Slavedown: rock and roll como debe de ser
Slavedown aparecen en la escena con un disco homónimo en 2018. Su hard rock de tintes modernos, algo metálicos, pero con una buena combinación de aspereza y melodía, es el fruto de muchas décadas de experiencia sumadas entre sus miembros.
Formados por el vocalista Marc Corso, el bajista y productor Sue Gere, el baterista Big Villano y el guitarra Andreu Runo, la banda lanza en estos días su nuevo trabajo, titulado ‘The Enemy Inside’, editado por La Familia Revolución, y con un compendio de temas que no dejan indiferente. Hablamos con Gere sobre el retorno de la banda a la actividad.
Las influencias de ‘The Enemy Inside’ van desde los riffs de Soundgarden/Alice in Chains, al hard rock moderno americano y trazas de grupos como Black Label Society, especialmente en el trabajo de guitarras ¿Resume esto las influencias principales de la banda? ¿Qué otros grupos han ayudado a conformar vuestro sonido?
En realidad todas estas bandas que citas comparten unos cimientos, unas influencias clásicas que van desde The Beatles a Black Sabbath, desde The Doors a U.F.O, metiendo en el caldo todo lo que venga de camino.
Después lo envuelven de manera en que, cuando los oyes, necesitas pocas notas para reconocer de qué banda se trata y los distingues fácilmente. Soundgarden no suenan como Alice in Chains, ni Alice in Chains como Black Label Society. Cada uno tiene su carácter y aun así los puedes relacionar porque beben de las mismas fuentes.
Me gusta pensar que Slavedown estamos en ese punto, muchos nos asocian a estos sonidos porque venimos del mismo sitio, pero nuestro envoltorio es totalmente nuevo y propio. Obviamente escuchamos a estas bandas y no somos impermeables a los sonidos que nos gustan, pero tampoco los citaría como influencia básica a la hora de componer.
Habéis trabajado en Hybrid Recordings, tu estudio de grabación, lo cual imagino que os ha dado cierta libertad de tiempo y movimiento para trabajar. ¿Cuánto tiempo os ha llevado completar ‘The Enemy Inside’?
El estudio es mi principal fuente de ingresos y Slavedown se adapta a mi agenda y tarifas como cualquier otra banda o incluso mejor, porque mis compañeros saben el estrés que me suponen algunas producciones y son muy comprensivos si les cambio el calendario. Ante todo somos amigos y eso también hace que estén en el estudio como en su casa, para bien o para mal (risas).
Cualquier músico te dirá que trabajar en un ambiente cómodo y relajado es básico cuando te enfrentas a una grabación, y eso es lo que siempre busco en Hybrid. En este caso, además, el disco ha salido empapado de cerveza y vodka (risas).
El disco se ha creado en tiempo largo porque se ha hecho en varias sesiones muy espaciadas. Ten en cuenta que nuestra primera intención era continuar el debut con un EP, pero seguíamos escribiendo, salían buenos temas y cambiamos de opinión, con lo que tuvimos que meternos en el estudio un par de veces más.
¿Teníais el disco ya listo antes de la pandemia o habéis aprovechado para trabajar en él durante estos meses tan caóticos?
Durante los primeros meses de confinamiento, al no poder tener músicos en el estudio grabando, me dediqué a acabar varias mezclas que tenia pendientes, entre ellas la de “The Enemy Inside”, pero todas las pistas estaban ya grabadas. La verdad es que poder seguir trabajando en esos momentos y mantener una rutina me ayudó muchísimo.
Tú en concreto eres seguidor de Kiss y me preguntaba si el disco «maldito» ‘Carnival of Souls’ ha sido una inspiración en este trabajo en cuanto a sonido y tono general de las canciones.
No te creas, Kiss es una banda que me ha acompañado toda mi vida, pero hasta hace poco no tenía ningún disco posterior al ‘Asylum’. A mediados de los 80 me metí a fondo en el thrash y el hardcore y Kiss tomaron el camino totalmente opuesto, se ablandaron, así que perdí el interés en seguirlos. Con el tiempo me he puesto al día de lo que me perdí en su momento y eso incluye a Kiss, aunque te digo que hay discos que siguen sin entrarme…
‘Carnival of Souls’ me parece muy bueno, pero pasa un poco lo mismo que con el disco de Mötley Crüe con John Corabi, aunque los discos están muy bien ni son Kiss ni son Crüe. Para mi gusto a la producción de ‘Carnival of Souls’ le falta la última capa de barniz, lo veo acabado con prisas, pero seguramente en ese momento Kiss tenían la vista puesta en la reunión de la formación original.
Igual que te comentaba que mis influencias en el momento de componer son contadas, en lo que a la producción se refiere soy todo lo contrario. Cuando escucho una producción que me gusta mi cerebro va a mil por hora analizándola. Podría ser que este disco me haya inspirado a algún nivel, sin duda.
¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta una banda con miembros veteranos en la escena en un negocio cambiante como éste?
A nivel underground esos cambios de los que hablas quedan un poco diluidos. Para las propuestas mainstream las oscilaciones en los números de ventas sí son auténticas montañas rusas pero, para una banda que suele meter doscientas almas en un club, que un día te vengan a ver la mitad no significa la ruina, igual que tampoco te forras el día que vienen cien personas más.
A nosotros tener el apoyo de una discográfica como La Familia Revolución, que nos acompaña no sólo en la edición del disco sino durante todos los procesos que genera esta actividad nos da mucha seguridad. Te das cuenta de que hay más gente que cree en el proyecto.
La voz de Marc es muy particular, tremendamente áspera pero melódica. De algún modo, consideráis que es el tipo de voz idóneo para el estilo musical que practica la banda? Os planteasteis otras opciones?
Slavedown no se formó con la intención de hacer un estilo concreto. Nos juntamos cuatro individuos, cada uno con su bagaje y background musical, y probamos a ver qué salía, sin demasiadas limitaciones, sólo con la premisa de que fuera duro y pesado. La voz de Marc calza perfectamente en este contexto e incluso componemos con su voz en mente. Cualquiera de nosotros es imprescindible para que esta banda suene así, Slavedown es un monstruo de cuatro cabezas, si cortas una el monstruo muere. Por otro lado Marc es el fundador de Slavedown, o sea que nos lo tuvimos que quedar sí o sí (risas).
Tras una carrera tan dilatada como la que tienen la mayoría de miembros del grupo ¿ creéis que eso condiciona vuestras expectativas del futuro de la banda o precisamente las hace más realistas y alcanzables?
Haciendo la música que hacemos, en este país, en el siglo XXI y cantando en inglés… No creo que nadie pueda augurarnos un futuro brillante, sinceramente. Por otro lado, mantener las expectativas bajas y verlo todo desde el subsuelo del underground hace que cualquier noticia sea motivo de celebración. Y lo celebramos, ¡créeme!
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