Steve Hackett: el incansable caballero andante del rock progresivo
El ex Genesis Steve Hackett es seguramente el guitarrista más prolífico del prog rock. Mientras congéneres como David Gilmour se toman la indecente cantidad de diez años entre un disco y otro (como si le sobrase el tiempo…), Hackett parece tremendamente cómodo con su labor de portador de la bandera del prog rock de los 70.
Si bien sus giras tocando los clásicos de Genesis son un valor añadido que le aporta una notoriedad y una cantidad de público muy considerables, lo cierto es que sus nuevos trabajos de estudio siguen vendiendo cantidades muy dignas considerando el punto de la historia de la industria discográfica en el que nos encontramos.
«Creo que hubo una época en que la gente componía una tremenda cantidad de música con cierta rapidez, tanto en el rock and roll como en la música clásica, así que para mi este ritmo no me parece tan rápido realmente” explica Hackett telefónicamente desde su casa en el Reino Unido. “Creo que si tienes pasión hacia el medio en el que desarrollas tu arte, trabajar de manera constante es una progresión natural y necesaria. Me gusta producir discos, me gusta generar música. Es algo que es perfecto para mí».
Steve Hackett ha editado el esperado “At the Edge of Light”, un tour de force por sonidos étnicos (“Shadow and Flame”), cinemáticos (“Those Golden Wings”, “Descent”) y abiertamente proggies (“Under the Eye of the Sun”). Llega ni dos años después del aclamado “The Night Siren” con el que volvió a reforzar su posición como máster de un género que no solo vive de Steven Wilson y Dream Theater. La visión de Hackett, clásica pero vanguardista, es única y está repleta de pinceladas sónicas de otras culturas que la hacen tremendamente especial.
«Recuerdo tener una conversación con Phil Collins cuando entré en Genesis en 1971», rememora el guitarrista. «Me dijo que estábamos destinados a influenciarnos el uno al otro y no sabía entender a qué se refería exactamente. Hasta entonces tan solo había trabajado en soledad y no sabía bien qué quería decir. El caso es que tenía razón: terminamos influenciándonos mutuamente de una manera innegable. Él pedía una cosa, yo pedía otra y nos encontrábamos por el camino haciendo una música que era experimental y rompedora para su época.
Todo lo que puedes hacer es escuchar a la gente: una gran cantidad de música sale de hablar con la gente e intercambiar ideas. Hoy en día colaboro mucho con mi esposa Jo y con Roger King, mi productor, además de los músicos que hacen posibles los discos». También ha colaborado en tiempos recientes con Djabe, el combo hungaro de jazz/fusión, además de con Kobi Farhi de Orphaned Land demostrando que su apetito por fundir y amalgamar músicas no esta saciado.
De Genesis a su carrera en solitario
Acostumbrado a tocar muchos de los clásicos de Genesis en directo (en 2017 llenó hasta los bordes el Liceu barcelonés con un set especial de clásicos de Genesis intercalado con selecciones de “The Night Siren”) se hace curioso como estructura en su cerebro el afable Steve Hackett las composiciones nuevas.
«Creo que lo más difícil para mí es ensayar para tocar en directo cosas que ya he hecho en el estudio», revela. «Eso es algo difícil para mí, el trabajo de memorización. Por suerte es una cosa que pasa rápido. Una vez el set está en marcha y la banda lo lleva con soltura, lo peor ya ha pasado. Es un sentimiento de plenitud tremendo. Es un sentimiento de plenitud similar al de cuando tocas discos favoritos del público como ‘Selling England By The Pound’ o ‘Spectral Mornings’, algo que haré el año que viene junto con una selección de temas de este nuevo disco. Tocaré esos dos discos enteros más algunas de las nuevas, que también me encantan. Es un reto pero los pros siempre son mayores que los contras. Soy de los que suelen ver el vaso medio lleno».
La gira, donde Hackett interpretará dos discos míticos para cualquier fan del rock progresivo, tendrá lugar en Europa, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido. El guitarrista pasará la mayor parte de 2019 en la carretera a la edad de sesenta y nueve años. Con un total de 78 actuaciones programadas pondrá a prueba la capacidad de resistencia del casi septuagenario.
«La aventura siempre está ahí, toque lo que toque», reflexiona. «Disfruto mucho tocando los temas de Genesis en directo de nuevo porque solo toco aquello que más me gusta de mi paso por la banda y además hay mucho de lo que estar orgulloso. Mi material en solitario ha sido construido por muchas personas. Se le llama disco en solitario pero detrás siempre hay una banda diferente en cada ocasión y no debemos olvidarnos de eso. Mi banda actual no tiene nada que ver con la que me acompañaba en los 70 pero los músicos que tengo siempre son músicos con un nivel altísimo».
Estructuras geológicas como inspiración
La banda de acompañamiento de Hackett en estudio está formada por nombres de la talla de Nick D’Virgilio, Simon Philipps, Jonas Reingold, Rob Townsend e incluso su propio hermano John Hackett a la flauta. Para los fans de Pink Floyd será una sorpresa ver como las coristas Durga y Lorelei McBroom, que acompañaron a la banda británica en sus giras de los 80 y 90, vuelven a la palestra acompañando en esta ocasión al ex Genesis. 18 meses de intenso trabajo que han incluido también a la esposa de Hackett, con quien colabora habitualmente en la creación de letras. De esa colaboración apareció uno de los temas más curiosos del disco, la colorista “Under the Eyes of the Sun”.
«Mi esposa y yo a menudo componemos letras conjuntamente», explica. «Pensamos que debíamos hacer una letra sobre las magníficas estructuras rocosas que crea la naturaleza en todo el mundo. Le dije que claro, que sí, pero que lo complicado era que hablábamos de cosas estáticas y que quizá teníamos que tratar el aspecto de su creación, que se remonta a milenios atrás. Con esa perspectiva podemos hablar de algo que ha sido creado por el viento, la lluvia y la erosión. Si pudieses ver una película de ello sería espectacular. Son las esculturas supremas».
La canción tiene un ritmo que contrasta con la velocidad a la que se construyen estas estructuras», prosigue. «Funciona, un poco, como si se tratase de un time-lapse. Claro que no puedes tener un time-lapse de millones de años pero te puedes hacer una idea de cómo habría sido. Puedes imaginar los océanos yendo y viniendo, la erosión haciendo su función…ese es el espíritu de la canción: celebrar estas magníficas estructuras que existen en todas partes del planeta y que, cuando las miras, parecen todas salidas del mismo lugar. Estés mirando el Monument Valley en América, o el Uluru australiano…todo ha sido concebido de la misma manera y parece que sea el mismo lugar, pero todas son diferentes entre sí».
Frente a las estructuras que ha llevado millones de años perfilar por la propia naturaleza ¿cómo lleva Hackett la inmediatez de los tiempos actuales y de la generación millenial?
“Pienso que trabajo con más celeridad hoy en día que en el pasado”, afirma. “Creo que has de ser más confiado con tus ideas e interactuar con la tecnología para poder imaginar otras cosas. Es una herramienta que no deja de mejorar, que no deja de flexibilizarse y de generar un alcance más amplio. Por otra parte, también me gusta trabajar con personas reales, personas que tienen la pasión necesaria para usar su imaginación. El cerebro humano es una tecnología que tampoco cesa de mejorar.
Creo que hoy en día todo el mundo tiene la oportunidad de tener su propio estudio. Tu estudio es tu pantalla de ordenador. No hay manera más flexible de trabajar. No necesitas un espacio, puedes crear un espacio artificial y trabajar en él». Hackett no es un gran purista de los amplificadores, en comparación con algunos de sus coetáneos. “A veces uso amplificadores de verdad o a veces trabajo con amp modelling”, explica. “Estamos en el mundo virtual y soy un tipo pragmático. A veces trabajo con el hombre y en ocasiones con la máquina. A veces, con los dos a la vez”.
Hackett hace un apunte: “Hablo de ‘el hombre’ de manera genérica. Las mujeres han sido muy importantes en este último disco. Tenemos a una gran selección de mujeres que participan, especialmente las hermanas McBroom que han trabajado como coristas”. También ha participado en el disco la interprete Shima, quien ha usado un sitar real para algunas canciones del disco.
Sobre la nueva gira mundial, Hackett mantiene un nivel de exigencia inusual. “La idea es que los conciertos duren dos horas y media” revela, no sin explicar que no se trata de una cuestión baladí elegida de manera arbitraria. “No me gusta tocar más de dos horas y media porque entonces la banda comienza a no estar al nivel exigible. Se hunden por debajo del nivel de las expectativas”, incide. El éxito sigue de su lado en las ventas y en las giras, un testamento hacia la férrea fidelidad de un público tan aparentemente invisible como el de la música progresiva.
«Lo que ha pasado es que a lo largo de los últimos diez años mis discos han ido vendiendo cada vez más y eso me ha permitido incluso conseguir algún que otro disco de oro. Estoy en una posición única en la que puedo tocar el material clásico de Genesis y algunos de los nuevos hits. Es una buena manera de unir la gloria del pasado y la experimentación actual ante el público», comenta.
«Creo que el público para el que toco está bastante enterado de lo que hago aunque siempre habrá el fan de Genesis que no ha querido ir más allá respecto a mi carrera en solitario. Todos buscamos un público para nuestra nueva música porque siempre estamos intentando reinventar la rueda. Es la naturaleza del compositor. Compones cosas nuevas, artículos de lujo, y los intentas convertir en una necesidad para el público». La gira de Steve Hackett no tiene, por el momento, fechas en España. “At the Edge of Light” se editó el pasado 25 de enero a través de InsideOut Music.
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