Lancer: el encanto de las mallas hueveras y el power metal de ayer
"Es cierto que cuando tocamos tenemos a un montón de tíos de 50 años diciéndonos que vernos es como viajar en el tiempo directos a 1988”.
«Yo era un fan del power metal y quería mi propia banda de heavy metal con sonido power metal”.
La frase es de Isak Stenvall, vocalista y álma máter de los suecos Lancer. Una banda heredera del heavy metal clásico de los años 80 que acaba de editar su nuevo trabajo, “Second Storm”.
«Comenzamos ensayando algunas versiones de Helloween y Hammerfall y tras algún tiempo decidimos comenzar a componer nuestras propias canciones. Así salió nuestro primer disco, «Purple Sky».
La banda editó, además de “Purple Sky”, un primer disco titulado de manera homónima. Poco después llegaría el momento de fichar por Despotz Records y llegar a un público potencial más amplio.
«Cuando editamos ‘Purple Sky’ lo editamos por nuestra cuenta” explica Stenvall. “Era como una demo, tan solo para conseguir el interés de los sellos. Lo enviamos a todos los sellos del mundo, aproximadamente, y a algunos artistas. Recibimos bastante buen feedback con el EP y nos contactaron sellos de Alemania, Estados Unidos, Italia y Suecia. Al final escogimos entre ellos y nos quedamos con DooLittle Group, porque era la decisión adecuada en ese momento. Y además tenían la oficina a una hora de nuestro local de ensayo”.
El sello era propiedad de otro conocido músico de la escena del power metal sueco.
“Cuando estás empezando es bueno trabajar con alguien que habla tu mismo idioma, y el sello es propiedad de Christian Liljegren de Narnia” explica. “El ha estado en el negocio unos cuantos años y sabe de que va todo esto desde la perspectiva del músico. Ha sido un mentor para nosotros en varios sentidos”.
El metal de Lancer está obviamente arraigado en el heavy metal de los años 80, su estética y su sonido y valores de producción. Algo que les hace formar parte de una corriente de bandas revival entre las cuales se encuentran Striker, Cauldron o Enforcer, entre otras. Festivales como el Keep It True aglutinan a miles de fans de la época, que sacan del armario sus elásticos, sus J’Hayber y sus melenas de corte discutible.
«Estoy orgulloso de ser un fan del metal ochentero y su escena” reivindica el vocalista. “Es obvio que esas bandas nos han inspirado como músicos y como compositores. Sería absurdo negarlo. Lo que pasa es que intentamos hacerlo con un toque propio de 2015. Aún así no podemos evitar sonar a 1985. Me encanta el heavy metal y creo que así es como debería sonar el heavy metal.»
¿Qué clase de público tiene Lancer? ¿Jóvenes de 16 años ansiosos de su propia escena heavy o cincuentones que añoran tiempos pasados?
“De todo un poco, pero es cierto que cuando tocamos tenemos a un montón de tíos de 50 años diciéndonos que vernos es como viajar en el tiempo directos a 1988” sonríe. “Lo hacemos por ellos, pero también lo hacemos para nosotros, porque nos gusta esto. Creo que mantenemos el legado vivo, porque esta música merece un mejor final que el que tuvo en 2005 cuando todo el mundo vomitó sobre el power metal y el género terminó por los suelos. Creo que le damos nueva vida a esa escena junto a otras bandas. Estamos orgullosos de llevar el power metal a una nueva generación igual que a generaciones anteriores».
El power metal, como género, vivió un estirón espectacular en Europa entre 1997 y 2004, al son de bandas épicas como Rhapsody, el retorno al gran éxito de clásicos como Manowar y las bandas más puristas como Hammerfall. Al final, todas las discográficas querían tener a sus propios clones de Helloween y Manowar y la cosa se fue al garete en unos pocos años.
«Crecí con Helloween, Hammerfall y Iron Maiden, además de Edguy. Empecé a escuchar metal a finales de los 90, así que era un adolescente cuando estalló el revival del power metal” recuerda Isak. “Obviamente me dio forma como músico. Estuve en la gira de «Renegade» de Hammerfall, estuve en la gira de «Mandrake» de Edguy y, como chico de 15 años en aquel entonces, aquello me impactó, tanto la música como el show. Quería hacer algo por el estilo cuando me hiciese más mayor».
«Cuando el disco de Avantasia salió y lo escuché fue alucinante. De golpe y porrazo ahí estaba Kai Hansen, Markus Grosskopf, Michael Kiske, André Matos…fue algo muy grande en aquel momento. Era una época muy excitante».
La influencia de los Helloween más primitivos es el trazo más reconocible en la música de la banda. “Walls of Jericho” o cualquiera de los dos “Keepers” podría albergar perfectamente los temas de “Second Storm”.
«Siempre me han gustado los ‘Keeper of the Seven Keys’ pero también me han gustado siempre Iron Maiden, no te vayas a pensar” dice entre risas el vocalista.
“El material de Helloween al principio tenía una energía sin igual. Era obvio que Michael Kiske era muy joven y que la banda tenía el mundo a sus pies en ese momento. Con solo escuchar una canción te das cuenta. Escucho los tres primeros discos de Helloween cuando quiero recordar qué es lo que me hizo meterme en todo esto, sinceramente.»
¿Qué le parecen los Helloween de ahora versus los de la época dorada?
«No tienen nada que ver los de antes con los de ahora, pero siguen siendo una banda de heavy metal muy buena. El último disco, «Straight out of Hell», era realmente bueno. El mejor que han hecho en diez años».
¿Y que opinión le merece Unisonic con Michael Kiske y Kai Hansen al frente?
«He escuchado el material de Unisonic y me ha gustado mucho también. Me gusta más GammaRay porque es más heavy y creo que Kiske era mejor cuando era más joven. Su voz hoy en día está demasiado controlada y es demasiado limpia. En los 80 era salvaje y revolucionario vocalmente. Hoy en día es un gran vocalista pero es demasiado limpio cuando canta, aunque es una gran influencia para mí».
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