La trágica historia de Ghost: la muerte de un hermano a cambio del éxito mundial
Son la historia de éxito más improbable del rock de las últimas dos décadas. Y detrás de ella, el siempre misterioso Tobias Forge siempre con un as bajo la manga. Aunque fuese la última carta de la que disponía.
Son las 15:00h de un sábado de mayo. El sentimiento es algo irreal. Estamos en las dependencias del backstage del Palau Olímpic de Badalona, en la periferia de Barcelona. Hemos quedado con Tobias Forge, líder de Ghost, para realizar una entrevista que teníamos pendiente. Entrar a un palacio de deportes a esas horas y escuchar el ruido de los técnicos trabajando y del trasiego generalizado antes de la apertura de puertas de un concierto había pasado a ser un recuerdo del pasado tras dos años y medio de pandemia. Nadie terminaba de tener claro si la gira se iba a llevar a cabo. Probablemente ni la banda, ni el promotor ni mucho menos un público acostumbrado a reestructuraciones de tours, aplazamientos y cancelaciones en masa.
De fondo, la edición de ‘Impera’, un disco espectacular que ha tenido mucho menos recorrido en el tiempo que ‘Prequelle’. Quizá por las circunstancias, quizá por la estrategia promocional del mismo, quizá porque las canciones han causado menos furor. Si ‘Meliora’ es nombrado, generalmente, como el gran disco de Ghost contra el que se deben juzgar todos los demás, ‘Impera’ no palidece pero no se puede recrear 2015 nuevamente. El factor sorpresa y la novedad han desaparecido para dar paso a una banda que ha asentado su estilo, su estética y su mensaje con dos discos comercialmente exitosos pero que han alienado a algunos fans más recalcitrantes por el camino. Como siempre sucede. Hay gente para la que “And Justice for All” siempre será mejor que el “Black Album” de Metallica, aunque objetivamente el “Black Album” haya alcanzado a penetrar el imaginario colectivo con mucha más fuerza.
Y con ‘Impera’ llegó el “Imperatour”, un refrito escénico de la gira de ‘Prequelle’ que, sin duda, fue recibido como agua de mayo por un público sediento de shows en directo -aún más de grandes shows de arena con espectáculo y entretenimiento a partes iguales. Del mismo modo que las anteriores actuaciones en España llegaron con ‘Prequelle’ muy rodado, en éste caso nuestro país recibió a Ghost escasas semanas después de elevar hasta la primera posición en las listas el nuevo disco, lo cuál debería haber sido garantía de éxito. Pero el miedo al contagio todavía era latente y la gira no sumó los números esperados, lamentablemente.
En esa sobremesa de sábado, de todos modos, la sensación era de extrañeza. Ghost, una producción escénica, gente, luces, sin mascarillas… Se trata de la primera gira de metal con cierta altura que visita Barcelona desde que todo estalló. Apenas un tour de Dream Theater (con algún show en España cancelado), un tour de clubs de Ross the Boss, otro de Firewind y la gira de Skunk Anasie se habían mantenido en pie en los primeros meses del año. Y con Ghost todo cambió: a partir de ahí, llegó todo lo demás: desde Bad Religion a Kiss, pasando por Iron Maiden.
“Ésta gira se cerró hace un año” explica Forge en una sala del backstage del palacio. El espacio, dedicado al ensayo y a la práctica de los miembros de la banda, tiene montado un kit de batería electrónico y algunos pequeños amplificadores. De fondo, una gigantesca bandera con el lema “Hail Satan” nos hace pensar que o bien Ghost tienen sentido del humor o son efectivamente adoradores del maligno.
“Hace un año todo el mundo pensaba que todas las bandas del planeta estarían girando en éste momento” explica el músico. “Lo que hemos visto es que la mayoría de bandas, a día de hoy, siguen evitando las giras. Siguen esperando a que los planetas se alineen y que todo vuelva a ‘la normalidad’, siendo la normalidad el dinero que ganaban anteriormente. Ese es el problema”.
“Las bandas se están quedando en casa porque están acostumbrados a girar de una determinada manera. Quizá el grupo está compuesto por cuatro personas que no se soportan y cada uno necesita un bus de gira por separado. Ahora que todo está más complicado se les sugiere viajar en un solo bus y los miembros del grupo se oponen frontalmente y prefieren quedarse en casa”.
“Nosotros dijimos ‘vamos a hacerlo’. Salvo que nos cerrasen los recintos y se paralizase todo a nivel gubernamental una vez más, ésta gira iba a salir adelante” elabora el líder de Ghost. “Mis managers y yo creemos que es importante para Ghost mostrar que estamos ahí. Que las otras bandas sigan diciendo que no es seguro girar no quiere decir que no sea seguro, sino que no les están pagando lo que piden o no están ganando lo que piden. Esa es la realidad dolorosa. Me sabe mal lanzarles contra las cuerdas, pero es la realidad. El mensaje que ofrecen las bandas que siguen cancelando y aplazando giras es que no es seguro salir ahí fuera y juntarse en recintos cerrados. Eso hace que la gente todavía tenga mas ansiedad a la hora de encontrarse en grandes grupos de personas como puede suceder en un concierto”.
“Es irresponsable” dice con cierto enfado. “Entiendo a la gente que ha sufrido con todo esto pero uno de los grandes dramas de todo esto es que hemos creado una enorme paranoia a tocarnos los unos a los otros, a estar juntos… nos estamos culpando unos a otros según el grado de ‘seguridad’ o ‘concienciación’ que percibimos los unos en lo otros…y eso no es algo bueno para la sociedad. Sé que las bandas no toman esas decisiones para polarizar a sus fans sino que intentan gestionar inteligentemente sus carreras. Pero creo que es importante para todos salir ahí fuera y recuperar la normalidad”.
El riesgo asumido era especialmente alto teniendo en cuenta el poco margen para promoción que había tenido ‘Impera’. Apenas pasaron seis semanas desde que el disco se anunció hasta que salió a la calle, seguido poco después del tour. Pero Forge llevaba demasiado tiempo planificando el siguiente paso como para quedarse quieto otra temporada más, aunque el parón de la pandemia no fuese especialmente duro para él.
“Para mí fue algo positivo”, se aventura a decir. “Claro que me atemorizaba el estado del mundo en ese momento y lo que estaba sucediendo a gran escala, pero para mí a nivel personal no fue nada malo. Llevaba diez años de gira”, reflexiona. Desde que Ghost arrancaron a gran escala en 2010 y comenzaron a protagonizar festivales en todo el mundo, la agenda de la banda había sido muy exigente, empalmando tours con grabaciones, nuevos tours, edición de Ep’s y más tours. En parte, el crecimiento de la banda en Estados Unidos ha venido dada por la intensidad y la fiereza con la que los suecos han atacado aquel vasto territorio.
Pero tras acabar la gira europea de ‘Prequelle’ en diciembre de 2019 y salvo un concierto en México donde el Cardinal Copia fue ascendido a la categoría de Papa Emeritus IV, Ghost se habían mantenido fuera de vista durante los dos años de pandemia, hasta que volvieron a la carretera en USA junto a Volbeat en enero de 2022 con el nuevo disco en el horizonte.
“El plan en aquel momento era acabar la gira en México, volver al estudio, grabar otro disco y salir de gira otra vez. Cuando quedó claro que las cosas no iban a salir de la manera prevista decidí que aprovecharía la oportunidad para trabajar en el disco con un ritmo muy distinto” explica Forge. “Tuve tiempo para estar en casa y pude ver como todo el mundo, también otras bandas, estaban estresados y pasándolo mal. Bandas que estaban en la misma posición que yo, sin trabajo y sin más remedio que quedarse en casa durante un lapso de tiempo indeterminado”.
“No quiero olvidarme de quienes han sufrido durante este periodo, tanto emocionalmente como económicamente” asegura. “No obstante considero que muchos se pusieron (o fueron puestos) en posiciones donde se dieron cuenta de que quizá estaban casados con alguien con quien no querían estar casados. O vivían en un lugar en el que realmente no querían vivir. Todo ese tipo de situaciones en las que no te apetece estar. Por eso hubo un incremento desmedido de los divorcios después de todo esto: hay mucha gente que no tiene inconveniente en compartir su vida mientras no se vean demasiado. Y de golpe te encuentras en una situación donde estresas tu relación y saltan las costuras. Por suerte, aunque yo ya lo sabía de antes, pude disfrutar de un año maravilloso, pude pasar mucho tiempo con mis hijos y pude recuperar cosas que echaba de menos porque llevaba mucho tiempo ausente. Para mí ha sido una buena época” asegura el músico.
La pandemia, según Forge, no afectado demasiado a la lírica del disco. “La afectación ha sido práctica, en lo que a la confección del disco se refiere y los tiempos que hemos tenido para hacerlo”, indica. “Ha sido una afectación positiva. Hemos tenido más tiempo para hacerlo todo”.
“La parte más crítica en la que nos ha afectado el Covid ha sido en el timing del disco. Una vez estaba hecho la duda era ¿cuándo lo editamos? ¿Cuándo empezamos a girar?”
El ascenso y la importancia de crear comunidad
El ascenso de Ghost fue rápido, aunque no meteórico. En la escena del metal no está permitido subir con demasiada velocidad: hay que ganar credibilidad tocando en antros, chupando la parte baja de los carteles y teloneando a teloneros. Si una banda sube demasiado rápido se asume que es un producto. Que Ghost -después de doce años de carrera- estén actuando en grandes recintos sigue siendo percibido por una cierta parte de la comunidad como una muestra de poca integridad. En doce años, Metallica habían pasado de “Kill’em All” a “Load”. Iron Maiden habían pasado de “The Number of the Beast” a despedirse de Bruce Dickinson como vocalista. Kiss habían pasado de su primer disco a quitarse el maquillaje y tocar AOR comercial. Pero ahora parece que doce años son un tiempo breve, una nimiedad.
Después de varios años actuando en festivales, no fue hasta el año 2015 que Ghost actuaron en La Riviera (Madrid) y Apolo (Barcelona) ante una cantidad de público que rozaba el Sold-out. Tras eso, llegarían sucesivas giras en una mezcla de salas y grandes recintos (el “Popestar Tour” de 2017) y ya directamente en arenas de tamaño medio dentro del tour de ‘Prequelle’ (2019). Tocaba ahora dar el salto a arenas más grandes (el Palau de Badalona alberga el doble que el Sant Jordi Club) pero el momento quizá no era el idóneo. No obstante, sí lo ha sido en el resto de Europa, donde la banda ha actuado en grandes recintos, incluso coronándose en el Wembley Arena de Londres. ¿Cómo se llega del punto A al punto B?
“Determinación y fe” asegura Forge. “Otro factor importante es, volviendo a lo que te decía, establecer esa fe entre tus seguidores. Que sepan que si vienen a ver a la banda van a ver el pack completo, sea donde sea. Aquello de lo que la gente ha oído hablar”.
“Es algo que no es preocupante para las bandas que no tienen un gran gimmick alrededor. Bandas como Pearl Jam, que tienen un escenario con una batería y unos amplificadores. Pearl Jam podrían subir al escenario sin luces, solo con las luces del recinto encendidas, y harían un conciertazo. Recibirías la experiencia completa de Pearl Jam, sin excepción. Es como Bruce Springsteen. Puede tocar en una plaza de pueblo y nada cambia. Pero si eres Rammstein necesitas que tu show sea tal y como la gente espera. Si comienzas a quitar elementos para ahorrar dinero y tocar en mercados que no pueden pagar lo que necesitas para hacer tu show, la experiencia pierde calidad. Pero nosotros estamos determinados a ir a esos mercados todas las veces que podamos para mostrarle a la gente que, si vienes a vernos, recibes el show que esperabas”.
Del mismo modo que el aspecto escénico fue clave para que Ghost se alzasen como “banda-que-hay-que-ver-alguna-vez-en-directo”, también lo ha sido su afán por crear una comunidad, un culto. Al principio más reducido y, progresivamente, más amplio.
“Fueron los fans” asegura el músico. “Ellos crearon esa manera de relacionarse. Yo no decidí tener una base de fans predominantemente blanca, humanística y con ganas de crear una comunidad y ser positivos acerca del mensaje de la banda. Esto lo hicieron ellos”.
Pero desde hace lustros, Ghost se dirigen a los fans en redes de una manera muy determinada, haciéndoles sentir partícipes de algo superior, una comunidad, un grupo de gente. “Children of Barcelona” escribirían al día siguiente, para luego agradecer su asistencia al show. El emisor del mensaje, referido como “the clergy”, el clero, siempre se ha mantenido estable. Una tontería, quizá, que no es tan tontería. Si para Manowar sus fans eran “brothers of metal”, para Ghost son sus “children of” la ciudad que sea.
“Del mismo modo que los fans de Manowar -o los propios Manowar- usan sus lemas y símbolos, nosotros también lo hacemos”, detalla Forge. “Todos venimos de la comunidad del metal donde crear esa mentalidad de manada y generar un simbolismo es importante para que la gente se identifique con el grupo. Esa es la manera en que hemos aprendido a movernos en esta escena. Cuando pusimos Ghost en marcha, las piedras angulares no eran solo la música y el aspecto estético del grupo sino la manera en que íbamos a formular nuestro mensaje, cómo íbamos a hacer la promoción y todos esos detalles”.
“Yo soy un fan de ésta música: colecciono camisetas, colecciono discos, he sido un fan del rock desde que tengo uso de razón. Hago cosas que encontraría interesantes si fuese un fan. Creo el material de Ghost de la manera en que a mí me gustaría encontrar el material de otras bandas que admiro. Eso hace que la gente se sienta identificada con esa manifestación rica en simbolismo de tu arte”.
El conflicto como propulsor
Cuando se avecinaba el lanzamiento de ‘Prequelle’, Forge se vio involucrado en una agria batalla legal con músicos que habían formado parte de la banda y que reclamaban a Forge su parte de los beneficios. Forge sostenía que ellos nunca habían sido parte del grupo en términos económicos y que Ghost era su banda y ellos eran músicos a sueldo. El procedimiento forzó la revelación de la identidad de Tobias, hasta aquel momento sospechada pero nunca confirmada, terminando así con uno de los secretos que envolvían en un halo de misterio a la banda. La puesta a disposición del público de todos los detalles del grupo fue un agravio que Forge supo usar a su favor. Y a la vista está que, desde entonces, Ghost son más populares que nunca antes.
“El resultado quizá habría sido mejor para ellos si no hubiesen hecho aquello. Pero ya pasó y no deja de ser parte de mi historia. Aquello me puso en la estantería junto a todos los otros músicos que han tenido batallas judiciales”, sonríe Forge.
“Tengo un amigo que bromeaba al respecto. Alguien que lleva muchos años en el negocio. Y él me decía ‘no has triunfado de verdad como músico hasta que no acabas por primera vez en los juzgados’” ríe. Ahora me lo puedo tomar a broma pero es cierto que, antes o después, todos pasamos por ese tipo de situaciones. Pero está bien. Y sí, me motivó a pelear más fuerte para llegar donde quería llegar. Si quisiera ser un tío superpositivo lo analizaría de ese modo”.
“Mi ambición por convertir a esta banda en algo grande estaba ahí antes de eso pero, en efecto, cuando te arrinconan… Cuando tienes algo que es valioso para ti, como una relación, una banda o el momentum de una banda y sientes que te lo intentan arrebatar o discutir, es entonces cuando queda claro lo importante que es para ti” reflexiona. “En éste caso estaba claro que había hecho tantas cosas más que esos músicos que… de hecho, dos de ellos sólo habían estado en la banda durante un año. Era para reírse. Ninguno de ellos había estado en la banda con el primer disco siquiera. No era una cuestión de legalidad, sino una venganza por parte de ellos. Querían joder las cosas y lo hicieron en la medida en que pudieron”.
La historia de Ghost va, según Forge “sobre poder y energía”. Fue en 2008 que Forge grabó tres canciones a lo largo de un fin de semana en un estudio sueco junto al bajista de Repugnant, Gustaf Lindström. Los temas, “Prime Mover”, “Stand by Him” y “Death Knell” tenían un halo que ningún otro grupo del momento tenía. Mientras Tobias intentaba encontrar el camino adecuado para su vida -compatibilizando su sueño de tener una gran banda de rock y la necesidad de alimentar a una familia- decidió subir las canciones a un perfil de MySpace. Tras eso se fue a ensayar un rato con Repugnant, a visitar a su madre y abrió su ordenador para ver como, inesperadamente, su perfil de MySpace estaba ardiendo de visitas. Y justo en ese momento, su madre fue a responder el teléfono y se quedó sin habla. El hermano mayor de Tobias, su ídolo, unos de sus pilares, había muerto súbitamente.
“Mucha de la energía que hizo que todo esto sucediese la atribuyo a la muerte de mi hermano”, explica Forge en esa lúgubre sala de ensayo ad-hoc en el Palau Olímpic de Badalona. “Cuando murió sentí que había recibido un chute masivo de energía para moverme. Si eres un surfista y ves una ola gigante puedes escoger subirte en ella o no, pero la ola viene hacia ti. Fue algo tan instantáneo…”.
“Colgamos las primeras canciones en MySpace un día de marzo de 2010 y esa misma noche, mi hermano murió. Y a partir de ahí, todo comenzó. El interés en Ghost.En una semana teníamos un contrato con Rise Above Records. Pasamos de diez oyentes a dos mil”.
“Nunca había estado en una banda que tuviese un éxito tan instantáneo. Todo me había llevado tiempo, siempre. Pero aquello fue de 0 a 100 en un momento y todo comenzó la misma noche en que murió”, recuerda. Hasta entonces, Forge había pasado por varias bandas sin pena ni gloria, notando como su tiempo comenzaba a agotarse, rondando los 30 años y con una familia de la que cuidar.
“Por eso digo que, aunque en aquel momento fue un acontecimiento muy negativo en mi vida, las cosas nunca son blancas o negras. Todo depende de la fuerza, la energía y el movimiento que te rodea. Mi carrera con Ghost siempre ha estado impulsada por euforia y tragedia, del mismo modo que con el proceso judicial pasé por un momento ‘trágico’ que luego desató la euforia. Así se mueven las cosas, así son las cosas”.
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