Havalina: Ni indie, ni metal. Rock en el sentido amplio de la palabra
Muchas veces nos dedicamos tanto tiempo a etiquetar a una banda, que nos perdemos en un laberinto de géneros y subgéneros de forma inútil. Y en otras tantas ocasiones, no dedicamos ni un solo minuto a escuchar su música. Sus fotos promocionales, sus portadas, los títulos de sus discos y canciones y su presencia en según qué festivales y revistas, hacen que lo verdaderamente importante, ¡su música!, pase a un segundo plano.
Muchas veces nos dedicamos tanto tiempo a etiquetar a una banda, que nos perdemos en un laberinto de géneros y subgéneros de forma inútil. Y en otras tantas ocasiones, no dedicamos ni un solo minuto a escuchar su música. Sus fotos promocionales, sus portadas, los títulos de sus discos y canciones y su presencia en según qué festivales y revistas, hacen que lo verdaderamente importante, ¡su música!, pase a un segundo plano. ¡Gran error!. HAVALINA es una banda de rock, con partes intensas, largos trayectos instrumentales oscuros y una lírica al alcance de muy pocos. Y un potente directo que habla por sí solo. Ahora se encuentran dando los últimos coletazos de la presentación en vivo de su última entrega “Islas de Cemento”, casi al mismo tiempo que empiezan a preparar su nueva entrega. Y tal como le cuenta su guitarrista y vocalista Manuel Cabezalí a Satur Romero entre muchas otras cosas en esta entrevista, su integridad (y felicidad musical) no está a la venta.
A día de hoy, seguís presentando “Islas de Cemento” y es algo que os ocupará bastante tiempo en este 2016. ¿Cómo están yendo los conciertos de presentación de este trabajo? ¿Notáis un aumento de público respecto a los de “H”?
En realidad ya hemos hecho la mayoría de la gira. Han sido conciertos en general muy intensos y divertidos. Hemos venido haciendo casi dos horas de repertorio en la mayoría de ciudades, tocando casi todo nuestro último disco, pero también rescatando muchas canciones antiguas. El repertorio en sí ha ido evolucionando a medida que evolucionaba la gira.
Respecto al aumento del público, en números generales creo que nos hemos mantenido más o menos donde estábamos con “H”. En algunas ciudades ha aumentado y en otras ha disminuido, pero haciendo un promedio diría que la cosa se ha mantenido bastante parecida.
Esta entrevista es para The Metal Circus, y como su nombre indica, la mayoría del contenido se centra en la música metal, aunque nos abrimos a muchísimas propuestas musicales más eclécticas. El caso es que soléis salir en medios más centrados en el indie, pero a mí parecer, estáis muy lejos de ser una formación de dicho estilo al uso. Vamos, que escucho “Mamut” o “Un reloj de pulsera con la esfera rota”, y le encuentro más parecido con Type O Negative que con cualquier banda indie. A lo que iba, ¿las etiquetas os la trae al fresco?
Absolutamente. Somos de miras bastante amplias, y no creo que seamos un grupo encasillable: ni en el indie, ni en el metal. Nosotros solemos decir que somos una banda de rock, en el sentido amplio de la palabra, porque transitamos mucho los extremos del mismo, y muchos de sus lugares intermedios. Hace un par de décadas la frontera entre metal e indie tampoco era tan necesaria como parece serlo ahora: si piensas, por ejemplo, en los Smashing Pumpkins de los 90′, ellos también transitaban aquellos dos lugares con cierta frecuencia. Y como ellos, había muchas otras bandas que también lo hacían. Parece que con los años y la eclosión de la música en internet, ahora todo el mundo parece hacer propuestas más especializadas y concretas. Nosotros no hemos querido hacer eso, o no hemos sabido; no sabría decirte. Lo que sí sé es que siempre hemos seguido un instinto muy puro y muy honesto, especialmente en nuestros últimos discos. Y esto no es algo que todas las bandas de la escena puedan decir con total seguridad.
¿Cuál es la etiqueta o la comparación más rara que habéis oído de HAVALINA hasta el momento?
Hemos oído muchas, pero la verdad que no solemos prestar atención. Tanto, que llevo un rato intentando acordarme de alguna, pero no me viene nada a la cabeza.
Los gustos musicales de los componentes de HAVALINA será bastante diversa….
Sí, lo son. Aunque creo que hay algo muy emocional y profundo, relacionado con cómo pensamos que debería ser la música, que sí tenemos en común. Hay algo dentro de nosotros que siempre nos ha empujado más a la intensidad, a querer hacer grandes canciones con desarrollos épicos, y menos a la pose y a querer ser guay.
Que no os puedan meter en el saco de ningún saco en concreto, ¿es una ventaja o una desventaja?
Supongo que ambas cosas. Para quien lo sabe apreciar, es un valor grande. Muchos de nuestros fans han descubierto en Havalina un grupo que les llena muy profundamente, y que ocupa muchos momentos diferentes de sus vidas. Son muy fieles, y muchos viajan de ciudad en ciudad, y vienen a varios conciertos de una misma gira.
Para mucha otra gente, entiendo que pueda desconcertar el hecho de que podamos pasar de la calma a la furia en tan poco tiempo, y con tanto extremismo. Como siempre, es una mera cuestión de gustos.
A mí me pasa con muchas de mis bandas favoritas, que no son banda de un sólo estilo, sino que dentro de su discografía tienen varios registros muy distintos entre sí, pero unidos bajo un mismo hilo conductor. Un buen ejemplo de ello serían The Cure, o los antes mencionados The Smashing Pumpkins.
No deja de ser curioso que bandas como RUSSIAN RED (que hace años abrían para vosotros, además de que fuisteis sus músicos) o VETUSTA MORLA (que participaron en un disco tributo a HAVALINA) hayan aumentado mucho su popularidad. Vuestro aumento ha sido, digamos, más modesto. ¿HAVALINA se rompe la cabeza con estas cuestiones o se siente bastante cómodo con su status actual?
Si cada banda de este planeta se rompiera la cabeza por las otras bandas de su momento que han llegado más arriba que ellos, el mundo estaría lleno de bandas infelices… Bueno, en cierto modo esto es algo que ya sucede en muchos casos (hay muchas bandas infelices), pero afortunadamente no es algo que haga mella en Havalina. Si no, no seguiríamos aquí después de todos estos años. Intentamos ser hombres de nuestro tiempo, y entender nuestro lugar en el mundo: somos conscientes de la diferencia estilística con, por ejemplo, las dos propuestas que has mencionado, y también de que los avatares de la vida nos han llevado a todos por caminos diferentes.
Sí te puedo afirmar una cosa (y esto lo tengo probado después de trabajar en muchos proyectos musicales de diversos grados de éxito) y es que, desde mi punto de vista, el éxito no siempre es directamente proporcional a la satisfacción del artista. Generalmente está más relacionado con las expectativas cumplidas o no cumplidas de dicho artista, y en eso, el que anda comparándose constantemente con los demás, suele llevar las de perder. Siempre va a haber alguien que esté por encima de ti. Nosotros podríamos estar maldiciendo el hecho de que otras bandas tenga más éxito que nosotros, pero a su vez hay una infinidad de bandas que podrían mirarnos a nosotros y maldecir a su vez. Hace tiempo que decidimos no caer en eso, y de ese modo aprendimos a ser felices: esto es, aprovechando las oportunidades que la vida nos ha ido dando. Mi conclusión personal es que ésta es la única forma que conozco de ser feliz. Y bueno, creo que si alguien nos ve tocar juntos en un escenario, sabrá que somos felices haciendo lo que hacemos.
Ya lleváis una buena temporada tocando con Jaime Olmedo al bajo. Quien si no me equivoco, tiene un Goya por la música de “La Isla Mínima”. ¿Cuál ha sido su aportación en “Islas de Cemento”?
Jaime ha sido una de los tres vértices que han compuesto el triángulo que hizo la parte musical de “Islas de cemento”. Dado que el proceso de creación fue todo tan grupal -nos reuníamos en el local de ensayo para improvisar, grabábamos las improvisaciones y luego trabajábamos juntos sobre ella- su función fue decisiva. Hay mucho de Jaime en todo el disco, y no sólo en las líneas de bajo y en lo musical. Jaime también ha sabido integrarse muy bien en el grupo, asumir su papel, y tirar del carro como el que más. Además es un gran amigo y compañero. Realmente fue una suerte que tras la marcha de Ignacio le tuviésemos a él tan a mano.
Imagino que seguís teniendo contacto con Ignacio Celma. Sigue teniendo un peso muy importante en la banda si no me equivoco, sobre todo a nivel compositivo.
Sí, claro. Ignacio sigue siendo algo así como el cuarto Havalina. Con Islas de Cemento aportó muchas ideas en el último tramo de la creación del disco, tanto a nivel lírico como a nivel musical. Hay grandes aportaciones de Ignacio en el disco, como por ejemplo el piano (magistral) de “Cristales rotos sobre el asfalto mojado”.
Los desarrollos instrumentales de vuestras canciones son una pasada. Están cuidados al detalle. Claros, oscuros, cambios de intensidad…. El caso, es que en vuestros dos últimos trabajos, parece que viráis a una ambientación más cruda y oscura. ¿Estáis de acuerdo?
Siempre hemos tenido una enorme fascinación por la oscuridad, y creo que con el paso de los años y los discos hemos ido ahondando cada vez más en eso, y desarrollando el arte de describir un paisaje tenebroso. “Islas de Cemento” está lleno de esos momentos: “Lluvia en el cementerio de coches”, “Un reloj de pulsera con la esfera rota”, son todo paisajes oscuros, desolados, muy nocturnos, casi diría que tétricos. Es algo que a mí personalmente me ha movido desde que era muy niño, y que creo que tiene algo que ver con cierta estética de los años 80 (Blade Runner, The Cure…) donde siempre era de noche y estaba lloviendo.
También, sin embargo, hemos ido desarrollando los otros matices que contrastan con esto. Hemos producido bastantes canciones luminosas y bonitas, como por ejemplo “Compañía Felina” o “Ulmo”. Digamos que son como la otra cara de la misma moneda, aunque es cierto que la balanza general está más en el lado de lo oscuro.
Dentro de unas semanas encabezaréis la primera edición del Astral Fest en Málaga. ¿Le tenéis preparado algo especial al fiel público malacitano?
Aún no hemos hablado del repertorio, pero en mi mente, y sin haberlo consultado con mis compañeros, me gustaría hacer un concierto original dentro del marco de un festival. Es decir, no estar siempre arriba y tocar todos los temas cañeros, en plan cuernos arriba todo el rato y pie encima del monitor, sino hacer un concierto que busque la dinámica, la sorpresa y los contrastes… y el compromiso del oyente. Es un reto grande cuando se trata de un festival, pero Havalina nunca ha sido ni será una banda de acomodarse en decisiones fáciles. Nos gusta arriesgar, y creo que nuestro público lo agradece.
En Málaga soléis tocar bastante y en diferentes marcos. Pomelo Fest, 101 Sun Festival ante una gran audiencia, acústico en un hotel bastante conocido en la Costa del Sol, conciertos en salas de medio aforo… Imagino que la banda se debe de sentir orgullosa que haya bastante demanda de su música en una ciudad en concreto. Y Málaga no será el único ejemplo.
En Málaga nos va muy bien, es cierto. Tenemos una base de fans muy grande y muy agradecida por allí, realmente tocar en Málaga viene siendo una garantía para nosotros desde hace años. Y como bien dices, no es el único caso: digamos que Málaga es el ejemplo de que, con persistencia y personalidad, también pueden conseguirse muchas cosas. Aunque el camino sea muy largo.
¿Tenéis muchos conciertos en festivales programados para el próximo verano?
Realmente no muchos. Tenemos algunos compromisos especiales, como el Astral Fest, o el Cultura Quente, pero de momento nada más. Estamos trabajando en ello, eso sí.
Tuvimos un par de años muy buenos de festivales con “H”, pero con “Islas de Cemento” la cosa se ha relajado bastante en este sentido. Quizá “H” fue más mediático o quizá era más accesible, no lo sabemos. También es verdad que fue un momento muy dulce para la banda, nos dieron el premio a Mejor Disco de Rock y todo, jaja. A veces es difícil entender cómo funcionan las mareas, y más aún cuando uno está tan dentro de una. Pero que suben y bajan, es un hecho. Aun así, hace tiempo que decidimos que íbamos a dejar de preocuparnos por estas cosas. Nuestra preocupación verdadera vendría el día en que sintamos que a nadie le interesa lo que hacemos, o que a nosotros mismos ya no nos divierte hacerlo, o no nos merece la pena. E incluso ese día, creo que sabríamos mirarlo de frente, tomar una decisión al respecto y seguir caminando con la frente bien alta.
Ya, para cerrar, os dejamos espacio libre para que nos habléis de vuestros próximos proyectos y os expreséis de forma libre ante nuestros lectores. Os deseamos toda la suerte del mundo, y nos vemos en los escenarios. ¡Saludos!
Estamos trabajando ya en un nuevo disco, que grabaremos en septiembre, y que verá la luz, previsiblemente, a comienzos del 2017. Es pronto para hablar de él, pero podríamos decir que es como muy nuevo y muy Havalina a la vez. Hemos cambiado otra vez la fórmula de creación, y estamos evitando en casi todo momento nuestra zona de confort. Creo que estamos llegando a sitios muy interesantes. Estamos trabajando con más loops y teclados que de costumbre, y haciendo canciones más hipnóticas, pero a la vez muy épicas. El disco, en total, probablemente acabe siendo menos “pesado” pero no por ello menos “intenso”. Es muy intenso todo, de hecho. Estamos deseando seguir trabajando en ello y ver qué sucede. ¡Siempre es fascinante hacer discos nuevos!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.