España es la segunda casa de Doro Pesch
Doro es posiblemente la artista de nombre internacional que más veces debe haber actuado en España en los últimos quince años. Su última visita fue como destacada en el Leyendas del Rock de Villena, aunque volverá en Octubre como parte del Rocktubre Festival de Madrid.
Doro es posiblemente la artista de nombre internacional que más veces debe haber actuado en España en los últimos quince años. Su última visita fue como destacada en el Leyendas del Rock de Villena, aunque volverá en Octubre como parte del Rocktubre Festival de Madrid. Antes de eso ha actuado en todos los rincones de nuestra geografía, incluso reuniendo a Warlock para la ocasión en el Metalway Festival de 2009. Una fiera incansable de los escenarios que nunca para quieta, que nunca descansa. Ahora prepara un nuevo DVD que recoge los conciertos de celebración de su 30 Aniversario y que se editará en octubre. Sergi Ramos habla por teléfono con la señorita Pesch.
¿En qué anda trabajando Doro Pesch?
«Estoy trabajando en el nuevo doble DVD y CD en directo de la celebración de mi 30 Aniversario en la música. Hicimos dos shows en mi ciudad, Dusseldorf, donde vino Udo Dirschneider, Hansi Kursch de Blind Guardian, Lordi y muchos invitados más. Fueron dos shows muy largos y vino todo el mundo. Ahora hemos de adaptarlos para el DVD, porque cada concierto duró tres horas y media (risas). El DVD muestra la actuación de Wacken y todos los momentos destacados del último año y todas las celebraciones que ha supuesto. El título provisional es «Young and Proud». No se si será el título final, pero por ahí andará. Hemos completado el proyecto al 80% y va a tener una pinta y un sonido genial!»
«Es mucho trabajo, pero la idea es que lo editemos antes de la próxima gira europea. Tras eso nos pondremos a trabajar en el nuevo disco, para el que ya tengo muchísimas ideas y posiblemente editemos un single y un video antes. Estoy de gira sin parar, así que voy haciendo las cosas a medida que es posible. La portada del DVD es tremenda y creo que a los fans les va a encantar».
Comenzaste en el negocio de la música siendo muy joven, de modo que a la vez que cumples 30 años en la carretera sigues siendo una artista muy joven y con mucha energía. ¿Te cuesta recordar los eventos de estos últimos treinta años? ¿No tienes la sensación de que has hecho muchas cosas pero no sabes exactamente qué o cuándo? Ya sabes, esa sensación de nebulosa que tienes cuando estás siempre ocupada. Unas cosas se entremezclan con otras en tu memoria.
«Me pasa exactamente eso (risas). De hecho, he de decirte que me siento como si acabase de comenzar en todo esto. Me siento como si tuviese 25 años y creo que físicamente estoy en mejor forma que cuando tenía aquella edad. Puedo hacer shows mejores y más largos y creo que tengo más fuerza y más estamina que cuando era joven. Pero tienes razón: de vez en cuando me pongo a mirar los discos que he editado o los DVD y digo «Dios…». Por ejemplo, veo las fotos trabajando con Gene Simmons y eso fue en 1990! Hace 25 años! Yo lo recuerdo como si fuese ayer o hace un par de años. Creo que cuando vives todos los días de tu vida al máximo el tiempo se pasa volando. Solo te das cuenta de las cosas cuando te sientas a descansar y tomas conciencia de todo lo que has hecho. Mientras tanto, estás de gira, estás concentrado en el próximo proyecto y no te enteras de que el tiempo está pasando.»
«No me termino de creer que hayan pasado 30 años. Te diré una cosa: he aprendido mucho. Al principio no tenía ni idea de cómo funcionaba todo este mundillo. ¿En quién puedes confiar? ¿A quién has de llamar? ¿Quién puede ayudarte en tu carrera?»
Imagino que la experiencia negativa con el management de Warlock fue un cursillo avanzado sobre cómo funciona el negocio de la música. ¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido?
«Confiar en ti mismo y creer en ti mismo. Nadie sabe exactamente lo que sientes o cómo te sientes. Mucha gente tiene opiniones, cosas que decirte y consejos. Haz esto, haz lo otro. Cuando eres un músico o un artista tienes que ser firme en tus decisiones y en tus opiniones cueste lo que cueste, porque todo el mundo quiere dirigir tus pasos. Ser fiel a tus canciones y tu arte es lo más importante. La gente te intentará llevar a su terreno, pero tu vida y tu carrera son tuyas. Tu sabes dentro de tu corazón qué es lo que te conviene y qué es lo que no. Confía en tu instinto y se tu mismo.»
«Cuando eres un adolescente y te metes en esto, tiendes a confiar en la gente que tiene el doble de edad que tú. Piensas que ellos saben cómo se hacen las cosas y caes, pero al final te das cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Esa experiencia fue muy valiosa. Aprendí a leer mejor a la gente y sus intenciones. Cuando tienes una sensación interior negativa, un mal presentimiento, confía en él. Confía en tu voz interior. Si algo te parece extraño, seguramente es porque es extraño (risas)».
«Todo el mundo promete cosas y todo el mundo te regala la oreja. Has de saber estar por encima de eso y escuchar a tu corazón».
Has trabajado con sellos metálicos en los últimos años, sea SPV, AFM o Nuclear Blast. ¿Cómo cambia la experiencia entre este tipo de sellos y las grandes multinacionales como Polygram o Vertigo con las que trabajaste en los años 80? ¿Se entrometían mucho más en tu música y en lo que haces en el estudio?
«Hoy en día puedo hacer lo que quiera, nadie se entromete. Cuando estás en un sello multinacional es mucho más invasivo y hay que encontrar puntos de compromiso sobre la música que estás haciendo. En los sellos independientes me siento más libre y considero que son mucho más poderosos hoy en día. Ven el metal con la misma perspectiva que yo. Para el gran sello solo cuentan los números y los éxitos y tu carrera da prácticamente igual. Cuando comenzamos nos comparaban con artistas de pop en cuanto a cifras de ventas y lógicamente no puedes vender lo mismo que Madonna. Es imposible. La presión estaba ahí, siempre. Venían y decían «si, el disco está bien, pero no vemos un hit». El heavy metal no es un género de hits. Entonces te decían «no podemos meteros en la radio». Y nosotros respondíamos «pero es que no queremos sonar en la radio como las bandas de pop». Ellos miran la vertiente comercial y el metal no es un estilo comercial. La gente de los sellos independientes son gente que viene de este estilo de música y son capaces de apreciar lo que haces y entenderlo. No hay tanta tensión ni tanta discusión. Saben cuál es este negocio y saben como funciona».
«No hay nada mejor que un artista haciendo algo puro, honesto y real. Me gusta trabajar de ese modo. Poder hacerlo es una bendición».
Ahora voy a sonar como Joey DiMaio, pero observo que el heavy metal se ha vuelto algo muy «poser». Lo comento en el sentido de que la gente está más preocupada de los likes de Facebook, de su ropita y de sus fotos, que de hacer buenas canciones y trabajar en una carrera exitosa y evolutiva dentro del género. Todo lo que importa es la apariencia superficial de tu banda. ¿Consideras que se ha perdido el alma en el heavy metal?
«En parte, si. Siempre hay gente que vive este estilo y lo ama y esa es mi manera de sentirlo también. Cuando llevamos a teloneros de gira quiero que sean bandas que den su vida por esto, que realmente crean en lo que están haciendo y les pueda servir de algo. Me gusta la gente real que hace cosas reales y hay gente ahí fuera que se toma esto muy en serio».
«Cuando hablo con amigos como Udo o Lemmy no hay duda: para ellos esto tiene el mismo significado que al principio. Es su modo de vida. Las bandas que empezaron en los 80 tenían ese sentimiento y actitud de dar la vida por esto. Mira a Biff Byford de Saxon. Hicieron un concierto de aniversario en Londres y tocaron los tres primeros discos. Yo estaba viendo el concierto y subí al escenario en los bises para cantar con ellos y te aseguro que fue muy inspirador. Cuando sucede eso me convierto en una niña pequeña en su primer concierto. Ver a un frontman tan grande, cantando esas canciones y viendo lo que significan…es absolutamente inspirador.»
«Si hay gente que quiere hacer esto como un hobby o como una moda, adelante con ello. Si se divierten, me parece fantástico. Pero para mí esto es algo más serio: yo escogí no tener una familia y no tener hijos para poder dedicarme al 100% a esto. Yo entiendo a quien quiera tener una vida familiar con 3 o 4 hijos y dedicarse a la música en su tiempo libre. Pero yo siempre he querido hacerlo todo al máximo. El trabajo creativo es mucho mejor cuando lo vives al máximo. Intento rodearme de gente que también se toma todo esto en serio y tiene algo que aportar. Para mí la música es algo muy sagrado. Me sigue enterneciendo ver a jovencitos que van a su primer concierto y deciden montar una banda. De hecho, la Wacken Foundation sirve para eso, para ayudar a jóvenes músicos y bandas. Como formo parte de ella, escucho a muchas bandas y muchos músicos que comienzan en esto y me llena ver como lo intentan. No todo el mundo tiene potencial pero lo intentan. Les escucho cuando componen su primera canción en inglés y eso me recuerda a cuando yo compuse la primera mía. Se por lo que están pasando, se lo que piensan. Se visten como nosotros nos vestíamos en los 80. Eso me llena mucho.»
«Como te digo, yo vivo esto de una manera muy seria. Esto es mi vida. Tuve la suerte de crecer en los 80 y en medio de la New Wave of British Heavy Metal. Era una época de grandes bandas y grandes frontmen que posiblemente no volverá.»
Hoy en día la gente se queja de que el negocio está muy mal, de que no se venden discos y de que no hay espacio para las bandas nuevas. Tu viviste la debacle del heavy metal en los años 90, cuando de golpe el heavy metal dejó de interesar a las discográficas y el teléfono dejó de sonar. Comparando la época actual, teóricamente tan mala, y aquella época ¿cuál fue peor para tu opinión?
«Cuando el grunge se hizo grande en los años 90 fue difícil para muchos de nosotros incluso sobrevivir en el negocio. Hoy en día las ventas de discos no son las de los 80 o los 90, pero las cosas están mejor. Todo el mundo puede buscarse la vida y ya no dependemos tanto de los grandes sellos. Con internet, Facebook, Spotify o iTunes todo el mundo puede hacer llegar su música al público y conseguir fans y una carrera. La gran industria se ha hecho más pequeña, pero creo que hay que seguir la tendencia de los tiempos o echarse a un lado».
«Yo te lo puedo decir en primera persona: cuando el grunge subió, todo se fue al garete. Ningún promotor quería contratarte, no había festivales como ahora… En Europa aún podíamos sobrevivir pero en América las cosas estaban totalmente muertas.»
«Cuando Wacken puso en marcha su festival fue en 1990. La primera vez que yo toqué allí fue en 1993 y el metal era algo mínimo. La gente no hablaba de heavy metal siquiera. Cuando me llamaron para tocar me lancé a ello sin pensarlo. Cada año el festival fue creciendo y hoy en día es el monstruo que es. Cuando nadie se interesaba por el metal, ellos creyeron en esta música y hoy en día las cosas les están saliendo bien. Ahora he tocado tantas veces en Wacken que he perdido la cuenta (risas)».
«El primer festival tenía a 500 personas creo. Y mira en lo que se ha convertido ahora. Seguimos siendo amigos porque entienden el espíritu del metal y siguen creyendo en todo esto. En los 90 fue muy complicado salir adelante. Muchos amigos perdieron sus contratos discográficos, las compañías cerraron o se declararon insolventes y todo se murió de golpe.»
«Cuando en 1999 me llamaron y me ofrecieron una gira con Ronnie James Dio noté que las cosas estaban comenzando a cambiar. Hice todo lo que pude para estar en aquella gira porque, como sabes, girar cuesta mucho dinero. En los 80 y 90 las discográficas te daban «tour support» para ayudarte en los gastos de las giras, que ellos recuperaban vendiendo más discos en los territorios por los que tu pasabas. Eso ya no se estila hoy en día (risas). Hoy en día te lo financias todo por tu cuenta».
«Al final, en el año 2000 me metí en la gira de Dio e Yngwie Malmsteen y la gente me dijo que estaba loca. Yo sentí que no, que era lo correcto. Fue la gira más increíble de mi vida. Pude hacerme buena amiga de Ronnie y esa relación, esos recuerdos y esos conciertos me merecieron la pena. Al final de la gira, Ronnie me sacó al escenario para cantar con él, me rodeó con su brazo en el escenario y yo no me lo podía creer. Ese recuerdo, solo por ese recuerdo, merece la pena».
«La gira tuvo una gran asistencia de público y entradas agotadas en muchos sitios. Era el inicio del retorno del heavy metal pero nadie estaba seguro del todo. Hoy en día las cosas están mucho mejor».
¿Pagaste aquella gira de tu propio bolsillo?
«Si. Por supuesto. Conseguí algo de dinero, pero no era suficiente para pagar a la banda, la crew que llevábamos y el autocar de gira. Lo pagué de mi bolsillo y no me arrepiento. Como siempre tengo a la misma banda me gusta pagarle lo que creo que se merecen. Y también me gusta llevar un buen crew, no me gusta llevar a amigos de amigos para ahorrarme dinero y a cambio ofrecer un show peor o menos profesional. Me gusta trabajar con profesionales en las giras y eso cuesta dinero. Pero fue el dinero mejor invertido de mi vida».
Has tocado en España muchas veces y ahora actuarás en el Leyendas del Rock de Villena. ¿Qué es lo que más te gusta de tocar en festivales?
«Para mi todos los shows son sagrados. Da igual que sea grande o pequeño. Lo trato como si pudiese ser el último. Claro que me gusta que haya mucha gente, porque la atmósfera siempre es mejor. También ves a muchas bandas que son grandes amigos y que veo de festival en festival. La última vez en el Leyendas coincidí con Sabaton y algunas bandas alemanas y eso me gusta, me lo paso muy bien. Es como una pequeña familia. En el backstage te encuentras a mucha gente interesante, a promotores, a periodistas, a fotógrafos… todo el mundo está ahí para apoyar el festival y eso es inspirador. Es como una misión. Me gusta ver como todos trabajamos con la intención de hacer grande un evento y que la gente se vaya a casa feliz y contenta. Trato cada concierto como si fuese el último, te lo aseguro. Quiero que la gente lo recuerde toda su vida.»
«España es como mi segunda casa. Es un lugar muy apasionado y conecto mucho con los fans españoles. Cuando la gente te ve te come a besos, te dan regalos. Te dicen lo que les ha gustado y lo que no. Te hacen sentir como alguien realmente importante en sus vidas.»
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