HEADSPACE es la banda de Adam Wakeman, el hijo de Rick Wakeman (YES) y además teclista de la banda de Ozzy Osbourne. Con su nueva banda acaba de editar un disco titulado “I Am Anonymous” junto a colegas de la talla de Damian Wilson o Pete Rinaldi. Sergi Ramos habla telefónicamente con el teclista para saber más sobre su nuevo disco y su relación con Ozzy OSbourne.

¿De donde sale la idea de HEADSPACE?

“Todo comenzó de manera espontánea con varios amigos. Siempre quisimos hacer una banda con la que disfrutáramos dedicando tiempo y esfuerzo. Todo salió a través de mi y otros músicos profesionales que tocan en sesiones con multitud de bandas. Era una oportunidad para ver a los amigos que rara vez se ven y para tocar la música que rara vez se toca. Pienso que hablando con todo el mundo y montando esta banda nos quitamos de encima todas las nociones preconcebidas que pudiera hacer sobre como iba a sonar esto. Podía sonar a cualquier cosa, ciertamente. Nos reunimos en un local de ensayo y comenzamos a tocar riffs sin rumbo concreto. Así fue como comenzó. Siempre tuvimos la intención de que fuera una banda a largo plazo, no un proyecto ni una diversión de viernes noche. Queríamos algo serio, con un poco de suerte.”

“Después de ensayar, alquilamos una casa en la que grabamos diez canciones, de las que cuatro aparecen en el primer EP que editamos, llamado ‘I Am’ y editado en el 2007. Hicimos tres shows teloneando a Ozzy en Europa, en Dublin, Londres y Birmingham. Fue una gran plataforma a través de la cual llegar a los fans más casuales del rock y el metal en esos territorios. No sorprendió lo bien que funcionó y eso plantó la semilla para el futuro. Luego seguí girando con Ozzy durante buena parte de 2007 y 2008 y a la vuelta yo y mis amigos nos sentamos y dijimos que el resto de canciones sobrantes no eran suficientemente buenas, así que debíamos comenzar de cero otra vez y hacer un disco conceptual. Y eso es lo que está editando ahora InsideOut. Nos ha llevado un montón de tiempo tenerlo listo, tres o cuatro años”.

¿Te sentías igual de cercano a la música que cuando la compusiste?

“Si, porque la manera en que hemos grabado el disco ha dependido mucho de nuestras agendas personales y eso ha dilatado mucho el proceso. Pete y yo íbamos componiendo, luego se lo enviábamos a Damian, que componía melodías y letras, luego Lee se involucraba…fue un proceso muy fragmentado pero era la única manera que teníamos de grabar este disco. Personalmente, pienso que es un mejor disco por ello. Pudimos vivir y respirar muchas de esas canciones durante un buen tiempo antes de editarlas. Una canción como “Invasion” fue de las primeras que compusimos. Cambió mucho en los últimos dos años. No era una canción con la que estuviéramos muy contentos. Cuando en 2011 comenzamos a grabar el disco propiamente, pudimos adaptarla con algunos cambios, pero sino, no la habríamos incluido.”

“Hemos pasado mucho tiempo trabajando en este disco y fue frustrante en ocasiones porque conseguir el compromiso de todo el mundo, porque todo el mundo estaba liado con sus otras bandas. Pero quiero que esta sea “nuestra” banda y eso implica que todo el mundo se tome el tiempo y la molestia de hacer las cosas bien y dedicar tiempo”.

El disco trata muchos temas relacionados con la guerra, como “Die With a Bullet”, “Soldier” o “Fall of America”. ¿De donde viene ese interés bélico? ¿Es cosa de Damian?

“Creo que es importante remarcar que las letras son cosa de Damian pero que el concepto salió de una sugerencia de Pete, el guitarrista. Todos fuimos bastante abiertos a la hora de discutir el concepto y como debería reflejarse en las letras y creo que Damian ha hecho un buen trabajo a la hora de plasmarlo en las letras. No es un disco sobre la guerra si no un disco sobre nosotros como individuos y nuestra relación con la humanidad, de la inhumanidad que tenemos hacia otros humanos, algo que en la guerra es especialmente evidente. Hemos intentado reflejar las experiencias que la gente tiene, desde las batallas mentales internas que tenemos hasta las batallas físicas que hay en una guerra. Siempre hay guerras, no siempre son bélicas. La religión también sale a relucir en ese contexto. Realmente no estamos tomando posiciones en el disco, no estamos hablando a favor de un país, o de los terroristas o nada por el estilo. Simplemente estamos haciendo observaciones sobre los eventos actuales y sobre como eso afecta a la gente.”

Dado el clima social actual ¿crees que la inhumanidad que observamos en situaciones que nos rodean como la crisis económica os inspiran especialmente?

“Absolutamente. Se puede sacar inspiración de todas partes. La manera en que está compuesto este disco intenta incorporar muchas cosas que suceden en el mundo hoy en día, aunque es difícil. No queremos hablar de eventos específicos en el disco. Intentamos poner observaciones en común para que la gente piense y le de vueltas a la cabeza sobre lo anónimos que somos respectos a los eventos que definen nuestras vidas. Y lo mismo va a suceder dentro de cien años y lo mismo va a suceder dentro de mil años.”

“Una canción como “The Big Day” puede ser interpretada como las escenas finales de un accidente aéreo, cuando no sabes que va a suceder. Por ejemplo, se podría relacionar con lo que sentían las personas que iban a bordo de los aviones comerciales que se estrellaron en el 11-S en New York.”

“Una de mis partes favoritas del disco, una parte donde la letra de Damian me hizo tener escalofríos, es donde canta “Hands clanched with fear”, al final de “The Big Day”. Esa imagen visual es muy poderosa. Cuando estas en esa posición en la que no se sabe si estás rezando o estás protegiéndote del inminente golpe…es interesante ver como distintos oyentes pueden sacar distintas interpretaciones”.

El disco saca más del prog setentero que del prog metalizado de hoy en día. ¿Es parte de tus raíces musicales por influencia familiar obvia?

“Creo que es una buena observación. Pienso que es importante recordar que no estábamos intentando ser actuales o replicar nada. Solo queríamos poner nuestro sello en un estilo de música que hemos tocado durante toda nuestra vida. Dejamos de lado contratos con discográficas en el 2008 porque querían que fuéramos más metaleros. No queríamos el dinero. De hecho, hemos financiado este disco nosotros mismos. Hemos pagado por todo, porque queríamos tener el control absoluto del disco para que sea lo más cercano a lo que nosotros queremos. Por eso este disco es tan importante para nosotros: porque creemos que lo hemos hecho con mucha honestidad. Por suerte, la gente de Inside Out y Century Media ha visto lo apasionados que somos con la música de esta banda y se han involucrado con nosotros. No se como habría sido la situación de habernos involucrado con una discográfica en 2008.”

Aunque tienes bastante experiencia en el negocio, dada tu carrera como músico de sesión, estoy seguro de que tu padre, Rick, te ha dado muchos consejos. ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado?

“Mi padre ha sido una enorme influencia para mi, durante toda mi carrera. Hoy en día le sigo pidiendo consejo, igual que mis hijos estarán toda la vida pidiéndome consejos. Hubo un par de cosas que me dijo y que realmente me marcaron. Lo primero no tenía nada que ver con el negocio, sino con cómo aprender las cosas. Con diez años le pedí que me mostrara como tocar la introducción de “Catherine Howard”, una de sus piezas del “Six Wives of Henry VIII”. Me dijo “no, escucha la canción y sácalo tu mismo”. Como niño de diez años, me molestó que no quisiera enseñarme como se hace. Todos queremos que nuestro padre nos enseñe algo, sea a montar en bici o lo que sea. Me molestó, pero la razón por la cual lo hizo fue para desarrollara mi oído y pudiera tocar de oído cualquier cosa. Si entras en una sesión de estudio, el 99% de veces no hay partitura y tienes que sacar las cosas por tu cuenta. Al decirme que me aprendiera la introducción por mi cuenta tuve que ponerme las pilas. Ahora, gracias a eso, creo que tengo un buen oído y eso me ha ayudado incalculablemente a lo largo de mi carrera”.

“La segunda cosa más importante que me enseñó, a nivel personal… Recuerdo estar en un show televisivo con él a los 19 años. El estaba hablando con una chica en el plató y cuando acabó de hablar le pregunté que quién era. Me dijo que cuando ella tenía 19 años, es decir, 25 años atrás por aquel entonces, ella era la que aguantaba los cables de las cámaras. Ella se acordaba de mi padre. La diferencia es que ahora ella la directora de la emisora de televisión. Mi padre me dijo ‘se bueno y simpático con todo el mundo, porque la simpatía te puede llevar lejos”. Y es muy cierto. Hay mucha gente en el negocio de la música que no se para a pensar que tu música debe ser una extensión de tu personalidad. Si tu personalidad es horrible, la gente no va a comprar tu música. En mi caso, me gusta mucho hablar con todo el mundo, así que no tengo demasiados problemas (risas)”.

“No quiero decir que haya que ser majo porque es útil para sacar trabajo y conseguir cosas. Creo que, fundamentalmente, los músicos son gente maja en general. Pero lo que pasa, y lo he visto incontables veces, es que hay gente que piensa que es más importante que el artista. Tienes bandas donde los músicos de acompañamiento o el entorno del artista principal son un coñazo peor que el artista principal”.

Es muy simple: trata a los demás como quieres que te traten a ti.

“Exacto, es así de fácil. La vida es tan complicada como tu la quieras hacer. Ser un tío complicado te hará las cosas muy complicadas. Es un tema kármico, pero es realista.”

“En el disco hablamos de eso, en parte. Como individuos, vamos unos contra a otros más de lo que deberíamos. Pero creo que hay esperanza, creo que hay luz al final del túnel, creo que la gente puede seguir siendo buena con los demás.”

En el último disco de Ozzy, “Scream”, trabajaste con Kevin Churko, su productor habitual. En el disco, de hecho, tienes seis composiciones a medias con Churko u otros músicos. ¿Cómo funcionas en situaciones como esas? ¿Te supone una gran presión a la hora de componer?

“Intento no separar mi labor compositiva en una banda u otra. He compuesto con mucha gente, incluso dentro del country, componiendo baladas de piano. No es que tenga un estilo habitual, sino que me adapto a cualquier cosa que tenga que hacer. Rápidamente desarrollas un instinto para saber lo que está bien y lo que no. Trabajar con Kevin Churko y Ozzy Osbourne ha sido una de las experiencias con menos presión de mi vida. Fue algo muy relajado. Todo depende de con quien compongas. A Ozzy le conozco hace tiempo y a Kevin lo conocía ya hace siete u ocho meses cuando comencé a trabajar con él. Lo primero que me dijo fue ‘estamos en una situación única, estamos en el estudio de Ozzy, no tenemos limitaciones de tiempo ni dinero y puedes tomarte el tiempo que necesites, soy un hombre muy paciente’. Kevin solía trabajar con Mutt Lange, el productor, y me dijo que se podía pasar semanas acelerando y ralentizando canciones, quizá un bpm o medio bpm, para intentar hacerlas perfectas. Me dijo “si algo tengo, es paciencia; si lleva dos días sacar un riff, lleva dos días”. Al final en la primera sesión hicimos siete u ocho canciones, en cuestión de un mes. Fue todo natural y Ozzy también es un tío muy natural. Si le gusta algo, le gusta, y sino, te lo dice también. Es bueno trabajar con gente clara con lo que busca y necesita en su música”.

“Con HEADSPACE, he hecho la mayoría de canciones con Pete. Entre el y yo somos muy honestos. No tenemos problemas en decirnos si algo no funciona. Si no estamos seguros de algo, no nos callamos la boca. Si en lugar de hacer un solo de teclado en el mellotrón es mejor hacerlo en el piano, lo asumo y lo hago”.

“Algo aprendí de Kevin Churko. No recuerdo el título de la canción en la que trabajamos, porque cambio cinco veces, pero esa canción cambiaba cada par de días. Cada vez era una melodía distinta y Ozzy venía, cantaba con una melodía, y dos días después se lo cambiábamos todo y tenía que inventarse una nueva melodía. Si cambiábamos eso, había que cambiar letras y versos… Hay que saber separarse de las cosas un poco para que no se vuelvan muy personales y puedas hacer lo necesario para la canción sin estar constantemente lidiando con sentimientos heridos”.

La percepción de la gente es que Ozzy no se entera de nada. Como que no está muy involucrado en su música. La gente cree que todo el mundo le hace las cosas y el llega, canta y se va. Parece lo contrario de lo que tu me cuentas. ¿Es así realmente?

“Pienso que hay que recordar que Ozzy es un cantante. Su vida es la música. El show televisivo fue algo que nadie sabía que iba a ser tan popular. Nadie lo esperaba. Mucha gente conoció a Ozzy pero jamás habían escuchado un disco de BLACK SABBATH. De golpe, Ozzy se volvió ultra-famoso. Y abiertamente dice que odia salir en televisión. El único lugar donde está cómodo es en el estudio y en el escenario.”

“Ozzy no es un tío que esté pendiente del dinero. Si no estuviera haciendo lo que hace, probablemente seguiría tocando en clubs y pubs con alguna banda de mala muerte. Realmente es un tío muy unido a la música. En el estudio es algo muy evidente. Cuando llegamos al estudio por la mañana y sugiere ideas, o canta melodías ves que realmente le importa lo que hace. No puedo hablar de discos anteriores en los que no estuve involucrado, pero en “Scream” estuvo muy involucrado. Creo que muchas opiniones de la gente vienen dadas por su actitud en el show televisivo.”

 

 

Sergi Ramos (sergi@themetalcircus.com)