Slipknot: imparables (a su manera)
El éxito de Slipknot en las dos fechas que llevó a cabo el verano pasado en España fue exultante, y para 2020 ya tienen cerrada otra visita a nuestro país, concretamente su primera vez en el sur. Tocarán en Fuengirola, Málaga, en el flamante Metal Paradise, que encabezarán nada más terminar su crucero Knotfest At Sea y donde muchos de los fans que no pudieron verles (y otros que repetirán) tendrán la posibilidad de ver a los estadounidenses en acción.
Slipknot es una banda que siempre está al borde de dinamitarse a sí misma. Desde los inicios del grupo, la volatilidad de los músicos, de las composiciones y del propio concepto le dio a los de Iowa un halo de peligrosidad y de urgencia que pocas formaciones han sido capaces de mantener durante tanto tiempo. Después de un nuevo disco y de una gira de Slipknot, nunca sabes si la se va al garete o si seguirá adelante. Ellos mismos y los fans han aprendido a vivir con ello.
Los meses previos al inicio de su vuelta a los escenarios fueron turbulentos. Chris Fehn, el percusionista de la banda, denunció al grupo -y específicamente a Corey Taylor y Shawn Crahan- acusándole de “crear entidades y negocios relacionados con la banda en diferentes estados para recaudar dinero que pertenece a la formación”. Fehn procedió a pedir una investigación quirúrgica de los libros contables de la banda para poder calcular lo que se le debe. El mismo día, vía Twitter, Corey Taylor se defendió diciendo “esperad a que salga la verdad”. Apenas unos días después se anunciaba que Fehn dejaba de ser un miembro de Slipknot. Era el tercero en caer de los Slipknot clásicos, tras la muertes de Paul Gray y la salida de Joey Jordison.
Por otra parte, la hija de Shawn Crahan falleció por una sobredosis de drogas a escasos días de que arrancase la gira del nuevo álbum y, no hace tanto, en 2015, el guitarrista Mick Thomson fue hospitalizado tras pelease a cuchilladas con su hermano cuando estaban ambos borrachos (incluida una puñalada en la cabeza). Antes de eso se produjo la salida de Joey Jordison por serios problemas y desacuerdos con el resto de la banda, y previo a todo lo mencionado, la inesperada muerte de Paul Gray. No han sido tiempos fáciles.
Lo primero que hizo el management de Slipknot ante la perspectiva de esta entrevista es enviar una breve lista de todas las cosas que no se pueden preguntar. No se puede preguntar nada sobre la situación con Chris Fehn -algo evidente dadas las ramificaciones legales que puede tener en este momento cualquier tipo de declaración-. Tampoco se puede consultar nada sobre la muerte de la hija de Shawn. Ah, tampoco se puede indagar nada relativo a los negocios de la banda. Es evidente que el grupo no tiene ganas de tratar los temas más espinosos de tiempos recientes y que, sin duda, no tienen ganas de hablar con la prensa. El tiempo dedicado por parte de Taylor a la entrevista -con una encargada de su management escuchando en la misma línea de teléfono o directamente a su lado- fue de diez minutos y treinta segundos. “Deberían haberte informado de que no va a haber más de diez minutos”, soltó ante las quejas de este periodista.
Así pues, con todo esto sobre la mesa, uno no sabe si Slipknot están bien, mal, regular o a punto de estallar en mi pedazos, pero tanto el verano pasado en el Download Festival Madrid como en el Resurrection Fest como en el nuevo Metal Paradise de Fuengirola en 2020, la expectación por los de Iowa es de las más amplias en el panorama festivalero nacional.
Un disco diferente
Así, con todo, ‘We Are Not Your Kind’ es un disco que juega un papel curioso en la carrera de Slipknot. Si bien ‘.5: The Gray Chapter’ fue un álbum transicional para una banda que acababa de recibir mazazos muy importantes, ésta nueva obra debería ser de consolidación de su nueva realidad y para encarar el futuro con optimismo. No ha sido un camino fácil pero, hey, seguimos aquí.
“Slipknot es el vehículo para que comparta muchos de los problemas que he tenido en mi vida”, explica Corey telefónicamente. “Nosotros siempre hemos querido ser los mejores en todo: tener la mejor música, las mejores máscaras, el mejor show en directo… Y en el proceso de querer ser los mejores nos hemos ido superando a nosotros mismos progresivamente. No se si eso significa que tienes que pasar por un montón de mierda en la vida para ser capaz de superarte y conseguir lo que quieres. Lo que sé es que hay una serie de cosas en nuestra música que no puedes inventarte, que no pueden ser así si no has vivido de esa determinada manera”.
En el nuevo disco la banda explora algunos elementos nuevos como la coral que aparece en “Unsainted” y diversas intros y pasajes que sirven para darle un toque distinto al nuevo trabajo. “Para ser sincero contigo, en lo que se refiere a nuestra música no nos basamos en compromisos adquiridos”, confiesa el vocalista. “Todos tenemos un grado de confianza los unos con los otros que, aunque hagamos cosas distintas, sabemos que debemos darle una oportunidad. Cuando estamos dejando la música lista para un disco sabemos que podemos excitarnos con ella y darle vueltas en lugar de hacer siempre lo mismo. Tenemos constancia de que vamos a empujar los límites hagamos lo que hagamos. Slipknot no se basa en compromisos, sino en que todos vamos a acabar estando al mismo nivel musical y que tenemos que empujar los límites en la medida de lo posible. El compromiso, para mí, significa dejar ir cosas para conseguir lo que te habías marcado. Eso no funciona con nosotros”.
¿Pesa en toda esta ecuación lo que los fans esperan escuchar en un nuevo disco de Slipknot?
“No, no solemos hacer los álbumes en función a los deseos de los fans”, asevera. “Honestamente, si pasas mucho tiempo escuchando al público comienzas a componer música para ellos en lugar de para ti. Si en mi vida yo no hubiese pasado por experiencias duras como las que he pasado, me habría decantado por la música más ligera o menos agresiva, estoy seguro. Pero como en mi vida he pasado por circunstancias muy jodidas, la música es la mejor manera que tengo de expresarme. Pienso que esta es una de esas cosas en las que no tenían tanto que ver los deseos del público como mis propios deseos como compositor. Quería un álbum que sonase lo más cabreado posible, lo más agresivo posible. No es que no tengamos en cuenta a los fans, pero la gente no sabe lo que quiere. Piensan que lo saben, pero si les das algo que está bien, estarán felices con ello. Por eso tienes que componer música para ti mismo. Si comienzas a preocuparte por lo que el público desea de ti, estás suicidándote tú y tu carrera”.
Un éxito prematuro
Slipknot subieron a lo más alto en apenas un par de discos. Si en la época de su primer trabajo estaban tocando en agujeros de Estados Unidos como el Harpo’s de Detroit -donde lo mismo te tirotean al salir por la puerta-, en la gira de su tercer disco, ‘Vol. 3: (The Subliminal Verses)’, ya estaban tocando como cabezas de cartel en el Cobo Arena de la misma ciudad. Por el camino, innumerables tours de festivales como el Ozzfest ante decenas de miles de personas a lo largo y ancho de Estados Unidos y respetables posiciones como invitados de Metallica y en los mayores festivales europeos. En el espacio de tres o cuatro años desde la edición de su primer LP, Slipknot eran mayúsculos, gigantes e insoportablemente populares.
¿Ha sido eso decisivo a la hora de componer canciones hechas a medida de grandes públicos y grandes recintos donde el fan más lejanos quizá está a doscientos metros del escenario?
“En ocasiones, pero no es una preocupación recurrente”, afirma Corey. “Cuando sale una melodía o un estribillo pegadizo somos conscientes de que eso va a alcanzar a un público más numeroso que las partes agresivas, pero no es algo que busquemos de manera consciente”.
La nueva gira de Slipknot les está llevando a grandes festivales. Lejos quedan los tiempos donde actuaron en Razzmatazz ante apenas 2.500 fans en Barcelona. Aunque Corey nos recuerda que toca “en sitios más pequeños todo el tiempo con mis actuaciones en solitario”, lo cierto es que hace mucho tiempo que no se puede ver a Slipknot en una gran gira por recintos medianos. En España, la última vez fue en 2009 y fue un fiasco. Apenas 5.000 personas acudieron a los shows de Slipknot y Machine Head en el Palacio de los Deportes de Madrid, lejos de las masas de Estados Unidos. “Con Slipknot hemos hablado de hacer una gira especial de recintos pequeños en algún momento y estoy seguro de que, si lo hacemos, visitaremos España. Creo que sería una locura hacerlo y que la reacción del público sería tremenda”. Finalmente aparte de los festivales, Slipknot no ha cerrado fecha en España en ninguna sala o arena, pero tiempo al tiempo.
“Estamos contentos de que la gente quiera venir a vernos en grandes cantidades”, declara Corey Taylor sobre las grandes shows que protagonizaron en verano. “Hay muchas cosas que decir a favor de los conciertos más pequeños, pero hay muchas más que decir a favor de los grandes shows y los grandes festivales ante un montón de gente. Para nosotros, los conciertos en arenas más pequeñas nos dan lo mejor de ambos mundos: nos permiten tener esa sensación de cercanía e intimidad con el público y nos dan la posibilidad de llevar la mayor parte del espectáculo y producción. Tener a miles de personas listas para perder la cabeza contigo es algo muy especial. Aun así, nosotros siempre hacemos que los shows sean especiales haya la cantidad de gente que haya delante».
La maldita máscara
Una de las cosas que más polémica y controversia han generado alrededor de Slipknot en el ciclo de promoción de este nuevo disco -de los que sí que podemos tratar en la entrevista- es la nueva y curiosa máscara de Taylor. Una máscara que ha creado junto a la leyenda de los efectos especial Tom Savini y que ha provocado una reacción casi unánime de rechazo. Esto tan solo ha hecho envalentonar aún más al vocalista. “Es algo ridículo” dice entre risas. “Lo miro con cierta sorna. Si todo lo que le preocupa a la gente es mi jodida máscara… Lo que pasa es que me gusta que la gente esté hablando de ella. Espero que estas cosas le hagan a la gente darse cuenta de que esto nunca ha ido sobre las máscaras. Las máscaras están bien, molan, es una dinámica que funciona, pero esto siempre ha sido sobre la música. Eso es lo principal. Si la gente se queda frenada en las máscaras y no se da cuenta de la música, es que tienen sus prioridades mal”. Y añade: “Prefiero tener una controversia con mi máscara antes que con la música de la banda”.
Taylor sufrió unos pequeños problemas de rodilla que le hicieron pasar por quirófano hace unos meses, lo cual generó ciertas dudas sobre sus capacidades en la gira de Slipknot, algo que se disipó rápidamente. “Después de mi cirugía de rodilla me di cuenta de que tenía que volver a reforzar esa zona de mi cuerpo”, reflexiona Taylor. “Ahora ando un montón y mi novia me tiene todo el día arriba y abajo. Estoy intentando hacer más deporte y se acabó lo de quedarse en la cama. Hay que salir a ver el mundo al que estás entreteniendo. Además, nuestro show en directo es como hacer deporte. Es un reto después de la cirugía, pero ahora ya estoy bastante en forma. Además, el nuevo set escénico que tenemos es una pasada y te da ganas de querer correr por él. Es lo más grande que hemos hecho jamás, con un montón de pantallas de vídeo, fuego, cintas de correr y cosas por el estilo. Todo lo que me motive a salir y a dar más de mi mismo me parece bien. Por otra parte, con la nueva máscara lo puedo ver todo sin que parezca que esté metido en un túnel”.
Sobre la longevidad caótica y volátil de Slipknot, Taylor cree que el secreto reside en su motivación personal para ello. “Creo que seguimos adelante porque creemos en lo que hacemos”, sostiene. “Es el amor por la música. Si no fuese por eso, no seguiríamos juntos como banda. Es la excitación de componer música juntos, de crear nuevo contenido y el hecho de presentarlo ante una gran cantidad de público. Generalmente, cuando uno logra llegar a ese nivel, es cuando comienza a hacerlo todo a medio gas. Cuando sientes que ‘ah, ya no hace falta que me esfuerce tanto’ es cuando muere el sueño. Por eso muchas bandas simplemente comienzan a reempaquetar y remasterizar la mierda que han hecho antes. Puedes verlo en sus ojos y escucharlo en sus voces: algo se les ha ido. Es como si el espíritu hubiese abandonado el cuerpo. Nosotros, mientras tanto, seguimos sintiendo la dedicación y la necesidad de ir por encima y más allá”.
Una última duda que surge: ¿por qué no está “All Out Life”, el tema con el que volvieron a la actividad el pasado mes de octubre, en el nuevo disco? “’All Out Life’ no está en el disco porque queríamos que fuese algo aislado, simplemente una canción para explicarle a la gente que no nos habíamos ido a ninguna parte y que estábamos trabajando en nueva música. Era una canción pegadiza y tenía sentido editarla. Pero en el contexto de lo que explicamos en ‘We Are Not Your Kind’ no estábamos seguros de que encajase mucho”.
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