Status Quo, la Reina de Inglaterra y un enorme excremento de caballo
Después de cincuenta años, uno puede pensar que Status Quo es una banda acabada, sin nada que ofrecer. Pero mientras la banda se prepara para editar un nuevo disco de estudio el año que viene y celebra su 50 aniversario en activo, el grupo no deja de girar.
Su concierto en el primer Ciudadela Tierra de Rock de Pamplona les verá compartiendo cartel con bandas como Uriah Heep o Kadavar, la nueva y la vieja sabia del rock duro entendido de la manera más tradicional. Este sábado 16 de junio es un buen día para recordar por qué Status Quo son una leyenda, aunque para el propio Francis Rossi todo sea como un día más en la oficina.
Después de cincuenta años tocando alrededor del mundo con Status Quo, imagino que el show del Ciudadela de Rock en Pamplona es, simplemente, otro show más.
Tiene que serlo. Tiene que ser así. A la vez, cada concierto es importante. Cuando la gente me pregunta si estoy con ganas de tocar en este o aquel festival siempre respondo que tengo las mismas ganas que las de tocar en cualquier otro lugar. Cada concierto es igual de importante y cada concierto es un show más. Si hiciese que un show fuese más importante que otro estaría muy tenso o la banda estaría muy tensa. Has de vivirlo todo con la mayor normalidad del mundo. Si cada día te estresas porque este o aquel show es especial, te jode vivo. Es un show más, pero es un show importante. Todos lo son. Y además, podré comer tapas. Eso siempre está bien.
Se que vienes solo por eso.
Eso es. No vengo por el sol ni por el clima, vengo por las tapas y la comida en general. Además, la gente en España es muy entusiasta a la hora de apreciar las canciones y lo que hacemos sobre el escenario. Los españoles y los franceses responden con todas las canciones, no solo con los grandes hits. La mayoría de público responde con los hits, como es lógico, pero en España y Francia la gente responde con todas las canciones y eso es de agradecer. Los escandinavos simplemente se emborrachan. O solían hacerlo (risas).
Status Quo ha tocado en todas las ciudades y festivales concebibles a lo largo de este tiempo. ¿Como evitas el tedio y pensar que es simplemente ‘otro día más en la oficina’?
Que sea otro día más en la oficina no quiere decir que no estés haciendo tu trabajo lo mejor que puedes. La gente piensa que está siendo tedioso pero es sencillamente el trabajo que realizas y esa es la realidad. A veces, músicos de mi edad se dejan llevar demasiado por lo que dice la prensa o por lo que dice su jefe de prensa. No podemos leer y creernos todo lo que aparece. Se llama show business porque es una cosa que la gente se imagina de un modo determinado y no puedes cumplir las expectativas de todo el mundo. Solo puedes hacerlo lo mejor que puedes y disfrutar en el proceso.
La opinión de los medios y las redes sociales
¿Sueles leer las crónicas de los shows el día después?
No, nunca. Está bien que la gente hable de la banda y supone promoción y todo eso pero no suelo leer. La última vez que estuve en Tenerife estaba desayunando y en el diario local salía una foto nuestra y si, siempre te hace gracia pero ya está. No puedes tomar todo eso muy en serio.
Aprendí hace mucho tiempo que no puedes hacer caso a las reseñas o las crónicas. Lo aprendí en los años 70 leyendo una crónica de un show de Led Zeppelin que hacía hincapié en lo horrible que había sido el concierto. En el mismo día, en el mismo recinto, otra crónica hablaba de lo magníficos que habían sido Led Zeppelin. En ese momento aprendí que no eres tan fantástico ni eres tan malo. Si lees crónicas buenas, tienes que leer las malas. Todo el mundo probablemente tiene algo de razón en sus argumentaciones. Si no te gustan Status Quo, da igual que hayamos hecho el mejor concierto de la historia de todas las bandas, porque habrá sido una real mierda para ti. Así que, por ello, no leo crónicas. Van bien, son promoción, ese es el aspecto de negocio por así decirlo, pero estamos hablando del show business. El show business es algo que no es real. La gente no es tan fantástica como todo el mundo piensa que es. Es una ficción. Es como cuando se supo que Elvis había muerto en un baño. La gente dice “¿como puede haber muerto en un baño? No puede ser humano!”. Si, lo era. Como todos. Desafortunadamente.
Mi trabajo como cronista es absolutamente inútil en la era de las redes sociales, donde todo el mundo tiene una voz y todo el mundo puede ser leído. ¿Como vive un músico veterano esta diversidad de opiniones tan instantánea?
Creo que es una de las cosas que están mal en el mundo actual, hablando en general. Siempre hay un yin y un yang para todo, claro. Cuando éramos jóvenes pensábamos en cómo iba a ser el futuro. Pensábamos que íbamos a tener una gran televisión, geniales películas. Ahora lo tenemos todo. Todo el mundo lo tiene todo. Todo el mundo quiere comunicar todo lo que hace. La gente publica si ha ido al baño esta mañana del mismo modo que si tuvieron un hijo ayer. Hace un tiempo, un pariente tuvo un pequeño accidente y se cayó en el jardín y se rompió el brazo y lo primero que hizo fue ponerlo en su twitter o lo que sea. Todo el mundo quiere esos pequeños momentos de fama y notoriedad. Yo no puedo hacer eso. No quiero fotos mías de ese tipo dando vueltas por ahí.
Hace poco hice algunos de esos conciertos bajo el lema Rock Meets Classic y siempre le dije a alguien de un medio que mi mejor aspecto es cuando estoy vestido, en una habitación oscura, sin mis gafas, desde atrás. El tío me hizo una foto de espaldas y me encantó! Es la primera vez que me llevo una foto a casa (risas).
La idea de que todo el mundo quiere ese momento de notoriedad me parece extraña. Sobre las crónicas y reviews… cada día hay cientos de personas hablando sobre lo que hicimos sobre un escenario la noche antes. Tu trabajo, como periodista, se vuelve menos especial. Del mismo modo, a medida que no dejan de aparecer bandas, el hecho de crear música se vuelve menos especial. No es como en los años 70 cuando la música era más difícil de conseguir y eso la hacía más especial. Todo está tan disponible en la actualidad que no tiene ningún valor.
Estaba en el bus de gira hace poco y en el sistema de TV que hay tienes cientos de películas, cientos de series, cientos de todo. La idea de que algo es especial viene dada por su escasez o por la dificultad a la hora de conseguirlo. Que algo esté muy disponible hace que su valor disminuya. Todo está disponible ahora. Creo que mi generación nunca imaginó que esto iba a pasar. Cuando llegaba a casa en los 60 o los 70 y daban una película en la tele, veíamos esa película. Podía gustar, ser buena o mala o una mierda. Pero la veías. Ahora puedo ver todas las películas del mundo y eso creo que hace nuestras vidas menos especiales.
Hemos pasado de una cultura de escasez a una cultura del exceso.
Eso es. Lo que significa para la sociedad…no tengo ni idea. No se hacia donde vamos. Durante años queríamos alimentar al tercer mundo y los mirábamos con penita, como haciéndoles un favor. Pero si les observas, ellos parecen más felices que nosotros. Cuando pienso en la Gran Bretaña de los años 50, la de la posguerra, pienso que era una época en la que no teníamos nada y nos parecía fabuloso. Inglaterra quiere abandonar Europa para volver a donde estaba…lo cual me parece tremendamente inocente. La gente quiere volver a la época en la que su coche se paraba. Cuando girábamos no sabíamos si llegaríamos a casa porque nos quedábamos sin gasolina y las gasolineras no abrían todo el día. De algún modo, eso hacía las cosas más especiales. Las cosas no pintan demasiado bien para las próximas generaciones y su sensación de satisfacción en la vida. Cuando éramos jóvenes aspirábamos a conseguir el mejor coche, la mejor casa y los mejores muebles, pero empezábamos por el coche barato y los muebles baratos, de modo que seguíamos aspirando a algo. Ahora todo el mundo tiene lo mejor de todo. Todo el mundo tiene un buen coche, un buen teléfono móvil… ¿Puedes oírme?
Si, si.
Es que estoy pasando por un túnel. ¿Ves? Esto es la vida moderna. Estoy bajo la tierra, en un túnel, hablando por un cacharro que no tiene cables (risas).
¿Como afecta todo esto a la reacción del público en un concierto de Status Quo en el año 2018? ¿Está todo el mundo más disperso con sus teléfonos móviles y sus cosas y prestan menos atención a lo que pasa en el escenario?
Recuerdo que en los años 70 el público era más entusiasta, la gente mostraba su aprecio de una manera mucho más decidida. No se si es por las drogas que la gente tomaba por entonces, pero el público era más agresivo, más ruidoso, más involucrado. Por otra parte, ahora tienes festivales con cientos de bandas, durante varios días, sin un respiro. Es complicado imaginar que una banda actual vaya a durar lo que nosotros hemos durado cuando todo el mundo está instalado en la cultura del más, más, más. ¿Hasta llegar a qué? ¿Hasta que el perro vomite? Ya sabes, cuando el perro come y come y come por gula y al final acaba vomitando. Pues quizá es eso lo que acaba pasando. No sueno muy positivo ¿no?
Puedo entender eso también, aunque tengo que equilibrarlo con el hecho de que tengo un teléfono de 300 libras con toda la música del mundo en él y con toda la música que voy componiendo en él y que además me facilita compartir esa música con otras personas. El problema, lo frustrante, es que por cada avance sustancial en la tecnología va a haber un contrapunto negativo. Cuando era joven, si alguien me decía si quería ir al cine yo le preguntaba a mi padre. El me decía que no. Yo decía mierda. Ahí quedaba el tema. Ahora todos tenemos decisiones que tomar constantemente y eso es extenuante. Me encantaría que todo el mundo estuviese de acuerdo en todo y el mundo fuese un lugar aburrido donde la gente se salude apaciblemente y se lleve bien. Ahora todo el mundo está en desacuerdo continuamente, todo el mundo expresa su opinión, ah… Dios, dame otra pregunta.
Gira como speaker y nuevo disco de Status Quo
(Risas) Vas a hacer una gira como speaker el año que viene, titulada “I Talk Too Much” (hablo demasiado). ¿Es una manera de ser honesto contigo mismo?
Es algo que pienso cuando hago entrevistas, especialmente cuando voy a Londres y me paso todo un día haciendo entrevistas. La personas de promoción siempre le dicen al periodista ‘asegúrate de que le haces tus preguntas a Francis, al menos un par’. Lo dicen porque tengo tendencia a hablar y hablar. Me gusta hablar con la gente y cuanto más mayor me hago, más me gusta. Por ejemplo, ahora estoy disfrutando hablando contigo, porque tenemos un pensamiento similar, en este caso el rumbo de nuestra sociedad y todo esto. No me gusta ponerme al teléfono y comerte la cabeza explicándote que Status Quo son fantásticos y que vengas a ver mi concierto.
Para eso hay carteles en algún sitio anunciando el concierto.
Eso es. La gente que nos lleva la prensa y la discográfica se frustran mucho conmigo porque no hago el discurso para vender cosas. Creo que, en cierta manera, ya lo estoy haciendo por el mero hecho de estar haciendo las entrevistas, no hace falta que le recuerde constantemente a la gente que estoy en una banda y que tocaremos pronto en su ciudad. ¿Qué sentido tiene que te diga ‘hey, somos Status Quo, ven a vernos, tenemos hombres musculosos sobre el escenario, lesbianas besándose y muchas más cosas, ven a vernos’? No, somos Status Quo. Tocamos en directo. Ya está. Nuestro negocio se ha vuelto tan desproporcionado, con producciones tan enormes, que las cosas no van hacia ninguna parte. Es el exceso por el exceso. A menudo pienso en hacer una gira con tres lamparas en el escenario y que simplemente al salir al escenario, yo mismo las encienda y al acabar el concierto las apague. Es más, creo que en algún momento de los 70 vi a Led Zeppelin tocando en el Vorst Forst National de Bruselas con tres luces blancas sobre el escenario y eso era todo. No había humo, ni luces bonitas. Soy consciente de lo bonitas que quedan las luces en el escenario y lo guapos que nos hacen. Pero en aquella época todo lo que se comentaba era cuantos focos llevaba una banda sobre el escenario. La gente hablaba de cuantas luces llevaban Queen. 700 luces. ¿Para qué? ¿Ves? Hablo mucho. Por eso hago una gira que se llama así.
En un rato entrevisto a Gene Simmons, quien empleó esa famosa frase hace unos años en la que decía “El Rock está muerto”. Tras cincuenta años en la carretera ¿consideras que es el caso?
No te sabría decir. Creo que la gente dice cosas como esa para crear debate y hacer pensar. No se por qué alguien diría eso sino. Seamos realistas: si dices ‘me gusta el pan con mantequilla’ no causas el mismo efecto. Decir ‘el rock está muerto’ es más hábil. ¿Está muerto? No sabría si afirmarlo así de tajantemente. Hay muchos conciertos, muchas giras, muchas bandas. Pero si naciste en los 50 y creciste en los 60, 70 y 80, las cosas ciertamente han cambiado. El ser humano suele buscar cosas diferentes en la vida pero en lo musical tiende a buscar cosas similares todo el tiempo. Yo suelo buscar cosas que me golpeen, que me lleguen. Tengo mucha tendencia a analizar la música y lo que al final busco es que me llegue. El otro día escuche un disco llamado “Diane” de una cantante country llamada Cam y me enamoré del disco totalmente. La música te golpea así, sin saber de donde viene. Ya se que suena como muchas otras cosas pero algo en esa música me hace cosquillas por dentro y de eso se trata. No puedes volver atrás, como quieren los británicos con el Brexit, pero siempre habrá nueva música que te tocará algo por dentro y te hará decir ‘Dios, esto es maravilloso’. Quizá es Pavarotti, quizá es country, quizá es blues…no me gusta solo un género musical. Lo que no se nunca es qué música me va a llegar adentro. Ahora mismo este disco de Cam lo podría poner y poner y poner, una y otra vez. No me canso nunca de escucharlo. Suena a muchas cosas, pero me llena.
Podemos decir que el rock está muerto, pero estoy seguro de que hay mucha gente ahí fuera a la que la música le esta golpeando como a mí me ha pasado con ese disco que te comento. Si algo bueno tiene internet es la facilidad que ofrece para localizar música de todas las eras y permitirnos tomar decisiones en base a lo que la música nos hace sentir, en lugar de pensar en los límites que te marcan tus propios gustos. Estoy seguro de que en los 70 mucha gente escuchaba determinada música debido a la influencia de su grupo más directo de amigos o allegados, no por una decisión informada como la que se puede tomar ahora. Esa es una de las cosas buenas. Pero siempre hay un pro y un contra. Mierda
Probablemente lo que era el rock para la generación joven de los 70 es lo que ahora son Arcade Fire o Imagine Dragons para la generación actual. A nosotros no nos gusta porque no es nuestra generación
Eso es, totalmente de acuerdo. A nosotros no nos gusta pero eso no significa que a toda una generación de gente no le esté gustando. Tradicionalmente los viejos tenemos esa tendencia a decir ‘oh, es que las cosas ya no son como eran’ o los británicos tienen ahora tendencia a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Mira, en los años 50 o 60 los coches eran absolutamente inútiles. Una ruina. No eran muy rápidos, no frenaban muy bien, solían romperse, se calentaban mucho… Ahora, todos los coches son jodidamente brillantes. Lo mismo con la música.
Seguro que hay gente diciendo ‘ah, te acuerdas de como eran Quo en los viejos tiempos’? ¿Perdón? Sigo aquí. Quizá debería estar muerto, quizá la gente desearía que la banda antigua siguiese junta pero no es el caso. No podemos estar eternamente esperando que el pasado vuelva.
La Reina de Inglaterra y la mierda de caballo
¿De qué hablaste con la Reina de Inglaterra cuando te concedieron el OBE junto a Rick Parfitt?
Fue muy extraño. No soy un gran fan de la realeza. Son la gente que arrasó y mató y robó a la gente de un determinado territorio y así es como acabaron llegando a donde llegaron, históricamente. Además, son algo condenado a morir y desaparecer. Ups, lo he dicho. Pero bueno, habiendo dicho esto, debo decir tengo mucho respeto por la mujer, por la Reina, en sí misma. Trabaja muy duro, más que mucha gente. Es la última de una generación que piensa que tiene el deber de hacer lo que hace. No hablamos de derechos, sino de deber. Ella entiende su posición como un deber. La gente piensa demasiado en los derechos pero no en sus deberes. A Rick le dijo algo así como ‘ah, tu y el otro chaval sois los que estáis en ese grupo de música’. El dijo ‘si, señora’. La primera vez que la vimos estábamos en otro acto y todo el mundo estaba en varios círculos hablando y ella vino con un Gin Tonic en la mano. El caso es que yo había pisado una mierda de caballo y tenía el zapato lleno. Así que ahí estaba hablando con la reina y pensando ‘¿estará oliendo la mierda de caballo?’ (Risas).
Cuando fuimos a Buckingham Palace para la ceremonia del OBE viene y dice ‘hola’. Y yo respondo ‘hola, majestad’ y ella respondió ‘do what?’. Esa es una frase muy famosa de los años cincuenta. Cada generación tiene sus frases típicas y la de los años cincuenta tenía esa. Así que si le dices a alguien ‘perdón, no te he escuchado’ el te responde ‘do what?’ en ese contexto. El caso es que cuando le mencioné que nos habíamos conocido en el pasado, la reina me dice ‘ah, si, el día aquel que olía a mierda de caballo’ (Risas). Lo tenía memorizado.
Es una mujer fantástica y se toma en serio su deber. No creo que futuras generaciones lleven el papel de la Reina de la misma manera. Es un estilo de vida muy restrictivo y muy esforzado y está basado en muchos deberes. Ella ha sido muy buena representando a Gran Bretaña alrededor del mundo y al final eso no deja de ser negocio.
Una nueva reina enviaría a alguien a matar al caballo, probablemente.
Exacto. Lo que pasó es que estábamos junto al escenario y nadie pudo ver la mierda de caballo y yo la pisé toda. Solo esperaba que no oliese la mierda.
¿Cual es el status (quo) de un nuevo disco de estudio?
He acordado hacer un nuevo disco de estudio. No quería hacer un nuevo disco de estudio. Pero el manager estaba preguntando todo el rato. Le dije que si podía hacerlo exactamente como quiero, de acuerdo. Suena muy dictatorial y quizá no le gusta a mucha gente pero es lo que hay. No estamos haciéndolo con prisas. En febrero comencé a trabajar en él y probablemente lo entregaré en febrero del año que viene y se editará en Junio. Secretamente estoy motivado con el nuevo disco. Es complicado estar en medio de un proyecto sin motivación o excitación al respecto. Tengo ganas de acabarlo y que a la gente le guste. A la vez me da lo mismo lo que piensen. Toma, ahí tienes tu dosis de relatividad (risas). Pero si, vamos a hacer un disco y espero que te guste.
Y sino, que me den por el culo.
Eso es (risas).
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