a llenar recintos a lo largo y ancho de la geografía nacional. Las chicas comen de la palma de Leo y las cosas cada vez pintan mejor para la banda. Pero al final la carretera se hace demasiado dura y tanto su guitarra de toda la vida, Jero Ramiro, como el nuevo vocalista deciden buscar otros proyectos. Leo opta por diversificar su ofrecimiento musical con Stravaganzza, una banda de lo más ecléctica y tras cuatro trabajos, prosigue su carrera con LEO:037, donde coincide con Ix Valieri y da los primeros pasos de lo que será una carrera bajo su propio nombre. Esta queda consumada cuando en 2013 edita un primer disco bajo el nombre Leo Jimenez titulado “Animal Solitario”. Y desde entonces, nuestro hombre navega solo. Rechazó entrar en Mago de Oz, rechazó entrar en la reunión de Saratoga y ahora celebra veinte años de carrera en la música de la manera más sobrada posible: con un doble CD y DVD que graba ante un recinto abarrotado no en España, sino en México. Un testamento a la tesón y cabezonería de un chaval de Fuenlabrada que quiso hacer de la música su vida y cuyo culo inquieto nunca le dejó acomodarse bajo un mismo esquema mucho tiempo.
Ahora es 2015 y Leo acaba de editar “20 años tras el apocalipsis” y está en modo celebración. Si el trabajo aparece un martes, ese mismo día el tipo coge su coche y comienza a patearse las Españas para realizar firmas de discos en varias Fnac. La primera ciudad, por proximidad, es Madrid. Al día siguiente se planta en Barcelona y tras una agotadora firma en la Fnac del Triangle y varias entrevistas con medios del sector metalúrgico, cogemos a Leo y su asistente de promoción, Sara Moreno de Background Noise, y los llevamos a descubrir uno de esos antros pijos de tapas que tanto abundan en Barcelona: la fabrica Moritz de la Ronda Sant Antoni. A Leo no le gusta demasiado la cerveza, pero se enamora de la Epidor de la casa catalana. Tampoco le gusta mucho la fritanga, pero acabamos liándolo con tapitas aquí, tapitas allá. Y tras dos horas de blabla, blibli sobre la escena, encendemos la grabadora. Todo lo que hemos dicho previamente es prácticamente impublicable, a fin de cuentas.
¿Porqué llega ahora “20 Años Tras el Apocalipsis”?
“Cuando llegó diciembre de 2013 hice un poco de examen de lo que había sido el año” explica el vocalista. “Vi que había conseguido remontar la carrera de nuevo y que en 2014 cumplía 20 años tocando. Vi que sería bueno celebrarlo. Yo no era profesional con 14 años, pero con 19 ya estaba trabajando como músico profesional. Me apetecía hacer algo para reivindicar estos 20 años de lucha y que sirviese de homenaje a todas las bandas que me han ayudado a ser como soy, desde Maiden a Helloween pasando por Metallica y Pantera.”
La celebración terminó llamándose “Heavy Metal Orchestra” y se paseó por varias ciudades españolas durante 2014 con gran éxito. En Barcelona agotaron entradas, por ejemplo. En ella, Leo repasaba todas las bandas de su carrera profesional y homenajeaba a los clásicos del género que le han dado forma como artista.
“En principio la hice con la idea de dar dos o tres conciertos sin mayor pretensión” indica. “Era algo arriesgado que quizá no interesaba a nadie. Pero me apetecía cantar ciertas canciones y pasármelo bien. Al final fue un exitazo. No era muy consciente de la repercusión que podía tener, ya que mi idea no era hacer una gran gira y al final la cosa cogió fuerza. Propiamente, hicimos solo cuatro conciertos con Heavy Metal Orchestra y el repertorio entero de tres horas. Yo tampoco quería alargarlo demasiado en el tiempo porque no soy un grupo de covers, simplemente quería hacer un homenaje a mis bandas preferidas y a las bandas por las que he pasado. Ha sido un año y rápidamente ya me he quitado el tema de «Heavy Metal Orchestra».»
«Lo que pasa es que durante 2013 y 2014 hemos girado mucho, la banda suena muy bien, hemos dado un paso adelante en Latinoamérica y eso lo hemos ido documentando en video y audio. Inicialmente solo queríamos editar un DVD con el show de México, pero como habíamos recogido tanto material he creído adecuado presentarlo todo. A día de hoy ¿cuanto vale un DVD? ¿20 Euros más o menos? Pues yo por 20 Euros doy dos DVD y dos CD. Por eso está funcionando la venta. Es un trabajo de cuatro discos al precio de uno y la gente lo agradece. Hay que hacer esas pequeñas concesiones para que sigan vendiendo discos y la gente tenga ganas de comprarlos”.
Los dos DVD incluyen conciertos grabados en México, en el festival Leyendas del Rock de Alicante y en el Gillman Fest de Caracas. Los CD’s incluyen el show del Concierto Joven Fuenlabrada de 2014 y un volumen de demos, rarezas e inéditos. Es notorio que Leo está muy fuerte al otro lado del Atlántico, un territorio que se ha vuelto ideal para los artistas de heavy metal español en una época en la que nuestro país no pasa por su mejor momento a nivel de asistencia a los conciertos y ventas de discos. Tan fuerte está allí que el grueso de las imágenes en directo vienen de shows latinoamericanos.
“Lo de México fue un poco por sacar huevos y decir ‘a ver si tengo las pelotas para conseguir esto’” enfatiza. “Para mi haber hecho un concierto en una sala importante de Madrid con un aforo de mil o mil doscientas habría sido relativamente fácil. En el anterior concierto que hicimos en Madrid, sin sacar DVD ni nada, metimos 950 personas. Si sacas un DVD sabes que vas a meter a más gente porque viene gente que acude por lo especial de la ocasión. Yo sabía que había una oportunidad fácil de hacer un DVD cojonudo en Madrid, pero nos dimos cuenta de que estábamos fuertes en Latinoamérica y que era incluso mejor sacar un DVD en México. Es un subidón. Soy un músico ambicioso en lo artístico y me gusta ir más allá. Nos vimos con la fuerza para hacerlo en México y lo tiramos adelante. No sabíamos como iba a desarrollarse el tema: quizá venían 1500 tíos o quizá venían 600. Lo máximo que habría podido pasar es que me hubiese gastado más pasta de mi bolsillo que no habría podido recuperar con las entradas y que cuando enfocasen al público hubiese poca gente. Pero al final estaba a reventar: más de 1500 personas en la parte que teníamos acotada. Me llena mucho personalmente irme a otro continente y poder grabar un DVD”.
En su concierto de “Animal Solitario” en Barcelona había apenas 150 personas en la sala Salamandra de Hospitalet, todo un contraste con la gran asistencia de los shows internacionales, aunque un año después agotaría más de 400 entradas con “Heavy Metal Orchestra” en Barcelona, como decíamos. En cualquier caso ¿se ha acostumbrado España a los artistas y los toma como garantizados?
“Es cierto que cuando la gente está acostumbrada a verte, baja un poco la intensidad con la que te reciben” reflexiona el vocalista. “Pero en el Viña Rock del otro día, por ejemplo, la gente reaccionó de una manera muy distinta. En 2013 tocamos y la gente no estaba como este año. De público había el mismo número pero el trato hacia nosotros era radicalmente distinto. Desde el primer tema hasta el último la gente se estaba pateando como si fuésemos Sepultura. Eso me impactó.”
Debido a su juventud y su buena planta – y al público femenino que poblaba las primeras filas de los conciertos- Leo pasó a ser uno de los tipos más odiados de la escena metalera de nuestro país. Pero al final, el tiempo le ha dado la razón y ha sabido estar por encima de esa imagen ofreciendo integridad artística.
«Yo creo que la gente ha visto que empecé a grabar discos con Saratoga a los 19 años y que ahora tengo 35” explica. “Creo que los haters ya se han cansado de mi, del guapito de los Saratoga haciendo música para niñas. A base de cabezonería han acabado teniendo el respeto que creo que merezco tras todos estos años. Respeto a todos los fans y seguidores de la música, pero yo durante muchos años he tenido el sambenito de «el Sebastian Bach español», cuando yo jamás en la vida he ido de ese plan. Eso me lo colgó un compañero tuyo que quería vender revistas y poner en portada a alguien que vendiese para las niñas. Cuando a los heavies cerrados les pones a un tío guaperas y las niñas babean, pues te coge todo el mundo una manía de la hostia.”
“Eso me ha repercutido más para mal que para bien” indica. “Nunca voy a renegar de las chicas a las que les gusta mi música, bienvenidas sean, pero una cosa es que yo no reniegue y otra cosa es que deba aceptar que he ido de guaperas cuando nunca ha sido así. No es cierto”.
El tema es uno de los botones rojos de Leo.
«Es que ibas de guaperas quitándote las camiseta» me decía alguien. Y Phil Anselmo también y no iba de guaperas para nada. Yo intentaba ir de Phil Anselmo, pero con lo tirillas que soy no cuela. Yo siempre me he fijado en frontmen con Hetfield o Anselmo. Quería ir de tío duro. Pero si le gustas a las chavalas pues le gustas a las chavalas. No puedes luchar contra ello. Pero si, el tema me ha traído más quebraderos de cabeza que satisfacciones” insiste.
La voz de Leo es ahora distinta. Ya en “Animal Solitario” y previamente en Stravaganzza había hecho alarde de un buen rango medio, lo que unido a su madurez vocal, le ha hecho un vocalista más versátil.
«A dia de hoy me ha cambiado la voz incluso hablando” dice. “En los primeros conciertos de Saratoga parecía que me había tomado un globo de helio. Y no es que abusara de los agudos sino que era tan jóven que no tenía muchos más recursos a nivel vocal. Ahora tengo los graves más presentes y conjugo más con graves porque me es más fácil tirar de voz media. El rango agudo no lo he perdido pero a uno mismo le termina cansando hacer solo lo mismo. Que te conozcan solo por los gritos es cansino. Llegabas a un concierto con un mal día y cantabas mal pero pegabas cuatro gritos y entonces ya valías. Eso tampoco lo veo bien. Luego había un día en el que cantabas con una técnica perfecta y modulando y matizando mucho y no gritas porque no te apetece ese día y la gente queda decepcionada porque Leo no ha gritado. Parece que si no pegas cuatro gritos no eres heavy».
“Hay que reconocer que en el heavy metal, un solo a lo Yngwie y un grito a lo Manowar es lo que prima, pero yo me estaba cansando de hacer siempre lo mismo. No me gustaba que me conociesen solo por una cosa. En Stravaganzza comencé a usar otros registros y a lo largo de los años la gente ha ido viendo más facetas. Me siento cómodo con las canciones que con las tesituras. Hay canciones agudas que me resultan muy fáciles y otras graves que no son tan fáciles. Depende de la canción en si.»
Muchos vocalistas de heavy metal usan su voz de manera extrema en los primeros años y se encuentran con que en la madurez de su carrera no pueden replicar aquellas canciones. Los ejemplos son incontables a día de hoy, especialmente en la escena internacional. ¿Está conscientemente Leo allanándose el terreno para el futuro ahora que ya anda por la mitad de la treintena?
“Debería hacer canciones más comedidas para pensar en el futuro y en lo que será mi voz dentro de unos años. Pero es que luego soy tan fan de los Manowar que no lo puedo evitar y me vengo arriba. Soy un capullo y siempre termino subiéndome al agudo” ríe.
“La afinación no ha cambiado demasiado. En los discos de Saratoga afinábamos en Mi bemol y con mi banda en solitario afinamos en Re, que es un semitono más grave. Es como si no hiciese nada porque la voz ni lo acusa. Me gusta más como suena la guitarra en Re, suena más moderna. A veces me gustaría hacer una guitarra más gorda, en Do o incluso en La, que son más metaleras de hoy en día, pero creo que eso está demasiado distante respecto a mi tipo de timbre. El Re está entre Pinto y Valdemoro y la guitarra ya suena más moderna.»
«Hay un punto en el que te ves a ti mismo en el estudio intentando otro tipo de melodías y de canciones. Hay gente que te seguía en Saratoga o Stravaganzza y se enganchan al carro y eso es lo que me gusta. No hay que vivir del pasado. Las bandas que sacaron un disco en el 86 y siguen viviendo de ese disco deben odiarse a si mismas por el coñazo que son. Y además, no es creíble. Llevar mallas y pelos crepados con 20 años es una cosa, pero si sigues haciendo eso cuando estás calvo y gordo como una vaca, algo falla. Intento tener honestidad y credibilidad conmigo mismo. Si yo lo que escucho en mi casa es Meshuggah y Gojira y luego quiero venderte un disco en plan AC/DC, no es creíble».
La conversación eventualmente pasaría por Saratoga casi de manera obligatoria. A nadie se le escapa que la antigua banda de Leo se ha reunido en los últimos meses con una formación en la que participan todos los músicos de la época dorada de Saratoga excepto Leo. Al frente de las tareas vocales sigue el bueno de Tete Novoa, pero para muchos fans de la banda lo ideal en esta reunión habría sido ver a la formación de Niko, Jero, Dani y Leo.
«Su primera intención era reunir la formación del ‘Agotarás’, que fue la que hizo grande el nombre de Saratoga” revela. “Yo estoy muy agradecido a aquella época. Mucha gente me conoce por ese disco y eso me enorgullece”.
“Durante bastante tiempo Jero me lo ha ido proponiendo y finalmente me llamó Niko y me lo dijo. Yo le fui sincero como siempre, le di las gracias, le dije que me enorgullecía pero le dije lo que opino. Cuando doy un paso hacia adelante me cuesta mucho volver hacia atrás. En 2006 fue cuando dejé la banda y ya tomé esa decisión. No le veo sentido a volver atrás. No tiene sentido en mi vida. Me gusta mucho trabajar a mi manera y volver a hacer cosas que ya hice en su momento no me llama la atención, no es sincero. No lo habría hecho con sinceridad ni con ganas y así se lo dije a Niko”.
“Es como irte de casa de tus padres y tener que volver atrás. Ese es el sentimiento” reflexiona el vocalista.
“Yo no puedo hacer lo que la gente quiere que haga” reivindica. “El que tiene que vivir consigo mismo soy yo y el que tiene que pagar la letra de su hipoteca soy yo. Entiendo que para muchos fans de aquella época sea apetecible una reunión de Saratoga conmigo, pero ellos deben entender que yo sigo mi camino y que después de Saratoga potencié Stravaganzza y mi trabajo en solitario. He de mirar por mi mismo. Desde que tengo carrera en solitario y la he defendido he ganado una credibilidad y ahora no me voy a bajar de mi burra. Esa es mi realidad. Meterme ahora en otra banda, por grande que sea, no me apetece. Y he tenido oportunidades. Pero no me atrae. Siempre digo que me gusta ir por el camino largo y no coger atajos. Si hago concesiones por los fans, a los fans les va a encantar pero a la larga a mi, como músico individual, no me satisfacen tanto. Ir consiguiendo mis pequeños logros por mi propio pie me satisface más».
«Tengo una buena relación con Saratoga, con sus miembros y me alegro mucho de que haya decidido seguir adelante con la formación que tienen. Si el público demanda a Saratoga y ellos quieren juntarse, lo veo bien. Pero también quiero que el público entienda que yo no quiero formar parte de ello”.
Dentro del apartado vocal y teniendo en consideración el estilo que sigue hoy en día Leo con sus trabajos en solitario, cabe la pregunta de si realmente se sentía realizado con las composiciones de aquellos ya lejanos discos de Saratoga donde reinaba el power metal y el heavy metal de corte más clásico.
“En una proporción alta había temas que me hacían muy feliz” recuerda con cariño. “No te puede gustar todo lo que cantas por muy tuyo que sea y por muy tuyo que lo hagas. Había temas que los defendía a muerte pese a no gustarme y otros que me encantaban. Yo tengo unas influencias importantes de los 70, de bandas como Rainbow y más adelante de gente como Malmsteen. Jero y yo nos entendíamos muy bien esa tesitura y hay una parte importante de Saratoga que iba en esa linea y me gustaba.»
«No considero que Saratoga hiciesen power metal. Hacíamos un heavy metal más moderno pero heavy metal al fin y al cabo. El punto épico no lo teníamos, sino que teníamos una temática más social.”
El vocalista tiene buenas palabras para su antiguo compañero de banda, lejos de roces rumoreados en el pasado.
«A mi Jero me gusta mucho como compone y como compositor ha hecho grandes canciones. En mi último trabajo, como es un agradecimiento a estos veinte años de carrera, hago alguna canción de Saratoga, como por ejemplo «Si Amaneciera», que es de Jero. Se lo agradecí en el disco, se la dediqué. Creo que es un temazo.»
El futuro de Leo pasa por la edición de un nuevo disco de estudio, el cual se encuentra preparado en gran medida. Su anterior trabajo apareció bajo los auspicios de Warner en España, algo que parece que no volverá a repetirse.
«Mi relación con Warner a día de hoy es buena, pero he tenido la sensación de ser cola de león” explica. “Warner me ha tratado muy bien pero no soy un superventas si me comparo con Melendi o gente de ese status. No vendo ni la cuarta parte. Pienso que es mejor trabajar con una compañía más humilde que te de tratamiento de cabeza de ratón y ser uno de los grandes del sello. Sino, eres «el heavy ese» en una gran compañía. Warner me gustaba mucho, sobretodo a la hora de poder decir «estoy en Warner». Pero ya está, porque a la hora de vender discos, vendes los mismos estés donde estés. El heavy metal vende lo que vende.”
Su casa actual es Maldito Records, con quien ha editado este “20 Años Tras el Apocalipsis”. Leo tiene la esperanza de que la relación siga siendo fructífera y permita trabajar juntos en un próximo disco.
“Espero que salga con Maldito, que trabaja muy bien. Llevamos unos meses trabajando y estoy muy contento” confirma.
“El siguiente disco está preparado. Tengo unas quince canciones más o menos y espero poder comenzar a grabarlo pronto para sacarlo alrededor de marzo de 2016. La línea del disco va a seguir un poco la temática de ‘Animal Solitario’, que tiene muchos estilos dentro de un mismo disco. Creo que mi carrera actual se define por ser un tío que hace heavy metal de muchos estilos distintos. Poderme desenvolver en distintos estilos me hace feliz. No me apetece hacer doce temas de power metal seguidos en un disco. Ni death metal. Me gusta la variedad”.
«Tengo tres o cuatro canciones que pueden ser un buen single, con mucha melodía” avanza. La gente quiere estribillos que les hagan venirse arriba y en el próximo disco tengo bastantes. También hay baladas muy bonitas y una en la que quiero colaborar con una voz femenina que ya te contaré.”
Leo ha compuesto un tema con una remarcable artista nacional bastante alejada del Heavy Metal. Leo no puede concretar los detalles pero nos asegura que no es Mónica Naranjo, con quien subió al escenario hace unos meses durante un show para un dueto.
“Estaría bien, pero ni siquiera se lo he planteado. Quizá se lo planteo y me dice que si. Voy a intentarlo. Me has dado una idea” sonríe.
“No tengo título ni portada ni nada. Solo mis canciones que están en casa en un disco duro metidas. Una porción de esas canciones no cuadraban en ningún sitio. En «20 años tras el apocalípsis» hay un disco llamado «Demos, Rarezas y Cosas Varias» y ahí hay un montón de cosas variadas. Esas cinco canciones que no tenían cabida en el disco que quiero editar en 2016 están ahí, porque quería sacarlas de alguna manera. Son ‘Caballo Viejo’, una balada acústica a lo ‘More Than Words’, «Insaciablo» que es muy extrema y con voz aguda y salvaje, «El No Llorará» que es un medio tiempo en la onda del «Black Album» de Metallica, una instrumental metalera del himno del equipo de fútbol de Fuenlabrada y un tema que canté junto a Tanke Ruiz de Fiebre que es casi pop. Así pues, la mezcla no tenía sentido en un disco normal, pero si en este disco de rarezas. Espero que haya gente a la que le guste”.
Leo Jiménez es uno de los tipos más queridos y odiados en las redes sociales. En Facebook acumula más de 250.000 seguidores, pero se declara enemigo abierto de la anarquía verborreíca que se deriva de darle a todo el mundo la capaz de opinar de manera relativamente anónima.
“Estoy acostumbrado a los detractores que me ponen verde si me pongo una camiseta blanca o si me pongo una negra” dice el vocalista.
“Leo Jimenez como artista, como personaje, es un tipo al que se la resbala todo” prosigue. “Pero Juan Daniel Jimenez, que es quien soy el 99% del tiempo, es una persona sensible con familia y amigos y a la que las cosas le afectan. Si cuando te vistes de blanco te critican y cuando te vistes de negro también, al final optas por vestirte como te sale de los huevos, puestos a recibir igual. Ahí es donde saca los huevos Leo Jiménez y se viste como quiere. Pero cuando llegan críticas sin sentido, a Juan Daniel, a la persona, le duele.”
“He decidido vivir al margen de las redes” cuenta. “En el 2014 ayudaba a mi community manager a hacer cosas en las redes, pero he recibido tantas hostias que me he desvinculado por completo. Como Leo Jimenez me viene muy bien fomentar las redes, pero a Juan Daniel le daña. Así que me mantengo al margen. Estar pendiente de las redes ni me vende discos ni me da dinero así que no me compensa aguantar que un niño de 17 años me ponga a parir desde su casa. Si te gusta mi música: gracias. Si no te gusta, pues no la consumas.»
«Cuando yo tenía doce años y sacaba un mal disco Iron Maiden, pues no lo escuchaba. No se te pasaba por la cabeza poner verde a los músicos. Ellos estaban en una nube a la cual tu no tenías acceso. Pero ahora todo el mundo, desde su habitación, se cree con potestad para criticar. Todo el mundo entiende, todo el mundo sabe y todo el mundo puede juzgar.”
Son las dos y media de la mañana. Los currantes de la Moritz quieren cerrar el restaurante y traen la cuenta a ver si nos damos por aludidos. Leo hace una última reflexión antes de ir a desplomarse unas horas sobre la cama de su hotel y seguir con su gira de firmas de discos.
«A Leo Jimenez le va genial tener 250.000 likes de esos en Facebook. Pero a Juan Daniel Jimenez Gonzalez lo que le importa es que llegado el día 30 tengo que tener pasta para pagar mi piso el mes siguiente.”
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